jueves, 14 de octubre de 2010

Así me convertí.


La reencarnación.

Cuando conozcan a una hermosa dama 11
jamás den tanta fogosa pasión,
por no saber en verdad si ella igual le ama
y así en la mar no ahogues tu ilusión
que sueñas de amor, pero se derrama
como un río el sangrar de tú corazón,
por no tener la certeza de ese amor:
“grato” como voz de un ruiseñor,

¡que es una maravillosa melodía!, 11
¡que es capaz de calmar toda tu agonía¡,
como por ejemplo en este gran dolor
de no anidar el apasionado amor,
porque fue claramente rechazado
de una dama que hiere el ser delicado.

Porque no fue el amor más correspondido, 12
y yació solo una vidorria en dolor
teniendo ya el corazón más que ferido ,
la única forma de quitar el resquemor
fuera dejar todo con fe en el olvido,
y así renacer y tener el amor
de la vida después de lo mortal
que fue unido como el mar de su cruel sal;

que era imposible del agua separar,12
como la desolación del ser borrar,
que era ante esta solloza cruel fea pasión
que vivió pero se marchó esa aflicción,
y las estrellas volvieron a brillar
del espacio infinito ante él de emoción.

Porque mi ser noble había renacido 11
en la selva como una pura flor 10
en el intenso frío anochecido 11
desprendiendo intenso aroma de amor;
por el regocijo enorme sentido
palpitado a partir de su interior,
y amando la inmensa frondosidad
de la cual era la melosidad,

que jamás en su destino iba olvidar, 11
porque le dio la oportunidad de amar
otra vez a la vida y florecer
sin tener ya el gran sollozo fenecer;

que lo aturdió de noche y día 9 10
sin tener esa digna alegría, 9 10
que hoy el da todo su agradecer
a esta selva con su gran querer.

Que fue el único milagro de su vida12
convirtiéndolo en un hermoso azahar,
de pureza y quitando su ferida
dolorosa como la ola de un cruel mar.
Y fuera esta flor de las más bendecidas
por la tierra y el pasto como su hogar.
Historiado en amor desde su raíz,
a la lluvia, a la luz del sol muy feliz,

porque vive de gran amenidad10 11
ante esta amada fiel naturaleza
sin tener en ella mortalidad;
y afirmando ante la tierra terneza.

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