miércoles, 13 de octubre de 2010

Los tres cochinitos en una aventura.


Sabemos que al entrar a este mundo veremos cosas maravillosas, y muy enseñadoras a nuestro pensamiento de la leída entregadora.

Este era una vez tres puerquitos que vivían en un casa de barro, y techo hecho de paja, ellos ahí convivían cada fin de semana de cosas divertidas, para regocijarse. Uno se llamaba Toety el otro Isi y la cerdita hembra Heisy. Entonces, como era fin de semana, quisieron hacer una cosa emocionante para convivir de buena manera, y Toety dice: bueno hay que buscar palos de madera y malezas, para hacer una fogata perfecta, ¡bueno iré yo a buscarlo en el bosque!.
–Isi: está bien, vaya y nosotros aquí buscaremos la forma de aliñar un buen pavo, y Heisi dice: si así será, hay que hacerlo pero ya, para que podamos en esta mañana disfrutar al máximo. Se va Toety a buscar al bosque los palos de madera, y Toety por ese bosque empieza a buscar y no consigue nada, solo habían buenos árboles con buenos huertos. Dice- ¡carajo como haré ahora, no encuentro ni uno en todo éste bosque!, y no sería bueno estar partiendo con mi machete estas buenas ramas y ni dejar la naturaleza en mustio ambiente, hay que ir a la sima a buscar allá, ¡habrá de seguro!. Y el cerdito Toety de gran sabiduría se va para la sima pero llega hasta la mitad de la montaña y consigue muchas malezas y palos de madera; y se decide parar y a recoger todo esa abundancia de fortuna, y dice –Toety: ahora podré irme ya a recoger todo esto, y voy a tener que apurarme ya me he tardado mucho, tengo que irme pero ya. Pero a lo lejos estaba un lobo viéndolo de todo lo que estaba haciendo y oía de que tenía que irse rápidamente el cerdo; y este lobo feroz malvado de este bosque pensó, me lo como o lo sigo para ver a donde va?, y los amigos de Toety que estaban aliñando el pavo. Dice Isi de primero: ¡guao mira qué hora ya es, ya se ha tardado mucho tiempo desde que se fue!, !le habrá pasado algo!. Y Heisi dice: supongo o podrá ser que sí, mejor iremos al bosque a buscarlo, me preocupa mi amigo Toety, no quiero que se muera, y responde Isi: No seas tan idiota, ni se te ocurra pensarlo, no digas cosas bobas que eso no va pasar. Vámonos pero inmediatamente al bosque. Y a lo lejos del bosque Toey dice: ¡Ay mejor me voy de una vez!, tengo que llevar estas maderas para el almuerzo de campo, que necesitamos para comer. Y el lobo feroz escucha necesitamos?, ¡ay ya se fregó! el lobo planea mejor ir con el por el camino astutamente, escondiéndose detrás de los árboles, y el puerquito Toety fugazmente se va y encuentra a sus amigos, y le dice Isi: qué sucedió a donde te fuiste, porque te tardaste mucho desde que te fuiste, no vez que nos preocupamos a tal extremo que explotamos de angustia, y dice Toety: es que no había nada en este bosque, ¡no había!. No sabía qué hacer, tuve que ir a la sima y encontré esto, y dice Heisy: qué bueno que estés bien, y que oportunista fuiste al regresar excelente, y los tres puerquitos se van contentos, pero detrás venía el lobo feroz con astucia y mucha audacia para saber con certeza donde vivían estos puerquitos; y descubre que viven en una casa muy pequeña y se dice el lobo, ahora podré comérmelos, pero un momento ¡no puedo ir así, me verán y sabrán que soy el lobo, tengo que hacer algo astuto, para que no me reconozcan por nada de sus ojos deliciosos, el lobo feroz se ríe malvadamente, por la genialidad que tenía a su poder de lo que quería hacer. Y llegan felices los puerquitos a su casa y dice Toety: Bueno ahora falta hacer la fogata, yo lo haré. Pero falta algo para encender la fogata, ¡el fuego! para que este pavo se cocine extraordinariamente; y dice: Mientras yo me encargo de sacar primero el pavo tu irás por el fuego Heisi y responde Heisi: ¡Ay pero yo no sé cómo conseguirlo, no sé en dónde se saca el fuego, y el puerquito Isis le mira a tal pendejada que dice, le contesta – Isi: Sí eres imbécil bueno para nada, solo sirves para ensuciar con tu boca los labores que se deben de hacer; yo iré mejor Toety yo lo sé hacer, y contesta Toety: Un momento ya madura y deja de ser así con la dramática Heisi; y responde mejor. Dejaré de perder el tiempo y haré mi trabajo, y se va el puerquito Isi a conseguir el fuego, y encuentra dos piedras y dice: he leído en centenares de libros la forma de que esto encienda, y se pone a raspar las dos piedras juntas, hasta que de tal fuerza que le daba se corta el brazo y empieza a botar sangre, y dice mejor iré con las dos piedras y lo haré allá, y cuando se va Isi, llega la puerquita Heisi, estaba sentada en el bosque de lo más tranquila sin hacer absolutamente nada, y llega Isi y se pone a lijar las dos piedras, y a lo lejos lo ve Toety que chorreaba sangre de su brazo y le dice: ¡ay Isi estás botando mucha sangre de tu brazo, deja de hacer eso, peor aún te vas a lastimar, mejor yo lo haré de otra manera que se, y se retira y busca de los palos de madera una madera finita y de esa empieza a lijarla un poco más; para que quede perfecta, y busca una madera plana y encima de ella, empieza a darle vuelta junto a sus dos manos, y en frente del sol lo hace para que así prenda el fuego, y lo hace varias veces y bota un humo la madera plana, entre pico de la madera finita, y más al hacerlo hace buen efecto junto al sol y se prende en candela, y dice: ¡ahora hay que hacer ya la fogata!, y Toety agarrá las maderas y hace fugazmente la fogata, y le echa el fuego, ¡listo, terminado esto!, y luego dice Heisi: ¡Impresionante Toety, tú sí sabes hacer las cosas, me gusta tu destreza!, lo decía aplaudiendo, era un poco tonta si decimos en verdad, y esta Isi le dice: sí eres idiota, ¿cuándo será el día de que no digas, ni una gafedad, o cosa banal de tu miserable boca!.
Toety se enoja y le dice: ¡Ya está bueno de las ofensas hacia Heisi, compórtate, tenemos que convivir de buena excelencia!, ¡por favor!, y dice Isi: como tú digas.

El lobo que estaba al otro extremo del bosque, en una casa totalmente que sola sin nadie, dice: Tengo que buscar la forma de que no me descubran, ¿qué puedo hacer?, ¡ah ya sé!. Me vestiré de una clemente y piadosa anciana, así los ingenuos cerdos no sabrán. Burlonamente lo decía y de expresión malvada. Y dice el lobo: Tengo que conseguir tapar mi pellejo, mis ojos, a ver que más, y pensaba el lobo feroz, ¡ah mis orejas, eso es cierto, será muy fácil de verse!. Y el lobo se pregunta: ¿Dónde conseguiré todo eso y busca en su cofre grande donde guardaba todas las cosas que buscaba de la basura de la ciudad; y ve que no hay nada, esto me será súper difícil, y va a la casa de los cerdos, solo a buscar paja para hacer de eso la ropa, y lleva una espada que tenía, y entra al establo de la casa de los puercos cautelosamente; sin hacer mucho ruido y logra conseguir las pajas y de todas esas pajas las corta y se las monta en su saco que llevó; y se va corriendo detrás de los árboles, y al conseguir esa primera victoria, empieza hacer en su casa la ropa de anciana, y lo termina de hacer y dice: Tendré que ir a la ciudad a buscar un gorro de anciana para que me tapen las orejas, y unas herramientas para fabricar unos lentes, y el va a la ciudad en su tractor que tenía velozmente, porque sabía que sí se tardaba los cerditos podían irse del campo, y va el lobo en su tractor rápido. Y al llegar va a la basura y consigue dos botellas, y de esas dos botellas las pica y lo del circular de la botella de vidrio, y dice: tengo que buscar dos alambres para encajarlos aquí, y a media cuadra ve a una anciana que viene tan despacio, que dice: A esta de alguna manera la tengo que robar, porque ya tengo mucha hambre y mi estómago me truena fuertemente y me duele; y en su mente el lobo dice solo me falta el gorrito, porque los lentes los podré terminar en casa, y la anciana que camina dice: ¡ay que agotamiento es caminar esta cuadra!, y una brisa le hace volar su gorrito que tenía, pero la anciana tenía dos puestos y dice la anciana: ¡no importa que se vaya de mi ese gorrito, porque en casa tengo muchísimos más, y el lobo de una no pensó más y agarró el gorrito, y mientras se va, un niño que estaba a lo lejos con su madre que estaba viendo televisores.
Ve al lobo feroz y se asusta porque era totalmente extraño y feroz, al solo mirarlo se asusta el niño y dice chillonamente, ¡mamá allá hay un lobo horrible, me espanta, mamá auxilio parece un mostro que da miedo a mi rostro!, !mamá escúchame lo que digo!. Y el lobo al ver el teatro que arma el niño le saca el dedo grosero, y de una se va, y su madre voltea y ve que no hay nada y le dice: eso que te pasó, seguro es por estar viendo en casa series de mostros, ahora por tonto no saldrás una semana y no verás televisor; y el niño quedó más que estupefacto y no volvió a ver más comiquitas que lo traumatizaron por toda su vida, y el lobo al regresar a su casa dice, ya tengo todo ahora podré comérmelos, y cuando se viste y se pone los lentes, el gorrito, la ropa se da cuenta que las uñas de las patas se le ven de este lobo feroz; y decide ir a la ciudad a buscar unas pantuflas de anciana, enojadamente se va, porque tenía en realidad mucha hambre, y el lobo se va en su tractor nuevamente, y al llegar todavía ve a la anciana llegando a la cuadra para cruzar el semáforo; era más que lenta la anciana, y el lobo dice como hago para encontrar una pantufla, si se ve difícil, ¿por qué si aparezco en frente de ella probablemente, es que grite del susto!, no eso no puedo hacer, y el lobo piensa y piensa hasta que la anciana de lo lenta que iba dice: !ya me cansé de este tormento estúpido, me quitaré estas pantuflas. Y saca de su bolso unos zapatos de gomas y eso mismo se los pone más cómodos. Y las pantuflas las arroja muy detrás de ella, el lobo tuvo que correr rápidamente para que nadie lo vea y así sujetar esas pantuflas, y al lograr su objetivo. Dice: Me iré ya, pero ve que al irse ve unos lentes en el piso. ¡Guao estos están más geniales que los míos!, los agarraré mejor, y así el lobo se va contentamente para su casa para prepararse actuar con los cerdos a quien ya quería matarlos. Al llegar el lobo a su casa desesperadamente en su tractor, se viste y se va, y observa a lo lejos los puerquitos que estaban comiendo el pavo. Parece ser que los puerquitos ya habían puesto todo y terminado, y ya estaban comiendo sabrosamente, y llega la anciana y saluda. Buenos días cerditos bonitos, que bien comen aquí juntitos, se ven tan bien ustedes de armonía, ¿saben, a mí me gusta ser muy amigable?, les daré unas frutas que corté del bosque para que coman, ¿les provoca como postre?, y dice Heisy: ¡ay si gracias, yo quiero una se ven ricas, y la anciana que era el lobo feroz lo hizo para tener más que amistad con los cerditos, y dice Toety: siéntese, que buscaré más pavo para que se cocine aquí en la fogata, y les dice a los puerquitos Toety: miren denle comida aquí a la anciana por favor, se ve en realidad que ha sido muy generosa, así que vamos a invitarle un poco del pavo sápido, y se va Toety a buscar más pavo, mientras se queda el lobo feroz con los dos cerditos, y dice Isi: ¡no pienses anciana tonta que por tu generosidad te vamos a dar en realidad pavo!, que nos costó mucho hacer, no te daremos ni una migaja, le tenía tanta rabia Isi que dice Heisi: ¡Ay, pero no le contestes así de esa manera maleducado!, ella solo ha sido una gentil anciana, no vez que ni te ha hecho nada, ni ofendido, y la anciana responde. No se preocupen, yo ya comí, no me den. Mientras que en su mente dice: ya me la pagarás cuando te vaya a devorar, y llega Toety con más pavo diciendo ¡ya le dieron pavo a la anciana!, y dice la anciana: ¡ay si estuvo rico, gracias!. Mintió la anciana, todo para hacer quedar bien a Isi, y le dice Toety: ¿pero quieres más?, sí responde la anciana, y cuando empieza a comer, se lo come de un bocado, y Toety dice: ¡qué impresionante! ¡cómo terminaste ese pedazo tan grande!. Y la anciana responde. ¡Ay es que no comí mucho hoy en casita. No se preocupe aquí estas para darle buen almuerzo, lo decía de buena manera Toety, y al terminarse todo el pavo, ya se estaba oscureciendo, el sol no se veía casi nada y dice la anciana:!oh! y ahora sí que es tarde, tendré que irme a casa ya, aunque vaya a estar tan sola y abandonada sin amigos, y dice el cerdito Toety: ¡quédese en casa aquí, le daremos venturanza!, y buena platica de noche y dice la anciana: ¡ay que amable, que venerado eres ante mí, con gusto me quedaré, y en su mente decía, ¡por fin voy hacer de las mías, por fin comeré a estos estúpidos cerdos!, y les dice: yo les contaré una historia que se llama: “escuchen y dormirán, y estarán comidos” y dice Heisi: pero que título más horrible, porque es así, dice Isi: otra vez tuviste que abrir la boca ¡estúpida!, no digas cosas así que me hartan, me hierven por tu tontera. Y Toety: ya pues Isi, no vez que tenemos a una anciana tan gentil para escuchar tus palabras horrendas, y la anciana sube a la casa de los cerditos y les dice: acuéstense ahí les contaré la historia, este era una vez un hombre muy malo que vivía muy solo en una casa muy lejana de un bosque; en donde estaban muchas personas quienes convivían; pero esa persona mala no comía nada en ese bosque, ni siquiera un fruto de todo esos árboles, a él le penaba recortar de esos árboles sus frutos, y solo lo que hacía era tomar agua, de eso él vivía y hasta en sus ojos salían mares de lágrimas, por tal dolor que vivía, por una bendita comida, tanto su alma rogaba por conseguir tan solo una carne divina, pero nada resultaba favorable, era como una condena para él, el no comer nada en ese bosque, y dijo Heisi: pero por qué es así su vida, no puede ser más bonita, no me gusta esas cosas, y dice la anciana en mente esta cerdita la voy a matar cruelmente, por boberías que dice, ya obstina y escuchar cada vez más su tonta voz como una mandolina, ¡ que aturde!, y responde la anciana: es que a veces en la vida las historias son así, tristes, todo por querer comer una comida, pero ya escucharás lo que viene no te precipites, todo la anciana cuidaba su manera de expresar, para que nadie se diera cuenta de que era el lobo feroz.

Sigue la historia del lobo:

Entonces el hombre maléfico que vivía en esa casa, quiso salir para ver si en la fuente pedía un deseo, y lanzó una moneda de oro pidiendo, que le mandará una vaca entera a quien pueda el comer, como si fuera eterna su carne, y así no tenga más hambre, y así de ese deseo que pidió, no se cumplió, tanto era el pedir que todo salía con cuchilladas profundas a su pedido lloroso, el hombre no aguantó más, hasta que se fue en donde estaban las personas conviviendo de alegría, mientras que él de rabia y de esa dolorosa condena, el hombre corre al otro extremo del bosque y se encuentra con las personas quienes estaba bailando en una fiesta; que se celebraba los días festines de un día glorioso, siempre era esa la tradición, quienes estaban para ser jubilosos, ellos en su día y el hombre malo se acerca y les dice: a las personas será que podré estar con ustedes a pesar de ser un hombre tan malo, dice la reina de la fiesta. Sí puedes, ven baila con nosotros te daremos comida, ya que tanto hemos escuchado ante los dioses de tu pedido, no reniegues más, te brindaremos la puerta para que paces y tengas felicidad, y estómago lleno, mientras contaba la anciana, Isi y la puerquita Heisi, se habían dormidos, ese era el plan del lobo feroz, y Toety como el más cauteloso, se dio cuenta que era una trampa, que estaban en algo peligroso, y dice: ¡un momento no cuentes más anciana astuta¡, a ver ¿por qué tienes ojos tan grandes, por qué una boca tan exagerada y no normal?. Mientras contaba la historia, eso notó Toety, a ver ¡quítate la ropa de paja que tienes!, y el lobo no pensó más que de una atacar, ya estaba descubierto y Toety tenía en su bolsillo una clandestina espada que no se veía, él la sacó mientras que el lobo saltó, y con su voz malvada aulló, y los puerquitos se despertaron y dijeron ¡qué pasa!. Y al ver al lobo con los dientes tan grandes y filosos y vestida de anciana se asustaron más, y gritaron: ¡ah, ah, qué susto!. Y Toety al sacar su espada el lobo se paró y se quedó quieto, pensó que tenía todo en sus manos, el juego ganado, pero no era así, Toety siempre fue un puerco más astuto y más inteligente, y pudo parar al lobo, lo amarró en una silla, dijo: ahora decides tú lobo feroz que eliges, te vas por siempre de este bosque, o te matamos, o la tercera te unes a nosotros como trabajador, y sos nuestro amigo, y el lobo dice: ¡ay es que yo hice todo esto, porque en realidad no he comida nunca nada!, como en la historia que conté, así del hombre malo estoy sin nadie y más en mi casa, vivo tan mal que no he comido durante 6 años, nací muy solo, nunca supe de mis padres lobos, nací abandonado en el bosque, tuve que buscar la manera de vivir y no pude hacer nada, y no comía frutas en el bosque, porque los lobos no comen eso, comemos es carne, y aquí ni un animal hay para poder matar, solo los vi a ustedes, y por esa razón me provocó comerlos de una manera astuta, pero no salió, pero no me maten perdónenme. Y Toety le mira con una mirada muy entristecida, por su vida tan tétrica y responde: no te mataremos, mejor vive con nosotros y así te daremos comida, porque de los muchos pavos a que nosotros criamos en el establo, te daremos como alimento nutritivo, no sufrirás más, te unes a nosotros?. El lobo contesta: sí, son tan buenos perdonen por todo lo que hice, solo me hizo hacer eso el hambre, ahora seremos una familia, y Toety de sus ojos caen lágrimas, diciendo: así será lobo y les dice a Isi y Heisi que peleaban mucho, deben darse las manos, prométanse que no van a pelear más, y que así conviviremos mejor, y así los dos cerditos se dan las manos y son buenos hermanos puercos, y ya no son amigos desde ahí, y son una familia regodeada de valores.

En la mañana siguiente Toety le dice al lobo que busque maderas en el establo que había muchas: y dice porque no va el puerquito Isi, porque tú eres más grande y más fuerte, y así el sonríe y va, y así viven tan felices, los días pasan hasta que su ambiente se forma de gozo y de muchos animales de otros bosques, un lugar resplandeciente, florecido de armonía y alegría en todo.

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