jueves, 14 de octubre de 2010


El árbol de nuestros frutos.

El viento besa nuestro lascivo ser
tallado en un árbol de perenne unión,
y generaremos todo un frutecer
gracias a esta libidinosa pasión,
emergida en las raíces, con querer
incontenible de mi amada inspiración,
que eres tú, individualmente el fiel amor
cosido junto a mi cuerpo en gran ardor.

Así es el gran amor en la primavera
florecida desde nuestro dulce orgasmo;
un frutal de hijos en la estimada espera
placentera de nuestro amado entusiasmo;
fundamental en dulce existencia entera,
y recibiría un espléndido pasmo,
por toda esta naturaleza frondosa,
donde esta dama de madera es mi diosa

de la que yo heredaré más ramas;
y de la que beberé más su alma
en mi amado poema de amor
sentido de perpetuo pudor.

Eres realmente un lindo sueño
clavado en todo mi pensamiento,
y el que te hace el amor como dueño
de tu cuerpo, y de tu cálido aliento.
Nuestro tronco jamás se destruirá,
porque siempre nuestro amor latirá,

por ser tú mi única amada inmortal
que amo en mi raíz como nutrición
regodeada de mi vida. Y tú unión,
es como el agua del mar de su sal.
Y por ser ella mi eterna pasión.




Nuestro hogar, sin ciudad.

Es un mundo mágico y de serenidad, 12
donde cualquier ser humano anhela vivir.
Pero tú y yo vivimos en el de bondad,
de mucho amor para que no sea empedernir
nuestros corazones, sino felicidad
que alimentamos siempre en nuestro concurrir
con tiernas frases que en el fondo solo incita,
un latí inmenso de amor y que no se quita;

por ser perdurable en la naturaleza
nuestra unión de apacible y grata pasión,
sentida en las venas del gran corazón
ardido en llamas por tu interna belleza
conservada ante nuestra predilección;

un lazo indestructible de indecible amor 12
en el crepúsculo del bello amanecer;
donde nos besamos de excitante dulzor
hasta el crepúsculo del dulce anochecer
consumiéndote el gran cuerpo hipnotizador;
y enloquecedor ante mi rijoso ser,
del deseo y amor cálido verdadero.
Jamás sentida en la vida mi gran lucero

de esta naturaleza que nos acompaña,13
y que la idolatramos desde la entraña,
como nos amamos mi hermoso esplendor
de este mágico paraíso del amor.

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