sábado, 10 de marzo de 2012

La creación de Beethoven y la de él.



Un estallido de notas en violines y violas,
entre la sinfonía nueve de Beethoven,
del segundo movimiento que entona
a un mundo mágico de su alma joven,
de re menor del opus ciento veinticinco que explota
de aquel movimiento molto Vivace Presto,
en ese ambiente de historia
que renace para la salida de nada mesto,
y que queda en esas inmensas partituras
su personalidad y su auge de sentimientos,
viéndose ahí aquella musa
entre los ojos de sus instrumentos,
como entre contrabajos y tubas
que entonan en el aire de aquellos violonchelos,
de tanta armonía de aquellas elevaciones
que suenan igual de aquellas trompetas,
entonando violines y fagotes
tan refinados de su enigma tema,
tan llenos de virtud en sus cándidos oboes
para crecer en su aromática naturaleza,
de ese hermoso orbe
que él quiso por fin vivir de quimera,
así lo es en sus composiciones
que sale a la luz de su vida plena,
realzando su alma en clarinetes,
dando el volumen de su alma,
que escribió aquella afonía evanescente
que suenan en su vida de llama,
siendo el amo y señor de su presente
que luchó en el averno de mancha,
amando a su creación y a su idioma,
por hacer tal música de su fantasía,
haciendo ver en ella aquel aroma
que nos adormece a nuestra vida,
esas palabras que vuelan en notas
y que se dirigen a su fóculo de lira,
hay tanta locura en las horas
que solo él aparece con su semblante de alegría,
en la chispa de violines y violas
con su personalidad y fastuosa armonía,
su movimiento es tan enérgico de trova
que canta en su historia querida,
así como en la oda
de que todos son hermanos de la vida,
que ningún hijo de Dios está en mazmorra
sino en un cielo de alma bienquista,
así somos y seremos en el aurora
cuando lleguemos con las favilas,
en ese alba con Dios en gloria
descansando en Réquiem de melodías,
me emotiva tanto este mar de rapsodas
que son millares de palabras que se recitan,
por ser el crepúsculo de un alma joven
que despertó a su eterna salvación,
es aquel índole, genio Beethoven
que en su último respiro luchó,
así se canta entre los millones de acordes
para abrazar la fe del amor,
somos un seguir de sus composiciones
para llegar a lo más lejos de Dios,
seremos aquellos humanos
y seremos el espíritu de aquel cielo,
somos inteligentes ante nuestros actos
para solo rozar y besar el cúspide anhelo,
así será la vida un tonar hasta en los astros
por sentir que somos venturados en lo benéfico,
al ser mi leyenda un soñar de un musicastro
he de llegar y amar ante mi amada de lo poético,
no hay nada que cambie mi sueño volcánico
porque ahí es donde viviré de lo noble y eterno,
así será y lo es como esta obra de lo vesánico
que dejó este hombre de un gran sentimiento,
los movimientos de esta obra inmensa siguen,
no dejan de sonar sus sonidos inacabables,
por ser el destino de lo que existe
y que dejó ante el alegrar de todo lo imaginable,
tanto suena que se llena de sus chelos y violines
más aún en mi alma y vida de romance,
es tanto el arrullar que expresa sus afines
que me hace olvidar y caer al sueño fragante,
que hasta me hace ver un paraíso de cánticos delfines
cantando a mi ante mí amor delirante,
igual ver un paraíso de diosas y serafines
cantando a mi relación apasionante,
es tanto el soñar de su tonadas felices
que a mí me hace igual en el mundo soñante,
son tantas cosas en el sonar de su amor,
de su vivir para no fallecer,
es tanto el latir de su corazón
que hace al mío palpitar de su tañer,
es tanta enérgica y magma inspiración
que a mi fuego lo hace inmensamente encender,
hace que bese tanto a mi calor
que es aquella diosa que socavo de querer,
que es aquella diadema del albor
que consume entre esta obra de enriquecer,
es tanta la felicidad de este ardor
que solo amo y vivo ante mi dulce mujer,
que es tan fragante como una flor
y tan delicada como un clavel,
tan dulce como la voz de Dios
y tan hermosa como el paisaje del desdén,
es un millar de cosas mi gran amor
que amo y quiero en mi ser,
a tantas cosas me voy
y a tantas cosas que es,
solo que ardiente estoy
por amar tanto a mi felicidad,
y que lo siento tanto hoy
por tener a mi dama de eternidad,
así es tan pasional mi ilusión
que en la música vivo de paz,
y solo con ella de inspiración
que hasta le escribo poemas,
llenos de esa indecible creación
que es la música para su beldad interna,
es tanto esta sinfonía de honor
que en ella veo a mi dulce dulcinea,
es tan loco este amor soñador
que noble estoy ante mi duquesa,
ella es todo en la definición
que llega hasta las galaxias enteras,
es tanto mi escribir a su imagen de Dios
que veo hasta lo más profundo de belleza,
es así y lo será ante mi pintada pasión
que se pinta de su figura y enorme cadencia,
es tanto el latir que siente mi corazón
donde ella es poesía y las miles de letras,
no podría decir su entonación
porque es una obra que no termina,
sino interminable su formación
que llega solo a enamorarme más de melodía,
es como un piano que suena de amor
y que ella misma da solo la caricia,
da un mundo de lo embrujador
que sus ojos solo paralizan,
es eterna mi cadenciosa flor
que hoy me ha dado más que poesía,
falleciera sino sintiera más su calor (con desesperación en su corazón)
y abandonaría la música por no tener a su vida, (dejando lo más amado)
sería así en mi existencia de dolor
y mi único consuelo sería,
que Dios me lleve ante su ardor
y que me deje vivir ahí con mi alegría. (viviendo ya una solución trágica)
Beethoven a pesar de cantar a la señal de un reino,
dejó que así sea un vivir de vida pérfida,
no deberíais tener un sonar de trueno
sino uno que os haga sentir la naturaleza,
pero no pudiera seguir un infierno
al cual vea solo las tinieblas,
si amáis y ella a vos en lo eterno
porque tenéis que iros a esa celda,
mejor alejaos tártaro pleno
y mejor sentires a mi noble existencia,
pero si es llegar y estar con el cielo
entonces no alejara a mi poema,
no debería abandonar aquel anhelo
que tanto he amado de nobleza,
no sé que estaría pensando
pero no os alejaréis,
sino viviréis en mi corazón sonando
y así vos en el más floreceréis,
los cielos y las tonadas estarán cantando
por la esperanza de mi mujer,
debe de ser así en lo esperanzado
para poder llegar sin entristecer,
pero sé que vos no os iréis,
sé que vos me amáis,
sé que vos en mi existiréis
y sé porque vos a mí me adoráis,
así que dejaré al tártaro alejado
y mejor viviré en el amor de vuestro corazón,
quiero vivir a vos acariciando
y haciendo en la noche el amor,
es la locura de esta sinfonía nueve
que me hace escribir los sentimientos,
es tanto que a mi alma la hace más fuerte
y más esperanzada en el amor de mi sueño,
casi decaía como Beethoven infelizmente
pero renací para no abandonar y ni pensar en lo mesto,
ya no entristezco sino vivo felizmente
ante el sol de mi poesía de los versos, (renovando y retornando los sentimientos para el vivir)
será amarte y adorarte como siempre
y componer música entre los instrumentos,
donde ahí hablaré dulcemente
de lo que somos en el mundo poético,
una historia de volcánicos tañeres
que suenan entre estallidos de violas y chelos,
de contrabajos, trompetas y amados cornos,
ellos alentando nuestro vivir de los corazones,
sin decaer en lo pérfido de lo luctuoso,
sino gritando gloria entre los trombones,
por ser tanto esta oda de alegría de nosotros
que tendremos hasta el reino de iluminaciones,
y pasan días y eso adorable compongo
lo que se trata de nuestro horizonte,
así es y así tan solo somos
que vivimos en el mundo de mil pasiones,
somos arte y poesía de lo amoroso
que suena en las partituras de palpitaciones,
es tan cadencioso y hermoso
sentir nuestra misma alma en esos miles de acordes,
de aquellos instrumentos maravillosos
como, chelos, violines, tubas y oboes,
que suenan tan poéticamente de lo loco
entre nuestro refugio de aquellos sensibles fagotes,
son tantas notas que cambian en lo melodioso
que siento y veo tanta ternura en mi orbe,
donde la sinfonía se llama “amor piadoso,
por la vida de aquel hombre”,
es así su título de lo loco
que viví en mi horizonte,
es relajación de nuestro mundo sonoro
que palpita y que aparece la figura de Beethoven
entre mis ojos de aquellos sonidos melodiosos
que suenan de mi sinfonía de lo noble.
diciendo:”Vieron que la fe y realidad es el mundo,
no hay porqué herirse en un dolor,
hay que seguir sin aquel inframundo
y cruzar al sonido de aquel amor,
sentir que sois fortunio
y que podéis vencer hasta lo atroz,
podéis venceros en el infortunio
y tener más que lo positivo de vuestro corazón,
como lo hicisteis de amor profundo
ante esa noche en tonos de pasión,
pero no tuvisteis un orbe oscuro
sino la belleza de aquella adoración,
el cual es vuestro amor puro
que amáis tanto en vuestra imaginación,
que pintasteis en vuestro fruto
de aquella hermosa y sinfónica composición,
es una obra de arte lo que creaste
y por eso que vivís ahora de alegría,
viviréis así por siglos por lo que luchaste
y por lo que tuvisteis fe en la vida,
es a lo que amaréis en el romance
y que no abandonaréis en las armonías,
amadla, y olvidaos del infierno,
vivid esa chispa eterna de la afrodita
y no tendréis nada de aquel averno
que en vuestra alma hirió de elegía,
hasta pronto mecenas del mundo nuevo
y seguid amando a la música,
nada más ese roce tierno
que nos da el arte de la ternura,
y su sinfonía es tan igual a mi aliento
que compusisteis vos en dulzura,
es tan similar que es una oda de mi mismo verso
que dejé en aquel tiempo de locura,
os admiro por haber hecho eso
y más a vuestra dama de holgura”.
Beethoven desaparece,
el hombre vive con su amada feliz,
nada en el existir fallece
y todo es un hermoso vivir,
así es y qué bien crece
aquella vida de sinfonía,
todo es sentimiento que vence
y que Dios da pasión a su vida,
viven y llegan al cielo que Dios ofrece
y que ahí siguen escribiendo y componiendo,
amándose en el lecho ardiente,
e ilusionando más la vida de lo poético,
e imaginando que son únicos de su presente
y que son originales en su verbo,
el cual recita en poesía tiernamente
y que hace ver un paraíso de bellos instrumentos,
es todo y ahora la historia seguirá,
imaginaos como será su mundo,
todo será de pasión pasional
y más hasta no terminar su fortunio,
ni sus composiciones de amar
que os tenéis en su alma de amor profundo,
que os dieron en la vida terrenal
y que ahora os daréis en aquel cielo pulcro,
es así de esa magia eternal
que vosotros amaréis de lo puro.

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