lunes, 9 de abril de 2012

Amor que no fenece por siempre.




Amor que no fenece por siempre.

Pintor:"Qué ira entre mis versos explotados
que vuelan a través de mis tonos,
con el estudio opus diez número doce del piano
entre el movimiento del allegro con fuoco,
que hoy tengo entre mis lívidas manos
en su cántico de do menor del piano sonoro,
que hoy caen entre semicorcheas de lo lapidado
de la obra de Fréderick Chopeen de lo lacrimoso,
dando el apogeo de lo cabizbajo
al sentirme así en los tonos.

¡Oh vida cuando canta en las melodías
entre acordes con acentos!,
que las rozo entre la disipada dicha
en esta noche de tanto silencio,
sin entender el porqué de esa ida
cuando tan solo comía de su reino,
donde apasionada hoy es esta vituperada sima
donde siento el mismo tártaro o averno,
son diluvios que mojan a mi poesía
cuando recito en los mismos versos,
de las voces de esa vesania y analogía
que hoy entona de lo fugaz y pérfido,
con su ira y desbastada melodía
que siento en mi corazón de miedo,
sin entender porqué se fue la vida
si todo era flor y sahumerio,
tan solo hoy tengo una alma vorágine
que me consume entre sus ecos,
como remolino impetuoso de lo sonante
entre esta precipitación de los sentimientos,
cómo quisiera contemplar sus dos estrellas siderales
que fulgían al mismísimo cuerpo,
vestigios que hoy suenan tan infernales
en este campo tan solo de resentimiento,
con una carne álgida de lo vorágine
que vivo en esta vesania de recuerdos,
donde el piano anhela un arte
para sonar en tonos frenéticos,
magnificiencia fuese el romance,
cándido y totalmente que eterno,
espero entre estas melodías expeditas
que me conduzcáiz a un mundo nuevo,
que reviváis aquellas imágenes cuitas
y podáis retonar en un diferente reino.

¡oh mi siniestra recorre de lo brillante
ante las vastas melodías del estruendo,
tan apasionato de lo delirante
que me devora en él volcánico fuego,
con su allegro tan imaginable
que me hace ver el mundo que tengo,
desbastador en la noche cantábile
entre la espineta torrente de su apogeo,
diluviando aún a mi alma agonizante
que vuela entre valles desiertos,
ambiente fusco de mis imágenes
que en la obra yo presiento,
agonizando entre su torbellino apasionante
entre cuerdas y voces de lo mesto,
sin poder olvidar aquel desastre
que ocurrió de tanto energúmeno desespero,
donde siento ya terminar lo sonante
de este estudio que toco en lamento,
y donde su velocidad da menos combate
entre mi mismo mundo de poco apego,
done la poesía muestra a un vate
que pide a su aria de un milagroso encuentro,
sea donde sea su boato laudable
alada fuera por mis cándidos alientos,
entre mis composiciones fuera tan encomiable
cuando mi espíritu cante a sus dos zafiros destellos,
y suena en el piano en mis manos tan suave
y desminuyendo todo sus ecos,
la melodía callando ya su avance
para luego sonar rápidos acentos,
al ver la partitura melodías sollozantes
que se derrama al instrumento,
un corazón con tanto diluvio de mares
que caen de mis ojos y del vórtice sentimiento,
y donde termino de tocar la opus tan imaginable
de todo mi tórrido y fenecido devaneo".
Pasan varias horas y él se duerme,
despúes de haber tocado tal obra,
vio un orbe de un porqué que vence
a su misma alma de su misma deshonra,
¿será que va ser así siempre
el vivir de su vida en la vidorria,
o podrá conseguir lo que merece?
y así poder gritar en su mundo con fuerza:"gloria",
si fuese así fuera un arte que florece
ante un concierto de la historia,
que él sueña y que tanto seguro quiere
para vivir allá o en su mundo de odas.

¿Pronto su vida será cantar
o pronto será o no ese nacer?,
¿cuántos no han de luchar
y cuántos no han de florecer?,
pero su ambiente ahora está,
un compositor y se llama Beethoven,
toca una sonata número treinta y dos,
de su opus ciento once,
su adagio molto semplice e cantábile de do menor
en su ambiente solo entre acordes,
acompaña con esa obra de poco amor
ante su mismo loco y tétrico orbe,
tan lento suena en ese piano del compositor
ante el ambiente de sus voces,
donde suena tanto su patético corazón
mostrando parsimonia al hombre,
mientras duerme en lo soñador
de un milagro de su vorágine monte,
alienta a los árboles de gran color
y su música atrae del horizonte
a un cándido y diáfano ruiseñor,
acompaña ante Ludwig van Beethoven
cantando en esa sonata de pasión,
lo que era retorna en flores
por hadas que vienen con tanta efusión,
su música cambia entre sus eslabones
que unen a la libertad del dolor,
muestra un poco de sus visiones
que hace en su música de amor,
tan suave y ligera en su entonces
donde el hombre aún sigue dormido,
canta y canta su fóculo de voces
por la teúrgia de su ser bellido,
el auge se da por hadas y cantores
que dan ante ese aposento de lo querido,
y sigue sonando su piano de imaginaciones
que muestra una paz que no se veía,
muestra tanto que cuando la oyes
solo os dais cuenta que es poesía,
donde es su sonata una caricia de roces
que van en cantos de sus notas enigmas,
son tan secretas en el piano ocre
que toca Beethoven de lira,
solo su música muestra un orbe
donde su recitación es una vida clandestina,
ante lo más fondo del piano de bemoles
que salen de las cálidas cuerdas vivas,
y donde el universo da sus soles
para iluminar a su fóculo de alegría,
tanta beldad hay en su toque de ardores
que muestra ante el hombre en su sueño melodías;
no había tales e increíbles visiones
que hoy ha mostrado el índole pianista,
que hace a lo inmenso del horizonte
llover en lluvia bendita,
y donde el compositor de la naturaleza
derrama diluvio de palabras tan bienquistas,
dando a su mundo la noble y dócil simpleza
entre su recitación de su música y poesía.
Beethoven:"¡Oh un estimable pintor sufre!,
¿será que habéis sido un pecador maldito,
o quizá hubo un Deus que os da lo lúgubre
para que os merezcáis eso de lo cuito?,
o no conocer aquel Domine las luces
que os falta en vuestro orbe no bellido,
pero no sufriréis más esas cruces
porque si vivís con un corazón digno,
podréis veros al sol en una cumbre
y amaréis al aliento no mezquino,
pero si no os despertáis no me oiréis
y no sabréis que os acompaño,
pero si me veis ya entenderéis
que podréis tener un buen salmo,
y ya vuestra cúspide visión veréis
con un mundo grato y esperanzado,
y ya ese estudio que tocasteis
no será sino flor desde el santuario,
así esta sonata sea no feligrés
podréis pronto ante un aire salir ganando,
soy Beethoven fuerza de la naturaleza,
despertad os digo ahora,
o sino os despertaré con forma violenta
y yo mismo os haré ver la misma mazmorra,
debéis ser fuerte en los anatemas
y así será solo que la digna parsimonia,
no hay que caer en un vacío de deblas
porque yo mismo he salido a la gloria,
aún siendo sordo en la vida patética
pude seguir con triunfo y victoria,
pude solo acariciar a mi amor su belleza
cuando la esperé con ansias en la gloria,
porqué vos no ha de ser férreo en la tierra
y seguir sin lágrimas tontas,
o sois un pintor tan estúpido que ni gana guerra
y solo preferís sucumbir en la historia,
ved mi espíritu que hoy toca en terneza
y amor a vuestra salvación que se exhorta,
o sois un pintor que ni sabe ver la querencia
entre un surrealismo que de más aroma,
entre una pintura que de más poema
y pueda ella en el silencio cantar en su historia,
así sea un pasar mesto de su pasado que mella
para luego salir a una lluvia que roza".
El hombre escuchó todo y se despierta,
Beethoven al verlo en el fóculo despierto se alegró,
Beethoven sigue tocando las melopeyas
y dice las siguientes palabras el pintor.
El pintor:"Escuchadme vos ni sabéis que es el vivir,
así que vos no vengáis con vuestra música,
vos no tenéis el derecho de tratarme así,
solo tengo en la vida una liturgia,
y ni tu ni Deus me importa a mí,
aquí nadie conoce qué me pasa,
nadie entiende una sola palabra,
solo muero si quiero morir
y si así es dejadme llegar ahí,
os pido que dejéis de tocar ese sucio piano,
no os permito que hagáis más sonidos,
me tenéis tan mal que me dais escarnio,
iros de una vez de mi sitio,
o no entendéis vetusto bastardo,
que mancháis mi poca paz de lo vivido
por vuestra sonata que solo dá asco".
Beethoven:"Vos os habéis pasado,
a mi nadie me habla así,
y no me iré de aquí al santuario
porque yo vengo con un fin,
soy la voz de un cielo sacro
que viene a elevaros a ti,
o no habéis visto a los sopranos
que son las hadas que cantan a ti,
ruiseñores con recitados salmos
que dictan hoy aquí.
Si os traté mal fue para que despertarais,
para que vuestra vida sea firme,
no para que os moráis
sino para que se os quite esas cicatrices".
El pintor:"Perdonadme entonces,
no sabía que vos erais aquella magia,
no sabía que ibais a cambiar en efusiones
de lo que mi vida se trata,
me siento como si hubiesen ciclones
destrozando a miles de galaxias,
siento mi alma en otros rincones
que se va de la vida disipada,
necesito un aire de voces
que me ayude a vivir en la morada,
y de la pintura tenéis razón,
debo hacer una que me de lo que vivo,
será una noble y diáfana pasión
que pintaré con todo cariño,
y disculpadme por las ofensas,
vuestro piano no es un asco de sonidos
sino un lenguaje que enseña
como a mí ahora que os oigo de lo bendito,
y que bien tocáis las melopeyas
que salen de vuestro corazón encendido".
Beethoen:"Así es y os perdono amigo,
tranquilo ahora pintor,
vos tendréis un mejor paraíso
y una vida pronto y salvación,
no dejaré de tocar hasta que termine
y os lo aseguro que os gustará,
es tan grácil esta pieza
que de seguro pasión gritarás,
todo en mi veréis diferente,
un mundo de arte y de paz,
todo será entre cantos un cielo
y de pura solemnidad,
no habrá más perfidia y truenos
sino un orbe que solo cantará,
y más con estos amigos presentes
que aquí acompañan de lo magistral,
todo os aseguro que será bien
y donde todo en mi hallarás,
aprendizaje y amor
y aprenderás a cantar,
podréis descubrir la magia de un piano
a través de mi sin reglas,
vos os transformaréis en el cantor
en mi analogía que soy de la naturaleza,
podréis componer hasta que contempléis
al célebre mirar de mi magia eviterna,
forjaos a mí poder único
y nada será en la vida tormenta,
os lo prometo dentro de mi
que así será en la vida bella,
soy la experiencia de la locura
que hoy ha llegado a vuestra altura,
solo así soy en el amor
cuando se trata solo de una dulzura,
como la música eterna de mi candor
que hoy reconozco y toco de holgura,
entre esta diáfana y noble sonata
que despierta tanto su hermosa teúrgia,
pronto los ósculos sentiréis
de aquel templo de liturgia,
ahí vos socavaréis en su dos diademas
cuando miréis de ternura,
un cielo de paz veréis
cuando lleguéis en toda lucha,
más cuando hagáis ese cuadro de fe
podréis mirar a lo que en piano capturas,
así será una obra de más querer
cuando consigáis la magia de vuestra figura,
os lo aseguro que así será
y solo la magia os mirará con música,
os lo digo en este ´fóculo de vida
que en mi hay palabra y lucha,
no soy aquel espíritu que se irá
sino que hoy vive y siempre os cantará,
ante la nobleza de las hadas
y ante el perfume de mi cantar,
ante el dulce ambiente que se contempla
por tal amor que doy de verdad,
no llegaréis a vetusto conde
sino de pintor a un cuadro de paz,
miraos ahora que sois aquel hombre
que en las manos en vida algo pintará,
habrá locura y fe en vuestro nombre
por la obra que dejéis de amenidad,
Deus por vuestro fuego del fortunio
aria más a vuestro ser dará pudor,
más espíritus se elevarán en lo fusco
que era antes en vuestro corazón,
y por mirarme que soy la entrada del sepulcro
que os dará el pasar de la emoción,
por verme aquí con lo pulcro
y por saber que soy un espíritu sacro ante vos,
así todo será en el presagio futuro
por tener la magia ante mi sonata de amor,
sé que haréis caso a mis palabras
porque ya habéis visto una diga explicación,
más si son en dulces cantos
y ante el piano de gran dútil modulación,
no una existencia efímera que os toque
sino un eterno vivir de la pasión,
será de pintor a una viva pintura
que ella solo hable de gran ilusión".
El pintor:"Haré caso a vuestras palabras,
ya que sois esa analogía de la naturaleza,
y en lo que seré en las llanas cantadas
que hoy se ofrecen con toda belleza,
analogía de su plena fuerza
que hoy en la pasión en pintura me ama,
abstracto sentido se contempla
por estar así viviendo de la magia,
imaginaos entre mi espinoso principio
para llegar a un orbe que busco,
donde tengo que recorrer el destino
ante un torrente zuzurrusco,
si esa es mi misión por un sentido
tengo que llegar así sea fusco,
no dejaré sucumbir eso querido
y podré rozar las alas del fortunio,
así se fallezca los azahares y lirios
perfumaré con mi pincel el mundo,
florecerá esa naturaleza que soy
por sentir un halo de su sacro murmullo,
que así en locura siento hoy
por sentir más esa sonata entre los susurros,
que tan solo recita de eslabón
entre la plenitud de mi corazón profundo,
uniendo aquellas venas de la desolación
que hoy repara él en lo puro,
que me siento tan bien en la ilusión
más de lo que seré de lo culto,
más que un pintor entregado al amor
entre su teúrgia de lo músico,
y eso lo ahce nada más que Beethoven
ante mi mundo que ha sido injusto,
si así es debo seguir en las pasiones
que me esperan gritando de lo justo,
donde el Rey de la música eso me ofrece
más en la belleza como un adonis,
donde soy aquel mismo ente
que hoy ha brillado en lo apeteosis,
que hasta siento los violines y clarinetes
que suenan de Tomaso Albinoni,
como su adagio en sol menor que tiene
al fondo de mi mundo sonando,
que da su arte ante este
que lo observa a él con tal amor tocando,
ante la sonata que en alegría crece
por sentir violines y bellos cantos,
es tan hermoso este presente
que el futuro lo veo de lo apasionado,
y donde termina de tocar Beethoven
aquella sonata del Adagio
entre once minutos del segundo movimiento
y donde se despierta al fondo más salmos,
entre ruiseñores entre sus voces
que cantan tan sumisos y cándidos,
donde me lleno de esos roces
y donde me siento feliz en lo mágico,
su obra "Adiós al piano"
pero no adiós a mi centro alado,
sino bienvenido al santuario
que veré en paz y en lo perfumado".
Beethoven se aleja del fóculo
cuando termina de tocar el piano,
agradece por su ayuda en el todo
cuando estaba perdido en lo consternado,
Tomaso albinoni igual se aleja en lo sonoro
y se va al mundo de los más venerados,
las hadas y ruiseñores igual se van de ese hoyo
y él pinta una lluvia de tinta en su cuadro,
plasmando un sucedido pasado formidoloso
que le ocurrió en su ser naufragado,
contempla tal visión de sus óculos
que en la pintura llueve música de un piano,
donde siente entre la quimera cálidos ósculos
que vienen de un sahumerio añorado,
esencia a su pintura de su fóculo
donde pinta una poesía entre un concierto sonando,
una mujer sentado en un piano sonoro
entre un concierto para piano
número cinco opus setenta y tres del adagio un poco mosso
que tiene en su ambiente a él reflejando,
donde él está en frente de ella
y donde tiene uan visión de un porqué esperado,
donde ahí llega las tormentas
y donde el mundo se invade de lo más trágico,
donde tendrá este luchador una verdad
de seguir ante un pintar abstracto,
un enigma de su analogía que dará
ante pintura que plasmará en sus manos.

El pintor:"Aquel cuadro que mis ojos contemplan,
fue aquel cuadro que mis manos dieron vida,
vos ahí entre el piano de luminosa belleza
fue un vestigio que a mi me crusifica,
tan cadenciosa y sonora de melopeyas
era lo que tocabais para mi querida,
vos sentíais tal fuego a esa espineta
que solo vivíais de las fantasías,
una hada pinté entre el murmullo de los sonidos,
como la poca salvación de mi alma,
dando el aliento en su aire querido
a mi vida desierta y congojada,
a través de ese concierto para piano número cinco (Toca aquella dama el concierto del "Emperador")
que vos en el piano despertabas,
de la obra setenta y tres de amorío
para alibiar así a mi esperanza,
por eso que expreso mi abstracto surrealismo
para solo vivir de esa magia,
son solo pinturas que mojé de cariño
para luego solo estar sin nada.
Porqué me consuela oír aquel concierto,
aquella vida de esos tonos,
son tan llenos de vida y lamento
que me entonan del todo,
así como aquellos instrumentos
que solo suenan y suenan de lo lacrimoso,
que palpitan y palpitan de sentimientos
para solo sonar a mí corazón amoroso,
donde suenan violines, contrabajos y chelos
en el fondo de esta pintura de lo lagrimoso,
y que siguen sonando en este surrealismo que quiero
así llore en la pintura al veros de lo sollozo,
viéndome sentado ahí ante el gran anhelo
de solo ser vuestro artista de lo amoroso,
con una esperanza de mi sendero
de volver a contener aquel aire tórrido,
pero sigo contemplando aquellos ecos
que suenan y cantan en el concierto quejumbroso,
sin saber qué pasara después de esto
cuando termine la música de lo loco,
no sé solo Deus sabe y Beethoven
por haberme hablado en lo majestuoso,
a través de sus enigmas de sus voces
que dieron a mí de lo cadencioso,
y a través de los cándidos ruiseñores
que dieron en salmos tan gloriosos,
por tal metáfora que transmitieron en su entonces
cuando me recitó en lo loco,
siendo entre ellos Beethoven un alma tan noble
y apeteosis que sentí en este valle de tonos,
y donde suena el piano de aquella dama entre dioses
que a mí me alienta en esa pintura del todo,
tan tenue y dandi suena en ese fóculo de voces
que me consume en este presente aún de los tonos,
tan dulce se siente ese piano entre los acordes
que me hablan igual que el pasado de un amor fogoso,
donde era su misma beldad que miraba en el piano de ocre
y que ahora miro en una pintura de lo silencioso,
aunque sonando entre mi fantasía sus bemoles
que recorren entre mi alma esos dóciles tonos,
pero ahora mi pintura expresa solo un nombre
y es nada más que la magia de un edén,
solo necesito que acabe esos acordes
para poder entender qué pasará en mi ser,
aunque suenen para mi consuelo
aquellos intrumentos en mi fantasmagórico ver, 224
entre violines acompañando en el eco
del piano ante mi visión de querer,
sintiendo tanto su pasión en sus ojos de destellos
que desprenden armonía y mucho tañer,
donde mi alma se eleva a su cielo
de sus ojos, alma y ser,
y que quisiera acariciar como una nota a su instrumento
que se acaricia en ese piano de florecer,
done muestra un movimiento tan dócil y lento
donde solo siento sus besos de ese tañer,
tantos ósculos son de su sentimientos
que siento rozar en mi tórrido ser,
y donde suena un trino de su eco
ante mi visión de mi entristecer,
por solo dar aquella dama en el anhelo
de mi entelequia que puedo contener,
así sea así espero más que un beso
y pueda solo cruzar al inmenso desdén,
donde debéis de estar en ese fuego
quemándote sin poderme ver,
quiero renacer tan solo ese amor del apogeo
que hoy llora ante la pintura del tañer,
igual que aquella música del concierto
al saber cómo sufro ante un idilio de querer,326
y el piano en sus manos expresa tal aliento
que suena en palabras de rapsodas,
donde consigo entender su movimiento
que transmite en esa gran obra,
donde el piano revienta en su adagio bello
para ofrecerme sus besos de honra,
que son tan cálidos y eternos
que siento sus labios en mi boca,
son tan dignos de mi sueño
que al ver hecho esta pintura siento su gloria,
si fuese tan solo que verdadero
daría mi vida por aquella rosa,
cómo puedo seguir ante este duelo
si tan solo sufro como la misma mazmorra,
no debo de seguir así en mi miedo
sino conseguir ante una fe la parsimonia,
eso anhelo tanto en el templo
y oír sus voces de gran aroma,
que perfumara de su mismo aliento
sin tener ya esta terrible vidorria,
vorágine el piano ni fuese en el movimiento
sino dulce ante mis horas,
y que quisiera tan solo eso
para comer de ese paraíso de floras,
qué gusto fuese ese momento
si tan solo mi alma se elavara a su boca,
todo empezara a ser diferente en el apego
si tan solo llegara a esa cima de su aroma,
y donde empieza a tocar luego trinos de besos
que siento sentir en mi cuerpo que ella roza,
y prosigue entre acordes esos dóciles ecos
que me absorben ante ella de tanta pasión amorosa,
de esos vastos trinos que suenan de sentimiento
donde me consume al oírle en la imaginación romanceadora,
y que siguen esos trinos en sus cándidos dedos
donde me rozan a mis labios de su parsimonia,
viviendo entre una visión de aliento
que me abraza al cuerpo de sus frágiles notas,ññññ
y que siguen esos nobles trinos de apasionamiento
que me hacen sentir en el cielo de su obra,
y siguen así sus trinos despertando,
nada más que a mí profundo corazón,
elevándolo a un amor esperanzado
donde ella toca los trinos con tal pasión,
y donde termina de tocar esos trinos entonados
y luego empieza con una melodía de inspiración,
a traves de sus acordes y violines sonando
ante mi misma ira de mi introspección,
que hace sucumbir tanto
sin poder aguantar más la locura de mi visión,
aunque viéndole yo en la pintura sentado
y con tal alegría de esa devoción,
pero en mi presente estoy tan congojado
por no ser real esa vida que tuve de amor,
quisiera tan solo volar a ese santuario
y retroceder el tiempo que viví de ardor,
y que ahora ni lo tengo en lo apasionado
sino en un vacío que me consume al dolor,
aunque tengo la fe que me dio Beethoven en su piano
para crecer pero al pintar no soporto lo atroz,
me mata a mi centro tanto
que al verle ahí tan esbelta muero de desesperación,
ojala todo acabe de una vez y pueda solo vivir
y pueda amarla con toda ilusión,
y sea mejor mi mismo existir
cuando llegue a rozar sus labios de unión,
y suenan esos violines, chelos de su latir
que me hace llorar en el tétrico llanto de mi corazón.
Así Viva una lidia y un averno
al no oler, ni acariciar a eso maravilloso,
la que toca aquel piano tan tierno
entre esos sonidos de amor melodioso,
que solo la veía tocar de ese querer eterno
que me ofrecía apego fogoso,
a veces una pintura habla en lo poético
sin decir que está sollozo,
a veces solo en silencio está viviendo
y solo en su alma él amando,
como a ese amor de su ida introspección
que le zahiere tanto,
a veces quisiera ser evasión
de este mundo tan trágico,
a veces unos felices y otros de pasión
con una fe que Dios nos salve,
y así no yacer contristo en el interior
sino alentarnos más como de esa ave,
la que en su ser se detuvo su corazón
y no sentí más su piel tan suave,
donde ya no brillaba sus diademas
los que tenía en su vestido,
era para mi una condesa
la que miraba en gran delirio,
más que la mar y una sirena
era aquella en deidad de amorío,
un cabello áureo tenía mi damisela
joven y de un gran sentimentalismo,
por eso que tocaba el piano de terneza
para ofrecer así su cuerpo bendito,
era mi gran amor de la vida plebeya
hasta que un Dios me la quitó del camino,
cuando se eleva su gran belleza
caen al desdén sus bellos berilos,
caen de su ser aquellos diademas
y su blanco y pulcro vestido,
y de vestigio aún queda sus perlas
y aquel inmenso amor de vestigio,
que hasta en mi alma le es anatema
que Dios se la haya llevado del destino,
no sabía que andaba enferma
no se notaba en sus ojos nada enfermizo,
siempre andaba alegre mi condesa
cuando me hacía el amor infinito,
su corazón siempre lo sentí latir,
siempre tenía una imagen de felicidad,
jamás sentí su corazón sufrir
y todo era en nuestra vida cantar,
será que no quiso nada decir
y no quiso que me preocupara,
solo quería que fuese feliz
y que siempre a su ser la amara,
pero ahora el poema lleva una cicatriz
aquella pintura una vista callada,
donde solo pinté lo feliz
y que en realidad solo está la triste magia,
donde nos acompaña un violín
donde lo tiene mi dócil amada,
sonando en su corazón infeliz
entre mis ojos llenos de nostalgia,
viéndola tan solo a ella ahí
y aquí no a mi bellísima cortesana,
donde no ha dejado de sonar aquel concierto de Mi mayor
sino siguiendo entre su bellísima tonada,
amando así a este refugio de mí gran amor
entre chelos y violines de ese movimiento adagio,
cantándoos como a mi zahiere resquemor
entre aquellos sonidos imaginados,
así como de esa gran modulación
que tiene de aquel poético piano,
a pesar de ser tan funesto dolor
suenan aquellos instrumentos y me suben el ánimo,
como el recordar que os abrazaba de amor
y que no os dejaba de besar en mis brazos,...
así era aquella hermosa pasión
que os parecía a una hada en un santuario,
a una deidad en el mismo albor
vos ahí y yo esta obra tocando,
por eso que me hace recordar tanto a vos
y tanto a vuestra belleza de lo mágico,
y donde termina de tocar ese concierto de amor
y donde me consume las infinitas notas de lo poetizado,
que es obra de Beethoven de su cantor
que ahora siento los acordes a través de lo imaginado,
que es aquella dama de mi candor
que tenía en mi corazón alado,
y vos tan solo que con vuestra voz
despertabáis a millones de santos,
los hacíais cantar de ilusión
como ante nuestro amor amado,
era un vestigio que no olvido de pasión
porque aún ese concierto es apasionado,
por ser esta pintura mi fe y oración
que pinté en aquel pincel amando,
por ser este presente aún mi visión
hacia a ti entre los brazos cálidos,
y que viviera de ese gran soñado amor
y no sucumbiese en el tártaro.
Así debe ser, sí así debo vivir,
así debe crecer y así debe seguir,
las espadas del frío sueño se abrieron,
mi corazón no fue más vulnarable,
y matanza a esa lanza se envejecieron
y paz vino a mi alma y a ese cuadro de romance,
soñé que a mi amada la veía en mis sueños,
que ella me hablaba tan apasionante
soñé que me hablaba en versos
y descubrí que me quiere en lo delirante,
las palabras jamás de su corazón fueron desprecio,
siempre supe que me amó en cada instante,
no había pecado ante su sentimiento
siempre fui en su alma honrable
siempre la amé en su poético cuerpo
siempre a su divina carne,
ella era poesía y vida de mi anhelo
de estar y querer hasta lo más imaginable,
si pequé fue por haberte hecho tanto el amor en lecho
y por haberte amado más que a Dios en lo honorable,
sería mi único pecado de mi seno
por haberme solo en ti bañado de romance,
y olvidándome de Dios quizá en mi pecho
por vuestros ojos tan hechizantes,
que os parece tanto una hada entre chelos
tocando a mí y yo en el piano adorable,
tocando los dos entre ese sacro sentimiento
que tendremos ahora en el desdén apreciable".
Ocurre un milagro ante el pintor,
y renace todo ante su dicha,
se ve todo de otro color
y su alma se eleva a la milagrosa alegría,
porque su condesa en palabras da una recitacion
ante su fóculo que vive de morriña.

Condesa:”Poeta mío y pintor mío,
no os preocupéis de la pérfida existencia,
mi corazón si está fenecido
aún en el cielo está más de tormenta,
ahí está entre bellos sonidos
sonando en la espera de tus poemas,
no creáis que de vos me olvido
vos estuvisteis en mi de latir así no fuera,
vos disteis ese amor que es mi gran vestigio
que aquí renacerá entre las cuerdas,
que yo misma tocaré de cariño
entre violines y chelos con tus poemas,
será maravilloso teneros amor mío
y amaros con toda la fuerza de la naturaleza,
pensáis que Dios es injusto contigo
pues no sino que así es la existencia,
no quería preocuparos en vuestros sentidos
quería veros feliz ante mi presencia,
sonreid y amadme con cánticos benditos
y no os entristezcáis ante mi esencia.
Os quiero más cúspide que el paraíso,
nadie os amará más que yo,
ante vos soy fuego encendido,
fuego de la pasión
que no se apaga ni con el océano infinito
por ser vos ese gran cálido amor.
Así que no os apuréis,
no os angustiéis más,
tranquilizaos y bebed de mi querer,
esta visión es más que real,
porque es aquel amor
que arde hasta vuestra alma celestial,
así no podáis decirme nada,
solo sé que me amaréis,
vivid en un mundo de esperanza
y tenla para que me beséis
y me hagáis el amor en la magia,
y así paz vos tendréis
y mi espíritu explotará de llama,
tanto amor espero que me deis
para ser de vuestro ser íntimo,
para que sea como antes fue
y vivamos aquí entre melodías y amorío,
fuese hermoso ante esa fe
que espero que tengáis a mí querido,
hasta pronto y espero veros
y así gozar y vivir del dulce cariño”.

El pintor:"Qué palabras Dios de mis cielos,
qué amor me tiene aquella condesa,
me ama y qué expresión de sentimiento
es solo que aquella dama sincera,
me hizo ser más que feliz
por tales palabras que recitó del poema,
fue tan solo que en mi sueño
que entró esa dulce esencia,
y así será hermoso amor de mi deseo
hasta que vaya con vos de esa dulce quimera,
viviremos tan juntos de ese enloquecimiento
que hasta Dios sonreirá por nuestra primavera,
que no fue un vals de invierno
sino una paz y un Réquiem de excelencia,
no es aquel demontre infierno
sino una inmensa esperanza de mi belleza,
saber que me ama aquel sentimiento
me hace ser feliz en mi naturaleza.
Ahora mi cuadro a brillado,
la pintura canta ahora,
mi amada me sonríe en lo pintado
y la hada toca un chelo de gloria,
es tanto la visión de lo mágico
que me hace ser una poesía de historia,
un momento ameno de lo enamorado
a la espera de esa hermosa victoria,
me siento con alma y corazón,
me siento vivo de esta gloriosa ilusión,
os amo tanto en mi inmesa alma
que no sé qué decir como en las mil palabras,
solo que sois el vivir de mi,
nada veré del paraíso sufrir y que puedo ser feliz".

El hombre volvió a su aventura del idilio,
el hombre feneció lo mismo que su amada,
le dio un ataque al corazón
y se fue al cielo con su pasión esperanzada,
vivió ahí con su gran amor
y la besó tanto en el perfume de las hadas,
encontró a Beethoven en ese sacro amor
y le dio un abrazo con inmensa gracia,
porque ese era el milagro de su visión
que iba a tener con plena alabanza,
y se convirtió en músico el pintor
y poeta a la ves en su vida disipada,
para llegar tan solo que allá de gran amor
amando a su condesa con palabras apasionadas,
y pintó un cuadro de ellos de relación
e hizo música y poesía de magia,
tocaron los dos el piano y el chelo de pasión
por vivir tal momento de sus almas,
e hicieron en el lecho del cielo el amor
y mientras lo hacían diosas cantaban,
ante el lecho de su fulgido ardor
que entre besos y abrazos se amaban,
era hermoso de verdad esa unión
cuando esa chispa ardía,
había entre ellos tanto vigor
que en sus seres melodías desprendían,
él ni mismo eso se imaginó
desde que su amada había en su sueño hablado;
así pasó el tiempo de su vida
para vivir de lo más ilusionado,
con ese ser de gran florecer
y no en el fondo contristado,
sino feliz con el arte de querer,
de la poesía recitando,
ante ese mundo de fe
ellos dos ahí alegrados.
Donde no sonaba nada llorado,
sino euforia de los instrumentos,
pasión volcánica del piano
en todo ese ambiente de enamoramiento,
que entre ese lecho de tanto amor se acariciaron
y que vivirán de lo más poético,
así era la vida de aquel oasis amado
donde vivían la música y el amor eterno,
donde aquel hombre tocaba el piano
y a su amada condesa como a un chelo,
donde el rozaba sus brazos
como si fuese aquel bello instrumento,
donde él mismo oía aquellos tonos mágicos
y mientras más incitaba el sueño,
así era su amor entonado
en el cual vivían de aquel cielo,
donde era un libro de poesías
y que no se borraría en la existencia,
solo las letras de la rapsoda recitaría
contando así nuestro poema,
lo que pasé de la tristeza y elegía
para florecer ahora con mi condesa,
así es y debe ser, nada más que esa pasión,
y no debe fenecer porque ya son almas de su relación,
son eternos en ese querer sin idas y desaparición”.

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