jueves, 28 de octubre de 2010

¡El oriundo triunfador!




Venciendo a lo infortunio.

El piano será ahora el refugio de mis palabras,
entre cada tono que de
será pidiendo el aliento de mi alma,
porque vuestro progenitor en su vida siempre ha dado la espalda;
y a esa ignorancia él ha tirado lágrimas,
él no sabe por todo lo que he vivido de mi pasión,
él no ha sentido mi ilusión,
si supiera que la beatitud es apoyo,
más si es a tu oriundo del todo
que ni te acercáis a su hoyo,
como al que solloza de sus ojos
por ser él tan solo
que ni vos dais un soplo
para hacerle sentir una pequeña alegría;
pero a donde voy no siento esa dicha.
¡A veces unos son beatitudes y otros afligidos!
con la esperanza que se cumpla vuestro pedido
durante todo el destino;
pero el avanza como el río
que choca y da martirio,
y es tan solo el progenitor de mi suplicio.
Creía que iba a tener una vida florecida,
pero resultó una vidorria que lastima,
solo ando con mis pensamientos y sentimientos;
solo de ellos vengo
para que ante el piano exprese mis frenéticos movimientos,
de lo que es del alma de energúmenos alientos,
si el sol diera su calor inmenso
hoy ante mi piano, diera lozanía de florecimiento,
y hacer de todos estos versos
al mundo junto a sus nubes truenos,
tronaría por mí y del sonido del piano de enloquecimiento.
Vivo ahora conectado al mundo,
viviré recíprocamente de cada segundo,
segundo al estar él junto a mí de pasión
ardiendo en la vida mía del corazón.
Y hoy de mí será por fin lo fortunio,
porque de mi pasado ha sido lo fusco,
pero hoy mis sonidos alentaran muy profundo,
e irá al viento zurrusco,
y de esa fuerza amaré al futuro,
que de mí el dará lo pulcro,
así soy y camino
por mis sueños benditos,
que de las nubes caerá rocíos
siendo agua bendita de mis sonidos;
y que fundirán al destino
como de mi palabra y mi delirio.
Ni mi progenitor sabe quién soy,
sólo por el mundo voy,
y de la ganada alegría nace el amor,
y del sonido de mi paraíso será ardor,
a lo que lo convierte de armónica pasión,
y que estará sonando en mí corazón.

No es todo lo que uno acostumbra pensar que es la hermética;
si no toca su íntima palabra poética,
para hacer de él
entre versos una bellísima fonética,
para ser de sus voces a una naturaleza
su arte de la palabra mimética,
y amaos a ella
y tronar tenores en la palabra frenética,
en el levanto de la voz
ante muchos sin ser patética,
que era antes en el dolor
de esta poesía teorética,
del que le quedaba
entre la vena genética,
de ahí era así,
pero levanté con mi ética
del piano y poesía
para llegar a la melódica hermética,
que de mis enseñanzas tuve
de todas una sincrética,
para ser de sus sonidos
a una armónica simétrica,
que entre esta tarde
me ha hecho dar diaforética,
por ser tanto la pasión que entre palabras
es toda ante mi fuerte vuestra poliorcética,
nadie ante mis letras se meterá
por ser la pasión energética,
y por eso que ella atacará
por el olor que suena de simétrica,
y en cada verso no aparece la epentética,
porque de una palabra
muy pocas dan a su rima de ética,
solo habría que crearlas y ponerlas,
pero eso ya resulta difícil en la rima poética,
que de una palabra de su sinónimo
dé su rima para impresionar en la hermética,
pero ya que esta corriente consta de mi belleza,
a él daré todo de mí palabra poética,
y no posara vuestra alma de la dolorosa herética,
si no daré frutos ahora en adelante del verso;
y buscaré la forma de destrozar al infierno.

No es todo como uno acostumbra pensar que es la hermética,
si no acaricia su profunda ética
que al mundo daré de mí poema,
del más fondo de mis letras
que es entre violines mi belleza,
que dará melodía tierna,
porque es lo que palpito de mi amado surrealismo,
y luces al astro de si mismo
hablará al destino,
por ser todas mis letras mi libro,
y que él al mundo será futurismo,
y de mis libres caminos
haré el cubismo,
para solo extraer mis sueños del surrealismo,
¡tanto pero tanto amor!,
como a todo mi pedido,
que de él llegó a la presagia
para difundir la magia,
y que ha abrazado mi alma
su espíritu de llama,
por ser lo que me ama,
como vuestro ser de la pasión inspirada,
y que a muchos ojos estará entregada,
porque contemplarán todo mi estimado aliento;
sentirán lo que he sentido
como cuando escribo mi sentimiento,
por ser todo mi surrealismo
que entre sonidos ha estado mi idilio;
y que ha sonado en el piano de delirio,
y entre la naturaleza escucha mis gritos,
y de ella sus lirios
ofrecen aroma de amorío,
veáis que en noches viviré tranquilo,
y por fin estaré ardido,
todo por las cosas que están conmigo,
y porque no estoy solo en mi destino,
solo vivo de mi pasión y de la ilusión,
porque es ella de ardor
que entre mis entrañas da amor.
¡Qué ganancia de mis versos!,
es todo este duelo
que os tuvo ante mi progenitor de sufrimiento
para poder vencer con mi aliento;
que de él nació ante el enrojecimiento,
como de las palabras del poema,
y que no se irá de mi alma interna,
porque en ella está mi acariciado cielo,
como respirar el paraíso de chelos,
y por ser mi poderoso anhelo
que amaré de mi férvido sentimiento.
Vivo como quería en mi lecho,
el que está lleno de apego.
Los mundos son ellos,
como la poesía de florecimiento,
y el piano que ha abrazado mis huesos,
y de él he dado tiernos besos,
y no ha sido infierno,
porque lo he derrotado ante lo mesto,
y él no ha gritado en el intento,
solo ha llorado en su averno,
y ha nacido lo eterno
que en mi es de sus violines y chelos,
para sonar al mundo de renacimiento,
e invocarme en el fuego
de la verdad de mis notas que no son juego;
son tan ciertas que suenan hasta el cielo,
y que hacen arder de amor todos mis estros versos.

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