miércoles, 13 de octubre de 2010


Enfebrecida copulación

Amándonos y borrando el pensamiento
y solo quedando nuestro sentimiento,
navegando en la fundada cama
de sueños y tu mi eterna dama,
haciendo brillar más el cielo
con solo tocarme tú piel,
por ser lo que más respeto
entre todo mi ser,
de este enamoramiento
serás solamente mía
en esa vida de alegría
amándonos eternamente
y entre caricias fogosamente;
contigo respirando tú olor
tan igual como una flor,
perfumando y así el amor no se esconde,
por favor a todo esto responde
que es tan inmenso como el horizonte
y tan vivo como el monte;
y porque en todas las noches
siempre grito tu nombre,
por ser siempre de este único hombre
cuando te hago el amor en la noche,
que me llenas de amor
y en la cama beso tu sudor
entre mis labios de pasión;
cuando oigo tu gemido de dolor
por hacerte en carne desnuda el amor,
me pone feliz por ser solo de tu corazón,
y así este amor es más blanco
sin ser un fracaso,
y sin ser en los labios tan amargo,
porque fuiste mi flechazo
de ser este amor en los días más largo
abrazando como la palabra te amo;
de nuestros labios al besarnos
unidos en esa cama en pieles en un abrazo;
y dándonos un besazo
por todo nuestro cuerpo al entregarnos,
los dos fijamente nos miramos
con nuestros ojos brillando,
y resplandeciendo nuestro ser acelerado
por inagotable amor como diluvio inundado;
de lujuria amor de este indestructible lazo
de nuestros cuerpos junto a la luna rutilando,
por sentirnos tan enamorados
y así entre nosotros borrando
la amarga tristeza en nuestros ojos marcados.

Eres lo que más he amado
dulcemente cuando acaricio siempre tú regazo;
llenándonos de cópula a tu carne que amo
en las noches tan apasionadas
entre palabras romanceadas,
o cuando despertamos en la mañana
para decirnos que nos idolatramos,
o cuando salimos al verano
en las tardes de campo,
con el sentimiento algo entusiasmado;
para ver si te entrego junto a tu mano
un anillo para ver si así nos casamos,
y este amor sea eternamente apasionado,
tu y yo fundiéndonos a un amor tan franco
que sentimos por ser tan puro como el color blanco,
como lo son las nubes
y mi amor a tan lejos sube,
como hasta el universo
que resplandece todo nuestro cielo
de la tierra volviendo en florecimiento
sus pastos de este hombre tan casto;
por ser en tu carne el aliento
que besa como cuando te acaricia el viento y mi hálito;
es una pasión eterna
y florecida como la primavera
nuestro idilio mi damisela
de esta vida tan eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario