martes, 20 de marzo de 2012

El amor de un violinista ante una pianista.

Claude Achille Debussy existió en el temple mundo,
y sin saber se enamoró de ese fortunio,
era tan solo que un compositor francés
y sin darse cuenta en la ternura pobló su ser,
nada más que en el siglo diecinueve y veinte,
del año mil ochocientos sesenta y dos,
que componía durante su vida alegremente
hasta que sucumbe en Francia el compositor.
Compuso en aquellos tiempos de su vida,
un sumiso claro de luna;
el que despertaba en su alma esas cantigas
que son versos en su música,
y que está en el ambiente de la lira
que absorbéis vosotros de su aventura,
y que lo toca Merinos Arias Gilka,
y su prometido Leansi Jarol en un violín de locura,
viviendo así su alegría,
que solo viaja en las ligaduras,
así como del piano de melodías,
de esos acordes que triunfan,
en el fondo de ellos de armonías,
y aquella cortesana sin tumba,
donde solo en ese sonido vivían
y entre miradas os mirabais sin injuria,
era un amor que era más que poesía
donde tocabais juntos con ternura,
os besabais en el piano llenos de vida
por amarse en su romance de dulzura.
Estabais siempre juntos agarrados de las manos;
os acariciabais cuando tocabais,
como el claro de luna en el piano
entre la noche entera de su idilio que amabais,
erais vosotros aquellos compositores mágicos
que queríais a ese idilio en el que os romanceabais,
no coexistía nada trágico
porque en el amor siempre os abrazabais,
ni siquiera se veía entre sus cantos un tártaro
sino una lluvia de millones de cantos,
flores al escucharos cantaban,
había hasta vela en su piano,
había belleza en aquella cortesana,
belleza hacia el amor puro y apasionado,
la obra de claro de luna aún sigue en almas
en esos acordes y melodías cantando,
los ama Debussy en su tumba de Passy,
por saber que vosotros tocáis enamorados,
y que son en la tierra el mundo dandi
que dan asombros en lo honorado,
así como lo era Antonio Vivaldi.
A Debussy le gusta que améis a su canto
para así sentir que aún vive con perfume del jaborandi,
y vestida Merinos Arias de un atuendo dorado
qué maravilla a los ojos de su violinista,
su cabello fusco como el espacio
que mira él a ella como su cortesana pianista,
tiene un cabello tan adorado
que el al tener el violín siente su perfume amado,
viven de lo feliz que gustan hacer,
entre su tarde tocando,
entre su risueño querer
que solo canta poesía de lo arrullado,
que ella tan enamorada en el tañer
ante la pasión que tienen de lo mágico,
ante ese sonar de tanto florecer
que se aman en almas tanto,
que ni el mundo se ve caer
sino paraíso en su canto,
acaricia tanto el teclado con embellecer
que su ambiente se convierte en lo amado,
él con el violín ya en ese bello encender
de la lava de la pasión,
juntos ahí mirándose entre lo más hermoso,
entre una aventura de su amor,
que idolatrarían en su corazón fogoso
entre esa tarde de tan bella canción,
que canta de ese claro de luna luminoso
con una hermosa alegría de su relación,
y que ella mira el piano ardoroso
con ternura de su inspirado corazón,
viviendo lo más feliz en eso sonoro
que hasta sonríen ante la modulación,
donde juntos cantan de lo maravilloso
al tocar esa obra de tanta ilusión,
que juntos piensan en estar gloriosos
hasta la entrada de un honor,
juntos en la vida de lo cadencioso
sin alejar eso en su corazón,
habiendo un pájaro y un ruiseñor
cantando en su canto de paz,
ellos acompañando con entonación
ante sus presencias de cantar,
es tan hermoso su expresión
que ellos mientras tocan se besan,
hay más que locura en su adoración
que el universo más de astros centellan,
si el amor es unión
tiene que ser así hasta la vida plena,
juntos amándose con su querida ilusión
y ver que existe la vida y la belleza,
que todo puede ser arte y pasión
sin ver el pérfido anatema,
que a veces suele suceder en la relación
cuando se ama de tal manera,
de tal mundo del fuego y la poesía,
del océano inmenso de mareas
entre besos que dan a su alegría,
así es su diluvio que se besa
entre su cándida y viva armonía,
sin llorar su inmensas cadencias
sino cantar en ese piano que ella toca,
solo que de pasión inmensa
amando a esa inmensa obra,
sintiendo ahí la privilegiada era
sin temor y sin vidorria.

Mientras tocaban me pongo a pensar,
si el idilio es solo fortunio,
será que su paz será sin final
y que su amor será profundo,
se ven tan entregados a la llama pasional
sin preocuparse si ocurre un infortunio,
donde fuese más que colosal
y aterrador vivir de eso no pulcro,
hay romances que viven como este,
y otros idilios que solo fallecen,
hay de todo como en la música,
la cual solo puede cantar,
y cambiar solo su partitura
para decaer a un infierno de maldad,
puede ser que sea la pasión como la música,
o puede que el amar es así de inmortal,
que nada puede haber de injuria o culpa
sino en el querer más que un amar.
Decimos mil cosas en la ternura
sin saber que puede pasar,
solo Dios sabe su escritura
que ve a más allá,
no es un presagio sino sabiduría
ve lo que es tan solo lo real
y que puede ocurrir en su vida
cuando hay amor pasional,
a veces queremos solo alegría
sin sentir ese infortunio de tempestad,
así lo es en esa sátira armonía
que suena en el piano de la melosidad,
hay muchas notas que son risas
que no dicen que está pasando en realidad,
pueden burlarse de vuestra melodía
y dejarte en la peor genialidad,
si es así que no sea esta dicha
y se viva hasta la eternidad,
son haya más que vida
y relación de la felicidad
y termina esa armonía
y se besan los dos juntos con lo más pasional,
dejando al final un arpegio de alegría
en su tono de la obra magistral.

.
Pero toda esa pasión que os teníais,
ese vasto e inolvidable amor,
y que en el fondo vos siempre amaríais,
tan solo en una enfermedad todo feneció,
aquella dama se convirtió en elegía,
tan solo que para él,
su pasado en su memoria quedó fenecida
en los recuerdos de aquella mujer,
no os abrazabais los dos más,
él no soportó y salió de esa vida,
aunque doliéndole como un puñal,
iba corriendo de su corazón que quería,
mientras corría lloraba,
no soportaba que su amada fuera trueno,
quizá un anatema de su alma,
no entendía el porqué de su amor eterno.

Mientras tenía toda esa congoja desesperada
sonaba en el fondo un piano de Franz Liszt,
la consolation número tres en re bemol mayor,
sonaba y su mundo al correr era gris,
se volvía su alma un poema de dolor,
no imaginó que su amada iba ser sufrir
solo pensaba que su amar iba ser amor,
su tristeza duró mucho hasta que fue cicatriz,
el alma de su piano fue resquemor,
aún ese anatema no se aparta de su vivir,
y no supo más en donde quedó su flor,
no la vio más en su existir
solo sabe que en su corazón la amó,
se perdió esa unión y eso que andaban juntos,
tanto cambió esa enfermedad a su cortesana,
que no lo creía en su mundo
porqué él si la amaba tanto en alma,
porqué si tenía ya el fortunio,
no pudo atacar esa enfermedad vesánica
a otra mujer en vez que a su ser jocundo,
para dejarlo ahora solo en la vida disipada
viviendo nada más que el inframundo,
pudo ser a otra pero no lo fue,
ahora solo toca el piano solo,
todo le parece en las notas fenecer
y cantan lágrimas del piano luctuoso,
insistiendo porqué él
y no otro amor del mundo loco,
porque tenía eso en su ser
y no el amor que tanto había pedido en lo hermoso,
no uno que lo haga ahora fallecer
entre la penuria de un mar rojo,
donde él sangra al correr
y su corazón lastimoso,
se ve sangre caer
entre su idilio ya no sonoro,
ve tantas hojas del árbol fenecer
que su mirada se pinta de un mundo lloroso,
no puede más con eso y va a una montaña a llorar,
con sangre llena en su atuendo de siglo dieciocho,
se pone a escribir poemas a su amar.
Leansi: “qué hice si os amaba en lo maravilloso,
si teníamos un idilio de cantar
porqué Dios os enferma de lo loco,
si la amaba tanto en mi idolatrar,
porqué me la quitó de lo espantoso,
me siento en una noche infernal
sin veros más a los ojos,
necesito veros para poderme calmar
y abrazarte con amor fogoso,
y siento oír aún esa consolación de sollozar
que entona en el piano luctuoso,
lo he oído desde que he corrido a este lugar
sin dejar en el piano de sentir lo quejumbroso,
a pesar de ser en re bemol mayor su entonar
me hace sentir un mundo de lo lagrimoso,
sintiendo mis ojos hoy lagrimear
por la fealdad de mi mundo impiadoso,
y mancho los versos con sangre pasional
que mando de mi corazón lacrimoso,
las letras las siento pedir el amar
que vuelva y vuelva a ese ser hermoso,
que anhelan que yo recite de paz
y de amor tan melodioso,
que mi libro de poesía sea con vos de verdad
pero ya hoy no estás conmigo,
y veo un firmamento sin astros,
y a lo lejos canta un grillo
vos ya no estás
y siento tanto frío,
nadie me da caricias ni amar
y no siento el cálido abrigo,
vivo entre la añoranza de mi noche,
todo se ve a lo lejos con fealdad,
y necesito algo que cambie a mi noche
un amor como vos pero no tan igual,
porque contigo era música y acordes
pero jamás imaginé esa enfermedad,
seguro me la teníais en silencio
o jamás quisisteis decirme,
yo hoy ya nada entiendo
solo que Dios fue terrible,
aunque no lo haya visto
sé que no me hizo feliz,
porque no disteis magia a mi paraíso
y no hoy aquí esta cicatriz,
siento tanto devaneo
que veo caer rosas mustias del cielo,
siento tanta ira quizás
que quisiera tan solo la paz encontrar,
pero cómo la encuentro
si no está conmigo mi cálido aliento,
será posible vivir esta tempestad
que destruye a vuestro sentimiento,
que solo anheláis la felicidad
y así repita hoy siento que muero,
y siento ya la consolación terminar
entre sus acordes de melodía gimiendo,
y nadie es justo en decir mi cantar
en como expreso de lamento,
solo soy dueño de mi escrito de llorar
para mi joven alma que llora por su consuelo,
nadie me puede juzgar
en como exprese mis versos,
por ser tan llenos de magia astral
en esta noche que muero,
donde la poesía es un delirar
que llega a morir con mi aliento,
que mis versos son al rimar
y llenos de un mundo poético,
que he expresado de mi llorar
un sentimiento tan patético,
de lúgubre amor pasional
que hoy ya ni en mi veo,
quisiera tan solo verte nada más
y tan solo besarte de tanto fuego,
pero imaginarse es tanto tronar
que pienso si hubiera sido bueno,
del no irme de ahí a este lugar
si no estar así con esa enfermedad de miedo,
la desesperación me llegó a eso cruzar
y a vivir por siempre este tormento,
que lo será en mi alma de llorar
porque os amaré siempre de lo bello,
amor mío, vida mía y hermosa perla,
sé que mi amor hoy ya ha muerto,
pero jamás acabará la terneza
que en mi corazón poco tengo,
aún solo quedará vuestra belleza
y vuestros ojos tan cándidos y bellos,
vuestra figura de condesa
que miraba en mi morada de instrumentos,
hasta pronto amor de mi poema
y hasta el cielo quiero verte de sueño,
un último milagro que me queda
para volver a renacer y amarte como vuestro dueño,
es tan duro el amor que flecha
y tan hermoso cuando amas a lo eterno,
hasta pronto y un beso carmesí condesa
de mis labios en donde estés cariño tierno”.
Compone muchas obras Leansi,
amando en lo lúgubre lo amoroso,
recordando quizás a su cortesana dandi
cuando la amaba en su corazón fogoso,
o cuando le hacía el amor este Don Giovanni
que era solo de su ser el poético sonoro,
que se vestía como un pianista dandi
así como del siglo dieciocho,
que gustaba tanto a ella ver a su enamorado
que hasta se exaltaba de su ser adorado.
Lloraba aquel hombre musicastro,
una noche regresando de la montaña en su dormitorio,
viendo las flores que hace mucho cantaron,
viviendo quizá un poco del holgorio,
pero en realidad tan solo que llorando,
no soportaba la depresión,
que fue al piano y tocó de amor,
se olvidó que se había perdido o muerto
y empezó a crear obras con su recuerdo,
ya nada de una vida triste
decidió que en la otra vida volvería a verla,
y ahí entregarle esas obras felices
y así de las tristes ya no estuviera,
seguro allá en el cielo habrían violines
y cantaran a su relación no funesta,
su memoria volvería sin cicatrices
y vivirían del amor que floreciera,
así fuese su existir,
así fuese su inmensa alegría,
así nada fuera sucumbir
y de gozo se llenarían,
fueras tan feliz
que en el beso de una nota fuera vida.
Así vivió aquel hombre,
hasta que feneció,
y llegó a ese horizonte
y a su amor tan solo vio,
se abrazaron en ese sacro monte
e hicieron el amor,
tocaron música de tanta emociones
que estaba bien ella en su corazón,
sonreían junto a esos acordes
que sonaban del piano de pasión,
y él tocaba el violín de fervores
que miraba a su amada de ilusión,
tocando la campanela del estudio número tres,
que sonaba en el violín y piano de amor,
que era de Franz Liszt de tanta fe
en esa maravillosa campanela de adoración.
Arias Merinos:” Hola Leansi de mi vida,
si supieseis que fallecí en un mundo perdido,
no tenía a nadie en la vía
solo por un mundo de soledad vivía,
no sabéis como pasé la existencia,
y más sin teneros en mi cabeza,
no estabais ahí,
me enfermé hace un año,
pero no os quise decir
pero jamás supe que iba a volver con daño,
que me llevaría a morir
sin amarte en lo más apasionado,
creedme que fue así
y amadme que os amo”.
Leansi:”Es lo que más quiero,
amarte en la felicidad,
si supieseis que huí por miedo
no quería más tratos de tempestad,
pero si supieseis que escribí en versos
cuando me fui a una montaña de soledad,
y ahí fue que escribí este poema,
si queréis léelo,
fue de tanta pena
que no soportaba nada en mi sentimiento.
Arias Merinos:”mejor besadme,
mejor vivamos el momento
y olvidemos la tristeza matante
y conjeturemos una campanela de aliento,
de Franz Liszt en el piano yo,
y vos en el violín como antes,
solo quiero vivir lo mejor
y amarte de lo más apasionante, (y empiezan a tocar los dos en el cielo)
es tan cándida esta obra de ilusión
que nos dará una viva poesía,
siento latir mi corazón en ella,
toco el piano con alegría
y más porque oigo vuestra cadencia,
así de ese violín de melodía
que suena a mi corazón de nobleza,
y nos llenamos amor mío,
lo que tanto añoré en mí,
y me siento tan viva de lo bellido
junto a ti en este cielo de vivir,
Leansi:”Sí amada mía toco de gran amor,
vos me hacéis tan feliz,
que estoy que exploto de tanta pasión
que el violín canta sin ya morir,
sino con un cantar de explosión
que me veo en este romance feliz,
sintiendo el piano de gran sensación
que ronda por mis acordes,
sois tan hermosa en esa modulación
que expresáis amor y olores,
como a mí respiración,
es una fragancia de buenos sabores
que siento vuestra caricia en mi corazón,
soy tan eterno hoy aquí
que agradezco a Dios,
por haberme hecho conseguir con lo feliz
que quería siempre en mí pasión,
donde os había escrito eso
y que siempre habría esperanza,
y os tengo junto a mis ojos plenos
que os miran con tanta pasión alabada,
donde el cielo de este paraíso es bello
y donde vos tocáis el piano con alma,
donde yo igual toco con tal sentimiento
que viéndote mi locura es vesánica,
es inmensa ante este amor que siento
viéndote ahí tan hermosa como una hada,
tan frágil como un lirio en este cielo
que solo consumo el aroma de gracia,
tan dulce sois mi dulce anhelo
que mientras toco me acerco ante vuestra espalda,
y que con las notas más acaricio,
más os hago sentir viva
más con mi locos sonidos
que transmito para vos en alegría,
solo quiero que viváis conmigo
y de pasión que es de tanta lira,
así solo podré vivir un inmenso sueño
que hoy es real,
tan hermoso y eterno
que acaricio con la magia de mi amar,
donde las notas son solo besos
que hoy me abrazan,
y donde vos desprendéis eso
que a mí me lleva hasta vuestra alma,
para daros mil sápidos besos
y encenderte en ese piano de magia”.
Merinos Arias:”!Oh amor de mi sentimiento!,
vos os expresáis tal querer,
tal expresión vos dais a mi cuerpo
que me encendéis de más tañer,
de más poético anhelo
para solo caer a vuestro ser,
para besarte con los mismos ecos
que hago sonar del tañer,
es tan hermoso y bueno
este romance que hoy tenemos,
que jamás quiero dejar
sino en mi corazón siempre tener,
a ti vos ahí con vuestro acariciar
sentir y presentir un hermoso querer,
un orbe que solo es paz
y ante la campanela de mucho encender,
donde es bellida y sacra de santidad
donde nos bebemos en su tañer,
sonará en el cielo más y más
y vos de alegría me besaréis,
me haréis el amor de magia pasional
me daréis vuestro cándido y sápido ser,
soy vuestra dama epicúrea
que os ama entre el inmenso querer,
donde vos besaréis mi carne desnuda
y donde nos llenaremos de un amor dulce,
viviremos al tocar una divina lujuria
y lo que quisisteis y yo ahora de beatitudes,
aunque lo estamos viviendo en la ternura
de esta obra de la campanela de romance,
que desprende tanta locura
ante los trinos y sonadas de lo apasionante”.
LeansiI:”E igual os digo lo mismo,
y os haré el dulce amor tan dulce,
que vos olvidaréis que el mundo existe,
porque soy vuestro paraíso
vuestro dueño que os da luces
y que os ama en su corazón de violines,
nada será ahora abismo
sino un cantar sin lo lúgubre
al amarnos entre los jazmines,
que hay entre el piano de sonidos
y que sentimos mil pasiones e inquietudes
por solo rozarnos en la piel de cariño,
y mientras tocáis os acaricio con mis manos,
vos os dejáis con lo grandioso,
dejáis que os introduzca lo adorado
a vuestro vientre amoroso,
tan húmedo y mágico
mientras toco el violín cadencioso,
y vos gemís tan de lo amado
en el piano tocando de lo sonoro,
ante esa campanela de lo apasionado
que tenemos en lo glorioso,
donde os siento tan divina de lo mágico
que vivimos en este oasis tan honroso,
que siento junto a vos el amor más apasionado
que haya tenido en mi ser melodioso”.
Merinos Arias:” Qué divino me hacéis el amor volcánico,
me hacéis sentir tan viva en vuestro ser hermoso,
que me hacéis excitar de lo vesánico
ante esta lira de lo maravilloso,
siempre os amaré querido de mi ser amado
sin dejaros jamás en lo espantoso,
siempre mi mente os amará en lo adorado
sin deciros adiós de mi presente,
me hacéis tener tantos orgasmos
que derramo sobre vuestro ser,
os entregasteis tan divino en lo codiciado
que me has hecho tanto encender,
donde ya casi termina la obra de lo enamorado
que tenemos en el querer,
y donde terminamos lo copulado
entre la lujuria de este cielo de bello tañer,
y que os amaré en lo más mágico
y donde dormiremos de gran jocundo placer”.
Leansi:”Si terminamos de tocar lo apasionado
entre este oasis de tanto embellecer,
y termino igual yo de darte lo copulado
que nos besamos y dormimos de querer,
viviendo lo más feliz de lo volcánico
entre este paraíso de inmensa fe,
por el amor que amamos
y que guardaremos con todo querer”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario