martes, 20 de marzo de 2012

En esta tarde toco mí alma,
con una obra de Fransz Liszt en mi aposento,
viviendo en la romanesca deseada
ante su andantino quasi allegretto,
tocando en el piano esa romanza
que me consume de sentimiento,
que me hace observar a esa soñada dama
que cuide y ame con lo sincero,
sintiendo la melodía en el primer compás,
luego en el otro compás acordes,
armonía sonando de la vida real,
y enojado quizá por mis visiones,
porque todo en mi vida es fantasear
y nada etéreo en mis roces,
solo poesía y musicalidad
sin encontrar oír esas voces,
solo que en lo dócil tranquilo
en esta tarde que me refleja el sonar,
donde hace silencio el sonido
entre el piano al tocar,
tocando de vacío
por querer eso en mi contemplar,
y sigo en este solo destino
con arte y sollozar,
no puedo ver y sentir un idilio
tan amoroso sino tengo a ella,
solo toco un desafío
por solo vivir ante un vivo poema,
hasta el mismo sonar es sombrío
y mi espacio un anatema,
quisiera ser Dios mismo
y traer a una hermosa gema,
darle mi mismo surrealismo
y no tener más problemas,
como con mi mismo sentimentalismo
que no quiero de tormenta,
solo él quiere acariciar a un amorío
y solo vivir, ver y besar,
que sea real el mismo destino
y así en las noches no llorar,
tan refinado es el sonido
que me hace tanto inspirar,
como en esta tarde hasta a escribir este escrito
y no dejar en mi alma palpitar,
como en este piano enardecido
que me hace quizá calma dar,
lo único aunque injusto el alivio
por no darme el anhelo que quiero amar,
no en poesías ni soñados seres queridos
sino en el mundo de paz,
nada de diosas en lo que siempre escribo
sino una dama en mis ojos real,
para solo de sus besos quedar dormido
en sus regazos de gran melosidad,
y no salir de ese paraíso
que fuese mi ambiente de respirar,
cada noche y día de cariño
y tan solo que a ella solo idolatrar.

Seguí tocando la obra de Franz Liszt,
y sentía esa música de sueños,
aunque en la tétrica ira
solo me tranquilizaba con los ecos,
y un ángel del cielo vino de venida
y me dijo “que no me preocupara más de eso
que en mi existencia amor tendría”,
no habría más averno
y flores de jazmines vería,
cayendo como de el cielo
y una flor a los ojos mío de afrodita”.
Sin más que decir se fue al cielo
y no pude decir nada a su voz sumisa,
quedé pensando será que si hay un anhelo
y si hay una dama que quiera con alegría,
solo sé que esa frase de él me alegró,
solo sé que sentía un buen sentir,
que en el piano hasta toqué de más pasión
por tal sueño que quería vivir,
era de la vida por fin la compasión
y resucitar que anhelaba en mi,
el piano de alegría más cambió
entre los compases de Franz Liszt,
a pesar de ser triste a mi corazón tranquilizó
por la espera de una hermosa lis,
que ya nada fuera terror
sino un mundo con un alegre violín,
que por fin su entonada me ilusionó
y no me dejó al final con cicatriz,
sabía que este era el amor
y que nada más en mí,
que él iba a sonar de pasión
y que me iba hacer feliz,
acordes amados del tañer
hoy dan su fuga para mi,
le digo adiós al entristecer
y le digo bienvenido sea al vivir.
Donde luego cambio su movimiento,
entre el piano de mi vida,
sintiendo tan solo eso bello
que a mí en mi ser acaricia,
sintiendo tal momento
que en el mundo necesita de alegría,
esos tonos de lo tierno
que viajan a través de la armonía,
son tantos esos ecos
que van hacia el cielo con voces sumisas,
que acarician a las hadas con besos
y las veo y me es todo melodía,
sentir esos sonidos contentos
que giran alrededor de miles de polifonías,
entre trinos sin desesperos
sino ilusionados ante mi alma bendita,
que será por el anhelo que quiero
para que viva junto a mi vida,
y siguen esos bellos trinos tañendo
entre mi hermosa y alegre vida,
siguen y siguen eso más floreciendo
para mí en la beatitud de la misma cantiga,
y que hasta vibro en el tiempo
cuando oigo oír esa cadencia rítmica,
por ser la visión de mi sentimiento
que me hace feliz entre el trino de la lira,
y el paisaje es ya un poco más de regodeo
por verme un poco feliz entre mi alegre misa,
de esas notas de tanto trinos de sentimientos
que transmito en mi joven vida,
que son un arte de oleros
entre mi persona del trino que solo magia hechiza,
esa magia que caen entre el viento
entre salpicadas notas sin melancolía,
sino un renacer de trinos son buenos
que a mi ojos pinta,
entre una cadencia larga de ecos
para mi loca energía,
entre esos dulces trinos eternos
que van del piano de alegría,
sin callar unos a otros en mi sintiendo
ante el piano que me consume de vida,
que me hace adorar a ese dulce fuego
que expresa el piano de su caricia,
como antes no lo vi en mi sendero
y que aquí lo veo de tanto trinos de lira,
así son de gran dulzura su trino,
que me hace sentir tan vivo de la vida,
acariciar a ese destino
que me hace contemplar una maravilla,
como al tocar el piano de los osnidos
entre mi loca y apasionante agonía,
sin dejar de rozar este sueño colorido
que me hace alegrar sin pesadilla,
es todo así de lo bellido
que me siento tan férreo en mi alma enigma,
que nadie podrá entender lo mismo
cuando yo toco en mi noche de poesía,
es tanto mi locura en mi surrealismo
que hago magia entre mis mil rimas,
cuando toco este piano de mi amorío
que en esta noche yo me da mil caricias,
así como de esos acordes sumisos
que rozo con mis manos entre sonrisas,
viviendo algo bendito
que espero que sea más con un milagro de alegría,
por tocar en este piano de cariño
que me hace sentir el más vivo de la vida,
y que sigue sonando sin parar de idilio
entre mi noche que me consume de la poesía,
donde solo soy yo de mi sentimentalismo
que hoy siente la piel con melodías,
que vuelan hasta el reino de Dios,
y es tan milagroso que llegue,
donde él mismo manda luz de amor
para mi piano que toco en mi presente,
que amaré con tanto ardor
sin decirle adiós a mi otro ente,
que es este arte de canción
que solo tengo por mi mente,
en mi alma y corazón
lo cual me hace fuerte,
así haya en la vida desolación
este será por el momento mi consuelo de siempre,
aunque soporte el dolor
la música me hará tranquilizar en mi presente,
así de esas apoyaturas del sueño
que repican a mi vida,

No hay comentarios:

Publicar un comentario