viernes, 31 de diciembre de 2010

Hombre siendo él, sale a un pasto sacro del amor




Hombre siendo él, sale a un pasto sacro del amor.

Contempláis mis sentidos sosteniéndoos imágenes de arias,
vosotros le oléis ese sabor que de su bisbiseo me acorrala,
como en estos tiempos y hoy de la voz mágica,
sintiéndoos que de eso a mi vida daré las palabras,
haceros de una forma eclesiástica,
y de lo libertino soy en mi mundo ante otras almas,
tengo el poder en mis tonos de relatar para que deis marcha,
y hagáis vivir entre mis cantigas a ellos de mancha,
porque hay muchos que vienen a competirme,
son esas mujeres deidades del paraíso que quieren destruirme,
con su musa voz en canto soprano indecible,
seros en beldad vuestra a cortejo infinible.
Veniros en una noche como en esta en mutis,
mientras escribo y que imagino sus cutis,
y bajaos vuestras alas y me acezan con sus pubis,
quedo turulato considerándoos que son dulces,
se me olvida por un momento que son las viles virtudes,
y acezado mis sentires por su carne de paludes,
borráis mi remembranza y roban mis luces,
dormiros mis movimientos u ojos cegados sin inquietudes,
y al despertar no están mis escrituras de beatitudes,
ni los alientos que había hecho en tonos en hojas de costumbre,
ni los versos que iban a daros infierno de cruces,
mi vida aprended el error de dejarse pasmar,
y dejaos que le consuma su carne viperina de maldad,
¿no hacer nada ahora?, o querréis gritar ayuda en estas prontas hojas.
Llegaron y fueron fuego dejándoos hierba en barro,
como a toda mi piel en el lecho envenenado.
No sé qué paraíso sea al que viven de mis historias,
solo manchándoos seros yo en vez de ellas de vidorria,
vuestras figuras en entrega fue la delusoria.

Viajo entre líneas con mis letras
buscándoos un temblor de mis cuchillas,
a lo que había escrito para reescribir de tinieblas,
y haceros, veros de lo diantre de morriña,
¡pero a sus seres invocando al infierno de siembra,
para que así vuestras vidas estén de elegías!,
le mando a mi venganza, lo muerto de la tierra,
mandáis fuego de torbellino a su entrada fiera,
podréis subir y entonar a ese oasis de guerra,
os indico que hagáis caso por el fusco poema,
protervo mis tonos a sus voces diantres,
daros sin perdón a sus almas que ni aterra,
así veré en mis letras lo no diletante,
por los actos de ellas que tengo hacia sus anatemas,
y que es matante,
y vida sin gozo por mi poema.
Vosotras querían ser víboras o ahora son lastimeras,
pronto entre estas hojas, mis hojas volverán de grandeza,
seré vuestro señoreado que estarán en mis órdenes de tormenta,
lo flébil siempre en vuestros ojos de la férrea cadena,
y gritarán en humillación perdón en gritos de la plañidera.
“!No quisimos robarle!,
¡solo no queríamos vivir la magia de vuestra existencia!
que siempre tenéis en lo fusco para haceros daño en tristeza,
¿cómo creeréis que robaríamos algo a tu presencia?.
Seguro se perdió, y vivís así de forma maléfica,
condenaos más será vos por Dios al haber enviaos a los demonios,
crees que asustáis con vuestras palabras de lo formidoloso,
no dais ni miedo en mi ser hombre asqueroso,
moriréis vos más bien en la lava de vuestros demonios,
gusta ser el terror más bien él será vuestro terror,
gritaríais ahora mejor vos, el gran sublimado perdón”,
No seáis memez que ni siquiera ha ido el dolor,
al cual ni Dios sabe que trato de hacer con vos,
primero la batalla es contigo por meretriz en mi de sucio sabor,
vos quitasteis mi propiedad, mi vida a la cual estaba de ardor,
vos venís y decís que soy lo que vos dice, ahora si sentiréis temor,
tus venas se quemarán en voces del infierno de lo cabizbajo,
respiraríais el miedo por dentro consumiéndoos del dolor,
y pediréis ayuda y no tendréis, solo estaréis en lo más bajo,
ahora sí condenados vuestros sentidos deidades de lo malo,
ando en la vida del diablo, soy el mismo demontre,
al cual ha llenado esta vida de eso de los acordes,
y por eso que ahora estáis en el infierno mío de ojos llorones,
pedís ahora vos la palabra indulgencia de explosiones,
sufráis mucho, qué bien se siente ver en esa cadena de maldiciones,
respondedme que sienten deidades de pecados a mi entonces,
pecados los cuales el mismo diantre da por haberse metido con él de lujuria;
veniros a quitarme la vida a la cual llevo haciéndoos en versos de injuria,
deciros mis letras ahora que esos escritos ya están recuperados,
sus almas no la están solo con cadenas de mutis en sangre marcado,
quieren ayuda y vuestro Dios no les da nada porque este es mi reino sin su luna;
no les ayudó porque sabe él muy bien que actuaron del pecado de la lujuria,
engañar al mismo demontre y huir así sucias.
Ahora saben que mi mundo es este y el suyo por ser muy poca astutas,
y si quieren salir tendrá que ser nunca,
ahora vosotras carguéis con vuestras culpas,
solo su belleza que de verdad enamora escribiré romanza de ternura,
sus cuerpos serán la clave de elevar mis arias de la luz de luna,
mi infierno por ustedes será una lucha,
para crear este ser la magia de amores que mueren en su lucha,
y que siempre al amarse sufren como vosotras de lo hipocondríaco,
y que gritan entre la lava muy fuerte de lo elegíaco,
qué divertido es vivir así, saber que hicieron daño,
y que uno puede cobrar así tan atroz de lo apasionado,
ja,ja,ja,ja,ja,ja.
-Os pedimos de verdad perdón, queremos vivir una vida de aroma,
queremos ser vuestras diosas, queremos ver la blancura en tu idioma,
no queremos vivir esta vida así de vidorria,
vos será nuestro Dios quien nos dé la ternura suntuosa,
queremos ser vuestra alma, quien ya no llore de lacrimosa,
hemos aprendido esta lección la cual nos ha dado dolor,
y por vos que veo que tienes una parte enamorada del amor,
veis a ver si podéis más ser nuestro poeta tenue,
y darnos en los versos lo deífico y no lo Réquiem,
queremos sentir tus besos en nuestro cuerpo enteramente,
ya sino podemos ir a otro mundo este será el nuestro,
y nosotras comeremos de amor los versos,
así hayáis creado historias de amor del miedo,
y hecho ver la tiniebla en esas historias de lo protervo,
y dejándoos convertíos en lo mustio del fuego.
Convertirnos en eso de lo bello y haznos con tu magia más de lo tierno,
queremos estar hermosas y de una piel de lo esbelto,
que a vos guste y ame por ser solo tú infierno,
y que nos curéis lo malo que nos hicisteis del resquemor.
-Me han puesto a pensar muchas cosas en el amor,
ya no les daré el infierno, les daré el amor tierno,
esto ya no será las llamas del fuego,
será la bendición de vosotras que dieron a pensar a mi cerebro,
pero a mí corazón sintiéndoos amor por su ser que quiero,
y que le mandaré una carta a Dios pidiéndoos que me dé su entrada
de arrepentimiento, porque he sido yo el que ha vivido el languidezco,
al que no soporto más esta rutina de mis alientos,
así postra mi alma de esos desmirriados truenos,
“quiero señor de los grandes e inmortales vivir en tu reino,
con estas diosas y mis amigos del averno,
no quiero tener poderes malos quiero hacer el bien en tu sendero,
siento que mi alma son estrellas de lágrimas de mi sentimiento,
quiero escribir esta historia en tu reino de deíficos versos,
enamorado de estas diosas que dieron
la magia fantasmagórica de mi pensamiento a el anhelo,
de que despertaron vosotras lo que sentía tan hondo y claro como sus ojos del cielo;
¡quiero eso Dios dadme la oportunidad a esta absolución de arrepentimiento!,
os juro que mi vida cambiará por completo,
y por fin conocerme el amor que es en la vida de lo eterno”.
-¡Ay qué gallardo habláis demontre, me encantáis,
escuchad somos vuestras diosas y enamoradas de vuestra alma que nos amáis,
estamos que estallamos por tu encantadora forma de hablar,
nos sonrojáis mucho poeta de nuestro gran y amable corazón
que os ama en lo eclesiástico de la cúspide pasión,
sois un gran hombre de la vida por tus versos escaldo,
a los cuales cada vez has dado al escucharte lo glorificado,
como de amarte en el paraíso que espero que diga Dios sí
para idolatrarte de lo apasionado.
Dios: Podréis estaros en el reino mío hombre de mil pecados,
vuestras palabras dieron luz al perdón de lo salvado,
sois en la vida de ese averno lo esperanzado,
ahora vivid entonces y gritad lo grande de vuestro amor,
y que en versos explayaréis de lo que has vivido de pasión,

en vez de martillar, crea lo que debe de ser un poema desde el corazón;

así que feliz estaré de vos, venido del fuego a lo tenue de una flor,
lo que es mi reino cubierto de mi ser indestructible del único Dios.
-Gracias por aceptarme en tu aroma de paz,
¡quiero vivir, quiero vivir! de la hermosa vida que es este sitio de verdad,
donde todo es jovialidad, amadas mías paradisíacas,
vivamos el momento y recordemos que existe siempre esperanza que no se marcha.
-sí así es querido demontre salvado, y qué feliz estoy porque esto sea nuestro fóculo,
ya no ése que se veía el lodo, sino este viéndote siempre a vuestros óculos,
y que contigo será la magia de tus palabras a los versos,
soñaréis con nosotras de eso bueno y eterno,
deífico y lumbroso de lo tierno, esto es nuestro sagrado cielo,
a lo que en besos nos alimentamos del amor etéreo,
-sí diosas de mi pulcra existencia de lo férreo,
a lo que me sujeto y convierto de un poema que dará al paraíso un inmemorial momento;
y si camináis vosotras el pasto verán imágenes que siento en el verso,
es el pasto sagrado al cual pisáis en lo que digo de mi enamoramiento,
y lo que son ustedes de mi las cantigas de acariciar de mil besos,
recorriéndoos a todo vuestro y tenue cuerpo,
y una voz al momento de recitar mi poema canta,
muy dulce una hada en tono soprano de romanza,
y más con el poema es una loada, como al amor de nuestras almas,
el fóculo se convierte en la pasión inspirada, y nosotros sonriendo enamorados
porque llegamos a hacer mil libros de poemas de nosotros amándonos,
solo leeros se ven las imágenes de nosotros abrazándonos,
jurándonos amor de siempre celestial del corazón idolatrado,
amadme querida siempre a mí vosotras sí, y seré feliz en el existí,
qué bello es sentir esto tan romanceado como violín, que acaricia mi vida y a ustedes de jazmín,
-sí, sí así es ineludible eterno e inmortal amor, vos dormiréis en nuestras carnes de pasión,
y la rijosidad se hará siempre sintiendo lo que es la pasión, demontre eterno y melifluo de nuestros corazones de ardor, os amamos y os querremos del sonido de este paraíso de la salvación,
porque así lo recuerdo cómo fue que entramos y somos felices como unas mil recitadoras voces del amor. –Así vivimos, y el sueño es éste diosas de mis poemas que narran lo que es la pasión,
a lo que se vive y que se huele en estas hojas en melodías desde el corazón, y que se ama pero siempre de gran fervor, y no hay ida de su locución porque se siente junto al querer lo alborozador, que son ellas en mis poemas la oración de amar en versos de lo romanceador.

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