lunes, 28 de febrero de 2011

Soñando con la pasión en un vals de una noche.



Soñando con la pasión en un vals de una noche.

Entre una noche solo, solo con mi alma,
solamente con mis alientos en la noche hasta el alba,
soñándoos con un tañer que estaba llena de pasión y magia,
la encuentro entre muchas sonadas,
como de varias opus esa divina tocada,
la cual dormía en sus escalas.
Pensaba que era de una balada,
porque era muy romántica,
y no fue así, fue en un vals que sentí esa pieza mágica,
en una partitura oí los labios de Frédéryck Chopán,
sintiéndoos de nuevo paz y el canto de su armonía hablada,
y sin marcharme cantaba junto a él igual
de esa pasión que el en sus vocablos expresaba,
era tan ardiente como un volcán
que a mi ser de soledad lo aliviabas,
era el vals número diecinueve que me apasionaba.
Buscaba entre mi noche amanecer de lo que me gustaba,
no importa si no duermo,
y solo me quedo oyéndoos lo que me calma,
porque son lluvias de gotas que caen del cielo
y lo que hace cantar a mi apasionadísima alma,
de saber que le ofreceréis sonidos de sueños,
y que le oleréis siempre en mis poesías que os ama,
porque no viene de milagro un ángel tierno,
quizá una mujer de radiante cara,
la cual acaricie y de mi sentimiento
y viva de la pasión vivo que en la música buscaba,
y le quitaréis Chopán la infelicidad que desgarra,
solo vos guiaréis la ilusión ante vuestra sonada
que da magia, imagen de algo y que es de esa dulce monada;
que huelo cada vaho como de tu tañer esa dama,
y es tan apasionaos como el surrealismo que me idolatra,
por buscar esa luz y dar mi respiración,
y así convierta la ilusión en esperanza,
y por fin podría mi alma besarte en canción
de sonidos de esa enriquecida palabra
que se llama en las mareas de los romances amor,
solo que un divino etéreo amor sentir cuando bese su corazón.
Aparecerá Fréderyck esa dama para que de romance,
que de vuestra música salga y deslumbre los valses,
y más el vals que escucho en esta noche apasionante,
tan delicado que consume mi ser en poesías de lo añorante,
será por querer eso que añoro en mis manos tener y besar,
que le veré pronto y a la mirada tierna podré mirar,
que los cielos de esta noche por vos se abrirán
y ante el sonido de Fréderyck Chopan los pájaros cantarán,
solo si vienes antes de la alborada de esta noche,
y feliz en la noche podré yo mismo cantar,
os amaré tanto que Dios sabrá
que la música hace milagro en la vida real,
y que nada es en la armonía misma mendaz
sino de regodeo y vasta felicidad,
rosas huelo en mis manos que son lirios y azahares,
siento tú hálito ahí y eso a mi alma, ser hace apasionares,
pero tanto que vivo loco por tus besos mi ángel
entre violines sintiendo en mi aposento que son tus caricias de romance;
vesania entre mi fóculo de querer traerte aquí a la fuerza,
de acariciarte y beber de vuestra pureza,
y saber que sois lo que he buscado de silueta
para atraer a mí ser que es ante el canto de él un poeta,
que escribe como un demontre por solo querer tener tu vasta belleza;
de sentir que la frescura de algo, de ese sonido viene de la naturaleza,
como de tu voz misma ángel que es tan tierna
y que lo es porque la escucho en mi alma como el vals de la noche fresca,
y que sois tan llena de amor como la armonía que toca a mi alma de poemas;
así tocaríais vos si venís en la noche que os espero,
y las melodías cantarán más y más por ti mi corazón eterno.

He esperado mucho tiempo ya de esta noche de un etéreo cielo,
no hay rastro de eso que quiero,
Dios verá que la música no es mi cielo,
y ahora los sonidos van tan adagios
de ese vals junto al claro de luna de Beethoven,
no son apasionados sino lacrimosazos
de lo que vive mi sentimiento de joven,
parece que viviré así sin ese deífico regazo
sin oler lo dúctil de sus labios que no me absorbe,
y saber que vuestra silueta no viene a mi orbe,
quiero llorar porque no?,
si ya no vivo con lo que he buscado en la noche,
si no vino porque fue mentira el amor,
y ahora miro solo el horizonte,
observo estrellas y la luna con dolor,
solo sentado en el monte,
todo veo en tétrica alma y en el corazón
por no tener esa dama que de su pasión.
¡Caminos, caminos mustios!,
de desespero mi ser y angustio,
parece que es el mes del infortunio,
locura veía en mi mundo,
nada pasa, solo que fueron deseos inútiles,
me duele el alma, vivo sin las luces,
como de sus ojos que quería en mi mirada,
en la vida tener y de esa viva sonada,
que sonaba en mi alma el vals que amaba.

Pasan vastos minutos y a lo lejos
solo llega una monada de reflejo,
turulato quedo, no sé que hacer y ni me muevo,
era muy vasta de belleza eso tierno,
no veía más el tártaro del infierno,
contemplaba solo esa chica que pedía en mis sueños,
como de el vals diecinueve que ahora quiero,
y que lo luctuoso se ha ido y solo sé que viene para amarme,
solo sé que su ser va ha calmarme,
que la vida está lograda,
y que yo estoy ahora soñando con sus manos acariciadas,
que me tocarán y me darán la locura que buscaba,
alma en vida de no vidorria que destrozaba,
os veré tan cándida en mis labios y alma,
y adornaréis con vuestros alientos el vals que en mi suena de magia.

Hola por fin has venido queridísima dama,
no sabéis como le esperamos a su belleza vasta,
-he venido por vuestra tristeza que le despedazaba,
y porque del paraíso vi que de verdad vos ama,
Dios vio igual que la música que pedís en amor esa magia,
fue tan vasto el anhelo que en la música llorabas
a la de ese índole Fréderick que gustáis de su música sacra,
y no pude resistirme escaldo que gritáis por una simple dama,
sin importar nada porque solo lo que has querido es amaras,
darle lo que en música vos amáis a ella en vasta alma
de la pasión que gritáis en tu dulce apasionada poesía,
porque a ella amas, y solo ella que es la gran alegría de la armonía
que ha vivido en tu silenciosa vida.
-Es así, he vivido esperándoos a vos anhelo tierno
para cuidar y dar lo noble de mi ser eterno.
En la música he vivido buscando ese sueño,
solo el ha sido el sitio de acariciar lo íntimo de mi sentimiento,
y por fin pude realizar eso tan bello
que os tengo ahora aquí vos mirándoos a mis ojos de enamoramiento,
y de rosas en mi alma a la luz de tus ojos de florecimiento,
de regodeo en el vals que suena aún de surrealismo,
y la vida de los libros es aquí tan quijotismo,
solo vos y yo unidos de la pasión del realismo,
y que ha sido en la música igual de romanticismo.
Quiero vivir siempre con la paz de tu alma,
que nadie nos quite la paz que tenemos de calma,
-así será querido tan apasionado que me encanta,
qué dulzura dices como decíais cuando me invocabas
en esta noche en cosas locas que expresabas,
y que vine a tu alma antes del alba,
no fue tarde, y por eso vine querido de la inspiración que canta,
¡ay que alegría mi escaldo que me da magia!,
y ahora vendrán los pájaros a cantar en la noche a la alborada,
no hay nada malo ya en la vida solo sonrisas mi poeta que me ama,
es felicidad en esta noche joven que sabe sentir la vida de una dama,
locura os haré en la vida que en mis alientos están hasta en tu cama,
-¡qué amor vida mía!,!dais solo en mi espíritu la poesía!,
entregáis la armonía que faltaba en mi morriña,
y de los sonidos del vals ahora se ve tanta lira,
qué hermoso sonáis en mí vida vals de la reliquia,
de la divina vida que en mi gira,
y qué vivo somos juntos ante ésta linda,
¡qué amor, qué pasión, qué olor!
¡qué perfume tenéis vida mía de mí amor!
¡qué tranquilidad se vive en estos momentos de felicidad!,
¡qué eterno es vivir con lo que uno ama en la realidad!,
ahora nada será triste en el corazón abrumador,
todo florecerá en la historia de nuestro amor,
veremos cosas que antes de los días no vimos,
sentiré el amor que antes no viví,
por fin sé que el amor no es en poesía lo sucumbido,
y que en este destino contigo en alma soy violín,
que sueno en tu ser de alegría y aromo como jazmín.
-Gracias hombre de mi corazón que os ama,
que en la lira siempre tañerá de la pasión cantada,
esto es una relación tan sagrada
que antes no se miró en el reino de las magias,
en el reino de las diosas que son más que alabadas,
esto aquí es un amor de música arrullada,
no vivimos en un amor que solo existe lujuria,
existe un amor que se une en cópula de aroma de ternura,
del amor que existe en nuestras almas de lunas,
de una inspiración que no termina en la escala del sonido,
sino sigue fluyéndoos como marea a la siguiente escala de historia,
de voces de enamoraos que expresan el amor de victoria,
y seguimos sonándoos ahí amado de mi alma de rosa,
no terminamos de sonar al tocarnos en la pasión sonadora,
siempre sonaremos y mostraremos la historia soñadora,
que existe y que pueden oír en el claro de luna y el vals la historia,
que nosotros vivimos de vasto romance de la divina gloria,
qué hermoso es amarte querido de mi idioma,
me entendéis que os amo tanto en mi dúctil aroma.
-sí, y os amo mi encantadora dama que expresa el amor tan armonioso,
dais matiz a mi ser y al sonido glorioso, vivo tan bien con tus tonos,
que siento que este es mí paraíso que toco, y que en las escalas en besos aromo,
como a tus labios, cuello, pecho, dejo ese olor amoroso,
nada es como esta relación en que vivo de lo melodioso.
Suena el claro de luna tan hermoso, muestra nuestras imágenes de lo glorioso,
qué fortunio se vive en el paraíso de sus ojos, de su vida que adoro,
que locura a veces es la pasión que amo, sonidos caen tan adagios,
suenan en las escalas tan delicados de lo apasionaos,
amo esta vida en que vivo de lo realizado, sois mi vida, mi vida amor,
nada más que la eterna vida de mi corazón,
se me acaban las palabras solo sé que sois toda esta sagrada pasión,
nadie como tu existirá para darme lo dulce de la inspiración,
¡os amo amor mío de mí amor, os querré siempre en mi olor!,
-y yo a ti os amaré con la fuerza de Dios, y por haber sido esta relación
la felicidad de tú funesto corazón,
que trajo sonrisas en el poema de los sonidos del amor,
lo cual dijeron que es lo que nos ha pasado en el vals de la ilusión,
y también acompañándonos el claro de luna de Beethoven de emoción,
tan noble todo y etéreo en alma de él victorioso fervor.

viernes, 18 de febrero de 2011

Noche rutilante ante los ojos del romanceador y del creador.



Noche rutilante ante los ojos del romanceador y del creador.

Las damas son vastas palabras en el amor,
son como las flores del jardín de Dios,
son como amaras en el olor de una flor,
saber que en la vida vosotras jamás dirán adiós,
soñamos con eso sin llegar al resquemor,
porque son vosotras fantasías de nuestra visión,
y que hacen agitar nuestras palabras bisbiseas del corazón,
para solo crear nuevas delicias que crecen de fervor.
Tantas cosas son las matronas en el amor,
como: Lirios aromándoos nuestra entonación
de los cantos dulces que damos a lo salvador,
de ese sabor que no se aparte de la devoción.
Son damiselas que consume mí olor,
y que desde vuestros ojos vuele mi emoción;
que es tan encomiástico a su ser de divino dulzor,
cuando les diera los besos de ilusión,
y que es la gracia de su paz y de su pasión,
son imaginaciones de las que digo de mi amor.

Muchos soñamos con que tengamos esa fragancia,
quien nos rodee y nos de calma,
quien nos de su entera alma,
y saber que en la muerte y vida ellas son la ganancia.
Son más que un poema y una música sacra,
son aquellas que a nuestro espíritu dejan lacra,
enfermedad de lo que es el amor de su semejanza,
“y que hasta los gallos de milagro cantan por la chacra”,
solo en las mañanas despertándoos a la esperanza,
como: ojos, caricias de ese ente de ellas para la sensación de mi venturanza;
los cuales buscáis olores de esa dama,
para alimentarse gracias a los cantos de la romanza,
pero si le encontrarais esa dócil alma encima de tu cama,
le gritaréis de entusiasmo por haber sentido tu alma lo que ama,
para poder contares lo que tanto en silencio clamas,
a ella; para dedicares dulces versos del alma;
y cosas de la vida que habíais pedido siempre en las mañanas,
como a ella en tú destino de magia.

La vierais de felicidad y dierais paz, lo que has buscado en la añoranza,
sin temer y dar todo sin obtener en ti la tribulanza,
sino alegría y al destino una dulce palabra.
Sería: ¡Gracias por mandaras y ante el canto que cantaba!,
para sentires ahora en alma que soy su apasionadora alabanza,
soy sus ojos y orgullo sin tener ya una lanza,
pero al ser fue toda una espera imaginándoos,
pero llega en los ojos de la joven alma,
y dice de una manera tan dulce de lo apasionado,
diciendo mi mismo yo a esa hermosa mujer de mi noche amada:
-¡estáis aquí bella, dulce y paradisíaca dama!,
¡veo entre vuestros ojos los míos! que están llenos de romanza,
¡oh mi yo lleno de amor! en el sentido de amarte en la alianza,
como de mis alientos, libros, que son las voces de mis palabras.
Y que lo de la chacra del canto pasó igual en el suponer de las cosas,
sucede y se obtiene la mujer del sueño de rosas.

Suspiros sentís de su boca,
alientos de fuego os da la diosa,
hombre inquieto consume su alma loca,
se ve que has creado la mujer maravillosa,
y gritáis: “Sois la bendecida de mi piel ardorosa”.
Siempre le buscó hasta en las mareas de las rocas,
y encontró lo que añoraba en su ser de gloria,
para dejares en el destino el aliento de su historia,
de que ha vencido en lo que creíais vidorria,
pero que terminó describiéndoos en palabras una diosa,
la cual tiene en su destino fiel de esa tenue flor olorosa,
y tan igual como las flores del jardín de Dios de gloria,
siendo ella esa flor tan pura de su vida de la amada historia.

Sentimientos crecen en la romanza de sus notas,
escribe notas de versos en un papel a la matrona,
“monada de cara pasea en mis ojos de fortunio
de haberte conocido en el mes de Junio,
llegasteis en esa fecha de un gran canto y de orgullo,
y no hay en la pasión el infortunio,
hay regodeo y soy hombre solo tuyo,
y ni hay ante el destino regomello,
sino flores de vuestro lirio que quiero,
y por eso que soy ante vos un gran caballero
que tengo el amor y de acariciar en noches vuestro castaño cabello;
y en el cielo de las noches se ven destellos,
son las luces que dais tú misma de tus ojos azulejos.
Locura en mi alma amada de mi cuento,
tengo ahí mis aromados sentimientos.
Vivimos en un jardín de lo que jamás imaginé tener en mi reflejo;
el cielo de esas noches canta junto a los románticos gallos,
y el sol arde por nuestro amor enamorado,
por las mañanas de lo apasionado,
todos nos acompañan en el amor ilusionado,
qué cosas son en esta nota de versos que le escribo a mi ser que amo,
que llegó de esa manera tan brillante en mi ser aromando,
y que despertó la felicidad que había implorado.
Dulcineas se ven desde la tierra volando,
parecen ángeles a lo inmenso del cielo claro,
solo las miro y sé que son ellas que vienen a darme su espacio,
que vienen acompañar el romance que tenemos,
sus labios botan luces vivas y no lacios,
y así no marchitos somos y de su luz floreceremos,
viviremos de paz y a Dios y a los cantos agradecemos
por haber dejado tener este amor dulce como su reino”.

Termina la carta y solo se observa que el hombre está feliz,
está de fervor su alma y siente que no es infeliz,
qué días viven los jóvenes enamorados,
qué siglos pasan ya, y siguen en el mismo romance copulados,
unidos siempre en lo que es el aroma de su ser explotado,
de lo que es el amor en las palabras de un Dios romanceado,
y de lo que es esta persona con su dama que tanto ha amado.
Consiguió victoria en su destino bendito,
este hombre que escribió a su flor de los lirios,
que sintió hasta aromas de diosas en su ser fundido,
que soñó tener una y llegó en el milagro del canto,
y no hubo en sus poemas llantos,
hubo la locura de su carta de su ser agitador,
para despertar el loco delirio del amor,
para tener ese romance bombeando en su corazón,
de lo que es para él lo más vasto de su interior,
lo más puro que es esa palabra de la pasión,
como ella su diosa que encontró de ilusión,
en una noche apareciéndoos para dar su dulzor,
y tener en la historia la carta del gran amor,
ellos juntos en esa noche de las estrellas de gran fulgor,
pasándoos estrellas fugaces de iluminación,
juntos amándose y abrazados de lo más enamorados,
viviéndoos juntos en el fóculo de su noche encariñados,
dos almas que despiertan la historia del romance,
que hasta viéndolos hacen arder mi misma carne,
son los versos quienes en las imaginaciones arden,
hacen transformar el estado mental a lo apasionante,
hacen ver a través de imágenes liras de lo delirante,
explayo mis pinturas de letras en sus almas,
pinto de paz sus dulces mañanas,
hago lo que no se vería en otras entrañas,
fortunio hay en mis palabras,
voces existen en el fondo de cada cuerda de una magia,
como de composición que haga en el piano de las entonadas,
para ser en historias de voces escuchadas,
eso es lo que somos los músicos, poetas de la magia,
sino somos nada, nada en la pasión de la noche de luna,
viéndote tan etérea y de explayada ternura,
hoy ya terminando y sabiendo que os escucho claro de luna,
pieza de Beethoven tan única, tan dulce y llena de su vida nocturna,
todo es oculta y a voces de las letras que hundan
las hojas de estos versos que dice la vida de las dulzuras,
de la historia que estará en la pasión de la luna,
no hay en las lagunas verdejas esta pasión de reflejo que le destruya,
no hay nada que pueda con las tonadas de su ternura,
es más inmensa que el paraíso que su gran dulzura,
vive feliz alma mía de la pasión que has redactado,
duerme bien en esta noche de luna que he amado.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Diosas de flores os dejáis el amor que él tanto buscaba.



Diosas de flores le dejáis el amor que él tanto buscaba.

Buscad diosas de flores en los cuentos,
amad su suculento cuerpo,
tenerlas sería fuego,
fuego de la pasión que sueño,
así sea solo quimera lo huelo,
y sobre todo en mi alma lo siento.
Amaras y hazles arder sus ojos bellos,
y floreceríais sus bellos ojos azulejos
a una gran luz en el firmamento,
al observar esos destellos
fuera como ver la entrada del hermoso cielo,
y deciros a los versos esto
es como si expresara que es lo que quiero
que hagáis con el sentimiento
dirigido a ellas de mí momento.

¡Qué dulzuras fueran esas bellezas del universo!,
lo dice el escaldo del amaos verso,
diosa a ti os imploro de enamoramiento,
dame por lo menos un aliento de tu cuerpo,
no veis que os necesito en mi carne que está ardiendo,
por ti y solo por vuestra identidad que ama mi ser de fuego.

Llegó lo inesperado a su vida de sortilegio.

Siento dulzura en su boca y un aroma tan fragante de su cabello,
tan tenue al besar fue su dúctil cuello
que sentí las mareas del sagrado cielo,
las voces de las diosas de flores escuchaba en mí momento,
al quitar los labios el alma mía sintió que era mi anhelo,
dejarse ella socavar, para mí era vivir un sueño,
hasta que el cielo y la magia de mi se abrieron,
las alas de las diosas de rosas dejaron a ese ser bello,
no fueron ellas quienes se dejaron amar,
ellas mismas arrojaron la paz,
mostrándoos a una dama que sabe arrullar
y dejarse por mis labios besar,
que apareció en mi sueño real
de una noche tan sola sin tener a quien abrazar;
sanándoos la descorazonada alma herida,
ella en sentimientos y amor de mi soledad tan favila,
que tenía en mí alma intranquila,
esos espinos que no daban salidas,
solo hallazgo de desespero a una diosa bendita,
y fue ella los destellos azules que dieron vida,
por solo sus ojos azules y de cabello dorado de mi vida bienquista,
¡más que una diosa! fue la luz que hoy en caminos me guía,
me canta y me toca en la calle mi amada violinista,
le dieron virtud de sapiencia de su vida,
y gusto interminable que nunca termina,
termina de mis hojas de rosas de la poesía,
que os amarán en las honrosas cantigas,
que os cantaréis el diluvio de letrillas,
que os acariciaréis en labios a tu cuerpo de mi alma tranquila,
por haber sido vos la salvación de mi alma favila,
gracias por venir y darme lo que me has dado en mi vida,
veis que ahora si puedo por fin gritar que ¡os amo querida!,
desde que os vi esos ojos de poesías, cabello y que sentí vuestra piel sumisa;
fue como escuchar la música de Beethoven de Elisa,
y esos dientes blancos que blanqueaban mi vista,
y que me hicisteis convertir como pianista
de tocarte y aromarte de esa pasión que me estima;
y amaras a vuestros alientos de tañeres que os aman mi María,
así se llamaba esa señorita que aparece en esa noche de alegría,
que alegraríais tanto mis días de sonrisas,
solo eso que tenéis solo vos mi amadísima violinista,
y que a los segundos era sentir las aromadas brisas,
solo de vuestro aroma que despertaba mi poesía,
más y más de esta noche solo que os escribo de alegría,
y recordándoos lo que pasó esa vez de mucha lira,
entre nosotros viviéndoos de esa noche que en mi hasta hoy me ama y gira;
a través de mis sentimientos sintiéndoos tus labios y cuerpo mi vida,
cuando os consumía esa vez de matices que en mi de amor hoy pintan
y en la poesía en melodías tiritan,
tiritan de lo que es la hermosa vida de la fantasmagoría,
por aquellas diosas que le trajeron a mi alma de alegría.

Vivir contigo en el aposento mío de madera,
tan poca ella en vuestros ojos de reina,
solo de eso has dado la luz a sus espacios,
de esos ojos tuyos que fueron lo apasionado,
no sé porqué la soledad me había matado,
tanto así que no tenía respiros en mi ser,
gritaba en poesías su figura para oler,
pero no aparecía y era tan nubloso
y oscuro de lo espectral de mi corazón lloroso,
buscaba en las afueras de la naturaleza,
pero nada aparecía para darme paz a mi terneza,
estaban tan lejos ese olor para amar,
que pedía diosas para vivir de grandiosidad,
pero no venían y solo os mandaron a vos de milagro,
fue algo que mi ser buscaba en lo apasionado,
os repito esto tanto porque sois mi ser amado,
con quién podría compartir mi sentimiento que contigo,
saber que sois ese destino de delirio,
que sois el aroma de la naturaleza de sus lirios,
que en las anatemas del averno es castigo
y en el cielo de tus ojos es mí paraíso,
el bien del alma que ha vivido en lo bueno,
solo se elevaría a ese mundo del dulce terreno,
así iremos violinista María de sentimiento
a lo que llevamos en nuestro corazón de florecimiento,
no existe un mal protervo,
ni observáis en el cielo volándoos cuervos,
solo se ven bailándoos ángeles con sueños,
almas vivas y felices por nuestro aposento,
así sea lo humilde de lo más pequeño
tenemos ahí dentro el amor de destellos,
que llega arder hasta el reino en sublime fuego,
y de nuestra imagen volando por ese cielo
y acariciándonos cada vez más de enamoramiento,
sonriéndoos tanto que somos benditos de ese momento.

Cada vez enfrentamos desafíos para llegar a lo bueno,
y que se encuentra paz inmensa y aliento,
y vivimos en ser de cuentos dulces y de amor plenos,
de poesías, de voces de lo que es lo nuestro,
así como el violín que despertad en sonidos su silencio,
de lo que es el lenguaje de la pasión de su eco,
igual que de pinturas hechas despiertan la música viva en chelos,
por sus instrumentos acompañados en sus estros,
del que hacéis pintor de gran surrealismo de tú sentimiento,
como en lo resumido de mi amor a ella de este crecimiento,
que no os bajáis ni un poco de mi anhelo,
si no os eleváis como al astro de mi enamoramiento,
por lo que se trata en vos de mí amorío que quiero,
y que al mundo de las noches despiertan luceros,
y así se verá cada vez más ese destello
de fugaces estrellas que pasen de nuestro sueño;
siendo totalmente que bello
todo lo que os dice este amado dueño,
como en las líneas de los dulces versos.

La poesía retumbándoos por las almas,
solo de las personas que de verdad aman,
le dejáis a nuestro espíritu voz, amor de magia,
de seguir esta relación que le de al cielo llama,
de esa llama que veáis Dios que no se ve en tu entrada;
porque somos indecibles en el querer de la unión amada,
y porque nos amamos de el franco y ardoroso amor,
del sonido del violín que tañe más que a tú reino de lo romanceador;
y perdonad si os digo así de esta manera que nos pasa a los dos,
lo que sucede es que somos románticos al momento de explotar la pasión;
podemos imaginar que nuestras almas desatan lo hermético de la ilusión,
y hacer ver nuestros besos de lujuria en una cama de ardor,
caricias en un aliento de abrazos y desnudos de la relación lasciva;
haceros de profundidad de lo que nos dicta la alegría,
y porque amaras a ella esas noches de los crepúsculos es tener el alma viva,
saber que vuestro ser inmenso es de mi magia y dulce fantasía,
saber que su ígneo ser forma de mi melódica poesía,
y sin decir nada más solo que saber que sois toda mi eterna vida,
y de la cual mi alma solo de tu labios respira,
solo de vuestros sentimientos en mi de amor tiritan,
de tus sonrisas del semblante de regodeo a mi me llenan,
llenan en el fondo del sentimiento que adoro de terneza,
y hace ver lo hermoso de la noche de nuestra naturaleza,
y se observan bellas estrellas
de las cuales vuestros ojos son de ellas la que más centellea.

Fulgura en los espacios de mi alma de la ilusión,
por esta dama María que amo en mi corazón,
de poesía y melodía de voces de mi amor,
no hay otra damisela quien resuene este tañer de lo romanceador,
quien alentó lo luctuoso de mi introspección,
y quien le dio la felicidad de mi soñada pasión.
No puedo negar nada de vuestra cándida alma,
honrosa siento querida de tu imagen no eclipsada,
os amaré en la fuente de mi alma sagrada,
¡oh amor mío que disteis la llama!,
¡oh María que le ofrecisteis besos de calma!,
¡oh que bella sois amadísima María de mi pasión cantada!,
¡ay amor qué bello es amarte con todo el férvido corazón!,
¡ay Dios gracias por darme este gran anhelo del amor!
¡qué vesania vivo en los versos de mi ardor!,
¡qué admiración se explaya en las líneas de la pasión!.
Siempre os querré María de mi alma que tiritas
que dais ese aroma que me paraliza, que es de magia y cuerpo de ambrosía,
no consiguierais eso en otro mundo mi hermosa dama María,
de ti me he enamorado como lo veis en las líneas,
solos sois mis ojos de ver en las mañanas de la vida,
y así la agitación del romance seréis de gran lira,
de besar a tus labios tenues que me llenan de vesania,
son tan dúctiles que se siente el aire de la calma,
sentir en noches tu cuerpo es apoderarse de la mujer sacra,
de esa joven diáfana, como cristal que es tan delicada,
solo de mis besos puede brillar al cielo de magia,
solo soy yo vuestro amor que os ama,
tan bellida eres beldad de mi canción entonada,
de mis plectros que te acarician de la pasión resucitada,
que buscaba y encontré en la vida de flores aromadas,
y seréis mi aposento vivo de vivir y charlar en las alboradas,
y hacernos en noches el amor lascivo del querer de nuestra vida poetizada.

lunes, 14 de febrero de 2011

Él espíritu suena a una pintada historia del amor.



Él espíritu suena a una pintada historia del amor.

Se acoplan entre mi realidad de una noche,
y se deja ver ese espíritu de brillantes soles;
dejándoos que su lenguaje en mi se apoye,
y acarician más su alma de esos bemoles,
y a mí de sus violines y chelos de acordes.
Llamándose “Ghost” Espíritu de sus visiones,
de lo que siente y a lo que quiere realzar de sus elevaciones.
Vida le alentaréis siempre hasta el fin de vuestros sonidos de mis proles;
que he amado siempre a vuestra música de adoraciones,
las he sentido y visto el mundo en que vivís Beethoven,
piano de trío opus setenta número uno sonándoos y acariciándoos siempre de joven;
a mi moza alma que de ella solo he vivido oyéndoos de pasiones,
y como único jovenete que renace al mundo los opus de tu idioma;
y que a lo lejos vos verás de vuestro oasis mis tonadas en versos de aroma,
no hay otro líder que pelee en la lidia o batalla de mis tonadas,
solo estado consumiéndoos el lenguaje de las palabras,
de la literatura callada para dejarse ver en mis romanzas,
y de las cuales seréis en mis honrosas de las sonadas
de los versos agitado que suenan de violines para vuestra escuchada;
solo escribiéndoos esta noche con estrellas rutiladas,
de una luna tan franca y blanca
que me mira y me habla y me da su magia,
lo etéreo del universo son mis notas de galaxias,
astros cósmicos son mis luces de la vía láctea,
hasta de esa misma Diosa le pido que me dé su cándida alma,
para así tener tanto poder de mi noche y mostrar que soy la nota apasionada;
porque solo es refugio y olor dulce que me abraza y que me ama.

No hay entre giras de mi noche otro sentimiento que me acorrala,
no lo hay ni existierais porque es la noche eterna en que vivo escuchándoos su sonada, lo cual aparecen en mis ojos esas dúctiles almas,
de dos bellas afroditas y Beethoven en el piano tocándoos de desolación alegrada,
y entre mi noche callada escribiéndoos lo que veo de magia,
manifestándoos a mis letras "el espíritu de ese hombre que solo a ella ama",
¡como yo igual! que solo a eso amo, y a las afroditas sacras.
Una tiene violín alentándoos el ser de la naturaleza,
(la otra arrullándoos a mis ojos que le ven de terneza),
mis mismos ojos aquí de su belleza se refleja,
y escribe todo lo que pasa en los segundos de esta bella quimera,
lápiz escribiréis lo más fuerte que corre en mis venas
el mar de las tonadas de mareas,
de versos que mueven a mí de amor a ellas,
y de estimación a Beethoven en el piano de fineza.
Ver como empezó al veros ese violín y chelo de grandeza,
luego el piano con Beethoven de esa pasión que despierta;
a mi alma, a mí poesía que en sonido ama y sueña,
que de todo lo que digo está ocurriéndoos de la historia que en letras suena;
ese piano como tañe de fuerza, como vosotras tocáis en ojos de alegrada tristeza,
con sus dedos ante ese violín y chelo junto al piano de terneza,
esto es lo que en ese silencio dan a mi ser para que se transforme en un poeta,
el que lee sus labios a través de sus tonadas que me muestran;
imágenes, sentimientos de lo que nadie contempla,
y lo que a mi hoja de poemas solamente sé lo que el amor alienta,
de los segundos y minutos de la tocada que me deja,
enamorado de la voz de las vastas romanzas de las cuerdas,
paralizado quedáis espíritu ante lo mesto alegre de la leyenda,
de lo que contempláis a lo lejos de las bellezas,
definiciones no las hay solo la voz de tu lápiz en letras,
el sonido está ahí pintado diciendo que está sucediendo en esas imágenes ciegas;
todo os dice y a lo que amo de la vida mía de vasta terneza.
 Gemebunda desde el alma por soñar esta historia que me besa,
pasándoos la noche así de esta primera hoja que me embelesa,
por saber que es la noche tan dúctil y de su esencia fresca,
y no puedo deciros que es una gira tan grotesca,
sino aromada de las voces que en ese violín y chelo despiertan,
de ellas a mí de amor y de tenue caricia a mí de su tañer del amor,
de locura por querer a ellas sentires en mi boca de ardor,
pero al sonar el piano hace esa estupefacción tan ineludible de la pasión,
que se agranda mis ojos del asombro por ver esas sacras damas desde mi corazón;
y enamorado de que mi alma le acaricie su cándido regazo y senos,
y así tengáis alma mía, carne mía su olor
y el universo le regale a mi ser su cuerpo,
¡qué viva todo este vesánico fervor!
por amar y oler las caricias y sentir su chelo,
y sucedió apenas cuando me paré y grité su nombre de amor
que me dejó en esa misma naturaleza su sentimiento,
romance de lo que es la divina unión
que se apodera de mí y su aliento,
pero al venir vosotras los instrumentos
mismos siguen sonando y encendiendo,
y el índole Beethoven tocándoos de mucho genio,
ahí sentado en el piano y aromándoos nuestro anhelo,
disfrutando en la misma caricia del pasto y de el cielo,
de ese reino del paraíso como este que se siente que es de enamoramiento;
y en vez de terminar los compases se repiten tras la noche de enloquecimiento;
y así más yo de él me arrullo de ternura con mis afroditas de deseo,
de esta vida que siempre ha soñado vivir mis sentimientos,
y que ahora ya los tengo, puedo decir que solo siento:
¡amor, sonidos, olor, y cándidas voces a lo lejos!,
versos de flores en cada parte de la naturaleza,
escritas en ellas y en árboles en la madera,
corazones alrededor de nuestro fóculo que dará prole de terneza,
y sigue tocando Beethoven de una manera apasionadora esa pieza,
y los mismos instrumentos solos siguen entonándoos de calma,
todo se observa en la cándida naturaleza
y a mi pasión del espíritu la alma inspirada,
dejándoos que le consuma a mi ser diosas bellas;
de su olor y caricias que me explotan de la vida soñada,
y así explotaréis mis versos del amor de poemas
que jamás imaginé crear teniéndolas a ellas,
enamorado de su piel que en la noche me quema
de efusión de mi bisbiseo que les doy de terneza,
en tiernas palabras a su oído de esta aromada naturaleza,
por el violín y el chelo y el piano de mi mismo poema.

Terminamos de hacer el amor en la cama tierna,
donde se despertó romance hacia las cúspides estrellas,
y de ese romance de mis bisbiseos eran: ¿será la unión eviterna?,
y hablándoos de estas afroditas que dejaron huellas,
como a mi alma, ser, ilusión, les amaré siempre en mis poemas,
cómo olvidaría mi alma su conocida mirada del sueño que vinieron de grandeza;
no se consigue las palabras sino expresiones de mil dúctiles inspiraciones;
por saber que fueron el enigma de mi visión de la naturaleza
para solo dar amor que buscaba en noches en poesías de amores;
pero aparecieron afroditas y Beethoven de estupefacciones,
vosotras convirtáis mi vida de olor dulce que suena en violín como oboes,
y ninguna escala de sus sonidos terminan, sino sigue sonando otro de pasiones;
así vivimos ¡oh mi yo! con ellas de ese bello momento,
teniendo solamente que sus inolvidables alientos,
¡cómo muero por solo saber que será eterno!,
que esta relación estará en el mismo reino.

Al escribir solo tengo a lado mío un cuadro en blanco,
tiene un marco de oro y cristales brillando,
se ve que le hace falta algo,
falta como una caricia sumisa que lo eleve en lo apasionado.
Mis manos recogen pinceles mágicos,
pinto en ése cuadro dos mujeres y un piano,
¡cómo doy matiz a ese bello cuadro!,
hago hablar a las figuras al pintaras con mis manos,
cada crepúsculo de tinta que plasmo
da a los ojos de mi naturaleza el sentimiento amado,
pero de ¿qué tratará ese cuadro que ha hecho mis manos?,
¿qué le queréis decir a la poesía en eso pintaos?,
dos mujeres y un piano tan sagrado,
pero en el fondo del piano hay un hombre tocando,
es la silueta de ese gran genio en mí manifestado,
las miradas de ellas solo son sonrisas hacia el ser amado,
y la mirada de él es tan profunda en los ojos que muestra un romance muy sacro,
pero verles a ellas en ese pasto desnudas es comienzo de la identidad,
por solo el que vive en sus alientos de tenuidad,
le da con el mismo pincel a su bellísimo cabello,
cristales de rubíes de un tónico centello,
y atrás de ella está dibujaos un chelo,
si miráis, veréis en el cuadro su sentimiento,
como el cual habla mucho de esa pintura callada de lo que siento,
lo que he vivido de esta noche de dulce enamoramiento,
y que se apasiona de mi voz a esos bellísimos versos,
de pintura bañada de mis mismos alientos,
de afroditas que amo con todo el ser entero,
como dejo atrás el mundo que tenía de vivir y tener este mejor,
y saberos cielo que es pintura de mis sonidos del sueño
que dio para hacer este bellísimo cuaderno,
el cual está las mismas pinturas que he hecho de lo estro,
de inspiración de mi introspección al enloquecimiento,
de que renazcáis alma lo añejo
para dejar a los ojos el romance del renacimiento,
no uno cualquiera sino uno que vivirá en lo eterno,
y que han estaos en mi pintaos de amor de los versos,
sabemos que el tiempo pasa, pero jamás termina Carpe Diem
de “aprovechar el momento”,
y la vida será extraordinaria de vuestra identidad en los ojos del universo;
así con el nos alimentamos cada vez del amor,
sentimos que estamos rodeados de su olor,
de su pintura, melodía de un piano y otros de pasión,
sabemos también que vos estáis en mí corazón
que sonáis ahí sin parar como en las letras,
que os amo con toda la estimación,
¡oh mis letras siempre estáis ahí de terneza!,
como del piano que despierta pasión en la naturaleza,
en el cuadro su olor que manifiesta
de una inspiración que a todos no llega,
sino a uno que huele ese mundo que se apega
y que se aroma de su identidad tan única que embelesa
y en sueños de vivirla la besa.
Ósculos al violín y al chelo que nos lleva
a un fóculo de proles que deja,
por copular con cándidas bellezas,
y por dares siempre la pasión que eleva
almas mismas al cielo al sol de terneza,
qué locura es escribir nuestro romance
que a todos lugares da buen avance,
y que hace agitar poderosos mares
y por eso que jamás mi alma va dejar de amares,
ni mi aliento en pintura a sus seres siderales,
tan cándidos que dieron a mis bellos valses,
regodeo del sentir y emoción de bailes.
Tomáis mi alma tanto queridas que le dais lo apasionante,
la magia de convertir como un mago el amor deleitante,
¡y así yo os siento amor mío, qué destino!
vivo con vosotras en mi de un vesánico idilio
que palpita, suena y se pinta de regocijo;
no hay más que este amor mis afroditas,
no existiera en las giras de las liras,
siempre os consumirá mi alma, carne de su vida,
de lo que es en tañer y matiz de mi poesía,
cómo el hombre que os ama de armonía,
y por ser esta noche la noche de las inacabables fantasías,
quiero vivir ésta poesía tanto como sentir sus labios de él en mi alma sentida;
eso que es eclesiástico ante mis ojos y del alma bendita,
no se escuchará a lo lejos de la vida
jamás este tañer que suena tan melódico y amoroso de mi alma bendecida.
Como suena ese violín de la pintura y el chelo junto al piano,
qué armonioso son los besos que se dan de lo apasionado,
y el hombre junto a las diosas de lo enamorado,
¡qué romance, qué locura, qué melodioso amor!,
¡qué quimera, qué sueño!, qué romance de verdad vivo de lo agitador,
viva la melodía, la pintura de mi surrealismo que he pintado de ilusión,
que viva la calma que tengo en esto con mis diosas de explosión,
hasta que de tanto explotar llego al refugio de mi olor;
de dormir con ellas feliz junto al cuadro del fantaseado amor,
y vivir en ese cuadro lo que sigo viviendo de mis imágenes de la vida de pasión.

sábado, 12 de febrero de 2011

Se convierte en lo real el poema.



Se convierte en lo real el poema.

Solo un escrito explaya mil titilaciones,
una manceba de ojos azulejos,
demostró ver al mundo de expresiones.
Quedo en la vesania de ver sus creaciones,
aunque sé que existe, la esperaré en mis olores.
Dos mundos que se esperan en la amada tierra,
el mismo ¡oh mi yo invocado sois hacia la damisela¡.
 Sigue publicando dúctiles libros y dejándoos huella,
¡cómo llega el momento de por fin a ellos leeros!,
y qué gama expresáis en las letras de lo tierno,
dibujos se ven volándoos y amor sincero,
me gustáis como explayáis el sentimiento,
solo eso lo digo en mi mente al leeros,
sé valorar lo evanescente de tus versos,
mi pasión ha sido esta de escribir igual,
pero como os digo eso si vivís lejos,
¿o dónde os busco para darte lo pasional
de lo que espirito en mi de cálido aliento?.
Mi mundo es solo que eso,
y sin ser mostrado al orbe de ese reflejo,
en historias acaricio a mujeres de tenues besos,
ósculos ante ellas haciéndolas sentir que son amor de mis violonchelos;
y viéndoos que es quimera lo que vive un escaldo del anhelo,
por sacras damas en tu respiración y ser verdadero,
pero se alejan, son mentiras y a veces uno sufre en un sortilegio,
como en un oscuro silencio,
las quieres tener pero se alejan de tus manos su aliento,
es noble ampliar la historia pero vivirás en un averno,
a veces queremos que salgan a nuestros ojos su reflejo
para: besar, abrazar, amar, y dares el honroso apego,
y como son solo cuentos, creaciones no sale ese ente en las líneas de tú sueño.
La bella dama de ojos cándidos y azulejos
aparece a lo lejos de mi aposento,
“¡será ella o es un sortilegio!”,
abro bien los ojos y recién me doy cuenta con certeza que es el ángel de mis anhelos.
Solo soy un escritor que escribe versos,
un hombre solitario en el aposento,
el que sueña en los sueños
pero quedando siempre despierto,
por si una vez llega el milagro de acariciar el reino,
reino de sus ojos, piel, boca de sentimiento,
veníos amores de mis momentos en que tengo,
así seáis invisibles reflejarán mi anhelo
y cultivación hacia lo que espero.

La dúctil dama camina con fineza,
y se acerca a la vivienda del hombre de destellada belleza,
el hombre piensa: ¿será que podré ganarme su amor?,
¿cómo hago parar que se fije en este escaldo romanceador?,
solo pido a Dios que sus ojos sean míos, su olor y sus caricias,
que pueda sentir la poesía viva y no la fantasmagoría,
la que hacemos de eso que vaya a dulces sonrisas,
y que seamos nosotros esa historia resumida,
la que amaré en mis sentimientos de bellas cantigas,
su ser nácar que me paraliza,
y así la historia estará lograda,
la vida por tener a esa bellísima hada.
Todo me pasa ante las vesanias,
porque el vivir solo y no tener esa caricia solo mata,
es como si no tuvierais alma
porque está en las historias que creas llena de sueño y magia;
y provoca volar y solo soñar que vive en ese refugio de pasión inspirada.

Por fin conversan y se conocen en la vivienda del escaldo,
y así fue como comenzó lo apasionado:

Hola damisela qué prodigiosa sorpresa de milagro,
como verla por estos caminos al paso,
una señorita refinada y conocida esté aquí en el sitio mágico,
-¿Mágico, por qué decís eso joven a lo loado?,
- porque este reino en donde hay un cielo y un escaldo,
existe fantasía por la cual se vive y se llora en lo trágico,
-¿Quién es ese escaldo y porqué se solloza en lo elegíaco?,
-no te dais cuenta quién es, está en vuestros ojos el apasionado,
se gime en la tierra por querer buscar un amor que toques en historias amándoos;
y ahí la fantasía es un resquemor que os mata tanto,
¡no sentís! qué nuestras palabras son en líneas el llanto,
pueden ser felices sin infortunio pero aún así estamos los que escribimos llorándoos.
-Os entiendo y le expresáis al amor rabia en historias que has creado,
mostradme quiero conoceros más y a tu sentimiento tan purificado,
-ya os daré mi libro de la vida que he hecho solo en este aposento,
viviéndoos amores imaginarios de mi sufrimiento,
ah y mi me llamo Lorenzo, un hombre loco de los sueños,
-quiero que salgáis al mundo junto a mí Lorenzo,
le mostraré al orbe que sois un ser que no hay en los que existieron,
estáis de esa magia dulce y que a mi has daos enamoramiento,
no importa ¡si queréis burlaos!, aún así tenga mis mejillas en enrojecimiento;
-¡no, no, no digáis eso bella dama de mis ilusiones que quiero!,
vos me gustáis desde que leía vuestros versos,
siempre me has gustado querida de mi alma que grita en el silencio,
solo por tener ese ósculo de vuestros labios en mí de besos,
¡amadme, abrazadme! mi bien que necesito mis ojos azulejos,
así como el cielo y el reino, ahí de Dios como tu sacra alma que venero,
y el día de hoy ha sido un amor, romance tenerte en mi pasión que grité en silencio.
-Entonces sí os agrado jovenete,
amadme vos igual en mi cuerpo evanescente,
de tiernos besos que den magia real del ente,
-así lo haré cándida dama de mi mundo eternamente,
este Lorenzo os dará la paz plebeyamente.

-Soy un poco tonta no he dicho mi nombre,
-¡es cierto, decidme ¿cómo te llamáis?,
- me llamo fruta sagrada de tus olores,
-¡oh! que graciosa estáis,
-solo me gusta bromear, mi nombre es Beatriz,
así como la perla y el dúctil violín,
el que suena y ama sonándoos vuestro existir,
ahora será, aunque está sonando en tu ser de jazmín,
quiero darte todo el divino celestial del vivir,
me encantáis amado de mi.
-Qué expresión tan sacra expresáis a mi alma,
qué damisela sois del paraíso que me ama,
solo por ser ese hombre que supo hacerte descubrir
lo que es la poesía en sus líneas del coexistir;
y porque te has enamorado de su forma de escribir,
de sentir la vida a lo que unos no la ven así,
-eso es verdad de eso y de vuestra mirada en los versos,
blanqueándoos los mundos en calma del sentimiento,
conocía poetas pero no así como vos de esa existencia,
sois esa melodía que suena ahorita en mí alma de belleza,
¿lo escucháis amor en las poesías de esa cadencia?,
-si la escucho y os amo muchísimo en mi alma y en esta magia de la tierra;
quiero botar lágrimas por ser el milagro conseguido,
y que has daos amor y cúspide regocijo,
la soledad se aparta de mi destino,
la vida me da la oportunidad de vivir de lo más bellido,
los ruiseñores vendrán a cantarnos por este amado idilio,
y arrojarán dúctiles lirios, la paz es y será de nuestro amor bendecido.
-¡Qué hermoso habláis amor mío!, ¡cómo le ama mi alma a tu delirio!,
antes escribía pero jamás pensé que lo viviera así unido,
apasionado, alegre y tan divino. ¡Os amo Lorenzo!, ¡ay Lorenzo!,
os adoro en la carne en el sueño de mis sentimientos,
quiero en noches sentir que vuestra piel acaricia mi ser de enamoramiento;
quiero la vida con hijos y que sean poetas y músicos plebeyos,
que nazcan de ese bello sentimiento de la inspiración,
y que tú me has dado en mi corazón ardiendo,
y disfrutando que eres mío en el gran amor.
-¡Hijos saldrán de vuestro vientre de la pasión!,
noches serán de el dócil amor,
estrellas con sus luces acompañarán de ilusión
a que crezca la aceleración de nuestro cuerpo al besarnos de ardor;
jamás perderemos la fe que tenemos mi dulce furor,
¡oh que efusión, qué querer tengo en mi ser!,
solo porque vos es mi eterna dama,
y que adoraréis alma mía de querer
sin apartar mi aliento de su carne y alma.
-Qué bello Lorenzo que inspira dulzura,
las fantasías no son gemebundas,
son regodeo y ternuras,
al besarnos y hacer la lujuria
en un amor que se acaricia en cama desnuda,
sin temer nada sino sonreír,
sin perder el juicio sino ganar la vida,
y en el destino ser feliz,
porque llevamos en alma las dulces liras,
y no coexiste en letras cicatriz
y ni a lo real de la poesía sino alegría.
-Sentimientos voléis y amad a mi Beatriz,
entregad la pasión y hacedla sentir
que mi amor es eterno,
entrar en ella y acariciar de lo tierno,
y más yo haré de lo mismo en la cama ardiendo,
quiero amaras más de lo que no se puede en el cielo,
quiero esa magia de mi ser hacia lo más plebeyo,
-que bien amor haces el amor en mi cuerpo,
qué Dios sois Lorenzo en mi piel del apego,
quiero que me améis así de ese gran dulzor,
dais la imagen y pasión de un hombre férreo,
cariñoso y único de mí enamorado corazón
que os ama muchísimo en la pasión.
-Siempre os amaré hasta que nuestras poesías sean nuestro cuento;
las que den al mundo de las que hicimos ya el romance verdadero,
el que se toca y acaricia de fervor del sentimiento,
el cual no hay dolor ni resquemor en el corazón,
sino un paraíso el cual es nuestro fóculo de enamoramiento;
y que se vive regodeado en el amor,
-feliz, viva, con una silueta de grandeza,
de armonía de la misma poesía que entrega,
de sonidos de piano y vida en el alma de primavera;
-así tan romántico es amor en mi existencia, ¡tu tan eterna!,
y que amaré en el paraíso de igual manera, mi Beatriz que me dio el real poema.

Deidades ante el ser que vivió esperando el milagro.



Deidades ante el ser que vivió esperando el milagro.

¡Oh la vida mía de las liras!,
porque en cada sonido de la melodía
¡te tengo el dulce amor que me estima!;
¡no hay otra pasión! que me llene de vida,
solo esa que me deja en sonrisas,
solo con ella que a mí alma la acaricia.
Es todo lo que estaría hasta el oasis de la triunfada alegría;
y cantaría las cantigas
muy dúctiles de la armonía.

Entre la noche del sueño,
cielo etéreo de estrellas,
tengo mi enamorado sentimiento
que vive por ella;
solamente de ese sonido de los versos
que cada vez suena,
suena en mi corazón del poema;
¡y las letras se vuelven magia de mi existencia!.
Todo cambia hasta las estrofas de cadencia,
en mi alrededor sintiéndoos los sonidos de mis bellas letras;
y se abre el cielo mirándoos ángeles amándoos mis poemas,
solo con sus cantos sopranos de belleza.

Cada vez soñándoos de lo que amo,
es como hoy en la música sus labios,
que me hacéis hacer esto apasionado,
como la de esta noche de eso amándoos.
Sois en realidad de mis historias de versos teúrgia de lo alegrado;
¡cómo dejarte violines, letras si estáis en mi corazón enamorado!,
si vivo sintiéndote en mi ente ilusionado,
¡amaros ente y vivid con el de lo soñado,
solo así vos verás al paraíso aromado,
como de tú amor a esta historia entusiasmado.

Cantos gregorianos y afroditas
se ven llegándoos,
como al fóculo de la noche más alegrándoos,
y veros es sentir que me acompañan entre mi noche de lo beato;
tan celeste ellos de mi rincón solitario.
Al llegar dan a mi espacio
por sus cantos y violines el encanto,
y la paz que necesité en los versos de compañía era de lo sagrado;
siempre grité en el silencio esas deidades de cantos,
y aparecieron para darme lo encariñado,
que ahora disfruto de ambrosía a las afroditas en el lecho del manto.
Siento sus pieles por la mía de lo encantado,
y es una cohesión tan divina del amor al estar en esa sensación de lo apasionado;
y escuchándoos los bellos cantos sopranos,
como de sus voces en esa noche de lo sagrado,
y me encariño a esas voces y las consumo de lo más incitado.
Vesánico de el momento fogoso
de tenerlas de lo sonoro,
y amaras de lo hermoso,
solo a lo lejos se escucha cantos gregorianos
y hay un piano dulce afuera sonándoos,
solo a eso convierten de la relación lo melódico y apasionado.
Nuestras almas vuelan de regodeo,
así desnudos de dulce sentimiento,
enamorados del sacro momento,
porque ha sido como un sortilegio
y un milagro la aparición de sus alientos,
y de sus cantos sacros de enamoramiento.

¡Recordad el amor hay que alimentaros!,
porque él es tan delicado,
como mi alma ante la música de lo sacro,
y que ama sus cuerdas del piano
cual explaya lo de mi sentimiento lo arrullado.
Mis palabras de ahí salen dejándoos rastro,
vida del amor que amo,
como a vosotras diosas hasta el astro,
junto a valses bailamos,
y se expande lo musicastro
de este que no es un poetastro,
sino un melodioso escaldo,
que en esta noche ha escuchado,
como la voz de Dios del santuario,
en que estuve rezándoos un rosario,
de fervor a él y a mi pasión del corazón romanceado,
y de la venida de vosotras a mi ser ilusionado,
de Venus Vesta a mí entonces purificado,
y fue así que apareció lo dócil ante mi piel de lo entonaos,
así dulce y melodioso como metáfora del piano.
No hay nada más que decir de lo que me pertenece,
que hasta los males se envejecen,
y solo tengo en esta noche Réquiem,
paz con las diosas enteramente,
es grandioso amándoos él mi ente
y ellas de lo dúctil mi cuerpo ardientemente,
amadas de mi vida,
viviremos así hasta que nos toque la otra gira,
estaremos allá y nos amaremos de mucha melodía,
en ese oasis de alegría,
y vamos a enseñar nuestras virtudes de poesías,
jamás olvidarán lo que nos ha pasaos de la vida,
nos vemos bellas liras,
vamos a dormir queridas mías,
dormir y soñar con la pasión que nos estima.

Unos quieren escribir y otros solo dejar que sonéis,
dejar que se contemple su poesía y otros en notas aparecéis,
así como he dormido en la poesía besándoos,
acariciando y sintiéndoos que eres de mi abrazándoos.
Demostráis alma que eres lo que a nada más amaréis,
la voz del poeta heroico en piano os romancearéis,
viviera de ese sonido solamente amándoos,
y en semblante con sonrisas al cielo elevándoos,
violines de un suite de Bach apareciera,
el air suite sonando de ternura a mí misma alma fuera;
qué mundo se viera en mi calma de lo romanceado,
y así esté durmiendo amares es lo calmaos y amaos.
Mis aventuras con mis deidades ha sido victoria,
milagro de la paz que buscaba de mi historia,
puedo gritares al Dios que soy tranquilidad,
que vivo ahí en un sueño melifluo de amenidad,
y que dormiré de ese sueño que siempre huelo,
que quiero y siento aquí en mi corazón hasta más que el amor del cielo;
por todo este mismo romance que amaos seáis en mi corazón,
alma y mi otro yo sin dejares de mi amadísima del sueño de mi pasión.
Y me voy a tocar antes de dormir el nocturno nº tres de Franz Liszt;
para llenarme de ese amor del sueño que quiero de mi vivir,
solo de mi vivir el aliento plácido que me hace feliz,
de esa romanza que suena de caricias en mí de lo apasionado,
y mis poesías se alentáis de su sonido acariciado,
¡es tan Dios esta pasión! que duermo por fin en la cama con las diosas enamorado;
y sintiéndoos que mi sueño de lo eterno está logrado,
la imagen de mi a los ojos del mundo ilusionado,
vencedor de las cosas que venero en lo dulce y purificado,
cierro los ojos y ya no hablo,
como en mi pensamiento sino descanso,
pero diciendo en lo último ¡eh vencido la meta de lo soñado!,
que en días siempre olemos de lo romanceado
ante las melodías dóciles del romántico piano,
a la cual yo toco con mis enamoradas manos,
y a lo que veo mis sentimientos en versos recitando,
y de una mirada tan apasionada y sentida de lo endulzado,
son metáforas del surrealismo de pintura en silencio ellos sonando;
y por fin de tan pocas palabras es mejor ver en el sueño en que estoy rozando,
y dándoos ósculos a mis versos y cuaderno de poemas de melodías palpitándoos,
y viéndome sonriéndoos y bailándoos con la pasión que me ha acariciado.