miércoles, 13 de octubre de 2010

El surrealismo entre mis letras pintadas.


¡Oh poesía divina poesía!.
¡Oh qué fantasmagoría vivo
por sueños que quiero en mi destino!.
Y que sean más que cumplidos
para que así mi corazón tenga un
Infinito latido.
Dejando huella
ante los libros que escribo,
de zozobra o regocijo.

¡Oh mi poesía, oh mi vida, oh mis letras!
que en cada verso se penetra
el aliento de una mujer soñada
sumergida en los labios grana;
de pasión más que buscada
para sentirla en la piel como lana,
suave o como rosa. La “fantasiosa dama”
que buscamos a través de ilusiones
o imágenes dibujadas,
de serafinas o hadas
entre letras para abrazarlas,
y saciarlas como comida
sus entrañas en nuestra cama,
¡las exquisitas damas
en nuestra manos más que arrulladas!.
¡Cómo su carne y su amor
más que romanceada
ardiendo como un sol!
y respirando su divino olor,
como la dalia que desprende
ella de fragante flor;
y cuando la tengo entre las letras
la suspiro de ese aromado amor.

Así es la vida que explayamos
de éxtasi incontrolable por un ser,
que queremos en nuestras manos
acariciar, besar y siempre contener,
su semblante en nuestro ver,
su grandiosa y suntuosa belleza
quien ilumina tan entera
todo este planeta
y la naturaleza;
es única la hada de las hadas
en mis “romanceadas letras”,
la fantasmagoría que siempre llega
para adorar con “palabras tan tiernas”.
Navegando como olas y mareas
sin dejar de agitar por lo que
la pasión presenta;
entre hadas o árboles en mis letras,
explota, arde, fulge de quimera
la ígnea belleza,
entre flores su ardor
que a mi piel quema
de infinito amor,
y salto entre nubes por esa gema
meritoria, brillosa ¡esa belleza
en todo el amando poema!
que acaricio entre las letras
con toda la pasión entera;
que en el verso dulce penetra
a su cuerpo de delicadeza
con besos lascivos y manos a la damisela.
¡Es tanto la incitación
que sucumbo en su ser
de palpitante ilusión!,
y abrazo con mis letras
para así latir su corazón
en esta “soñada quimera”
que vive un poeta
de fantasmagoría eterna;
como tocar siempre y componer
todas esas melodiosas teclas
de un piano en el aroma de nuestro ser;
o en nuestra lobreguez,
y como el amor de una mujer
en cuentos hallados de querer,
saciar en nuestra piel;
y así el cuento florecer
de ilusión sonreída
y más que latida
hasta una vejez
que tendremos de apego
y ardiendo en las venas
que conteníamos en la niñez;
sin dolorosa cadena
clamando este anhelo de rojez,
porque ha estado recorriendo mi destino
ante la sangre de mi ser
con esperanzado camino
de lograr lo que quieres beber
en cada hoja los versos o prosa del papel;
¡tú vida, tú quimera, siempre querer!.
Como la melodía y poesía amando
como primera vida ellos navegando
en notas musicales, a cada rato,
por ser uno solo el poema y el lazo
unido a la vida del ser humano,
a melodía en notas nuestro ser caminando
y viendo entre imágenes en la partitura
de lo que nos está pasando
de amor o fantasía que jamás
nosotros del ser dejamos;
siempre estamos en notas, corcheas,
fusas circulando
nuestra vida de aroma o dolor flechado.

¡Oh piano, oh dama que abrazo!
como tus teclas níveas de palomas,
es como sentir tú suave regazo
entre mis manos de gran aroma
que atrapa toda mi alma,
y en ti me sumerjo fragante rosa
oliéndote hasta la mañana
de respiración enamoradora,
y entregándote todo mi idioma
en notas a ti loable rosa
que toco sin dejar de respirarte
aquí sentado dulce aroma,
y en el cielo cae una luz rutilante,
siendo miles de notas,
y así brillando más mi noche apasionante
de mí historia contigo
con constelaciones más cortejándote;
entre pequeñas frases de mi destino
siendo creado por mí de amor
a tus teclas y cuerpo de piano que escribo;
en un papel de ilusión
que antes no había tenido
ardiendo como un sol
a tu cuerpo melodioso que respiro;
que me lleva hasta la galaxia de amor,
y bombeando mi enamorado corazón
agitadoramente como un ciclón
que antes ante nadie así estalló
de tal magnitud como al espacio exterior.
¡Oh amor me haces hacer cosas
más que en mi fantasiosa!,
pero a la vez soñadora
de mi alma romanceadora,
que se adormece en ti grácil rosa.
Sí la pasión crece así tan melodiosa
por solo imaginarme
que eres tu mi vida prodigiosa
de este dulce cálido romance.
¡Oh que apego se expresa
hacia ti sumisa belleza!
y ante tu cuerpo mi quimera;
al solo figurarme
de ¿cómo es ésta diosa entera?,
que brota aroma de primavera
y que mi alma no la deja
por ser mi soñada princesa,
de un cuento que a mi alma sumerge
¡tanto que solo refleja,
una imagen que solo aparece
para describirla de sublime lindeza!.
Pero ante mi deja una huella
de que es la estrella
luminosa que a mis ojos llena
de amor e inspiración inmensa;
esta delicada rosa
que es más que armoniosa
antes mis oídos por tocarla
ante mis manos esta dama,
que en esta noche me acompaña
¡ahora con besos arrullándola,
y mis brazos acariciándola!,
por ser la pasión de mi infinita alma,
que bota lluvia de palpitación
sobre ella en frases de idilio
en el fondo de su corazón
moviendo el universo de delirio;
aromando por la vesánica pasión
de dalia y lirio,
y así dando oxigeno en el universo exterior
y siendo muy feliz en mi interior,
por estas maravillas
que hacemos en el amor;
y que lo destina
hacer eterno sin dolor,
¡contigo rosa de gran alegría
inundada de fantasmagoría!;
que se vive en este poema,
como la palabra fantasía,
mi brillosa rosa como gema
o rubí ante mis letras,
y en el piano mi meritoria belleza,
pero te descubrí por mi idioma
de la música en notas de letras,
respirando tu delicioso aroma
en las melodiosas teclas,
y tenues como palomas
blancas tu enamorado aroma,de mi alma mi sumisa rosa.

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