miércoles, 13 de octubre de 2010


Reflejo caído y renacido.

Hoy os vi a lo lejos
y entre mis ojos cayó un reflejo
de vuestros ojos y vuestro pelo,
y vuestra cara resplandeciendo
y todo mi ser completo
estaba con un enérgico celo
porque estabais con otro charlando;
vi que le sonreíais en ese encuentro
sabiendo que en días pasados
de ti mi ser se había esperanzado;
de que podía en ti florecer
después de todo nuestro conocer,
ir más allá del cúspide universo
volando entre estrellas con besos;
pero fueron nada más que tristes sueños,
quería ir contigo muy lejos,
quizás llegar hasta viejos,
pero ilusiones que se hace uno
solo queda en lo oscuro,
que resulta ser ante la vista de ella duro;
por ver que estaba con otro besándose
y su cuerpo siendo uno por abrazarse,
como si estuvieran amándose
y yo gimiendo por ese romance;
que quería tanto en la vida
porque son tres años ya sin nadie,
como una marca que no se quita
de tu soledad tan ahogante.
Ella caminaba de mi muy distante,
ella no sabía que la estaba viendo,
caminaba y caminaba ella en la calle
mientras el cielo estaba negro;
sí ante mis ojos, pero ella seguía a lo lejos
nada más que feliz siendo con otro,
con ese que le estaba más conteniendo;
no sé si con más sentimientos o amor fogoso,
que ofrecí a ella de casto enamoramiento,
tuve tanto enérgico celo
que no pude contenerme en ese momento;
mis manos se agitaban en el viento,
mientras en mi oído escuchaba un cello
tan tétrico por lo que estaba sufriendo;
por no haberle confesado mi apego
y por esa memez razón no abracé su cuerpo,
¿seguro fue eso?, cuando no se confiesa
ese anhelo tan inmenso que se siente de lejos;
o cuando a veces la saludaba con un beso
depositaba el indecible sentimiento,
que en ese beso se me iba la vida
por sentir esas mejillas suaves,
pero por dentro
sintiendo una lava de fuego quemante;
por besarla en ese momento,
pero todo fue nada más que un juego
para ella quizás por no darse cuenta
de lo que estaba siempre sintiendo,
ella era como la tierra
y yo su naturaleza
soñaba que eso florezca,
pero me di cuenta
que eso no se inundó con terneza,
y eso a mi camino es lo que le aterra
con ojos entristecidos
de ese reflejo conseguido,
todo porque ella no supo de lo mío
y me ahogo como si estuviera en un río,
gritando ¡amor fuiste un laberinto
tan difícil de salir que pintó cenizo,
y que dejó mí corazón dolido, mí ser podrido
en el camino al verte solo con otro unido!,
siendo hoy mi mundo tan extinto
por no haberla adquirido
tan profundamente en los labios míos;
y mi mirar se despedaza por ese albedrío
que vio y que se transformó a la final en silencio;
si ya estás con él seguid con él
y entregarte a toda esa piel.
Si iban ya tan felices
los dos sin ser tristes
y volando como enamorados
entre nubes sin llantos,
no como yo que quedé destrozado,
y solo me provoca ir al océano
y naufragarme en ese lugar lejano,
todo por no ser regocijado
durante los tres años
que se vive de soledad humillado
y enteramente sin lo amado;
es más que no seguir diciendo nada
y solo dejar que mi mirada
se vaya a lo lejos de una mañana;
al océano para no verle más la cara
que fue como una irrealizable hada;
soñando tener junto a mi alma.

Mi ser completo mi Dios
sufre por un amor
no conseguido siendo como un adiós
que me deja sin aroma;
el aliento y quitando mi idioma
del amor profundo
que di por ella en mi mundo;
porque ese es mi lenguaje
único que soñaba como cálido masaje,
pasar sobre ella y tener como romance
solo de mis tres años solos tan asfixiante,
que es, si no la pude tener a ella
mándame un ángel
de allá en forma de persona que me ame,
ya no quiero seguir con la soledad penetrante
que llega hasta suicidarme;
porque el estar con una dama mi Señor
y verle todas las veces es grande,
ilusionando que va ser amor,
y verle su rostro y siendo un hombre fiel
es cuando crece ese querer,
que se agita y que palpita
y que se grita al viento es tu vida
ella únete y amala sin mentira;
son cosas que pasan Dios,
por eso te imploro que me mandes a un amor;
que me saque de la tristeza al nuevo color,
con ojos brillando los dos,
y sabiendo que será sincero
esa enfebrecida unión
e iluminando como lucero
y besándonos tan tiernos;
sin ver ya las llamas del temible infierno
que me llegó a la idea del suicidio
para caer a ese averno
como eterno suplicio;
porque viviera sin aliento,
pero no lo hice y viví en arrepentimiento
ante Dios de no haberlo hecho
del atacante sufrimiento.

Días después suelen pasar
y como sí nada en mi sendero
aparece una hermosa dama
era tan igual como un lucero;
brillaba su belleza en mi mirada,
se acercó y me dijo:
tú eres el joven que sufrió por una dama,
dije: Sí por un amor no conseguido
donde quedé sin completo regocijo,
mi mirar mientras más la miraba
con una incontenible ternura
ella más se sonrojaba;
¡era una grandiosa dulzura!,
mí sensación no se aguantaba.
El amor triste que tenía se me borró y tenía locura
por esta encantadora dama
ante mis ojos más me enamoraba;
ella también palpitaba
su cara de ángel más resplandeciente,
sus ojos, su boca
hechizaban mi mente,
y divino su aroma
hacía renacer mi idioma
del amor donde fue ella ese amor
que me colmó de calor;
nos habíamos enamorado,
Dios me mandó ese regalo
y mi ser no sufrió más lo irritado,
y dio un nacer a mi vida en lo alto
por este ángel que abrazo
y que sinceramente amo,
ya sin cicatrices en la piel
y viviendo con ella lo que siempre esperé
que acariciara mi ser
con sus labios y sin volver
al mundo cruel;
desaparecido y así un florecer
unidos hasta la vejez
erigiendo hijos solo por unirnos
en los años del querer,
que solo fecundó de nuestro ver,
y de ese reflejo todo fue clavel
aromando mi ser, de un gran nivel
que hasta en esta hoja de papel
palpita las letras en tus ojos por leer,
cuando vivimos un amor imposible
buscando la forma de contener
y se hace invisible,
tú ilusión queda en un oscurecer
por lo que sentiste;
al solo de lejos ver
dos que se unían muy felices
no sabes qué hacer,
¡terminas con ojos tristes
sin ser en el amor libre!
¡solo apresado por lo que viste!,
y buscas la forma de morirte,
porque te enamoras
solo ¿no? y al no decir
se va con otro siendo feliz
dejándote con el corazón
lastimado sin poder ya fluir
la romanceada pasión;
y cariñosa que quisiste conseguir,
¡qué plegaria es el amor
porque solo ruegas
donde solo te deja con dolor!;
¡quizá cuando inclinas la cabeza
cuando tu a él le rezas
que te ayude a buscar un amor
que en ti crezca
y qué florezca!;
¡suplicamos para que suceda,
por eso le rogué y es una plegaria
para mí el amor porque pides ayuda,
y tuve qué una dulzura!,
que me alimentó en noches de luna
con pureza y quitando mi nocturna
alma que tenía y que dejó muda;
por solo sentirla en el viento una
fragancia dulce que me enamoró,
envolviendo con ternura
hasta las noches de luna
teniéndola desnuda
y amándola como a ninguna
dama que haya tenido
en mi cuerpo consumido;
de amor y lujuria
delirante en noches de luna!.

Pero ahora todas las letras
palpitarán más sin ser negras,
formarán hacer blancas
de pureza,
porque despertó esa grandeza
y el fondo un color rojo,
pintando el lugar sin enojo,
porque le da bienvenida al amor
con pintadas letras sin destrozo,
por conseguir ese ángel
durante mi visión,
y las letras blancas son
tan solo por nuestro
casto amor,
llenando el lugar de flores
y de muchos colores
como gráciles mariposas
porque son las voladoras
de este venero lugar;
como mi dama maravillosa
y tan igual como rosa o mariposa
su cuerpo que he besado
en la noche esplendorosa;
con estrellas a los dos mirándonos,
y así más nuestro lecho brillando
de paz nuestro amor
que tanto he esperado
y que hoy he llorado.
Sí, así lo puedo decir
qué más que eso se puede definir
cuando sientes eso en tus profundos ojos;
que brillan, qué exalta tú alma, el romanticismo
de esta vida soñada en ti mismo,
siempre, sí siempre de latido
y matizado como bellas flores
sin dolores y solo respira sus olores
que tiene ella a lo profundo de su cuerpo,
fidelidad, pasión, y entrega
a tu cuerpo pleno
como en la vida que florezca
y que hasta la eternidad crezca,
y llegue al paraíso
bebiendo de ese mundo los ríos
que serían tus labios que son míos
para besar de gran pasión,
sin ser luctuosa
sino alegradora
mi ángel. Mi Dios gracias
por esa esperanza grandiosa,
que pedí y disteis
a esta dama más que maravillosa,
en el amor siendo su voz armoniosa,
como un ruiseñor
de este palpitante e inapagable amor
que siento y sentiré por siempre
en la inolvidable pasión;
contigo mi ángel enteramente.
Todo siempre será flor
bendita por nuestro Dios.

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