jueves, 14 de octubre de 2010

Un encuentro.

Martes de maravilla del medio día
vi una chica que hace tiempo no veía,12
que añoraba su absoluta gran belleza,
y más la melosa querida nobleza.


Y tengo el ser tan contento cuando la vi,
como desde el momento en que la conocí,
que no olvidado en verdad nada en especial,
como el cortejo de besos que fue un pluvial

de gotas que caen en abundancia
ante el mar lleno de esa cantidad;
mis caricias tórridas de importancia,
siendo tú mi infinita castidad.

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