jueves, 14 de octubre de 2010

la decisión de un amor


La decisión de un ansioso amor.

La noche no brillaba, tampoco había luna y todo era oscuro,
por no tener un amor que amaba tanto en mi corazón
herido en sangre, por no saber si era correspondido
ante ella mi dulce pasión enfebrecida que le regalaba
cada segundo del día que la veía con indecible amor;
y sentía ese momento mi cuerpo en toda una triste pena
al no cautivar ese verdadero amor que soñaba siempre;
pero ahora al saber que por fin su corazón se decidió,
volvió a brillar el horizonte de la amada noche
con fulgente luna a lo inmenso del universo, por rodear
puramente su idolatrado ser, y su vulnerable pasión
fundida ante mi piel, abrazada ante mi eterno amor,
a lo que no olvidaré jamás por ser mi único sentir
de la vida, que antes no había palpitado en tanta ilusión
esperanzada de lo que significa esta maravillosa unión.

Y ahora mis penas sanaron tanto que la luna me sonrió esa noche
con su luz esplendorosa; y caí antes los brazos de mi amada en ternura;
al saber que su amor era correspondido ante mis latidos
de mi profundo corazón, que no abandonaré y siempre veneraré en mi amor.

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