He vuelto a cantar
Cuánto tiempo para
llegar aquí
Alejado de vos quizás
Pero he vuelto para escribir
A veces no sé qué pensar
De tantos agobios que he pasado
Que han partido de mi vida incierta
Tuve caminos duros que solo yo comprendo
Cosas que en esta vida no le deseo a nadie
Quizás mis palabras no tengan tal significado
Pero todo lo que soy y siento, si estalla por cantar
Lo que llevo dentro guardado como un piano mudo,
Tan mudo que hoy explayará en su papel silencioso.
Rocíos caen al
herbaje lloroso 12
Contrista de mi alma y vida tan callada 12
Que ha concurrido en aquel edén frondoso
Por haber estado de pasión desviada 12
Y retoma la importante decisión
De volver a su gran beatitud prendada
Para gritarle sois mi viva pasión
Que vivirá no más en ella encerrada.
Vivencias
penetrantes sin la salida
Sin tener un lápiz para refugiarme
En un rincón de mi vidorria afligida
Sin escribir de antaño para acorralarme,
Tañendo un piano de armonía vivida
Para solo ahí poder solo explayarme
Y narrar como ahora alma compungida
En herbaje que solo puede cantarme.
Herbaje: “Aún es tiempo joven para crear
De explosiva magia
que está en ti de amor
La vida os concebirá algo para amar
Y esa puridad que será vuestra flor”.
Bardo: ¿Qué seguro
estáis que pueda venir
En este silencioso edén de mi vida?
¡Miradme más valgo nada y sin vivir!
Sin romanza que
llevo más que sentida.
De la noche a la
mañana en un abrir cerrar de ojos tan expedito aparece a lo lejos una mujer de
caballera dorada, así tan radiante como el sol, de unos ojos tan celestiales
como el céfiro mundo místico, y tan diáfana piel como polen de una flor y clara
de nieve en tal herbaje. Aquel hombre compungido de tal solitaria vida y alejado
de su verdadera pasión donde el mismo herbaje sollozó junto a él, por haberlo
visto después de antaño, volver a este mundo pasional que había abandonado;
simplemente él sabía que para tal homo debía ser bendecido por la vida, y
decidió darle tal milagro a su llorada alma para que floreciese su mustia existencia, y de cualquiera manera la
recompensa de confiar y volver. Le brindó así haya dudado mil veces de esa
eterna felicidad que tanto ansiaba para conciliar y amar como a su poesía y
dulce piano.
(Alza los brazos y
empieza a recitar al Bardo dormido)
Hada: “Soy venida
de magia pura divina
Hoy para conoceros a vos mí Bardo,
Hechizada en tu
historia que me destina
A sentiros en mi ser que de amor ardo,
Por solo escucharos y mi alma se inclina
En este forraje a tal hombre gallardo,
Para confortar vuestra alma negrestina
Y retorne de albor y fuera aquel resguardo,
Y así todo yacerá amor que encamina
En tal herbaje que de pasión os guardo”.
Bardo: Vaya desconcierto
que es tan explosivo
Así el milagro
concierne a mi corazón,
Que hada celestial sois y de amor masivo
Que empalmáis así
de viva dilección,
Y de tierna voz angelical que vivo
Por escucharos y prendado en pasión,
Herbaje gracias por su amor intensivo
Que ha vuelto a sentir mi herida introspección,
Por tal claridad y resguarde mi existencia
De inmensidad por
tal melosa presencia.
Herbaje: No os
sintáis en deífica postración
Os dije que confiéis en mi cometido,
Os iba ofrecer magia en un corazón
Que os haría ver en un edén bellido,
Y así vos podréis tocar sin postración
Aquel piano por la hada en ser revivido,
Que sois vos en esta vida de ilusión
Que no se marcha y vive en vos merecido.
Bardo: Me conlleva
a sentir miles de sonidos
Más de la voz de ella que tanto hoy aclamo,
Escribiese nuestro amor tan bendecido
Cadencia que tiritan y que tanto amo,
Vos sois la gran magia que me hará crear
Y Por ser mí presagia que me hace amar.
Hada: Así lo es
amor que de apego se pinta
Y que vos crearás de loca pasión,
En vuestra pluma de melódica tinta
Viviendo por hacer dúctil creación
En las corcheas, notas, octavas y quintas
Tocando el piano de amada variación,
Y que siga sonando y no sea extinta
Lo que el herbaje nos dio en viva ilusión.
Bardo: así lo es mi
dúctil hada de mí amor,
Que aquí mi corazón os ama de paz,
Hada: Siempre os amaré mi gran compositor
Que me cantas y das todo sin mendaz,
Por saber que sois tan sincero en pudor
Como tu beso y de tal caricia audaz,
Que me inmoviliza y explota de ardor
Por sentiros y sin ser vos ya mordaz,
Bardo: sin pena por teneros mi bella flor
Y que siento toda mía de tal paz,
Que toda vos es un melifluo dulzor
De esta gran lascivia sin ser vos tenaz
Hada: No, porque me dejo absorber del candor
Y tan dúctil copulación pertinaz,
Que vos me dais de vesánica explosión
En esta noche de gran intimidad
Y que siga vos para la polución
Que espero que deis de alta felicidad,
Bardo: Sí, serán vástagos de aviva emoción
Por solo concebirnos
de eternidad,
Proles florecerán de gran ilusión
Por este fruto de naturalidad,
Y gracias al Pasto
que dio compasión
Hada: para amarnos en diva sonoridad,
Y nos hizo triunfar de viva pasión
para querernos de tal melosidad,
y no apartar jamás
la motivación
Que nos da esta biósfera de puridad.
Bardo: Así como
termina la larga noche
Termino la composición pasional,
De tantos murmullos y sin derroches
Altos y bajos de canto celestial,
Ha sido nuestra alta
creación divina
Y en cantos se demuestra sin ser la ruina.
Y he de quererte
hasta el mero sempiterno
De este inmortal
amor mi magnánima hada,
Piadosa que
llegó sin ver más averno
Que me lleva hasta
mi seráfica amada.
Hada: Siempre existirá
nuestro amatorio amor
Que revienta hasta las vivas alboradas,
Que tirita y canta como un ruiseñor
Nuestros corazones de notas cantadas,
En esta biósfera fresca de fulgor
Entre perseidas de vida rutilada,
Por no sentir más el truhan resquemor
Y que te codicio en mi alma encariñada
Tan eterno y deífico es el amor
Que así vivirá en mi vida modulada,
Por vos que es mi apacible compositor
Que me cantará en notas apasionadas.
El amor duró tanto
en ellos dos que pudo el compositor crear y reavivar su pasión junto a ella que
creyó que estaba perdido, pero asombros son, historia que un joven fuera lejos
de este mundo pudo conllevar para sí, y poder imaginar que ahí sentado pudo
sentir todo eso, entre la música clásica sonando eso, imaginando, sintiendo,
viviendo, confiando, y que aún no está perdido, para crear más como esta
minuciosa historia que pudo realizar, una tarde sentado hasta la noche baja el
sol, y sale luna de noche, sin temor a nada así lo realizó, así sus ojos
brillaron, así su alma por fin toca la tinta que tenía en vaho y ostracismo de sí mismo por años, para sentir que ha
vuelto a renacer en tan pequeña historia que creó en lágrimas que escribió, y
que vivirá en ello para siempre.