1 acto
(Hombre bajo luz de
rutilante luna
se pasea
solitariamente. Más adelante
aparece un
campesino quien lo ve
entre manos posee
un libro “Amor de lluvia”).
Muzio
Nadie ha de conocerme quien soy,9
acostumbrado a la
misma vida,
¿cuán anhela mi
labio árido hoy?
un suspiro, hálito
que decida,
¡sí, que se fuera ruin soledad!,
¡Oh, cuán sintiera
melosidad!.
Paisaje en noche de clara luna,
Oís mis mismos
dichos clamados,
vago hoy entre
verdosa laguna
nostálgico hogar a
besos dados.
¿Do está nobleza? ¡oh fiel concebida!
¿Por qué belleza,
si amáis, fuiste huida?
¿Quién consuela así
este corazón?,
Odio el día y noche
despreciable,
Que en cada vestigio
oh postración
Me es su inicua a
vidorria notable.
Campesino
Señor, clara
noche y alma negra,
¿Conocéis que un
gran milagro existe?
Que de dolencias
mismas alegra
Por un libro que en
verso persiste.
Muzio
Quién sois vos audaz vil campesino,
Y vengáis con
ludibrio bellaco,
Donde decís
sandeces del sino
De tal lenguaje,
pérfido opaco.
Campesino
No me ofendáis señor de rupturas,
Os atesto, que
estaréis mejor,
Un libro bellísimo
a capturas
De libertades del
mismo horror.
Muzio
Oh venís a convencerme habría
Más que oír vuestro
mágico libro,
Así una respuesta escucharía
si por fin codicio
y vibro.
(Campesino convence
y decide
contarle unas
estrofas del libro
que tiene en la mano queda totalmente,
decidido a cambiar su vida del mismo Señor).
Campesino
Oh Señor se llama: “Amor de lluvia”,
Y así vulnerable
estrofa empieza,
Oh vástagos que de
amor diluvia
Cual penuria añoro
es la limpieza,
De un matiz tan
diáfano de aurora
Que de óculos son
de una deidad,
Conlleva el camino
y os adora
Sin dejar a un
dandi en soledad.
¿Do está la solución ya preguntan?
Dios no aloja al hijo prometido,
si creen en él más
se conjuntan
Y en un roce será
bendecido.
Muzio
Palabras bien descriptas decís,
Sabéis así duela
esperaré,
Sé que ahora vos
diosa existís
Y a mí; contigo más
beberé.
Confiero mi entera salvación
Que a tales
palabras hizo más él,
Confío ante entero corazón
que caricia tendré
de esa piel.
Campesino
Valiente hombre os prometo, tranquilo,
Las lidias en
destino son fuertes,
Pero vos tenéis
ahora filo
Para que superéis
sin la muerte.
Sintáis perfecto en su corazón
beso en efecto a
tierna pasión.
Muzio
Nada me detendrá ni los demonios,
Nada me apartará
del matrimonio,
boda concebiré, mi
alma adquiera,
más os conoceré, mi
yo viviera.
No hay falsos pasos y ni el temor,
Soy fuerza de la
naturaleza,
Torrente corazón
sin dolor
Y suspirar pronto
la belleza.
Campesino
Así ya estáis listo hacia la lucha,
Vos más que visto y
Dios le escucha,
Estaréis bendecido,
en su vida,
Por su mismo
cumplido sin huida,
Caminaréis tan fino
y más dandi
Os apuesto, juro
que os veréis
Oh dulces flores del jaborandi;
Más cuando vos una
risa deis.
Muzio
Os agradezco buen campesino
colmada vuestra
alma de bondad,
pero debo irme por
el camino
y a dormir… más fue
un gusto en verdad.
Campesino
Sí, ved, recordad lo prometido,
No os olvidéis tal
luchada fianza,
Más en libro que
fue comedido
Para que
entendierais “la esperanza”.
(se retira)
2 Acto
(En el aurora, Esmeralda y la Condesa afueras
de un palacete
Con rosas y frutas
en las manos. Más adelante saldrá
El dueño del
Palacete Don Filiudandi)
Esmeralda
Así como estas dalias perfuman
El mismo manantial
del paisaje
Y más que en vida
ellas se consuman
Hasta ser áridas de
su traje
Condesa
Cual del dolo más a
vil se esfuman
Por felón a
engarnio del encaje,
Cual en cada
vestigio se abruman
Por no olvidar beso
y su masaje.
Esmeralda
Así grácil es un corazón
Vagido a un mismo
ruin soñar,
Condesa
Y no se entiende la razón
en dejaros mustia
sin amar.
Esmeralda
¡Oh, así es una fuerte visión!,
¿Cuándo ha de poder
ellos cambiar?
Condesa
No saben que ha de ser más que ilusión
Lo que late a
los labios besar.
Esmeralda
Acostumbrados a la obsesión
de mismos placeres
a engañar.
¡Qué misterio más vosotros son!
que esclavizan por
enamorar.
Condesa
Frases de dúctil romanticismo
Y cegadas nosotras
amamos,
Esmeralda
Por ver tal legítimo realismo
Que con su efigie
nos entregamos
Condesa
Disfrutamos libido erotismo
sintiendo que hasta nos esposamos
Esmeralda
Y lo peor que se siente un sismo
Dentro de un
corazón que bombeamos.
Condesa
Así es la debilidad primera
¡oh de tenue rosa de mujer!
Esmeralda
Que perfuma a su boca y cadera
Y que funde su fiel
florecer.
Condesa
Pero ahora ¡ay somos plañidera!
ni miramos a un
vano querer
Esmeralda
Solo la beatitud se sintiera
Si os acompaña
hasta amanecer
Condesa
Asiduamente se comprendiera
Días a predicho
envejecer.
Y así más en seno se creyera
Que existe posible
dulce ser.
(Sale del palacete don Filiudandi)
Don Filiudandi
¡ Qué bellísima
mañana observo
Y a tales mujeres
de lindeza!,
¿si queréis
vosotras té les hiervo?
Y así platicamos con riqueza.
Condesa
¡Oh pero que generoso señor!,
Nos placería mas no
podemos.
Esmeralda
Muy grato vuestro acote de honor
Y en realidad más
tarde veremos.
Don Filiudandi
Como vosotras digáis bellezas
Pero os diré algo
¿sí?; para honrarles,
Condesa
Como guste Don de gentileza
Esmeralda
decid y así nosotras escucharle
Don Filiudandi
La juventud generosa prenda
Hoy noche un concierto musical,
Habrá banquete que
se encomienda
Después de
ceremonia especial.
Os invito ternuras hoy noche
Su llegada
resplandecerá,
Os ruego en rodilla
no un derroche;
Su asistencia me conmoverá.
Condesa
(Riéndose a su
elogio agradable)
Ya que vos lo decís de tal gracia
Nos place ir hoy y
por la comida
Esmeralda
Sí, aceptamos, sin que haya desgracia
Estaremos y muy
complacidas.
Condesa
(aparte)
Qué le sucede con tal locura
O piensa que yo me
dejaré
a mi piel de hada y
buena dulzura
que ante un bribón
coqueto querré.
Don Filiudandi
¡Gracias por su
tiempo exquisitas damas
por solo haberme
más que aceptado,
os recibiré hoy
entre estas ramas
y entren, disfruten
de dulce agrado.
Condesa
Os damos estas frutas señor
Por tal gesto
vuestro que nos disteis
Esmeralda
(Le da la cesta de
frutas)
Sí señor téngalas por favor
gracias a su gracia
que ofrecisteis.
Don Filiudandi
Muy dulces vosotras bellas flores
No os olvidaré encantos
hermosos,
Las espero de varios
colores
Esta noche de
bailes honrosos.
(Se retira al palacete igual las damas
a sus hogares para
la espera e esta noche)
Acto 3
(Asistirán gran cúmulo de condes, y una carta
de invitación es llegada a todos los hogares para tal bienvenida de la ciudad
misma, por elogio a un Rey con música dedicada, donde estará el mismo campesino
y el mismo Muzio sorprendido a querer oír la música que se dictará en tal lugar
y donde se verá el secreto de tal encuentro de su amigo y de gente importante y
de mujeres además).
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