jueves, 1 de marzo de 2012

El amor de una entelequia más que llorada.



El amor de una entelequia más que llorada.

Si la vida es tan solo vivir,
tan solo quiero vivir viéndote,
si la vida es hasta morir
contigo ahí quiero estar queriéndote,
si la vida tiene ese fin
deja que mi alma ahí llegue,
por ser vos mi existir
y a lo único que mi alma quiere,
si el piano tiene un cumplir
y es dar aquella pasión,
ahí yo quiero ser aquello feliz
que toca solo al corazón,
como al tuyo sinfín
con armonías y devoción,
si amor en una sinfonía es el violín
yo quiero ser de él la voz,
que solo toque y no sea infeliz
cuando te ame en el albor,
hay tantas cosas que quiero ser
que ni hoy se llega a ver,
por ser tanto amor
que hoy ha llenado a mi corazón,
solo quiero a ti amarte
vivir ahí y solo soñarte,
quizá del piano una obra tocar
y de ella a ti ahí solo imaginar,
hay veces que las palabras no llegan a decir
lo que uno de verdad anhela,
porque si lo veis en un concierto ese sentir
observaréis tanta imaginación de lo que no reflejas,
de aquel piano, chelo, oboe y violín
cuando en cada compás comienza,
y mi amor por vos va más que el fin
y de esa música del gran poema.
Hoy escucho y toco una obra,
y siempre os veré ahí conmigo,
y eso en el piano se le nota
cuando tan solo os imagino,
todo será feliz y no zozobra
porque sois mi amorío,
así como el adagio cantábile kv 284 de Mozart
contemplando que os amo en el idilio,
y son tantas millares de cosas
que a vuestro amor quiero,
que me olvido de la tristeza y gloria
y solo vivo aquel amor sincero,
porque somos y seremos historia
ante Dios que nos ve,
estará en nuestra alma y memoria
sin dejarnos de querer,
somos como libres aromas
que perfuman sin dejar de desaparecer,
y sois tan pura y ligera paloma
que cuando amo me es enternecer,
porque al acariciarte eso descubro,
y luz dais a mi espacio infinito,
es tanto el palpitante fortunio
que en poeta me he convertido,
y que termino de tan solo tocar el opus
y os abrazo luego con delirio.
y acuciosamente interpreto luego nocturnos
en el piano de bellos sonidos,
tocando en esta noche a Frederick Chopeen
como el opus treinta y dos número dos,
que acaricio ante este desdén
entre mis manos como a ti de amor,
porque sois aquel ente sacro y bren
que en mis ojos dio pasión,
y esta obra es tan solo ante ese tañer
tan solo que en la mayor,
la felicidad sonando de nuestro ser
y besándote sin más poder corazón,
a veces siento que mi alma es un florecer
ante las melodías de flores,
las cuales suenan de tanto querer
entre el nocturno de bellos acordes,
que son nuestro lenguaje sin fenecer
por la locura de nuestras imaginaciones,
vemos tanto allá del allén
que llega a decir que somos inspiraciones,
que hemos de alcanzar para no llorar de dolores.
Pienso tantas cosas mientras toco,
y que miro a mi belleza pura y cándida,
que me hace feliz en lo loco,
que es en el amr tan mágica
de es magia del piano sonoro,
ese sortilegio que ha dado a mi alma
para solo firjarme en sus ojos,
solo de su eterna vida apasionada
para fallecer y estar en su pecho glorioso,
dormir y solo ahí dormir,
amar y solo ahí amar,
querer y solo ahí vivir
y sin irme de mi ilusión de paz,
así será como el nocturno feliz
que toca a nuestra felicidad.
Jamás las partituras os volaríais,
porque sois esa eterna composición,
siempre en vuestra alma vosotras estarías
porque son aquellas obras de mi corazón,
y en ese aroma vos siempre viviríais
sonando y amándote de la modulación,
es así y siempre poesía seríais
ante mi eterno amor,
de esa melodía os llenaríais
por darte todo el indecible pudor,
es así mi espíritu del vivir,
es así él tan puro que no puede dejar de reír,
ama tanto en la vida,
solo así sabe que no está en alma fenecida,
que os regala la mejor aria de composición,
solo así sabréis que es llena de inspiración,
que en la vida de ese amor vive
gracias porque aparecisteis vos,
y que por eso este poema de amor escribe
porque no puede dejar esta historia de emoción,
porque solo en su sentimiento y piano existe
porque estáis ahí en frente de estimulación,
y poque somos en la rapsoda tan felices
que no dejamos de agitar esa pasión,
y las partituras no tienen cicatrices
solo tienen el perfume de nuestra relación,
tiene recuerdos como violines
que sonaban ante nuestro albor,
hasta de aquellos cánticos serafines
que venían a llenarnos de amor,
así con sus voces y hasta delfines
de lo soprano como el ruiseñor,
hasta Dios igual mandaba clavecines
para que ellos toquen de honor,
y lo que interpretaban era la sinfonía número cinco,
de Gustavo Mahler el adagietto,
así a este amor que solo me afinco
y que de la magia de esos ecos,
que sonaban violines tan sumisos
y un arpa tan suave entre chelos,
aquellos serafines de amorío
que tocaron de lo más diáfano y etéreo,
era como si cayera lluvia del cielo bendito
ante ese amor que bañaba de ese concierto,
era de verdad este amor un paraíso
cuando aquellos cánticos vinieron,
por eso que compuse así mi escrito
para recordar aquel viejo tiempo,
donde consumí a mi sacro ser querido
mientras oía aquellos instrumentos,
mi composición es casi tan parecido
como en ese aire de aquellos alientos,
¡ay tan hermoso y bonito!
que hoy me ha dado a mi alma ese recuerdo,
que amo ciegamente a mi destino,
y que observo a su castaño claro cabello
que perfumo con mis besos infinitos,
que la abrazo con mi mano a su cuello,
tiene un azulado vestido
que parece al mismo claro cielo,
tiene una piel tan clara como el aurora bendito
que en el piano resplandece como universo,
que soy su único amor de su destino
que amará en sus enseñanzas de lo poético,
sonriendo ante el ser querido
en las lecciones de mi ser frenético,
queriendo al piano de los sonidos
como el a nosotros de este romance que tenemos,
y que de mi alma a su ser tan solo recito
el poema de nuestra vida en versos,
es tan hermoso ese recitación de mi corazón encendido
que entrego a esta deidad que tanto quiero,
y que miro a una diosa de lo divino
como hoy a sus ojos azulejos,
son tan solo que el cielo mismo
mirar a mi gran obra que he compuesto,
es ella esa obra y poesía de surrealismo
que en mi corazón tan solo quiero,
es una felicidad tan divina de mi sentimentalismo
que en esos sonidos yo muero,
se me va la vida al oír esos sonidos
por ser tan gloriosa aquella obra de sentimiento,
no puedo más con este sentir infinito
que llega a rozar a la voz de Dios en el cielo,
qué obra es y tan igual a mi obra es,
solo dice las palabras en su mismo sonido,
esas notas que abrazan a mi ser
y a la de mi amada de tanto idilio
que no se explica en palabras lo que es,
la música va más allá que la poesía,
no tiene límite esa gran creación,
solo Dios sabe y mi alma esa obra escrita
donde nos estallamos de su visión,
por ser aquella amadísima sinfonía
que suena entre nosotros aún de consolación,
sus voces tan sumisas sin idas
que van a nuestro fondo del corazón,
ese arpa tan delicado y tan poético
esos violines de pasión sonando
tan solo que en ese ambiente feliz y patético,
donde mi corazón está bombeando
y quizás hablando en chelos,
solo sabe mi espíritu ese santuario
que besa a la voz de mis alientos,
mi idioma fue esta obra de lo mágico
la que es a ese concierto,
un poeta de su corazón entonado
como de mis tonadas de lo cierto,
vivo ahí con mi dama de lo enamorado
sin irme a otro mundo de lo mesto,
solo que amándote de lo apasionado
y siempre en alma en lo divino y honesto,
siendo aquel amor puro y poetizado
que sonará en sus obras de lo poético.
Todo esto tan solo lo viví,
imaginando mil cosas en mí,
estaba tan solo en un piano
y así en esa historia amando,
estoy tan solo en mí vivir
no hay nada en lo perfumado,
tan solo está en ese soñar feliz
cuando se vive de lo romanceado,
quisiera quizás llorar,
pero no lo hago porque sé que me va a tocar,
como el vivir de esas obras esa fantasía,
y tan solo ahí con alegría estar,
y solo estar ahí con las melodías
amando a esa dama angelical,
debo irme ahora de mi noche sumisa
para volver de eso en mi cama a soñar,
como viviendo en el piano esa vasta fantasía
e imaginando tanto querer y amar,
en la vida muy pronto veré esa vida
y de seguro la amaré de tanto palpitar,
como lo es simplemente las armonías,
esa historia que te hace ver a lo celestial,
la idolatraré tanto en mi corazón
que jamás terminaría de decir que la amo más que a Dios.
Es todo y ahora he de dormir,
ya saben como debe de terminar,
solo quiero a ese amanecer feliz
que veré y no dejaré de acariciar,
así repita mil veces lo mismo,
no importa porque el amor es así,
por ser tanto en el corazón surrealismo
aquel sueño en la fe de ti,
por ser tanto aquel sueño del paraíso
que anhelas en el existir,
sé que besaré aquello sumiso
y seré chelo, arpa, piano y violín,
y que sonaré para aquellos ojos berilos
así como esos instrumentos feliz,
simplemente que fantasioso en el idilio
cuando veis a más del mismo sufrir.
“Pasaron dos años y consiguió el paraíso,
aquella bella dama en su corazón,
su pasión fue con tanto delirio
que de la fuerza de los mares fue su amor,
vivieron juntos de esos amados siglos
hasta que fallecieron y fueron ante Dios,
su poema fue en música del sueño el escrito
y lo que vivió ante ese querer todo igual pasó,
tuvo a la dama de su visión de amorío
y solo de esa inmensa felicidad vivió”

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