lunes, 30 de mayo de 2022

 



He vuelto a cantar

 

 Cuánto tiempo para llegar aquí

Alejado de vos quizás

Pero he vuelto para escribir

A veces no sé qué pensar  

De tantos agobios que he pasado

Que han partido de mi vida incierta

Tuve caminos duros que solo yo comprendo

Cosas que en esta vida no le deseo a nadie

Quizás mis palabras no tengan tal significado

Pero todo lo que soy y siento, si estalla por cantar

Lo que llevo dentro guardado como un piano mudo,

Tan mudo que hoy explayará en su papel silencioso.

 

  Rocíos caen al herbaje lloroso  12

Contrista de mi alma y vida tan callada  12

Que ha concurrido en aquel edén frondoso

Por haber estado de pasión desviada 12

Y retoma la importante decisión

De volver a su gran beatitud prendada

Para gritarle sois mi viva pasión

Que vivirá no más en ella encerrada.

 

 Vivencias penetrantes sin la salida

Sin tener un lápiz para refugiarme

En un rincón de mi vidorria afligida 

Sin escribir de antaño para acorralarme,

 Tañendo  un piano de armonía vivida

Para solo ahí poder solo explayarme

Y narrar como ahora alma compungida

En herbaje que solo puede cantarme.

Herbaje: “Aún es tiempo joven para crear

De explosiva  magia que está en ti de amor

La vida os concebirá algo para amar

Y esa puridad que será vuestra flor”.

  Bardo: ¿Qué seguro estáis que pueda venir

En este silencioso edén de mi vida?

¡Miradme más valgo nada y sin vivir!

 Sin romanza que llevo más que sentida.

 

 De la noche a la mañana en un abrir cerrar de ojos tan expedito aparece a lo lejos una mujer de caballera dorada, así tan radiante como el sol, de unos ojos tan celestiales como el céfiro mundo místico, y tan diáfana piel como polen de una flor y clara de nieve en tal herbaje. Aquel hombre compungido de tal solitaria vida y alejado de su verdadera pasión donde el mismo herbaje sollozó junto a él, por haberlo visto después de antaño, volver a este mundo pasional que había abandonado; simplemente él sabía que para tal homo debía ser bendecido por la vida, y decidió darle tal milagro a su llorada alma para que floreciese su  mustia existencia, y de cualquiera manera la recompensa de confiar y volver. Le brindó así haya dudado mil veces de esa eterna felicidad que tanto ansiaba para conciliar y amar como a su poesía y dulce piano.

 

 (Alza los brazos y empieza a recitar al Bardo dormido)

 

 Hada: “Soy venida de magia pura divina

Hoy para conoceros a vos mí Bardo,

Hechizada en  tu historia que me destina

A  sentiros  en mi ser que de amor ardo,

Por solo escucharos y mi alma se inclina

En este forraje a tal hombre gallardo,

Para confortar vuestra alma negrestina

Y retorne de albor y fuera  aquel resguardo,

Y así todo yacerá amor que encamina

En tal herbaje que de pasión os guardo”.

 

 Bardo: Vaya desconcierto que es tan explosivo

 Así el milagro concierne a mi corazón,

Que hada celestial sois y de amor masivo

Que empalmáis  así de viva dilección,

Y de tierna voz angelical que vivo

Por escucharos y prendado en pasión,

Herbaje gracias por su amor intensivo

Que ha vuelto a sentir mi herida introspección,

Por tal claridad y resguarde mi existencia

De inmensidad  por tal melosa presencia.

 

 Herbaje: No os sintáis en deífica  postración

Os dije que confiéis en mi cometido,

Os iba ofrecer magia en un corazón

Que os haría ver en un edén bellido,

Y así vos podréis tocar sin postración

Aquel piano por la hada en ser revivido,

Que sois vos en esta vida de ilusión

Que no se marcha y vive en vos merecido.

 

 Bardo: Me conlleva a sentir miles de sonidos

Más de la voz de ella que tanto hoy aclamo,

Escribiese nuestro amor tan bendecido

Cadencia que tiritan y que tanto amo,

Vos sois la gran magia que me hará crear

Y Por ser mí presagia que me hace amar.

 

 Hada: Así lo es amor que de apego se pinta

Y que vos crearás de  loca pasión,

En vuestra pluma de melódica tinta

Viviendo por hacer dúctil creación

En las corcheas, notas, octavas y quintas

Tocando el piano de amada variación,

Y que siga sonando y no sea extinta

Lo que el herbaje nos dio en viva ilusión.

 

 Bardo: así lo es mi dúctil hada de mí amor,

Que aquí mi corazón os ama de paz,

 

Hada: Siempre os amaré mi gran compositor

Que me cantas y das todo sin mendaz,

Por saber que sois tan sincero en pudor

Como tu beso y de tal caricia audaz,

Que me inmoviliza y explota de ardor

Por sentiros y sin ser vos ya mordaz,

 

Bardo: sin pena por teneros mi bella flor

Y que siento toda mía de tal paz,

Que toda vos es un melifluo dulzor

De esta gran lascivia sin ser vos tenaz

 

Hada: No, porque me dejo absorber del candor

Y tan dúctil copulación pertinaz,

Que vos me dais de vesánica explosión

En esta noche de gran intimidad

Y que siga vos para la polución

Que espero que deis de alta felicidad,

 

Bardo: Sí, serán vástagos de aviva emoción

 Por solo concebirnos de eternidad,

Proles florecerán de gran ilusión

Por este fruto de  naturalidad,

Y gracias al Pasto  que dio compasión

 

  Hada: para amarnos en diva sonoridad,

Y nos hizo triunfar de viva pasión

para querernos de tal melosidad,

y no apartar jamás  la motivación

Que nos da esta biósfera de puridad.

 Bardo: Así como termina la larga noche

Termino la composición pasional,

De tantos murmullos y sin derroches

Altos y bajos de canto celestial,

 Ha sido nuestra alta creación divina

Y en cantos se demuestra  sin ser la ruina.

 Y he de quererte hasta el mero sempiterno

 De este inmortal amor mi magnánima hada,

 Piadosa que llegó  sin ver más averno

 Que me lleva hasta mi seráfica amada.

 

 Hada: Siempre existirá nuestro amatorio amor

Que revienta hasta las vivas alboradas,

Que tirita y canta como un ruiseñor

Nuestros corazones de notas cantadas,

En esta biósfera fresca de fulgor

Entre perseidas de vida rutilada,

Por no sentir más el truhan resquemor

Y que te codicio en mi alma encariñada

Tan eterno y deífico es el amor

Que así vivirá en mi vida modulada,

Por vos que es mi apacible compositor

Que me cantará en notas apasionadas.

 

 

 El amor duró tanto en ellos dos que pudo el compositor crear y reavivar su pasión junto a ella que creyó que estaba perdido, pero asombros son, historia que un joven fuera lejos de este mundo pudo conllevar para sí, y poder imaginar que ahí sentado pudo sentir todo eso, entre la música clásica sonando eso, imaginando, sintiendo, viviendo, confiando, y que aún no está perdido, para crear más como esta minuciosa historia que pudo realizar, una tarde sentado hasta la noche baja el sol, y sale luna de noche, sin temor a nada así lo realizó, así sus ojos brillaron, así su alma por fin toca la tinta que tenía en vaho y  ostracismo  de sí mismo por años, para sentir que ha vuelto a renacer en tan pequeña historia que creó en lágrimas que escribió, y que vivirá en ello para siempre.