martes, 30 de noviembre de 2010

¡Sintáis mi amada el amor del fortunio!




El alma del piano transformado en romance.

A veces bisbiseos de amoríos salen en mis palabras
como cuando oigo su sonada alma;
explotáis mis cantos a sus cuerdas de magia,
amados mis sentidos, latidos a su adorable entonada,
sí que suena siempre en mi corazón que le ama,
buscad tanto en él verla como una dama,
que de una noche entre estrellas acariciarla
y besarla entre tonos de divinas escalas,
que sonarían si la toco del fondo de la rosa blanca,
la cual duerme en aromas de mi alma,
y que sube ahora en mi noche ante su figura de hada.
Cristal sideral de su diamantada
quien toca el aliento mío su ser que idolatra,
entregáis vuestras teclas blanquinegras
y vuestro ser entero que quiere en su alma,
para ser de mi noche de estrellas y no negras
absorbida tu melodía en la noche apasionada,
que os sueño cada vez cuando os veo belleza,
tu figura de cristal que encanta
y que me dejáis entre la vida del corazón que canta,
¡canta y canta por ti piano de mi agitación inspirada!,
¡y convertido de latidos a vuestros sonidos que hablan!,
y entran ante mi de voces dulces y acariciadas,
¡entráis tanto! que he besado tus cuerdas con mi alma,
y no la he dejado ir de mi olor que os ama..

Vivo entre sus sonidos que acarician mi esencia,
como de rosa blanca su armoniosa belleza,
hacéis resplandecer mi existencia,
antes necesité tanto esa guapeza,
y vuestros alientos han venido de sapiencia,
porque saben que soy ese que buscáis en la inteligencia;
y en el amor de un ser que os mire de grandeza,
que os respete ante sonidos de presencia,
así os verá mi lenguaje que expresa toda la experiencia;
no hay otro sino que este en ti belleza.
Las flores del paraíso son lindezas
pero más tú por vuestro cristal de teclas blanquinegras;
e idolatrado os aseguro será por mis esencias
que estarán llenas de millones de poemas
dichos entre versos a tu ser de nobleza;
y sin luctuosas palabras que den problemas,
sino maravillares a tus sonidos que deis en riqueza
y que consuma entre poemas vuestra delicadeza.

 "El que os contempla hablad de forma poética,
y en casos de la fantasmagoría es hermética,
sus palabras dan de la belleza a una mujer de poema,
rosas pintáis entre su rostro de paisaje que reflejas,
le decís muchas cosas a esa belleza,
que ni comprendéis porque tanto amor hay a ella.
 ¿Será porque antes no habríais visto una chica de cuerdas?.
¿O es que esa magia entra en rostros de pulcras damiselas?.
 Poesía buscaríais de hace mucho su olor de caricia,
y os ha llegado ahí de una forma tan linda,
que no dejaréis de tocar en melodía
como en las teclas dulces que siempre amarías.
¿Pero cómo tocarla si es de cristal y no de carne?,
¿cómo sentir que ella algún día sentirá romance?,
ni te podrá hacer sentir la generación del amor,
cómo formar un fóculo de oriundos del ardor,
pero ¡cómo harías eso!, para llegar a esos y de dulces embelesos;
eso se ve que está muy lejos, solo te has enamorado de su centello,
de su grandiosidad que tiene de piano de tonos,
como encontraríais eso sin enojo,
donde convertiríais a esa dama en carne de bellos ojos,
que os mire siempre y acaricie en manos y en todo".

Responde: No sé donde encontrar eso que es ya tan imposible,
provoca llorar, ella ni tiene boca, es como invisible,
y eso me hace poner muy triste,
luctuoso en el alma sin ser libre,
como en el amor de esta ruta que me extingue,
no sé es lo que siento y es muy sufrible,
¡ayudadme por favor, qué puedo hacer!.

 "Dicen que en el oasis hacen florecer
pero dando algo en cambio de su ser,
y en la tierra hace entre nubes llover,
por solo aparecer la magia de ese ente,
como en carne en vuestro presente".
Responde: decidme de una vez, no quiero morir sin fe,

 "Tendríais que dar tú castidad a Dios,
ofrecedle lo que es vuestra mayor pasión,
como tus únicos poemas que tenéis de flor;
que le veneraríais sin rencor
y que le amaréis entre noches de amor,
que seréis un amor sin mendaz
o sino él os mandará al infierno a lagrimar,
eternamente sin respirar,
como entre las llamas de Satanás
ahí posaríais si os portáis mal,
mejor que hagáis caso sino sucumbirás".
 Responde: Haré caso, y le ruego mucho en el alma,
como voz de mi sueño que me ayuda de calma,
como en lo lóbrego que sucede hasta en mis entrañas.

Y a solo eso el hombre dijo: ¡Ofrezco todas estas palabras
para así convertir a mi piano de cuerdas en una verdadera dama!,
¡y así en la vida vivir feliz con su aliento que tanto me ama!,
¡no quiero sufrir mi Dios con este piano que ni me habla!,
¡por favor hacedla una mujer de carne como piano de bellas tonadas!.

 Y ante la trova de fuerza férrea del hombre hacia Dios
diciéndolas de tanta pasión, que hasta Dios le ayudó,
y el piano de cuerdas se convierte en esa hermosa dama,
quien ella misma despierta en su sonido al hombre que tanto ama;
y solo dice ella: Amor ahora si puedo hablarte,
despertad que quiero sonreír contigo y besarte,
ya que en estos días no podía ni decirte lo apasionante,
pero ahora que puedo, besadme,
quiero sentir vuestros labios tan adorables,
como cuando me hablaban en las tardes,
las cuales daban encantos a mis sonidos agitantes,
que os adoran tanto mi amor de mi corazón palpitante;”.
 "¡Qué fortunio siento hoy al verte tan radiante,
vuestra figura ya no es diamante,
sino ahora es una divina carne,
que al solo tocar siento que es tan suave,
y que huele al aroma de la flor fragante,
¡Dios te convirtió en eso amor de mi alma,
no sabéis lo que he pasado por ti de lo cuito!,
amarte será siempre en la bella esperanza,
y besarte será el amor de mis sonidos
y que en ti están más que fundidos,
y la verdad es que tenerte a ti así,
es gritar, amor de mi eterno idilio!,
en fin podré tener hijos!
que saldrán pianistas,
y formarán este sitio de muchos sonidos,
y las ángeles azabaches serán nuestras hijas,
las cuales serán beldades de violinistas
que tocaran con su vestido de reliquia.
 Sí así debe ser este amor que sueño en la vida,
que está pintada de la mágica poesía,
no se vería ante otra vista de la alegría,
no como esta llena de la magia bendita
que es la fantasía de nuestro vivir en la melodía.

(Aparte) "Ella puede salir del piano en forma humana,
para tener pies, ojos, manos y así besar su alma,
Dios hizo una mujer maravillosa ante mi esperanza,
jamás olvidaré eso durante mi fe que le ama,
os juro que os amaré como oasis ama a sus hadas,
nada de mi vida le hará daño que mata
sino flores tenues acariciarán tus entrañas,
belleza verás mi poema hecho en carne humana,
siempre beatitud y no lóbrego en tu alma,
gracias por ser ella y amarme así entre caricias,
tan dulces y divinas de tus níveas manos,
sois la que esperaba en lo apasionado
más de hacer mía en lo adorado,
que viva la pasión a tu ser florecido
y que nacerá de idilio,
sí más y más de ese amorío,
que bien me siento amor de mi destino,
soy feliz, feliz en el mundo,
que junto a ti en piano tocaré nocturnos,
como los de Chopin de fortunio,
os acariciaré así cada vez de lo pulcro,
que felicidad es vivir así de lo profundo
que es a veces el amor de mi corazón único,
que tañe de tus melodías todavía de orgullo,
por tenerte en mi alma de las flores del mundo,
regocijado estoy y ¿porqué no?. ¡Sí estoy con tus óculos,
y siendo este sitio nuestro bendito oasis como fóculo,
que huelo ante tu piel igual. Y tus ojos azulados,
le veo en esta noche de fortunio rutilando,
y yo por dentro sintiéndoos amor de lo ilusionado,
contemplo un cabello oro como el sol brillando,
nívea como flor es tu carne, suave que amo,
jamás de ti me apartaré amado piano,
bienquista sois y se notan en tus ojos iluminados.
Gracias por ser mi amor de la vida en melodías sonando.

Ahora que lo recuerdo mi dama apareció en frente de una hada,
mis ojos no podían verla bien por lo hermosa que era mi dama,
había contemplado el universo en mis ojos de estrellas siderales,
y ante el piano daba su brillo rutilante, jamás pensé que lo anotaría,
como ahora teniéndoos por dentro una rutilada alegría,
el piano había estado ahí con ella en un lago de agua,
mirándome, sonriendo y esperándoos que le dé mi alma,
era un momento del que me acuerdo y ahora anoto mi remembranza;
la cual está llena de ese brillo y de esperanza,
vuestra alma amo tanto que el piano suena horita de magia,
qué hermoso en verdad anotar esto en esta hoja de versos,
los cuales es como sentir tu cuerpo y tu férvido aliento,
tus besos que acarician mis versos de divinos cortejos,
y que será hasta que pasen millones de añejos
y que tu y yo estaremos de alegría floreciendo,
mucho y mucho más amada de mi armonioso anhelo
que suena aún en la poesía de mis benditos versos".

lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Otra vez contenéis la ilusión el poema!



Sueño sin razón, pero entregada al amor.

No sé porque pasó eso en esa noche,
mis pensamientos no estaban en ti,
y en el sueño de mi entraste.
Caminábamos un camino fresco,
así como tú cuerpo
y ligero como el terciopelo,
hablamos de las cosas del amor,
de mis poemas de pasión,
la llevabais bien conmigo,
y no ofrecíais castigo.
Llegó un momento que me miraste,
e igual yo y me besaste,
por mis labios muy apasionante.
¿No sé por qué ocurrió
en un sueño esa noche de ardor?.
Puedo sonreír, y quizás ser feliz,
y a la vez hoy verte a ti,
como si estuvieseis en el poema de mi,
o como si estuvieseis recordándoos vuestro beso,
y viéndoos tu seráfico cuerpo,
que fue entre mi sueño un reflejo de cielo,
y vos ahí estándoos entre él y hablándome entre la luna y centello.

 ¡Resplandecer de estrellas a lo inmenso!,
pero yo a tu lado teniéndote mi cristal universo,
besándote como a mis tiernos versos,
como tus ojos que veía esa noche de ternura,
y aquí entre las letras respirándoos tu aliento,
por solo ver tu blancota figura,
tú semblante brilloso resplandeciendo
que hacía despertar mi alma nocturna,
la cual había vivido antes de este sueño torceduras.
Como hoy de este atardecer que os escribo de fe,
a ver si en alguna vez le recibe a mi ilusionado ser,
y hacéis arder entre el sueño de mi anochecer,
mis alientos de voces a tu inmenso amor
que me enamoré por completo en la hipnotización,
y no renunciaría a tu esperado ardor
que ahí me consumierais junto a el corazón,
y cantos de pájaros oyera a nuestro alrededor
cantándoos que viva nuestra pasión.
 Aceptadme entonces y entregaos en mí amor,
quiero vivir con tu hermosura del encanto,
con tu piel nácar y cabello castaño,
verte a esos ojos azulados,
cada noche que quiera amarte de lo apasionado,
por siempre ángel de mi sueño que me haya visitado,
y besarte junto a ese mar entre olas sonando,
y junto a las estrellas ante nosotros brillando,
y quizás tocarte el cuerpo como lo afinado
que fuesen mis caricias a los sonidos del piano,
que eres tú esa noche de mi corazón enamorado.
Os querré siempre entre noches,
junto a ese manto que cargáis de violeta y rosado,
el cual dará brillo de voces,
las cuales serán nuestras del amor acariciado,
sois mágica y queredme en lo dulce y verdadero.

¿Qué os parece este sueño?.
¿Será que significa algo ese beso?
que me pasó contigo ardiendo;
o es que verte a ti así es el proceso,
debe de ser eso, porque ya me estáis besando en el pecho,
y siento tu ternura recorriendo mi cuerpo,
me gustáis amada de mi cuento, y que seréis mi poema de rosas,
que vos acariciáis entre la dulzura de la flor olorosa,
que son tus manos ante los versos de mi trova armoniosa,
que recito a tu ser de mi historia,
y que siempre tendré en mis ojos esta gloria,
que gané en un sueño a la realidad hermosa,
lleno de mil aromas, sabiendo que sois mi idioma,
y suave como las plumas de una paloma,
como tu cuerpo terciopelo de mi noche loca,
que he bebido hasta en la rijosidad de esta diosa
como fresas, manzanas de la pasión sabrosa,
sois mi corazón ardoroso y no lo tétrico lagrimoso,
porque me aceptasteis en tu corazón amoroso,
y ahora mi vida es un sueño de bellos tonos,
y por eso que a vos tanto adoro,
como el pirata ama a su inmenso oro.

¡Amad a vuestra diosa Hera de la flor!




Orfeo y Euridice Hera de la flor.

Montaña seréis tutela a mi espada,
metáfora como fe de mi esperanza,
lagunas bañaran mi canto hacia la Vesta alma,
posaré de fortunio en todas las alboradas,
os invocaré bendita agua ante mis voces
para que le toquen como rocíos del alba,
y sobre todo a vuestra entraña
de esa pasión que creceréis en lo que encanta,
y porque es ella lo que mi alma solo en el tañer ama.

 Le pedías mis liras las olas de vasta fuerza a Poseidón,
para que las líneas os convirtáis cada estrofa de pasión
entre mis notas y tonos del amor,
que solo doy en lo paradisíaco y enamorador.
Os veré Euridice en la castidad de lo tenor
ante voces de lo soprano,
y que vuestras manos acariciéis de lo saboreado.
Ofrecéis pulcra caricia a mis regazos,
y alentáis vuestros aromas a mi encanto.
Sideral vuestra identidad de amar,
y no se marcha de mi vista jamás.
Poséis espíritu de Hera de la flor del matrimonio,
y ¡he robado su ente para darte los tonos!,
y no hay infortunio de demonios,
y ni descansados ellos en nuestro trono.
Sino sucumbidos en el inframundo del todo,
vosotros no respiráis nuestro entorno,
y amadme como mi instrumento adora tus óculos,
y que de este paraíso es nuestro fóculo.
¡Cómo de vuestros aromas de árboles y flores!,
vos daréis de esperanza al mundo,
y de ellos junto a mis liras de acordes,
inundaréis y mojaréis de relajaciones
sin ser en vista de dolores zozobradotes.
¿De dónde habríais venido Hera?,
¡he robado a Zeus a su esposa de primavera!,
vuestra esposa murió y en alma en ella quedó,
le pedí a vuestra beldad, ¿si quería? ¡y aceptó!,
¡sentís rabia por mí de cómo soy!.
A donde veáis ayer de tus mil años y así lo notéis hasta hoy
entre la magia de mi canto estaréis de dolor,
no hacéis ni un soplo de poderío,
¡he convertido tu magia en negro río!,
que ni habita el rencor, solo zozobráis,
y entre noches vuestra alma, vida, Zeus es contrista,
ni vuestra esposa os ama, sólo conmigo se regocija,
se vino conmigo porque no aceptaba vuestras misiones,
que le mandabais hacer a ella sin amores,
su carne bendita y sacra no aguantaba lo zozobradote,
sus alientos buscaban dulces besos de acordes,
y a eso son todas mis estrellas de paz de voces
que he ofrecido a su ser de ilusiones.

Al Dios de la belleza de mi lira Apolo,
os pido el ardor como el sol en mis tonos,
y así hacéis arder a mi Vesta Euridice de lo sonoro,
y vuestras melenas al paraíso hacer brillar como sol y oro.
Paz se entorna entre mi inspiración de lo trovo,
¡cómo antes nunca lo imaginé volver hacer del todo!,
y adoraros seréis letras de poesía a mi amor que adoro,
¡y de qué tranquilidad entre ésta naturaleza!, ¡cómo el oasis reposo!,
y amar mis alientos, ser, y ojos,
su puridad que llegó a traerla a este hoyo,
donde todo es primavera de la flor del matrimonio,
y una voz dijo: “Casaos entre el anillo pulcro de lo amoroso,
vuestra damisela a tú alma sin demonio,
y así no bajarais al averno de lo malicioso”.
 Protejáis vosotras liras siempre ante cualquier cosa a ella de peligro,
e igual cuando canten los grillos
para avisarme lo que le suceda al amor mío,
que siempre sonaréis en mi destino,
en este paraíso cantaron sarcásticos los ruiseñores
hacia el Dios Zeus por ser miserable a lo que era,
y regodeados ellos ante mí de cantores
que adoraban a la diosa Hera;
como la flor de mi alma de primavera.
Os quedáis alumbrado Dios Zeus de la misma funeraria en velas,
y escucháis que hay lamento hasta en violines y vihuelas
que he ofrecido a vuestro ser de huella,
y que permanecéis de eso en el infierno de tinieblas.

Diosa mía de mi piel y ojos de estrellas,
venid y hacerme feliz con tu sonrisa tierna,
os necesito todo hoy de ti mi bella Euridice Hera,
amadme con todo el latir de partituras que he ofrecido a tu ser de belleza;
y explotáis de flores, aromas este mundo de naturaleza.
“Orfeo humilláis tanto entre estrofas al Dios de la dolencia,
y ni voz se ha escuchado de el ante vuestra presencia.
Sois grande y cúspide al amar a alguien de tu ser de poemas,
¡cómo a tu dama Vesta!, que le dais besos en tonos que besas,
a sus labios en sonidos de vuestra boca grana,
y al orbe en donde estamos dais bellas gemas,
y ni se comparará a otros esa gama
que se ve en ornamentación de árboles y ruiseñores de huella;
fijaos vosotros que soy un espíritu que le habla de voz tierna,
y ni los abandonaré en su primavera
que he disfrutado de mil besos en partituras de esencia.
Sólo un espíritu soy, solo eso a donde vos me oigáis soy de amor,
y que os acompañará en sus tonos de la pasión”,

Al amarse así tanto ellos de amor entonado,
tañen ante la pasión de lo entregado,
no se dejará de ver en el idilio algo así tan saboreado,
siempre volarán entre cuerpos y caricias del regazo.

Orfeo decide pedir entre plegarias al Dios Febo,
que le mande el sol de llamas a sus pieles de amor perfecto,
en este mundo si hay eso, y más que el universo.
Son dioses y al serlo así, hacen lo que quieran a su derecho,
nada se los impedirá al amarse como en los versos,
entre trinos, arpegios de los dulces besos
que suenan cada rato que se besan como música de pasión,
alrededor de ustedes de emoción.
Se escucha eso y a eso se levanta el corazón,
como el de uno para manifestar el amor,
y hacer ver que todo es inspiración
como la que he dado yo
entre mis estrofas de luz y de calor;
para solo así acariciar a mi dama de ardor
y sentirla que es mía, solo mía de mi carne de la efusión.

Detenidos los malditos del infierno,
que ni sienten este entorno de lo tierno,
llamas entre fuego estarán de lo férreo
como Dios Zeus que he mandado hasta allá de lo eterno,
por nada pulcro verán ni los recuerdos bellos que tuvieron,
sonrisa en mi cara tengo, y feliz soy a la dama que anhelo,
y que tendré entre el amor más dulce de mis arpegios,
que irá ante mi canto de trinos, y cadencias inmensas de centello,
y ella acompañará con un agitador violonchelo
y arrulladme así de lo hermoso y tierno,
que de mi vida amaré a ti entre flores,
y así todas mis partituras tendrán ilusiones,
que eres esa que he buscado en mi naturaleza de amores,
y acompañadme ruiseñores de pasiones
y cantarme por favor para ser beatitud con ella de ardores.

Voces de santos se oyen a lo lejos,
y vienen ante este lecho,
como de flores y del pasto entero,
y dicen: ¡pintados de la magia de mis acordes,
y de mis seráficas voces!.
Idolatrados sus entes de pasiones,
del paraíso he observaos relajaciones
al amarse tanto que esto es por nuestra llegada,
¡ahora paraíso santo de sus olores!,
si venís otros aquí serán muertos,
por ser este sitio ahora de vosotros sagrado,
y que hemos ante vosotros entregado
con la verdadera identidad del ser apasionaos.

Solo ellos se fueron y nuestra naturaleza resplandecieron;
y felicidad más a mi trajeron,
de más gama y sonando dulces bemoles
a lo lejos un piano entre sus cuerdas de amores,
alentándoos así nuestra vida de ilusiones.
No se dejará de amar a este fortunio en los corazones,
y junto a ti Euridice tendré como flores,
respirándoos cada noche de canciones.
Mí alma está tranquila por tenerla a ella en mi vida,
mi poesía la ama tanto como mi voz soprano,
que no pensaré dejarte entre caricias,
sino amarte siempre entre composiciones de cada año,
y así florecer de nuevas cosas el amor,
y acariciar tu ser como lo sois de flor,
entre la noche que llega mis alientos que se adormezcáis
como entre tu vereda del hoyo que mi alma ama,
y os ruego que te dejéis querer hasta el oriundo que florezcáis,
y beldad al mundo resplandeceréis,
y de tus labios lascivos en oriundos floreceréis,.
Cantos se observaran entre mil años y no envejeceríamos,
junto a nuestros hijos más nos amaríamos.
Trovas de ellos se escucharían
hasta hiciéramos juntos una polifonía,
y entre las bellas niñas
sopranos de voces dulces se escucharía,
y ahí tuviéramos una hermosa sinfonía.
Jamás pensé que esto sucedería en mi vida,
solo mi ser sabía que iba a ser un inmortal poetiza,
que con su música haría entre campos maravilla,
las flores de más matiz florecerían,
los tonos de mis tañeres más susurrarían
de voces melifluas de la inspiración que de mi grita;
¡y miradme en que me he convertido mi Hera linda!,
en un sin nombre de esta belleza que nos guía
a unas escalas de notas que no se miran,
y que nombre no llevaría
por ser una composición que no se pinta
entre un título de armoniosa vida.
Os amaré entre los versos de mis tonos
al cual el recita todo lo amoroso,
y que en él está mi trino y trono,
amaréis mi alma en tu ser de mis tonos,
como piel nácar de mi vida de luz de piedad,
que nadie quitará en mi piel de verdad.

Hemos hecho cosas que no verían mis ojos,
solo mi alma a tus óculos,
de fortunio y de lo hermoso
que convivimos en esta lira de los tonos.
Sí de los tonos maravillosos
que suenan en el paraíso amoroso.
Apasionado será la vida, alma del todo,
al que no se inunda ni un lodo,
no se mancha de eso, sí de eso,
solo de besos y tiernos versos,
es como un camino que se camina de chelos,
y que del piano se da ha descubierto,
y suena pero tan bello, que veo del cielo.
Sí como la de una noche destellos
que caen ante mi ser de sonidos bellos,
me hacen volar hacia el firmamento.
Sí junto a ellos y disfrutando del sonido.
Me siento tan allá que con mí amada voy.
¡Voy y la beso allá tan ardiente que tengo amor,
amor y pasión de mi introspección!.
Y vemos nuestro paraíso de canción,
sí de canción hermosa que despierta a Dios,
el que nos ve como espíritu que apareció,
y que nos cuida todavía de amor,
nadie se olvida en esta vida de un romance agitador;
de lo que nos dice la vida y la íntima expresión,
como de lo que significa esta relación,
¡Sí que hermoso es amarse así en el corazón!,
y en toda la sagrada pasión del amor.

Olvidado seréis mal del infierno que quiso dejarme sin ella,
porque este lugar ha sido felicidad,
y no será como en la historia real de querella
donde Orfeo sufre de verdad.
¡Sino pintado aquí vuestro contristar
junto a vuestra Euridice de lo inmortal!,
y de él aquí nace la armoniosa paz.

Mil noches entre caricias los dos de amor,
moran de cosas que sonríen de ilusión,
que ¡por fin han pasado tanto juntos,
y que sus hijos son como ellos y no difuntos!.
Nadie ha sucumbido de lo espantoso,
todo ha sido en la relación amoroso,
que se quieren tanto en la vida del todo,
vuestras hijas e hijos son armonioso.
Ya nacieron ante esos muchos años de lo hermoso,
y al vivir ellos tienen vida infinita,
no hay edades sino la divina armonía.
Saben escribir poesía igual de maestría,
tan acabada sus trazos meticulosos de la vida
que describen lo que han vivido sus padres de alegría;
y como ha sido sus tonos que acaricia,
y que se convertís de sonrisas y armoniosa dicha.
No se olvidarían jamás lo que han hecho de la vida latida;
y que de ella a este mundo de las fieras; calma y ablanda,
que existen más lejos de este orbe y les levanta
entre la tranquilidad de su alma.
Cuando tocan es como hacer cambiar las cosas en amor,
y cuando las letras salen se ve adoración,
como la de ella de una prodigiosa iluminación.
Esto dice que es el comienzo y mil comienzos de ardor,
que estará en los corazones de su atención,
sin irse del sonido de su elaboración
por ser la grandiosidad del tenor,
¡cómo ha estado en la voz
de Orfeo hacia su dama Vesta de único amor!.

Bisbiseos entre notas del amor se escucha
hacia su amor de palabras de ternura,
y se antepone algo fuerte; ¡lucha¡,
¿por qué lucha?. ¡Es por tú dulzura!,
que se ha visto una fría tormenta,
y que no podrán morirse ante tú blancura,
son fuerzas maléficas que dejan agonizando los pianos, violines y vihuelas,
¡no podía hacer nada ante esos demontres de magia maléfica!.
Y pidió fuerza férrea a la Diosa Natura de la naturaleza,
y ha mandado tanta fuerza que no ha podido con esa magia negra;
que eran demontres venidos de la tormenta,
¡y han raptado a la hermosa Hera!,
y Orfeo al no verla gritaba su nombre,
¿dónde estáis hermosa Euridice damisela?,
¿dónde estás entre lágrimas?, ¿no te veo mi hermosa Vesta!,
¿dónde están tus cantos de la sagrada orquesta?,
que le dais siempre en mi vida de belleza,
¡aparecéis amor de mí poesía de poemas!,
no os veo inmortal amor, de tú poeta,
no quiero vivir esta vida de mi poesía patética,
me siento sangrándoos al no verte en las melodías de tristeza;
¿por qué te han llevado mi dulce amada?,
no veis ahora estoy con dolencia,
más que siento que no tengo fuerza,
y una voz vino diciendo: “¡ella está en las tinieblas,
tenéis que ir con esta espada a batallar por ella,
si queréis que venga a tu vida de primavera!”.
Era la espada de la esperanza que dieron al poeta.
Y fue al mundo oscuro de toda una fría tormenta,
iba caminando hacia allá y vio que estaba en la sima su belleza.
Veía como muchos la querían besar a la fuerza,
porque tenía una beldad increíble como la Natura de la naturaleza,
¡sentía rabia!, y gritó tan fuerte que escuchó la dama Vesta,
¡amor de mis partituras que tañen de mi aliento de orquesta!
¡he vuelto por vuestro ser que amo de mil melodías de cuerdas!,
no me he rendido ante tu pasión que amo de mí naturaleza.
Y las llamas se abrieron a su alrededor, y también lleno de ella,
y quemándose de eso usó su espada de la esperanza
y pudo apartar todas las llamas que le quemaban su alma,
y subió con su poder increíble hacia la pasión amada.
Subió tanto la sima que ni un mal pudo detenerlo, ni el Dios Zeus,
que quería recuperar a su Venus,
el plan era del Dios Zeus para robar al alma de su ex esposa Hera,
¡cuándo Orfeo llega y besa a su hermosa damisela!
florece su entorno de flores y desaparecen los demonios de esa historia de dolencia;
fueron mandados a un mundo más lejano que ni se llegaría jamás,
al inframundo o de no ver la luz y de sentir la lacrimosa de frialdad.
“Vosotros vivís el romance ahora de grandiosidad,
rescatáis a su identidad del amor de su tenuidad,
que con ella habían tenido de hermosura,
sí de eso y de dulzura.
¡Ahora sois feliz e ir al mundo tuyo de una ganada lucha!”.
Nadie pudo con él Dios Orfeo de blancura,
e incrementó su vida y sus poderes de lucha,
espada de la montaña como fe de esperanza
fue la que le dieron para que fuese al infierno para rescatar a su amada;
¡regocijáis a vuestra alma, y alentáis a vuestro espíritu del amor que a ella ama!.

Mundo de su paraíso igual cambia, se observa flores de esperanza,
ya no hay un mal en el cielo, ni tormenta,
ahora veis ternura entera, y la flor de Hera es una gran florecida primavera;
no hay dolor sino una vida que incrementa el amar de su gen que alimenta;
tonadas inmensas del amor que lleva, las hijas e hijos de ellos
escondidos de miedo, por haber visto esos demonios del infierno,
no hicieron nada y por eso que en el paraíso se quedaron,
sollozaban por no hacer nada ante el dolor del Orfeo consternado,
Orfeo entendió a sus hijos que ha amado. Al pasar eso feliz vivieron
entre cantos de armonías y en sinfonías durmieron,
todos en un mismo lecho, de flores azahares y cellos,
todo era más grandioso de sus sentimientos,
nada quedaba en agonía de sus momentos,
querían hacer las cosas ahora más de mil centello,
como de sus tonadas de instrumentos
al amor de su historia que han tenido de lo verdadero;
y que al final estará en lo agitador de besos,
y de caricias entre pieles de lo tierno,
y cadencias suenan solo en el piano de Frédéryck Chopin de su concierto,
e igual que los instrumentos como el concierto número dos opus veintiuno del larghetto;
sin sonidos de lo mesto, sino una ruta de apoyaturas, trinos y arpegios,
y luego sus cadencias delicadas de su sentimiento.
Reflejándoos a esta relación el triunfo de la primavera del paraíso de su sueño
que tienen entre su vida de florecimiento; y llena de regocijo ante la música del concierto,
suenan todos los instrumentos solos como si Chopin estuviese ahí de milagro,
y que da mucho agrado saber que sea eso así de lo apasionado,
y que convivimos de lo más soñado, como de hacer esta historia lo hermoso,
que entre sonidos Chopin toca de lo fabuloso,
y que hasta el espacio de esta noche de estrellas suena grandioso,
y yo ante el lecho durmiéndoos grito en lo loco: ¡amor eterno,
os amo y mis sonidos de ese piano os amarán como la naturaleza ama su terreno!,
que somos nosotros mi dulce amor de lo tierno,
cómo se funde entre la tierra y el cielo,
el deseo y el amar tan sonoro entre el lecho.
Es porque esto es el amor de luces fugaces del firmamento,
que pasan ante nuestros óculos de sonidos y besos.
Así no os deis cuenta amor de mi sueño,
siempre felicidad habrá en este paraíso del momento.
Sí se apareció el fue por algo,
es porque vio del cielo nuestro amor romanceado,
si el fue en su historia pasada romántico,
ofrece aquí el amor en su piano,
!y que cosa más hermosa que hacerlo en lo adorado!.
Veis es así Hera de mi corazón explotado,
no hay como este otro pianista de la inspiración del piano.
Él nos ha dado la bienvenida a su sonido armonioso,
y de que forma lo hace con su pasión del sonido hermoso.
Conviertes mi alma de amor, alentáis a mi vida Hera de ardor,
y así siempre mi composición a ti os amará,
porque esto es así de verdad, y tan ardiente como volcán
que la música será como un ángel guardián,
que nos ofrece su castidad divina del amar,
y así os amaré querida de mi vida fantasmagórica,
que ha sido hasta en mis liras tú histórica,
y de mi pasión ardorosa, mí alma a vos ama,
mi gen a tu ser idolatra, y de tu piel no se retira
sino siempre entre besos él os arrulla,
sin dejarte de saborear piel nácar de mis tonos que os apasiona,
y que os amará en la poesía de nuestra vida, y que estará en piel de hijos consumida.

martes, 23 de noviembre de 2010

¡Leeréis ahora la identidad del amor!



Una hada de las mil seráficas de las notas

Habríais visto el poderío del amor por cómo es en el alma de emoción que se agita en él tanto y se convierte en canto de pasión; como del amor y del gran divino dulzor, como de sus labios que acaricio despacio, y son tan lacios, que con su cuerpo hiciera incitar de lascivos besos el amor, no dejaría escapar su sápida carne que en noches disfrutaría de romance, pero tan tierno que se aparece entre la sideral noche un encanto, siendo una estrella que se transforma en manto, y luego se observa las alas y una voz tan soprano, tenía un piano a su lado, y un vestido de hada que me dejó pasmado, y entre el fondo de mi ser agitado y enamorado, le digo: Mis latidos sienten que en este anochecer solo eres lo esperado, ¿por qué estás aquí y venís por mí?, ¡así de esa manera de mi existir! que no hay nada y solo provoca sucumbir; y casi en el camino no vivir, solo de una pasión que es lo que ha estado en el alma, pero quedando siempre sin calma, por no tener a una diáfana cortesana, que sea como yo, que me ame y a lo que me abarca, y dice: Te quiero y os ambiciono más que el paraíso inmenso, y hasta el sol lo viéramos pequeño, por ser tan solo tú mi dueño, y que de mi íntima cavidad por mí llenarais de amor, vuestro miembro diese en mi ser la relación, y de él oriundos saldrían ante la pasión, y de mis susurros al orbe daría atención, porque de esta a otro aliento no estará. – Me aceptáis a tu cuerpo, alentáis mi espíritu entero, y eso a cada segundo veo, y de eso hacéis a mi esperanza de milagro florecer, y mi vida está más tranquila al tener una sabrosa diosa de mi anochecer que en los caminos disfrutaré y en el lecho con besos de rosas amaré, y de besarte cada centímetro no cansaré, sino siempre en mis labios os acezaré, y de eso viviré junto a la melodía tocándote, y este mundo veremos tanto nacer, entre el fortunio de mi anochecer.

-Somos dos vesánicos enamorados que entre el piano tañaremos de lo apasionado, porque soy vuestra pianista, soy vuestra alma bendita, que en sonidos es la caricia que dará a tu cuerpo mi vida. Poemas te escribiría, porque de tu pensamiento veo que eres poeta, y sin saber muchas cosas eres mi piano de cuerdas, a quien tocaré de delicadeza. –Noto que sois la poesía que he buscado, alumbráis mis ojos en lo alto, amaríais mis millones de partituras con tus dulzuras, como la de tus composiciones que alumbran, y de mi mirada a vuestro latir no se derrumba, sino estaréis de agradable ternura, que os aseguro buscarais amarme mucho más de la locura, ¡amadme entonces! entre las escalas de mis partituras, palabras volarán a tu interior de blancura, que de mi ente al solo besarte nacerán liras, y a lo lejos de escritos no son mentiras, sino es la vida de nuestros versos de alegría, que han estado en la dulce sinfonía, como tu voz y la mía, solo en una estrofa convertida, y de amor en el alma dicha, os amaré mi querida, por que sois mi hada de mi alma latida, y que en las primaveras de anocheceres eres la que resucita, como a mi alma de vida, y en fin podré gritar querida: ¡he tenido lo brillante de sus óculos!, ¡que entre la noche al estar con ella ha sido siempre nuestro fóculo!, que de esa primavera en las noches le respiráis mis alientos para que así acariciar a tu ser de flores, y solamente el piano que tenéis de dulces acordes; solo sonáis piano en amores, y si observáis se ve a sus bordes, ¡imágenes y pinceles dibujándonos!, como un corazón de melodías sonando y los dos amándonos, y también que estamos bailando. Pincel conviertes la magia del sonido en cuadro de expresiones, sentimientos de besos férvidos y soles, en ese cuadro de pintura y voces, nuestra identidad explayan pinceles de pasiones, que regocijáis a nuestros entes de ardores, y siendo fortunios en nuestra noche, ¡qué mágico e inolvidable es vivir contigo!, amáis mis besos de lirios, como en las noches que te doy esos sonidos, que con su perfume te llevan a mí de amorío, aromáis vuestro olor igual mi camino, y luz salid ahora para florecer mi destino, que como este nada os aseguro que será lo cuito, y piedad se verá más en sus ojos benditos, queriéndome como la quiero en mi delirio, que es tan único y explosivo, que hasta lleváis corriente del río, o marejadas de esas olas de desafío, para extraer de ellos su cantidad en besos junto a los míos, y así sentir tu saliva ardiente derramándoos mi espalda, y levantándote junto a mi regazo de llama, para calentarte de dulce magia, y elevarte entre besos de calma, que no habríais sentido en la pasión regocijada, que os ofrezco en esta noche blanca, solo junto a ti mi ambrosía hada, que esperé con esperanza para así nacer de esa e indestructible melodía del alma, que me besa como tus labios grana, y que moran de regodeo mis palabras, que a ti hoy se fueron de liras amadas, y en donde estamos en el río y cascada, caerán siempre gotas de sonidos de magia, seréis lugar ávido del amor, sin tener por dentro el rencor, le quiere mi alma tanto como el agua quiere a su naturaleza diáfana, verdosa y junto a tus alas de hadas, tocáis mi ser y tan tenue es que me levanta, y voy a tu cuerpo con besos de sápida ansia, para dar en fin que soy tu ser de las mañanas, y de noches tú luna blanca, tus estrellas que dan brillo a tu alma, soy todo y soy más tú amor agitador, que suena en melodías del amor, y sin irse de tu figura de inspiración, que dio para escribirte de íntima pasión, en esta naturaleza teniéndote de amor.

“La poesía tenéis que sentirla tanto como la vivo yo, para así dejar huella en mi interior, de lo que visteis y sentiste, y así entre ojos daréis lo que existe”.

jueves, 18 de noviembre de 2010

¡Veréis así llega la unión!



Enigma de la llegada de una hada del amor.

No se porque el vivir de la realidad me hace hacer estas cosas;
porque me hundo a la pasión de la vida a una chica moza,
necesita tanto mi alma su piel de rosa
para convivir junto a ellas o de una la pasión entregadora;
o como en tardes mirándola y haciéndole sentir mi magia enamoradora.
No me rindo en encontrar a esa dama maravillosa,
así sea éstas las letras del amor,
pero la huelo entre la estrofa:
¡Ese rostro!; y piel que consumo de lo enamorador.

Sideral vuestra alma será,
si aparecéis entre mi idioma,
y de la vida el aliento a ti os amad
como mis besos sápidos de aroma,
y ojala que si te encuentro, no te marchéis
para así acariciarte como tenue paloma
y entre ese roce hacerte en melodías ver mi idioma.
Fuese así, si vuestro ente sumiso llegaría,
evanescentes tonadas del camino darías,
convirtierais entre mi vista bisbiseos de liras,
y observo ante la fantasía que no son mentiras,
porque a vos siento entre la polifonía
de tus cantos como hada ante mi esperada dicha
que ofrecéis entre el risueño de mi alegría;
semblante alborozo de tu sideral vida,
aparecéis entre mis letras de maravilla,
y a lo lejos ama vuestro ser mi melodía
que compartís el arrullo de las tonadas de poesía;
por ser del camino lo evanescente
que contemplé como enigma,
que entre palabras eso sería,
florecéis; y junto a vos en tonadas daré la armonía
e inmortal de este mundo que no se olvidaría,
fecundáis regocijo y paz a mis letras benditas,
las cuales antes no dieron con una diosa la vida,
como la de amar entre el mundo de partituras que tiritan,
y que ante muchos ojos u oídos pintan
pero que no saben cual es su tinta,
y ni sus palabras que moran en la lira.

Pero tu y yo haremos dar al orbe otro sentido,
como el de hacer de sus oídos y sus corazones vacíos:
un astral romanticismo de su ser como río
de notas que irán a un delirio;
y que de él vendrán otros romances del destino,
y con el mismo lenguaje se amarán sin espino,
nada será entre el sonido clandestino de lo cenizo,
sino su corazón bombeará del amor rojizo,
nuestra tonada será así de ¡no! al hermetismo,
y entre él haremos ver lo cúspide del ultraísmo,
que siempre está entre figuras del corazón encendido;
para hacer vivir la lira de una dama del romanticismo.
Así vivimos en lo estro de cada ida del aforismo
para fecundarse de ella y de su amorío,
que es tan bellido y junto a su piel lo más querido
¡como la de un hombre latiéndoos y recorriéndoos como río!;
por solo quererle besar y dar sus alientos de vestigios
que estarán en su carne del apasionado idilio,
y que nacerá junto a la naturaleza de los lirios,
en todos lados estará como la de mí hada que es mi paraíso.

Veréis amadísima de mi cuerpo ardido,
hacemos la vesania del destino,
seguro no hay otros que sean como nosotros,
porque desprendemos tanto ardor fogoso
que se parece al magma entre la partitura de lo cariñoso,
explotáis igual que yo pasión del todo,
¡oh mi yo! amáis a ella en lo eterno de lo loco,
que corre del camino en su alma entre tejido de lo hermoso,
y que no se marcha la sangre por ser la hada de mi corazón lloroso,
¿por qué eso?. Será porque antes esperé a una en mi de lo sonoro,
¡y fue ella! que hizo latir a mis manos en su pecho ardoroso,
y a besar entre la melodía su cuerpo de gama blanca,
y áurea su melena que se desliza sobre mi cuello,
y mi aliento, mi poesía, mis palabras a ella la abraza,
y solo su amor vivo y relindo os tengo,
que más podéis pedir mi alma,
si a vos tengo entera en mi noches del lecho,
no puedo quejarme de la vida teniéndote tan diáfana,
como tus suaves alas de hada,
que a mi partitura de las noches dais magia
y juntos también escribimos de la pasión tan franca,
y que ante corcheas no son mancas,
sino alborozadas y dulcemente que amadas.

En las noches hacemos ver lo sideral en la cama,
para hacer de esa luz al astro un anhelo de calma,
de otras cosas que sigamos juntos como lo soñaba,
si entre las noches de mi vida lo esperaba,
pero nunca, nunca entre mi llegaba.
Ahora os anhelo sin anhélito del alma,
que se pueda ser la eternidad de la pasión que se ama,
y al estar ahí esa noche nos damos un dócil abrazo,
mientras que en mis manos acaricio su regazo,
muy copulado a su cuerpo adorando,
los claveles nos rozan como sábanas de lo delicado,
desnudos estamos en ese romance ante el lejano astro,
después del anhelo rogado, estamos ahí acostado.
Sí los dos estamos ahí pero ardiendo de lo apasionado,
vesánicos, atontados, estupefactos, y expresando
el amor que no se puede guardar en tú alma amándoos,
sino hacerlo ver al deseo que se pide de que sea libre,
y que se forme y hasta el futuro de lo enamorado,
y en tintas del cielo a los ojos escribe:
“ he visto unión de lo más estupefacto,
y que entre la hoja de los versos es el tacto
que se besa entre ustedes del amor arrullado,
no puedo dejar de cumplir a vosotros su anhelo,
se lo cumpliré entre el firmamento,
y así arderán ante mi mundo y en el vuestro.
No sabía que el amor fuese así,
pero como lucero del espacio
le daré la fortuna del reino amado;
que es el amor como paraíso del entusiasmo,
y que se llega ante el amor al latir del orgasmo
que entre su piano darán paz y mucho pasmo,
como a otros por grata vida del todo que han cosechado”.
Os damos gracias astro del anhelo más apiadado,
ahora si podemos estar felices del fortunio que has entregado,
moveos los demonios que no entrará en este patrimonio,
porque no seréis vosotros bienvenidos en lo delicioso,
estarán en el averno como siempre por tontos,
y no entraréis en este paraíso amoroso.
Se cuenta que los demonios vienen a destruir,
como los romances que existen del existir,
pero ellos ante la magia del Dios astro fenecieron,
en sí ante la vida de un idilio no pudieron,
pero no cualquier romance sino uno eterno,
y así a vuestro mundo volvieron
y hacer quemados y devorados por las lavas del infierno.
Y no vendrán a este mar del amor
que se vive hasta en el corazón,
entre olas tañendo de emoción,
y que no descansa de sonar en la melodía del compositor;
que soy yo ante ella explayando mi dulce eterno amor.

Las composiciones que hemos hecho los dos,
cuenta tanto de la espera del amor,
un hombre buscando ser querido y tener su calor,
y olerla en las mañanas y besarla,
cariñarse con su vida y su sed del alma,
que beba ella tus labios de luz blanca,
y termina siendo nosotros dos,
que vivimos esa lira cada vez de pasión,
y que es tan tierna y dulce como la de un ruiseñor,
que no sé si sea la voz de ella como la de Dios,
que acaricia mi cuerpo y que ama de amor,
me siento tan querido junto a ella,
que sus ojos ante mi son una primavera,
y que de eso a mi alma ella la llena,
y son el lago de mis emociones que besa
su carne bendita de hada que me eleva
hasta su íntima caricia que incrementa;
como el idilio que de ella no se despega,
sino se mantiene tan junto que embelesa
mis sentidos y sentimientos hacia ella,
que ante la vida de partituras se refleja
un amor soprano que tañen de belleza,
como su voz que me toca tan tierna
entre mis sentidos de gran verdosa naturaleza,
y que a nada se averna,
sino floreceréis de alta riqueza
ante el sabor de la fruta de su pierna
que a mi en las noches me da del sabor a cereza.
Y que como de ese muslo de la noche fresca
con mis fogosos labios su piel de cálida arena,
y siempre resultaréis toda como una sápida cena
que de mi presencia siempre serás alma de gemas,
que has hecho ver hoy amor a mi melódico poema,
no se consigue cualquier hada en el mundo belleza,
por eso sois lo que siempre en alma amaré de riqueza,
y hasta en el lecho dejaremos luz placentera
que será ante toda una luz de huella,
como regocijo hacia el astro de sutileza,
por ser nuestro amigo que deja siempre grandeza
a todo lo que nos pasa en la vida querida de gentileza.
Sí así somos en el amor para ser todo un ardor,
sois la grandiosidad de mis letras del corazón
que se pintan de paz y del amado amor,
y que no se dejará en el dolor,
por ser toda nuestra ilusión que esperé en el corazón;
y así florecer en él de lo que es la efusión
que está en las mil partituras de nuestra unión
e imperecedera; que es nuestra historia de tonos del amor.

jueves, 11 de noviembre de 2010

¡Oh veáis ahora mí introspección íntima del amor!




Un hombre entre la fantasía del idilio, a la amada realidad anhela vivir.

Caminaba por mi mundo con la esperanza
de conseguir a esa faustosa dama,
que si la encontraba quería gritar ¡alabanza!
porque en las noches pedía su alma,
y en melodías su rostro entre mis plegarias,
pedíais tanto igual mi poesía de las alboradas
su aroma arrumaco y de figura clamada.
¡Idolatrado seréis metáfora de mi noche diamantada!,
por ser las estrellas de luz que esperara
como entre mis versos de otros escritos esa dama;
¡has sido tanto el pedido que me he vuelto apasionado,
o quizás por adormecerme en ese romance del abrazo!,
al que sueño encontrar y darle ¡mis gustazos!,
decirle que es lo que tanto me ha embelesado
lo de esta vida teniendo en mi corazón, !él besando!,
lo que ha estado siempre en mi mente
esos sonidos que tañen entre romances fantasiosos de mi presente;
pero que de él dependerá si aparece
entre el lar tañendo junto a ella apasionadamente.
Si veis destino si eso se envejece
como lo plañidero despertará lo inmortal enteramente,
y si es ella arderá el paraíso entre ángeles dulcemente.
Ese reino sagrado de Dios hará ver mi fuego
el cual es por la romanza de mi esperanzado ente,
si llegáis aparecer no será juego
si no estaré junto a ti ardiendo plenamente,
y veáis que tan profundo fuese mi apego,
porque dentro de mí arrullara tu cuerpo evanescente,
y que estoy entre dos caminos con la espera de esa luz.

Os contaría mi parte espiritual más ardiente
que ha estado tañéndoos entre violines sin detenerse,
el que me ha estado llenándoos de toda esa melodía,
pero ha faltado algo más,
algo que va más allá que la ternura de infinidad,
es la caricia ante mi propio espíritu encendido,
como la de esa dama consumiéndome de cariño,
y así ya mis versos tuvieran lo infinito
de querer y besar con evanescente sentido.
Y que le pido que sea tan igual de mis gustos
para que al mundo demos apasionantes acordes,
y sin tomar ante vías el susto
y entre el piano demos juntos pasiones,
y que en él encendamos del amor
y que nos demos tanto ardor
que no se podría alojar de tu respiración;
porque ahí estuviera ella respirándola de pasión,
y amándola de ferviente ternura
que no se iría jamás de mi olor,
y así la vida tuviera dulzura
y sus latidos si fueran, fuera vuestro romanceador,
que entre vuestro cuerpo acariciara como a la flor,
y que entre tus pétalos olería y te acezara de pasión,
o si te viera en el piano fueras para mí una hada,
y entre las mañanas os daría mi alma enamorada
para que quieras y améis de mi pasión que esperaba,
me gustaría componer música clásica con esa Vesta dama,
porque fuera el fuego eterno de la pureza del alma,
y al solo serlo así, a mí alma ella la levantara,
por solo acariciarme y besarme con su boca blanca,
como las hojas de la partitura en mi piel embrujada,
por su sortilegio que dio desde que vi su mirada,
fuese mí espíritu encendido de llamas,
si ese ángel apareciera le suspiraría hasta el alma,
fuese mi mundo ya una vida acariciada,
ya la fantasía fuera regodeada y viva entre mi carne anhelada,
porque daba entre los versos el infortunio que apedreaba.
La llenaría de muchos besos tiernos en su piel nácar,
la quisiera tanto que en noches le cantaría tan soprano,
que nuestra luna hasta diera el encanto,
de ser nuestra vida lo apasionado,
y se podría decir que mis poesías fueran Proserpina,
que estuvieran vosotras sin vida,
que en su muerte revivirían, y daríais entre mis historias alegría,
como la deidad que es vida, muerte y resurrección,
sí la doncella que le espero fuera mí pasión,
mis poesías estuviesen felices junto a mí de gran ardor,
y con ella estuviese, como en el piano sonando de amor
entre escalas corriéndoos entre la armonía de emoción,
¡de mucha alegría por amar a mi bendito furor!,
o si escribiese con ella poesías de lo que nos pasa en la vida,
llegaríamos hacer ver las letras que no se ven en la melodía,
y todo fuese clandestino, pero con la luz del florecido delirio,
letras se verían en los poemas de nuestro apasionado destino, que fuesen los sonidos.
¡Oh mi yo! la quisiera en el verbo infinito que es el amor de mi sentido y de mi corazón enardecido.

Como si nada aparece una dama entre mis ojos fijos,
y que le ven como tontos y perdidos,
podría decirlo así, porque es lo que me pasó,
porque ya desde sus ojos presentía algo, ¡como el universo!,
entre sus ojos contemplaba ¡muchos versos!,
era en un silencio muy corto que vi todo eso,
quise ir con ella para saber de ella y su sentimiento,
nos fuimos conociéndoos pero expresándoos todo mi aliento,
le confesaba mis gustos, los cuales dieron buenos rumbos,
porque a cada expresión mía que daba recibía lo pulcro,
le gusta el piano, el romanticismo,
escucha baladas y eso a mí alma le hacía sentir un idilio,
pero no sé, ¡qué cosas digo!
!si ni siquiera sé!, si a ella le parezca lo mismo,
es como en la ruta de mis caminos
un pasadizo en donde es clandestino,
el saber si ella sintió lo mismo
o no cuando le hablaba de mi surrealismo,
le expliqué que era para mí el piano,
le hablé de que era el hermetismo
que estaba en el tan unido y fundido,
porque entre milésimos de sonidos
que dan son confundidos,
porque nadie entiende su idilio,
que entre las teclas blanquinegras
dan al mundo su ultraísmo,
al que en el piano da su esencia
para que quede en el futurismo.
Así veo yo y de esa manera expliqué
a esa dama que conocí de romanticismo,
una joven que se llama Carla
a quien quería hacer ver lo que era para mi
la pasión de mi alma,
quería hacerle notar lo que es esa magia,
quería explayares que el piano ante el amor puede ser una presagia;
que será eterno por vivir en el de tal pasión,
que en los corazones dejara el inmortal amor,
que es el surrealismo que siento y que hace arder,
ya que le gusta el piano, me hizo encender
todo mi organismo en su ser.
El fuego no se notaba pero sí en mis ojos,
todo por esa que en los suyos veía el universo,
y mi alma no estaba en enojo,
y descubría en sus ojos claros cobrizos los versos,
a los cuales hoy les doy delicados besos,
mis palabras por ella hoy están ardiendo,
y jamás pensé encontrar eso tan tierno
que me hiciera sentir esto en el pecho
tan armónico y éxtasis del embeleso;
lo que pedía en mis poesías como ese lucero
de que viniese y tuviera lo que yo tanto quiero,
como el piano que sabe tocar, era un pulcro aliento
al que no se ve todos los días de este universo,
me hacía vivir un ameno momento,
y que entre mi remembranza estará floreciendo
hasta que sea el día de que pueda tenerla como a mi sueño;
y disolverme junto a vuestra piel como dueño,
porque había descubierto su dulce sentimiento,
y que del cual no ha estado en otra damisela que haya conocido;
solo en esa hada que ha dado luz a mi destino,
y que entre mi lenguaje haya ella entendido
toda mi inmensa pasión que tengo en el corazón ardido;
ha dado luz por sus costumbres de su vida,
y por su vocación que tiene de alegría,
y porque en sus ojos y entre sus labios
siempre ante mis ojos estaba esa sonrisa,
y era como verle la pureza del salmo,
no sé si será ideas mías,
pero eso es lo que de esa mañana veía,
y que yo mismo ante su presencia hacía.
Ella me habló de la religión
y me dijo que de cual era en mi razón,
respondí : vengo la del cristianismo
pero casi no voy a la iglesia y no creo en algunos de sus ritos;
como en creer en imágenes, y a eso ella me dijo,
como por ejemplo: es como en mi casa sirvan café con leche,
y a mí no me gusta, pero tomo de él porque es de mi familia.
Pero le volví a decir que estoy en la religión,
pero casi no voy a la iglesia aunque debería de ir;
que en donde estudiaba hice la primera comunión
para ser entregado a Dios,
y ser perdonado por los pecados ante la sacra Ostia,
pero que en las religiones todo es una política
y que solo existe un Dios de su historia.
Me contó que su padre estaba en la música,
que le gusta las leyes.

Ella ante mis pupilas daba el deseo de conocerla más;
que hasta de tanto platicar
fue mi desayuno entre palabras de divinidad,
y tuve que apurarme de desayunar
para que así en donde tenía que ir no llegue tarde,
pero ella me dijo: no comáis rápido, come tranquilo.
Y comí tranquilo, pero por dentro regodeado
por esta dama que haya entre mi destino encontrado;
y porque ha sido como una luz
que de mi camino ha dado virtud,
y que de mi juventud
hicieras florecer tú,
y a dar un color tan azul
que ni se pierde en el cielo vuestra luz.

Porque a veces somos así los poetas,
porque tenemos que tener a esa damisela,
como entre nuestros ojos su presencia,
porque no la podemos desterrar
un segundo sin dejarla de pensar y de mirar.

A veces las letras, las imágenes son
metáforas como su rostro de iluminación,
cada una de ellas es vuestro pudor,
en todos lados vemos la pasión
como la de ella que es mi locución,
o como levantar mi voz
hacia el cúspide Dios,
y pedir en esa expresión
su vida y su merecido amor,
para que de ella demos ardor,
de lo que tanto ya llevo pidiendo
sentidamente en mis poesías de ilusión,
amándola entre melodías del apego
y arrullándola en el corazón,
y así renaciendo la ceniza del sueño
que fuese contigo mi vesánico amor,
y que en tu cuerpo fuese todo respeto,
sólo os tocara con melodías del sentimiento,
tomaríais lo más sacro de mi aliento,
como el componerte un vestigio de nuestro enamoramiento;
¡huy yo por vos si sueño! y ojala no sean solo palabras sino hechos,
y así junto a la piel hacer florecimiento,
y así por fin tener entre la fantasía mi más amado sueño,
que eres tú, y creando una vida de dulces momentos,
e imperecederos entre los recuerdos,
y alborozados entre semblantes de lo tierno,
que es el amor entre partituras de tenues besos,
por ser nuestra historia en que en esta hoja de poema tengo;
y que del cielo a él caen muchos destellos,
haciéndole ver que todo será fuego,
y eterno al tenerla en tu lecho,
y que amaréis sin darle lo mesto,
sino lo que en esta vida nadie le hubiese dado de lo tierno,
pues dejaríais en esta vida un rastro
que de felicidad tendrás lo amado,
y que llegará hasta el astro
de millares de partituras de lo apasionado,
y no solo eso, también será el amor más respetado
que ni otros podrán saber que significa nuestros labios,
labios de las notas que suenen al mundo de lo romanceado.
Así soy, así viviré y así con ella estaré,
de ella no me alejaré y le espero que me acepte con digna fe,
que con su religión estaré y de ella en ternura dormiré,
es todo, solo está en tu alma y en tu corazón rojo,
el decidir en mí y entre mis ojos,
de querer vivir esta grandiosidad del amor,
o no vivir en mi cariñoso corazón,
si así no es , debería de esperar a otra ilusión,
por si llega y me ama como lo sueño yo.

Mientras llueve te mando el mensaje mío en gotas
para que toque tu alma,
y sepáis de él que este poema arde en llamas,
y entre la lluvia no se quitara el fuego que te ama,
porque es tan grande el idilio que con nada se apaga,
ni porque fuese un diluvio lo cambia,
sino mí amor arderá por vos hasta en las letras volando de mi alma
para caer en vuestra boca llena de agua,
y entrar en ti y así mover tu cuerpo lleno de calma,
y hacerte ver la dulce magia
que ha estado por siempre en mi ilusionada esperanza.
Y ante la lluvia de esta tarde que vivo escuchando la tormenta;
que de ella a vos toque como mi corazón de estela,
y que sientas melodías que a tu cuerpo besa,
con la ternura vivo en esta tarde de Venezuela,
no es otro violín ni piano, sino el sueño de esta damisela.
Que al tener el piano es estar sin vida,
y al tener a esta es estar en alma latida y lleno de melodía,
piano con flores y paz en los corazones,
evanescentes besos en pieles y olores,
y felicidad perpetua en mis voces, sin tener ida en su amor, pero amándola sin dolor.