martes, 30 de noviembre de 2010

¡Sintáis mi amada el amor del fortunio!




El alma del piano transformado en romance.

A veces bisbiseos de amoríos salen en mis palabras
como cuando oigo su sonada alma;
explotáis mis cantos a sus cuerdas de magia,
amados mis sentidos, latidos a su adorable entonada,
sí que suena siempre en mi corazón que le ama,
buscad tanto en él verla como una dama,
que de una noche entre estrellas acariciarla
y besarla entre tonos de divinas escalas,
que sonarían si la toco del fondo de la rosa blanca,
la cual duerme en aromas de mi alma,
y que sube ahora en mi noche ante su figura de hada.
Cristal sideral de su diamantada
quien toca el aliento mío su ser que idolatra,
entregáis vuestras teclas blanquinegras
y vuestro ser entero que quiere en su alma,
para ser de mi noche de estrellas y no negras
absorbida tu melodía en la noche apasionada,
que os sueño cada vez cuando os veo belleza,
tu figura de cristal que encanta
y que me dejáis entre la vida del corazón que canta,
¡canta y canta por ti piano de mi agitación inspirada!,
¡y convertido de latidos a vuestros sonidos que hablan!,
y entran ante mi de voces dulces y acariciadas,
¡entráis tanto! que he besado tus cuerdas con mi alma,
y no la he dejado ir de mi olor que os ama..

Vivo entre sus sonidos que acarician mi esencia,
como de rosa blanca su armoniosa belleza,
hacéis resplandecer mi existencia,
antes necesité tanto esa guapeza,
y vuestros alientos han venido de sapiencia,
porque saben que soy ese que buscáis en la inteligencia;
y en el amor de un ser que os mire de grandeza,
que os respete ante sonidos de presencia,
así os verá mi lenguaje que expresa toda la experiencia;
no hay otro sino que este en ti belleza.
Las flores del paraíso son lindezas
pero más tú por vuestro cristal de teclas blanquinegras;
e idolatrado os aseguro será por mis esencias
que estarán llenas de millones de poemas
dichos entre versos a tu ser de nobleza;
y sin luctuosas palabras que den problemas,
sino maravillares a tus sonidos que deis en riqueza
y que consuma entre poemas vuestra delicadeza.

 "El que os contempla hablad de forma poética,
y en casos de la fantasmagoría es hermética,
sus palabras dan de la belleza a una mujer de poema,
rosas pintáis entre su rostro de paisaje que reflejas,
le decís muchas cosas a esa belleza,
que ni comprendéis porque tanto amor hay a ella.
 ¿Será porque antes no habríais visto una chica de cuerdas?.
¿O es que esa magia entra en rostros de pulcras damiselas?.
 Poesía buscaríais de hace mucho su olor de caricia,
y os ha llegado ahí de una forma tan linda,
que no dejaréis de tocar en melodía
como en las teclas dulces que siempre amarías.
¿Pero cómo tocarla si es de cristal y no de carne?,
¿cómo sentir que ella algún día sentirá romance?,
ni te podrá hacer sentir la generación del amor,
cómo formar un fóculo de oriundos del ardor,
pero ¡cómo harías eso!, para llegar a esos y de dulces embelesos;
eso se ve que está muy lejos, solo te has enamorado de su centello,
de su grandiosidad que tiene de piano de tonos,
como encontraríais eso sin enojo,
donde convertiríais a esa dama en carne de bellos ojos,
que os mire siempre y acaricie en manos y en todo".

Responde: No sé donde encontrar eso que es ya tan imposible,
provoca llorar, ella ni tiene boca, es como invisible,
y eso me hace poner muy triste,
luctuoso en el alma sin ser libre,
como en el amor de esta ruta que me extingue,
no sé es lo que siento y es muy sufrible,
¡ayudadme por favor, qué puedo hacer!.

 "Dicen que en el oasis hacen florecer
pero dando algo en cambio de su ser,
y en la tierra hace entre nubes llover,
por solo aparecer la magia de ese ente,
como en carne en vuestro presente".
Responde: decidme de una vez, no quiero morir sin fe,

 "Tendríais que dar tú castidad a Dios,
ofrecedle lo que es vuestra mayor pasión,
como tus únicos poemas que tenéis de flor;
que le veneraríais sin rencor
y que le amaréis entre noches de amor,
que seréis un amor sin mendaz
o sino él os mandará al infierno a lagrimar,
eternamente sin respirar,
como entre las llamas de Satanás
ahí posaríais si os portáis mal,
mejor que hagáis caso sino sucumbirás".
 Responde: Haré caso, y le ruego mucho en el alma,
como voz de mi sueño que me ayuda de calma,
como en lo lóbrego que sucede hasta en mis entrañas.

Y a solo eso el hombre dijo: ¡Ofrezco todas estas palabras
para así convertir a mi piano de cuerdas en una verdadera dama!,
¡y así en la vida vivir feliz con su aliento que tanto me ama!,
¡no quiero sufrir mi Dios con este piano que ni me habla!,
¡por favor hacedla una mujer de carne como piano de bellas tonadas!.

 Y ante la trova de fuerza férrea del hombre hacia Dios
diciéndolas de tanta pasión, que hasta Dios le ayudó,
y el piano de cuerdas se convierte en esa hermosa dama,
quien ella misma despierta en su sonido al hombre que tanto ama;
y solo dice ella: Amor ahora si puedo hablarte,
despertad que quiero sonreír contigo y besarte,
ya que en estos días no podía ni decirte lo apasionante,
pero ahora que puedo, besadme,
quiero sentir vuestros labios tan adorables,
como cuando me hablaban en las tardes,
las cuales daban encantos a mis sonidos agitantes,
que os adoran tanto mi amor de mi corazón palpitante;”.
 "¡Qué fortunio siento hoy al verte tan radiante,
vuestra figura ya no es diamante,
sino ahora es una divina carne,
que al solo tocar siento que es tan suave,
y que huele al aroma de la flor fragante,
¡Dios te convirtió en eso amor de mi alma,
no sabéis lo que he pasado por ti de lo cuito!,
amarte será siempre en la bella esperanza,
y besarte será el amor de mis sonidos
y que en ti están más que fundidos,
y la verdad es que tenerte a ti así,
es gritar, amor de mi eterno idilio!,
en fin podré tener hijos!
que saldrán pianistas,
y formarán este sitio de muchos sonidos,
y las ángeles azabaches serán nuestras hijas,
las cuales serán beldades de violinistas
que tocaran con su vestido de reliquia.
 Sí así debe ser este amor que sueño en la vida,
que está pintada de la mágica poesía,
no se vería ante otra vista de la alegría,
no como esta llena de la magia bendita
que es la fantasía de nuestro vivir en la melodía.

(Aparte) "Ella puede salir del piano en forma humana,
para tener pies, ojos, manos y así besar su alma,
Dios hizo una mujer maravillosa ante mi esperanza,
jamás olvidaré eso durante mi fe que le ama,
os juro que os amaré como oasis ama a sus hadas,
nada de mi vida le hará daño que mata
sino flores tenues acariciarán tus entrañas,
belleza verás mi poema hecho en carne humana,
siempre beatitud y no lóbrego en tu alma,
gracias por ser ella y amarme así entre caricias,
tan dulces y divinas de tus níveas manos,
sois la que esperaba en lo apasionado
más de hacer mía en lo adorado,
que viva la pasión a tu ser florecido
y que nacerá de idilio,
sí más y más de ese amorío,
que bien me siento amor de mi destino,
soy feliz, feliz en el mundo,
que junto a ti en piano tocaré nocturnos,
como los de Chopin de fortunio,
os acariciaré así cada vez de lo pulcro,
que felicidad es vivir así de lo profundo
que es a veces el amor de mi corazón único,
que tañe de tus melodías todavía de orgullo,
por tenerte en mi alma de las flores del mundo,
regocijado estoy y ¿porqué no?. ¡Sí estoy con tus óculos,
y siendo este sitio nuestro bendito oasis como fóculo,
que huelo ante tu piel igual. Y tus ojos azulados,
le veo en esta noche de fortunio rutilando,
y yo por dentro sintiéndoos amor de lo ilusionado,
contemplo un cabello oro como el sol brillando,
nívea como flor es tu carne, suave que amo,
jamás de ti me apartaré amado piano,
bienquista sois y se notan en tus ojos iluminados.
Gracias por ser mi amor de la vida en melodías sonando.

Ahora que lo recuerdo mi dama apareció en frente de una hada,
mis ojos no podían verla bien por lo hermosa que era mi dama,
había contemplado el universo en mis ojos de estrellas siderales,
y ante el piano daba su brillo rutilante, jamás pensé que lo anotaría,
como ahora teniéndoos por dentro una rutilada alegría,
el piano había estado ahí con ella en un lago de agua,
mirándome, sonriendo y esperándoos que le dé mi alma,
era un momento del que me acuerdo y ahora anoto mi remembranza;
la cual está llena de ese brillo y de esperanza,
vuestra alma amo tanto que el piano suena horita de magia,
qué hermoso en verdad anotar esto en esta hoja de versos,
los cuales es como sentir tu cuerpo y tu férvido aliento,
tus besos que acarician mis versos de divinos cortejos,
y que será hasta que pasen millones de añejos
y que tu y yo estaremos de alegría floreciendo,
mucho y mucho más amada de mi armonioso anhelo
que suena aún en la poesía de mis benditos versos".

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