sábado, 12 de febrero de 2011

Se convierte en lo real el poema.



Se convierte en lo real el poema.

Solo un escrito explaya mil titilaciones,
una manceba de ojos azulejos,
demostró ver al mundo de expresiones.
Quedo en la vesania de ver sus creaciones,
aunque sé que existe, la esperaré en mis olores.
Dos mundos que se esperan en la amada tierra,
el mismo ¡oh mi yo invocado sois hacia la damisela¡.
 Sigue publicando dúctiles libros y dejándoos huella,
¡cómo llega el momento de por fin a ellos leeros!,
y qué gama expresáis en las letras de lo tierno,
dibujos se ven volándoos y amor sincero,
me gustáis como explayáis el sentimiento,
solo eso lo digo en mi mente al leeros,
sé valorar lo evanescente de tus versos,
mi pasión ha sido esta de escribir igual,
pero como os digo eso si vivís lejos,
¿o dónde os busco para darte lo pasional
de lo que espirito en mi de cálido aliento?.
Mi mundo es solo que eso,
y sin ser mostrado al orbe de ese reflejo,
en historias acaricio a mujeres de tenues besos,
ósculos ante ellas haciéndolas sentir que son amor de mis violonchelos;
y viéndoos que es quimera lo que vive un escaldo del anhelo,
por sacras damas en tu respiración y ser verdadero,
pero se alejan, son mentiras y a veces uno sufre en un sortilegio,
como en un oscuro silencio,
las quieres tener pero se alejan de tus manos su aliento,
es noble ampliar la historia pero vivirás en un averno,
a veces queremos que salgan a nuestros ojos su reflejo
para: besar, abrazar, amar, y dares el honroso apego,
y como son solo cuentos, creaciones no sale ese ente en las líneas de tú sueño.
La bella dama de ojos cándidos y azulejos
aparece a lo lejos de mi aposento,
“¡será ella o es un sortilegio!”,
abro bien los ojos y recién me doy cuenta con certeza que es el ángel de mis anhelos.
Solo soy un escritor que escribe versos,
un hombre solitario en el aposento,
el que sueña en los sueños
pero quedando siempre despierto,
por si una vez llega el milagro de acariciar el reino,
reino de sus ojos, piel, boca de sentimiento,
veníos amores de mis momentos en que tengo,
así seáis invisibles reflejarán mi anhelo
y cultivación hacia lo que espero.

La dúctil dama camina con fineza,
y se acerca a la vivienda del hombre de destellada belleza,
el hombre piensa: ¿será que podré ganarme su amor?,
¿cómo hago parar que se fije en este escaldo romanceador?,
solo pido a Dios que sus ojos sean míos, su olor y sus caricias,
que pueda sentir la poesía viva y no la fantasmagoría,
la que hacemos de eso que vaya a dulces sonrisas,
y que seamos nosotros esa historia resumida,
la que amaré en mis sentimientos de bellas cantigas,
su ser nácar que me paraliza,
y así la historia estará lograda,
la vida por tener a esa bellísima hada.
Todo me pasa ante las vesanias,
porque el vivir solo y no tener esa caricia solo mata,
es como si no tuvierais alma
porque está en las historias que creas llena de sueño y magia;
y provoca volar y solo soñar que vive en ese refugio de pasión inspirada.

Por fin conversan y se conocen en la vivienda del escaldo,
y así fue como comenzó lo apasionado:

Hola damisela qué prodigiosa sorpresa de milagro,
como verla por estos caminos al paso,
una señorita refinada y conocida esté aquí en el sitio mágico,
-¿Mágico, por qué decís eso joven a lo loado?,
- porque este reino en donde hay un cielo y un escaldo,
existe fantasía por la cual se vive y se llora en lo trágico,
-¿Quién es ese escaldo y porqué se solloza en lo elegíaco?,
-no te dais cuenta quién es, está en vuestros ojos el apasionado,
se gime en la tierra por querer buscar un amor que toques en historias amándoos;
y ahí la fantasía es un resquemor que os mata tanto,
¡no sentís! qué nuestras palabras son en líneas el llanto,
pueden ser felices sin infortunio pero aún así estamos los que escribimos llorándoos.
-Os entiendo y le expresáis al amor rabia en historias que has creado,
mostradme quiero conoceros más y a tu sentimiento tan purificado,
-ya os daré mi libro de la vida que he hecho solo en este aposento,
viviéndoos amores imaginarios de mi sufrimiento,
ah y mi me llamo Lorenzo, un hombre loco de los sueños,
-quiero que salgáis al mundo junto a mí Lorenzo,
le mostraré al orbe que sois un ser que no hay en los que existieron,
estáis de esa magia dulce y que a mi has daos enamoramiento,
no importa ¡si queréis burlaos!, aún así tenga mis mejillas en enrojecimiento;
-¡no, no, no digáis eso bella dama de mis ilusiones que quiero!,
vos me gustáis desde que leía vuestros versos,
siempre me has gustado querida de mi alma que grita en el silencio,
solo por tener ese ósculo de vuestros labios en mí de besos,
¡amadme, abrazadme! mi bien que necesito mis ojos azulejos,
así como el cielo y el reino, ahí de Dios como tu sacra alma que venero,
y el día de hoy ha sido un amor, romance tenerte en mi pasión que grité en silencio.
-Entonces sí os agrado jovenete,
amadme vos igual en mi cuerpo evanescente,
de tiernos besos que den magia real del ente,
-así lo haré cándida dama de mi mundo eternamente,
este Lorenzo os dará la paz plebeyamente.

-Soy un poco tonta no he dicho mi nombre,
-¡es cierto, decidme ¿cómo te llamáis?,
- me llamo fruta sagrada de tus olores,
-¡oh! que graciosa estáis,
-solo me gusta bromear, mi nombre es Beatriz,
así como la perla y el dúctil violín,
el que suena y ama sonándoos vuestro existir,
ahora será, aunque está sonando en tu ser de jazmín,
quiero darte todo el divino celestial del vivir,
me encantáis amado de mi.
-Qué expresión tan sacra expresáis a mi alma,
qué damisela sois del paraíso que me ama,
solo por ser ese hombre que supo hacerte descubrir
lo que es la poesía en sus líneas del coexistir;
y porque te has enamorado de su forma de escribir,
de sentir la vida a lo que unos no la ven así,
-eso es verdad de eso y de vuestra mirada en los versos,
blanqueándoos los mundos en calma del sentimiento,
conocía poetas pero no así como vos de esa existencia,
sois esa melodía que suena ahorita en mí alma de belleza,
¿lo escucháis amor en las poesías de esa cadencia?,
-si la escucho y os amo muchísimo en mi alma y en esta magia de la tierra;
quiero botar lágrimas por ser el milagro conseguido,
y que has daos amor y cúspide regocijo,
la soledad se aparta de mi destino,
la vida me da la oportunidad de vivir de lo más bellido,
los ruiseñores vendrán a cantarnos por este amado idilio,
y arrojarán dúctiles lirios, la paz es y será de nuestro amor bendecido.
-¡Qué hermoso habláis amor mío!, ¡cómo le ama mi alma a tu delirio!,
antes escribía pero jamás pensé que lo viviera así unido,
apasionado, alegre y tan divino. ¡Os amo Lorenzo!, ¡ay Lorenzo!,
os adoro en la carne en el sueño de mis sentimientos,
quiero en noches sentir que vuestra piel acaricia mi ser de enamoramiento;
quiero la vida con hijos y que sean poetas y músicos plebeyos,
que nazcan de ese bello sentimiento de la inspiración,
y que tú me has dado en mi corazón ardiendo,
y disfrutando que eres mío en el gran amor.
-¡Hijos saldrán de vuestro vientre de la pasión!,
noches serán de el dócil amor,
estrellas con sus luces acompañarán de ilusión
a que crezca la aceleración de nuestro cuerpo al besarnos de ardor;
jamás perderemos la fe que tenemos mi dulce furor,
¡oh que efusión, qué querer tengo en mi ser!,
solo porque vos es mi eterna dama,
y que adoraréis alma mía de querer
sin apartar mi aliento de su carne y alma.
-Qué bello Lorenzo que inspira dulzura,
las fantasías no son gemebundas,
son regodeo y ternuras,
al besarnos y hacer la lujuria
en un amor que se acaricia en cama desnuda,
sin temer nada sino sonreír,
sin perder el juicio sino ganar la vida,
y en el destino ser feliz,
porque llevamos en alma las dulces liras,
y no coexiste en letras cicatriz
y ni a lo real de la poesía sino alegría.
-Sentimientos voléis y amad a mi Beatriz,
entregad la pasión y hacedla sentir
que mi amor es eterno,
entrar en ella y acariciar de lo tierno,
y más yo haré de lo mismo en la cama ardiendo,
quiero amaras más de lo que no se puede en el cielo,
quiero esa magia de mi ser hacia lo más plebeyo,
-que bien amor haces el amor en mi cuerpo,
qué Dios sois Lorenzo en mi piel del apego,
quiero que me améis así de ese gran dulzor,
dais la imagen y pasión de un hombre férreo,
cariñoso y único de mí enamorado corazón
que os ama muchísimo en la pasión.
-Siempre os amaré hasta que nuestras poesías sean nuestro cuento;
las que den al mundo de las que hicimos ya el romance verdadero,
el que se toca y acaricia de fervor del sentimiento,
el cual no hay dolor ni resquemor en el corazón,
sino un paraíso el cual es nuestro fóculo de enamoramiento;
y que se vive regodeado en el amor,
-feliz, viva, con una silueta de grandeza,
de armonía de la misma poesía que entrega,
de sonidos de piano y vida en el alma de primavera;
-así tan romántico es amor en mi existencia, ¡tu tan eterna!,
y que amaré en el paraíso de igual manera, mi Beatriz que me dio el real poema.

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