martes, 26 de noviembre de 2013

Leansi Lorja


 Después que mi iba lejos de ti, mis actitudes quisieron dar rumbo ante otro gesto, de sorpresa. Salí temprano en la madrugada para verte, llevaba en mis manos una bolsa oculta de un regalo, quería que lo vieras con ansias, sin saber qué podía pasar, llegué temprano a su universidad, esperé afuera de la entrada, hasta que el tiempo pasó y pude entrar, subí a su salón, corrí, no había nadie, entré a su salón, recordé cuando estuve ahí, veía las imágenes de antes, y cuando la vi, de ojos a ojos, cómo olvidarse, no sabía qué hacer estando ahí, quise hacer algo que cada vez que entraras siempre lo vieras, mis ansias, fue escribir en locura en la pared, tu nombre, y un corazón, te amo en cada marco del salón. Me salí, me fui a otro salón, no sabías que estaba ahí, cuando le digo por celular que en ¿dónde estabas?, que estabas llegando ya a la universidad, sin pensarlo de inmediato le dije: “le parecerá loco pero estoy aquí en el piso de su salón”, preguntaste: ¿para qué, qué estaba haciendo ahí?, se sintió extraña, no pensé que así ibas a reaccionar, ”le quiero dar algo, sube”, no querías, querías saber qué era eso, le dije: una sorpresa, me preguntó nuevamente: ¿qué sorpresa?, “es un regalo”, se enfureció y respondió que “no me gustan las sorpresas, vamos a tener que tener nuestro espacio aquí y vernos en otro sitio”, le había asustado, querías que se lo diera a otra chica, se sintió mal, no supe que iba ser así de terror, tuve que irme de ahí, me sentí destrozado. A la tarde o casi noche ya me escribes, no respondí, y al rato más tarde escribes enojada, de qué sucedía conmigo, hasta me dijo no se acuerda lo que charlamos el miércoles, y haces todo lo contrario hoy, Al día siguiente me escribió temprano, preguntando como estaba, no le respondí nada, y a la noche me escribes ¿porque no escribes ya no me quieres?, “mañana en la universidad te darás cuenta, pero no que voy a ir”, ¿cómo así? respondió, respondí: “tengo que comer no he comido nada”, Reaccionó, ¿no me habías dicho que íbamos a salir, o a la playa?”, respondí: ahora en mis días libres veré qué día puedo, pero mañana se dará cuenta lo que va pasar, “¿porqué me tratas así?, me estás asustando, ¿me estás amenazando?”, se sintió mal, y de último me dijo: me siento acosada en verdad, y no escribí más. Pasaron dos días sin saber de ella, destrozado al no verle, sintiendo porqué pasar esto, quise darle su espacio, no quería rogar, y ni pude trabajar, no queriendo que el tiempo me consuma vivo en lágrimas que aún no habían caído por segunda vez. El lunes  me comunico con un amigo de la universidad, y de repente al rato un teniente me atiende y sin saber quién era digo mi nombre, y me habló fuerte, que si yo había amenazado a una señorita de un salón, qué era lo que iba hacer, que no me acercara más. No pude vivir bien, sentí que ella había sentido miedo a mí, temor, por eso se había perdido esos dos días, quedé peor, y lo que tenía en la mente era quizá escribirle a ella, que no era como lo había sentido, que era lo que escribí antes ya, no me respondía en el día de ayer,  y un mensaje recibo del amigo de la universidad, “qué es lo que ha pasado, ¿cómo es eso que estás amenazando a una chica?, respondo, “no es así, para el día jueves había llevado un regalo para ella”, ella es mi novia si se podría decir, quería sorprenderle, y sorprendido fui yo, con rechazo, pero ante desprecio mi ser se sintió mal, y le digo: “escribí te amos en aquel salón para ella, y que nada malo le haría porque la amo, no quiero perderla, trata de charlar con ella, así como lo sientes en mi voz, y que entienda”. Preocupado y sin saber qué hacer, me llama ella, diciendo yo: “jamás te amenazaría solo lo que hice fue escribirte en la pared aquellos te amos”, respondiendo: “tú eres loco, mira lo que has ocasionado”, le dije: “un teniente me contestó, que no fuera más, que ni me acercara”, y de último le pregunto: “¿y qué va suceder con lo nuestro?”, responde: “vamos a tener que darnos un tiempo”, de tonto digo: “está bien así será, calmado estaba, al menos podré trabajar. Me responde, “tranquilo”. El tiempo que sucede en una relación es para estar en otro rumbo de vida, y continuidad, e irse de lo que no había gustado a esa persona, de ese amor que ya no es igual, mi ser estaba asustado, y si no vuelve a llamar más, y se olvida de mí, probar esto no es fácil, no ver su hermoso rostro, sus ojos de paisaje, era un dolor grande, mi corazón en la noche no soportó, y en mi cama se arrojó entre lágrimas llorando ¡Oh porqué mi Dios!, por no poder hablarle una sola palabra, o sentir que estaba ahí, me calmé, pensándola. En la mañana siguiente me levanté de la cama, no sabía qué hacer, si comer o no, y recibo una llamada, y al ver el nombre de ella en mi celular, me sorprendo, le contesto, me dice, que ella fue la que dijo todo al teniente que había un chico que la estaba amenazando, pero que ahora me quieren citar con ella para así ellos venir, y agarrarme, le dije: “debo dar la cara”, ella de una responde, “no vayas, no quiero que te pase nada malo a ti, si quiere mejor hoy no contestes ni una llamada de nadie, de esta te estoy salvando”, me hizo pensar tantas cosas que le dije, “yo actúe así porque jamás en este país había tenido novia, ya que la primera fue en otro país que le conté, nadie más que tú has sido”, respondió: “lo tuyo no es amor sino obsesión”, en parte me obsesioné de esta mujer, queriendo demostrar ese cariño de mil formas que sentí y siento, pero ella me quiere, me di cuenta hoy, un ángel, más tengo, le dije: “voy a cambiar entonces de teléfono, y te voy a mandar un mensaje”, hubo un tibio aliento, respondiendo  “luego hablamos”. Y a una hora me escribe, no vayas a contestar nada y borra mis mensajes de tu celular todo, ahora iré mañana a sacar otra línea para ver qué sucede y cómo va todo.

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