Mes de un mustio herbaje,
alma noria sin teúrgia,
grita silencio salvaje
en impetuosa liturgia.
Es nieve el paisaje,
y la tarde oscura,
corazón sin viaje
y el frío le captura.
Entre un
firmamento,
astros siderales,
no estuvo aquel destello
en su ida brillante.
Rocíos de sueños,
la rapsoda mutis leí,
nubes y truenos
fue cuando no te vi.
Onda y sonora
suena,
oh transcendental estudio,
entre opus de Liszt en pena
ante el proemio que escucho.
Número doce la
obra empieza
ante sonidos del infortunio,
como metáfora plañidera
por esperar hasta Junio.
Quién podrá saber
la era,
era de un amatorio,
vinculado a primavera
y luego irse del oratorio.
Donde ni Domine
escuchó,
tabernáculo alma ignoró,
estigio ruin es ludibrio
por lo que hace mucho imploró,
y seno sin latido y suspiro
por lo que en apego fiel rogó.
Favila del allén en
hogar,
no coexiste mi sonata,
si leyesen un recitar
o escuchase en tocata,
tornara en sublime consolar
y sin infortunio que ata y mata.
Rapsodia escribo
en esta tarde,
la línea real que exprime,
lacrimosa los ángeles
ante poemario extinguible,
de fantasía a mártires
que fue en hada y
querubines.
Ya no hay ni
jazmines y solo vate
ante la tarde que es invisible,
poema aroma entre combate
ante versos indecibles,
de pasión llorando y que ate
al terror y sea destructible.
Solo queda el
radiante sol,
brilla a los rincones,
jamás dejéis de dar calor
ante el universo y horizonte.
Vamos sol sé el
amor,
amor de cada mañana,
lucha solo en aquel ardor
ante la vida sin luz baja.
Sé que podéis ir
al orfeón,
solo y cantando al aurora,
así maravillaréis al corazón
que en ti mismo vive ahora.
Vamos sol cálido
de sueño,
no seáis defunción en rayos,
lograréis aquel risueño
que en ti vive de lo mágico.
Sé que hay algún
triunfo,
el mal no se invade,
sol busca el arrullo
y acorrala a los mares,
arrumaco que es tuyo
y adórale y ámale.
Ofrece bellos
susurros
entre la luz quemante,
y sedúcela ante el mundo
y olvida al vil diantre.
Oh a poema como
siempre,
Oh a música clásica barroca,
Oh a doncel olor perenne
entre dulzura a su tenue boca.
Amaros es en salvación Réquiem
al poseer el paisaje que provoca,
no feneciera el mismo ente
y en paz a su amor que devota.
Oh estudio hoy
sonoro,
toco obra de fuerza apasionadora,
idolatro ahí al amor luctuoso
por lo que pasa un aliento que llora.
Las palabras
permanecen,
no se alejan de mi alma,
son pisadas que no envejecen
y que viven en cada alba.
Nadie podrá
alejar,
así haya disturbio pérfido,
solo él siempre seguirá
por su mismo aire férvido.
Amores que en
oasis están,
sonrientes son en esa vida,
los terrenales son sin paz
de su aire que agoniza.
Pero el mal es tan
audaz
que zahiere en ojeriza,
y la tormenta es pertinaz
y su corazón pronto es ceniza,
sin tocada en compás
y lágrimas son por la lidia,
y cuando conseguís libertad
y al amor y amor te alivia,
olvidáis la tempestad
y volvéis a la dócil caricia,
sin preocuparos del mal
sino de esa dulce alma bendita,
que amáis sin poder más
entre tus manos preferidas,
que acariciáis sin amohinar
por tener tal cielo que pintas,
entre sonidos y de paz
que en ello acaricias,
de besos y mucho amar
que esperasteis en vida,
justo llega lo pasional
y la música amor grita,
descubrís que eres música clásica,
y el hálito de amor te ama,
ya nada es en camino sombra
sino un mundo que llamas,
todo se vuelve rapsoda
cuando al amor abrazas,
respiráis un nuevo aroma
de su diva boca grana,
vivís de aquello que asombra
cuando besáis a la dalia,429
y os unís en la historia
en la dulzura que amas,
olvidáis sueño que exhorta
del mismo José Ángel Lamas,
vive de tu presente en gloria
para la misma cantada,
y el poema es una euforia
cuando escribe su alma,
y la tarde así sea faloria
oh a su dúctil querer abraza,
sin importar cuál sea la meritoria
de ese jardín en su raza,
más cúspide es su gloria
que ha hecho en su aria.
Un bardo en verso
amatorio,
sentimiento en lo vesánico,
lúgubre vive en mortuorio
homo en amor volcánico.
Consigue gorigori
al ser desterrado,
¡ay ni cantó dio allá!.
Ojos de sentir
rechazo
y si vuelve o no ya.
Indeciso fue el flechazo,
¡oh minutos son poesías!,
culto de su orbe antaño
de ver la luz divina.
Es lo que calma al
mismo sol,
ser cálido en su sonrisa,
viajar a más en su orfeón
y seguir en su dilecta vida.
Violín es su
corazón,
alma llena de piano,
sentimientos ahora son
orquesta en el humano.
Sonando ante
mundos en sol,
y a muchos mundos brillando,
sintiendo su cálido amor
y seguro a un amor rozando.
Y bota unos rayos
de sol
entre lóbrego sentir amado,
por soñar un hogar de pasión
que tanto ha idolatrado,
de consumir al candor
y fulgir entre lo blando.
Y termino de tocar
en dilección
la obra del mismo piano,
donde fue el mismo aire de horror
por tal mundo de un ocaso.
Donde rocíos cada sonido susurró
por tal agonía de un humano,
que ama a tal pudor
entre su mismo costado.
Boca de suave
vida,
aroma de flor,
consume a mi caricia
y deja que sea el calor.
Que sea un sol que
da vida
y dame la bienvenida al amor,
aunque sea fantasmagoría,
viviré besando la ilusión.
Dormiré en la
alegría
de mis albas ante el primor.
Compartiendo de
dicha
ante besos de mucho ardor.
Que así sea, así
debe ser,
que no sea terror
sino aquel amor
que quiero poseer.
Que el poema sea,
el mismo querer,
que sean besos
y más embelesos
que quiero contener.
Hombre soñador de
amor,
quimera invade la locura,
soñador es luchador
al mismo sol en pluma.
Oh pluma cándida
que hoy define,
Oh ternura que me acompaña,
Oh aire aura indefinible
que hoy alienta y me ama.
Oh dulzura que se
vive
entre compases y aria,
Oh poesía que se escribe
hasta en tus líneas llanas,
Oh espíritu que se extingue
de aquel ser de José Ángel Lamas,
oh gritos que da lo apacible
entre el amor que se llama,
ay llora alma sufrible
oh por no yacer en morada,
huy pastos gimen
por ver un paisaje sin magia,
oh pero su amor existe
y el sol a lo lejos más canta,
oh dulzura se consigue
porque la fe no acaba,
entre mundo que persiste
siempre se amara,
no se dejase en lo triste
si se tiene la romanza,
y su existencia sigue
hasta la próxima tocada.
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