Tú amor es
indeciso para la felicidad, piensas más en ti, y qué soy yo?, dices que me amas
y me amarás pero porqué separarte si sientes eso?, procuras un tiempo para
apartarte de mí, la solución es ver lo que está claro en el corazón, el palpita
cuando yace con esa persona, si más se queda en todo el día en su charla
sentimental escrita, entre risas, enamoramientos, ¿felicidad, así queréis
apartarlo, confundida no andarás?, dices no, que no queréis depender de
alguien, vástagos era la meta de que no se vaya de tal país, para que en mi
estuvieseis, pero teméis a ello, es muy veloz lo comprendo porque dejaríais de
estudiar, es tu palabra, tu vida, ¿pero la vida no soy yo?, me rechazáis sin daros
cuenta, la vida tiene un fin, y ser entera beatitud a la persona que améis más,
nada más importa en la era o siglo, es tú reír diario, emotivo de sus halagos,
besos, sinceros al dar su mismo corazón, noble a no lastimaros ni su misma piel
de ángel, tal dichoso vástago que
queríamos era para que no os fueseis de la misma tierra que vivís, ¿su familia
tienen el señoreo de vos?, ¿de elegir su camino?, no se tolera eso jamás porque
tú misma sabéis y dijisteis que no queréis porque vos veis la vida conmigo, y
entre lágrimas lo dijo el corazón, ahí es aquella mujer que presiento su
sentir, la que ama, y no piensa, en desafíos que ahora le torturan, por
simplemente no ser dependida de alguien, de su futuro… en las creaciones de las
historias de los mismos vates, su gran fortaleza jamás ha podido llegar a la
luz del astro, han sido exiguos, porqué un bardo como yo, no ha de al menos sino
es aquel centello, “rozar tú vida enteramente a mí”, consumida a la vetustez, ¡oh
no sabéis que habéis sido vos quien me hizo volver a confiar en el amor?, a
ofrecer aquellas frases jocosas y válidas a sus ojos, de verla feliz, que a
ello no puedo olvidar, porque su rostro así no viese sé que está lleno de
alegría, así entre ojos aguados hacia ti por haber visto una misma mujer no
igual en la entera destinación, y que es verdad lo confieso no sé si le ame
pero sé que al no teneros no me siento vivo, no soy un feliz escritor bardo, me
hace falta la caricia de vos, por ser el milagro, y poder mostrar lo que todo
soñador desea hacer que es amar a su mujer. El tiempo que pedíais lo acepté,
porque estoy dando su libertad así me crucifique al aceptarlo, y porque en esta
vez quiero ser fuerte a su decisión, sé que volveréis, y estaréis para ser
recibida en mis brazos nuevamente, ¿verdad oh amor de mi poesía solloza? y
abrazaros, porque esta mañana a las 6 me escribisteis, ya que no queríais estar
conmigo, cual razón jamás me dio en la pasada noche, y era porque vuestra
familia quería que os fueseis a otro país, al solo saber vuestra confesión real
del caso de hoy, comprendí que vos me amáis, vida mía, días pasados han sido de
gran roce, cómo olvidarlo, cuando amanecimos en escritos, eso es pasión,
ternura, la noche más cuando son enamorados, es vida, gracia, y sin olvidar,
porque aún está la esperanza, sí de vos, decir que fueron solo palabras si las
sentí, vos igual, y sabéis que eso tanto os gusta de su amor, poca mujer
existen así, que saben concebir mis palabras para sus hechos relatados, ha de
esperar por vos, a su corazón escuchad, no penséis, es la solución para que
podamos ser bienquistos, unidos, y de vástagos, el fóculo, tú, el amor que nos
hace falta seguir y que estará implorando desde nuestra médula que volvamos, y veréis
de todo lo que perdimos, renacerá, triunfará y no se alejará. Si supierais que
os estoy escribiendo, si supierais que si le quiero, si supierais que me muero
por dentro, si supierais que conocerte fue lo más bueno, si supierais que no
creí que mi corazón estaría lloviendo, y de vos nada me arrepiento, no más que
espero volverle a leer, querer, sentir, convivir, y existir sin morir, mi amada
inmortal.
lunes, 17 de marzo de 2014
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