jueves, 14 de octubre de 2010


Un confundido amor.

Así me vaya con miles de lágrimas derramadas ante mis mejillas, siempre te querré Ángel. Te agradezco tanto que me hayas regalado cada vez que la veía, esa sonrisa, esa alegría, que siempre necesité. Cuando tenía mis tristezas, tú aliviabas mis penas, con ese amor bonito que siempre recordaré, por estar marcado en mi corazón, pero ahora me marcharé, todo porque este amor no surgió, como lo esperaba yo, todo por la forma de tu cariño que dabas sin el verdadero amor; de dos. Y por no tener la certeza de la diferencia que coexistía mi terneza.

Es verdad reíamos en las veces que nos veíamos, pero me querías como a un amigo, y eso para mí era un castigo, y eso tú no entendías, tú solo me decías, que me amas, pero no con la misma fuerza que es la pasión ardida desde mi introspección transformado en inmensa predilección de mi indecible amor. Ahora todo terminó, por haberme enamorado quizás solo, por tu bonita sinceridad, y por tu innata bondad, y por tu belleza interna como la hermosa primavera, pero hoy cambia la estación siendo invierno sin tu verdadera pasión, donde agarro el espeluznante frío, y donde solo siento un gran vacío, lleno de decepción, por no habitar la pasión que siempre soñé más de una dama como tú; ante mi herido corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario