miércoles, 13 de octubre de 2010


Ciegamente la efusión.

Como hago para llegar donde ti
si cada vez que me acerco te vas,
vivo en el silencio del sentimiento
que siento cada vez más,
y las aguas de los ríos son
maculadas y los pastos un marchitar,
mis ojos quedan sin visión
verdaderamente un amohinar.

Para que vivir solo enamorado del amor
y tú no, sin saber lo que siento yo
cada vez que te miro de lejos más,
no logro a controlar el ardor
inapagable que está en mi corazón,
ni porque caiga un diluvial lo apaga
ni se deshiela la ilusión
clandestina que te idolatra;
pero sintiendo en mi respiración
fuego que baja y qué mata,
por ansiedad de adhesión
cautivador de la pasión,
oculta de mí a ti, desesperado
de contenerte brillante sol
y adormecerme en tu regazo
como siempre lo soñé amor;
melifluo como lo debe ser  ese tu brazo.


¡Ahora no eres de nadie en el amor!,
no sé, solo sé que quise sentir tú calor
y por eso no sé que más va pasar,
o dentro de mí esto se distinguirá,
y así ya no volverá a palpitar,
y toda mi completa alma
en los crepúsculos era la que te amaba
clandestinamente bella dama;
y siento hoy una hiriente espada
que me atraviesa y cae mi sangre grana
por mis pies y mi fuego se apaga;
del amor que tenía a tu alma,
se fue el anhelo vehemente
por no haberte dado cuenta en el presente
quien era el que te amaba siempre;
por pena de no decírtelo o tú no venías,
solo sé que tus ojos de lejos me daba alegría
pero al final resultó ser una melancolía.

Así no haya tocado tú ser
solo sé que tú belleza me envolvió de gran rapidez;
esos ojos tuyos azules
astrales como tus virtudes,
moviéndose entre las cumbres
lejanas y esperando que tú me alumbres,
pero por más alto que llegue a trepar
o aquí a ti verdaderamente a imaginar
entre estas sentidas palabras
de alucinaciones alumbradas.

Aquí al no saber qué haré hoy
con tanto palpitar que doy,
cada vez más llenando
el verso tétrico que cae al papel
de sentimientos perforados
y tan débiles como un clavel;
y porque tú mirar lo tengo en mi ver
borroso ya por ser tan cruel.

Tú único defecto torpe del no saber
que sucumbí de amor a tú ser,
o por querer tan solo tocar esa tórrida piel,
o cuando todo mi organismo tenía sed,
de todo tu cuerpo mis labios querían beber,
y así ya no tener en la vida más entristecer
aterrador al momento de nuestro ver,
jamás por una chica imaginé
¡que mis ojos rutilarían
y qué mi cuerpo vaya arder
tanto que me enamoré!;
sí así debe ser la pasión
que pasa de primera
y que resulta ser al tiempo una quimera;
teniendo en el camino siempre esa estela
de su imagen tan bonita como la primavera,
y a veces a mí eso me aterra
por avivar un reflejo de grandeza,
al que hoy no puedo tenerla,
su cara blanca de una limpia pureza,
y un amarillento esplendor de cabellera
junto con azahares una belleza
penetrante y que a mí me cierra
en una jaula esclavizado de tiniebla;
de cuchillas filosas, ¡qué guerra!
todo¿por qué? por tú indecible y dulce belleza,
no la tengo más que cerca
porque cada momento se aleja,
más y más como una estrella
cúspide y a mi sentimiento más lo mella,
al no ir a tu cumbre
donde me deja con triste incertidumbre,
de seguir batallando la difusión
de este lunático conocimiento del amor,
que trajo más que pérdida al tener tú visión,
al que dio un atroz dolor
por estar en un mundo reflejado
sin luz de mi incitante pasión;
que no podía guardar en mi corazón,
daba tantos latidos que explotó
y no sé si cesó,
o profundamente él se sucumbió,
solo él tenía el sentimiento de ser tú guardián
único en los albas y noches de pasión
ardiendo como un volcán;
y así acelerando la ilusión
que vivía de gran amar,
y sintiéndose tan fuerte como un huracán
sí te abrazaba y devoraba este galán,
en el momento vesánico de nuestro besar
fantasioso por mí y de mi corazón;
qué soñaba y que al final sé cesó,
así son los sueños que amas de tú alma
y quedan más que un pasto con llamas
incendiándose por lo que no se abraza;
y por lo que uno siempre en las noches ama
apoyado sobre tú almohada
recordando esa rutilante hada;
y queriendo tenerla en esa cama
con lascivos besos en sus labios grana,
y en su cuerpo beberla todos los albas
tirados ahí en esa exquisita cama,
¡más que de tu sentimiento nace esa dama!
de estas formas y que son detalladas
completamente por noches fantaseadas;
y eso es lo que sus corazones reclaman
¿por qué en el amor a veces no se gana?,
por querer coger de la mano esa hada
pura de inmensa ternura
a la que lloran por tenerla desnuda
en su vida florecida de dulzura;
pero ¡qué pasa! resulta ser cruda,
ella está lejos y se va y es ¡rotura!
a tu querer que lo deja sin pluma
en la jaula que estuve sin noche de luna
encerrado viéndola sin poder volar a su ruta;
¡ya qué funesto es sucumbir ahí por una
dama esclavizado sin poder sentir su ternura!;
éste ángel que quería ir donde ella
y dejar de ser esta hada doncella,
sí la hubiese penetrado en su vagina
mi glande en las noches de estrellas
brillosas en las noches serían,
y mi sentimiento no fuera clandestino
y muchos espermatozoides saldrían
en él lecho de “!un esperado destino!”;
a su profunda vagina
y despertándose hijos
dentro de ella como alegría,
y así yo hubiera apartado mi elegía
que viví hoy aquí por no tenerla en fin.
Y solo escucho en la marea un delfín
que me alienta por lo menos en mi día
escribiendo sentado en la arena;
y así inspirándome del recuerdo de lo que vivía
de esta hada tan igual como una sirena,
de cuerpo férvido a lo que hoy me penetra;
y lo que hace arder en la hoja cada letra,
las hace sudar y las hace mareas
moviéndose agitadoramente por la arena
golpeando toda esta quimera;
por recordar su esplendorosa melena,
éste ángel sentado en la tórrida arena,
es lo que hace hacer esta gema
ante mis ojos siendo lo que más me llena
escribiéndole este poema;
por haber sido ella en mi sueño una indecible belleza;
que no imaginé contemplar de grandeza.

El amor quedó en el olvido
mi corazón muy herido
en todo ese luctuoso cuento
al tener más que podrido mi sentimiento.
Ella se fue y jamás supo de mi querer
solo será la fantasía de mi conmover
así halla dolientes espinos
que clavaron en la ruta de mi destino.

Solo escribí imaginando un amor así,
no me paso en la realidad
solo mi sentimiento compartí
cuando uno se enamora en verdad.

Fui como el sol que sale y brilla,
ella estaba ahí y ni vio mi risa,
ni sintió en las horas mi calor,
hasta que me encondí de dolor,
quería acercarme a ella,
mi ser quería arderla,
quería amarla,
en los albas abrazarla,
pero siempre era luna eclipsada,
ella no veía nada,
y así se fue mi luz de su alma.

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