viernes, 7 de junio de 2013

La absolución


                                    La absolución

 A veces describimos la beldad de una condesa tan puro que sentimos los mismos bardos que es al calor que en la pluma se es de un libídine exultante; se apodera las cualidades de la historia o más allá a quien hay, quien en su preludio es hacia un noble conde rendido a su luz ocre de sus ojos, melena, y piel de hada diáfana a la luz de la luna llena, despertando la incitación de tal criatura concebida de un soñador gladiador. Imposible de olvidar un arrullador tal efigie que lo ataca, única y postrera a quien pueda encontrar en tal oasis de animales, de primera vida, no existe en lo más extenso otra vida posible, nacieron por la palabra de un Deus, oh hacia tal obra, poderoso de llevarlos a la magnitud jamás tocada de un narrador, no importa si el mismo mundo es solitario, habrán vástagos entre cumbres y si lleváis a tal tiempo del siglo perfecta vida un orbe se colmará de belleza intensa, porque no habrá males, será de la misma semejanza de quien les creó, y que ahí quien mismo vive de un vital amor, así coexista un arte a la música, será sagrada hacia su culto erótico sin pecado, vosotros mismos harán ver a la existencia del poder que es acariciar el romanticismo a las notas más inmortales cuando en verdad esa historia canta y que ha vivido; ahora el secreto de estar hoy y ver de qué manera puede seguir más amándose entre sus palabras, de recitales, de versos libres, de la romanza de gracia, de besos suculentos, sentidos, emotivos, apasionados, eternos, serenos, la vida, esa es, sí, así debe ser, solo somos en un papel esa lluvia que desea llover en los días posibles para hacer florecer más cada vida, o a veces mostrar cada gota la destrucción que ocurre en la alma abatida. 
  Tierna mujer en el herbaje del encanto, expresa los siguientes adagios a su gran pasión 
 "Oh aquí ya de preguntas quizás, y solo si hay amor porqué no hay más color".
 Pensativo a su dicho de su querida condesa.
 "De igual manera nacimos, y ni un animal aquí puede hablar nuestro idioma"
 Condesa: "el tiempo que ha pasado ha sido bastante, solo lo conocemos por cada noche que oscurece y amanece"
 Conde: "Si vivimos y tenemos este reino alguien nos dio, pero solo sueños tengo y alguien de imagen ambigua contemplo, me dice que a un siglo será la dicha prevalecida, oh condesa mía quedo estupefacto, no sé qué es un siglo"
 Condesa: "Será más tiempo el que debemos esperar, y disfrutar de lo que sabemos que es bueno, nosotros somos dos seres que puramente nos damos la beatitud que hace pintar esta vida"
 Conde: "Si el sol que brinda sus saludos en los albas, es así tan cálido, así como vuestras caricias que las das y con besos, así de mágico nos ha tocado vivir, no hay que darnos tal obstáculo de que somos solitarios".
 Condesa: "Tan emocionante sois en vuestras palabras mi caballero,  que os juro que seréis de mí corazón aquella sangre que hace bombear de amor... más vos es quien me es libidinosidad a mi pubis mi conde, describiendo con lo hermoso que hay de este mundo, con cada metáfora, de las estaciones en los sentires, todo será un recuerdo y que amaré hasta que no pueda más hablar".
 Conde: "Solo mi carne y mi lascivia es a los impulsos que vos de beldad y nobleza pura siento; y si comprendo el motivo que me es quereros a todo ese amor que me eres vos, más no soy adivino de un presagio, pero os puedo decir que con vos estaré para el sempiterno seguir, mejor así... ven y abrazadme os quiero oler, respirar, besar, abrazar, teneros desnuda, de piel a piel, oíros decir hacedme vuestra, hasta que pasen días así juntos, de glande a dúctil pubis, enlazados plenamente, de amor, de una vida por la que nos toca seguir".
 Condesa: "Dulzura, entrega, siempre será, con vos hoy mi conde rey, solamente de un hombre, sin llorar, ay solo gemir, más en hogar hasta siempre sonreír, ser feliz, sí así es, todo lo que hemos dicho queda grabado, más una historia que se siente tan viva que estamos hoy viviendo de ardor, efusión, dilección, y el libro que siempre seguirá con la tinta de nuestro corazón".
 Conde: "La grácil melodía canta de un ruiseñor, mirad como extiende el arrullo a una roncal, ellos entre un árbol bajo diáfana perla rutilante e intensa del firmamento, son más que un nidal de amor, los de hoy se besan más y más, y quedáis estupefacta por tal albedrío que recibís de suculentos arrumacos, caricias férvidas, rutina perpetua, vesania divina de la mejor bebida de la vida, a solo sentiros me es tan bienquisto".
 Condesa: "Seguid recorriendo en mi piel de flores que perfumarán y a seducir de más ardor fogoso, consumid que a este amanecer estaremos dormidos hasta que hayamos terminado mi amado conde, en este valle de luz cristal, como esos ojos que miro, embrujadores de magia, una imaginación que a mi pobre alma ha convertido de sensible poeta, dueña de las letras para seros adoración, devoción con el alma de palabras puras y de significado pleno, sin tener una mínima blasfemia mi joya del reino más ambicioso a mí enloquecer de más quereros poseer en mis manos eternamente".
 Conde: "Podréis saber que a mi valor es triunfar las dudas que existen tan clandestinas de este mundo, sin saber quién es el creador de estas almas, pero lo más ennoblecido es que nos amamos, y sin haber conocido si quiera que era el amor, solo nació al solo de una frágil mirada, de hechizo sempiterno, único y magistral, de eso la raíz nutre su vida sin ser maleza a producir su importante ciclo, de dar tal árbol en frutecer, como los de hoy vástagos sonriendo entre el paraíso, hoy que juntos nos sentimos los más poderosos por la pasión, a quien respiro, huelo el cuello, los senos, que beso, que mis impulsos dan sin detenerse a divina cavidad de miel mojada, de encuentro libido que pide hasta dar erupción del magma cálido sobre el terreno quien le abraza cada vez más y acompaña, eres un volcán, donde me quemaría por hermosa vista que tienes bajo esta noche de las perseidas que nos rodean, a tantos inmensos anhélitos que siento hacia vos, mi tierna condesa, os amo, qué divina gemís, tan mía que soy vuestro mismo Dios de esta natura serena, y donde los dos nos hemos convertido en portentosos bardos del romanticismo y de la vanguardismo de las dichas de un libro de amor".
Condesa: "Me habéis dejado enloquecida sin daros cuenta he dado erupción hacia este campo de alegrías, y mi mandolina voz que ha gemido por excitación vesánica, de tal prepucio de un Deus eternal he sido afortunada de teneros y de ver que seguís tan fuerte que me seguís haciendo más que feliz, y a seguir produciendo polución de mi interior que os ama a ciega de este recinto de flores y de olor a carne sexual de una relación tan sibarita".
 Conde: "Si debemos decirnos más frases de palabras serán por todos estos tiempos que vivamos hasta construir de nosotros un relato sin olvido, que cada día fue algo nuevo de que sentíamos sin olvidar lo dúctil que es amar cuando no hay una razón de porque estamos vivos, dejar que la historia y memoria continúe, como una obra de piano hasta que silencie su obra descrita, una obra eterna, así seremos, siempre sonando en el viento, vivimos tan juntos que en las rocas hay escritos de nosotros de huella plasmada, cada quien elige su vida y así la elegimos y somos lo que somos sin ir a un anatema al cual no haya absolución si llegamos a saber de porqué vivimos.
 La única razón que es para estos jóvenes perdidos en un paraíso solo de animales no se había dado cuenta que vivía un Dios quien les había mandado a la vida; el mismo Dios sabía que iba ocurrir un mal ahí, él quería ver si ellos a pesar de quererse tanto y hacer tal lujuria divina iban a ser manchado del pecado inmortal. Ocurre una mañana que un hombre muy gallardo y encantador de palabras finas se aparece frente a la condesa que estaba bañándose entre el río, él la observa y le dice unas palabras de tentación y de gran gusto para que ella de un solo soplo cayese a sus labios y pérfida seducción, el hombre de ojos de querubín hipnotiza a la joven condesa, ella le encantó que olvidó a su conde, y dejó que el mal se la llevase a un coito marginal... el conde se desespera... ¿dónde ha de estar mi condesa?, ha pasado bastante tiempo ya, debo buscarla... Corre del recinto, y la encuentra llena de sangre en sus partes íntimas, dormida en el suelo, y encuentra su piel mojada, y de polución de un individuo, enojado, sin entender absolutamente nada, si solo ellos vivían ahí, le pregunta él a ella. ¿qué ha sucedido?, ¿con quién os metisteis?, porqué estáis como una furcia vos, ¡qué era yo para vos!, no eramos una relación benéfica... ella desconcertada sin saber qué decir, porque fue embrujada su alma y deseo aún más, dice: me perdonaréis pero no sé qué me dio, vi un hombre de beldad fenomenal y de pronto en insomnio me sedujo y mi presente se fue al olvido, y mi carne solo actuó en él, de repente sentí que era doncella, como si nadie me hubiera tocado, como si el hubiera sido el primero, porque estoy de sangre encarnada, y me siento sucia ante vos, no sé qué ocurrió. El conde tuvo que irse y abandonarla sin entender tal paupérrimo engaño que hizo, y ni entendió lo de la sangre, se marchó y Dios castiga a la mujer por haberse dejado seducir de esa silueta maldita, y el conde queda solo en el paraíso, y pasan mucho tiempo y el conde decide buscarla, preguntándose locuras y palabras de dolencias.
 Conde: "Do a de estar el pecado que a un alma hirió profundamente, busco entre los lugares que más os gustaba estar y ni os veo mujer, fui cruel haberos apartado de mí, ahora me arrepiento por haberme ido, no creí que os iba a volver a extrañar de tal manera, me siento sin alma, estoy tan confuso, me siento el más feliz e infeliz del mundo, oh qué ruin y soez he sido, si alguien me hablase, si una voz me dijera que no estoy perdido, que puede existir una señal de vida, de comprender, duele tanto no verla, que he llenado sus trapos de lágrimas por amor, no olvido cada frase que nos decíamos, me encuentro sin vida.
 Condesa: "Estoy en un infierno que apesta, solo es un hogar de campos de espinas, tan árido sin árboles, ni frutas, esto es tan horrible, do está mi conde, quién me lo ha quitado, sé que mi actuación trajo torbellino, trajo este castigo, me lo he merecido, pero no es para que ahora me toque vivir así, ¿si supiera quien me mandó aquí?".
 La mujer se dio cuenta que existia un hombre con poder, de dominar a su misma imagen. Cómo será la vida de estas dos personas, separadas por siempre o habrá la clave que puedan regresar juntos.
 Conde: "Me he cansado de buscaros, desaparecisteis, es como si fuerais polvo, o alguien os mató y os ocultó, ya no hay razón para seguir viviendo, será que debo sujetar una daga y cortarme el cuello, es difícil no veros, besaros, hubiera preferido perdonaros en ese momento, qué me está pasando, odio esta existencia sin vos, oh ayuda quién puede darme un aliento de vida?.
 Condesa: "Si es posible que escuchéis las palabras de mí, escuchadlas ahora, ¡Siempre oh mí conde en mí carne, así sea pecadora, vos seréis el honesto amor que siempre sentí, nadie más podrá reemplazar lo que habíamos vivido, vivir ha sido por vuestra sonrisa, frases, enseñanza, carisma, clase, oh tierno poeta, oh el amor, vos vive, sí por favor, en mí... lágrimas en mis mejillas, alma, a tierra desierta, hogar de miedo, os necesito, ven a mis brazos, por favor, así tengamos que vivir aquí, pero si me oís mirad al firmamento y observad cada astro, será cálida caricia, lujuria exultante, besos, abrazos, alma, vida, carne, a vos mi tierno hombre, lloro como loca, oídme, os amo amor".
 La incertidumbre de un amor puede hacer llorar a un violín al sentir que está él sin los dóciles ósculos con el cual habían prometido y no sollozar en este valle de notas hipadas, para unir tales espíritus deben sentir que son realmente castos hacia tal virtud de un arrullo, y absolución tendrán si cruzáis a tal cúspide con alma sana y arrepentida plenamente.

 Conde: "Cómo quisiera escribiros bajo estos árboles donde dormíais vos junto a mis regazos; confesaros tantas cosas que no os dije, que vos erais la libertad de mis terrores  que sentía antes de conoceros, gracias a vuestra simpatía convertisteis un orbe de destello a mis ojos simplemente, la teúrgia divina de una mujer, hasta sentir odio, desprecio, pero así no pudiese vivir, prefiero decir que a mis brazos voléis ligera mariposa, y de agua sagrada del manantial nos bañáramos desnudos, y sin tener pecado impuro, o pensamiento de anatema. Es una señal esperar, oh así sea mucho tiempo, pronto siento que esta pesadilla terminará, solo vos es amor y vos fuera mi única tentación de ir a lo más profundo de vuestra intimidad, canta un alma, canta un sentimiento, no se si haya calma, sé que por vos tanto fallezco, creí amaros mas me he dado cuenta que la vida es un valor si se cuida y primero si se sabe amar antes de gritarlo sin hacerlo ver sin falacias".
 Condesa: "Sois aquel tenor quien cantaba a mi lado de voz sumisa y de amor, ahora pobre humana abandonada de resquemor, sufro hoy aquí postrada, dónde estás amor, ven pronto, ve que sin vos soy palo árido sin nacer, a la luz... es terrible la tortura que me busqué por meretriz, por sortilegio desdichado. Me costase no resistir sin ya poder miraros tal efigie de tales ojos de un esplendor de un mundo mágico, lleno de paz, no os copulara más,carne árida, sensación fría, desmirriada y de vorágine vida, locura mis tormentos en este cierto vivir, casi dormida entre los papeles que escribo de lágrimas de mi llorado interior, en mi conciencia está el hecho y más esa imagen no se aparta, pero arrepentida, vuelve a mi, alguien que tenga poder en mi, oídme, salvadme, no me hagáis más penuria, soy humana de vuestro recinto, no flechéis a quien os pide el ruego en su íntima alma de piedad hacia un amor que devota e idolatra sin medidas a esta constelación oscura de secretos, más a vos amor lejano perdido es mi universo que descubrí, el mejor de cada corpúsculo de su entero querer que aún respiro en mis remembranzas de haberos amado tanto, hoy, ya durmiéndome, sin fuerza, ojos míos que ya no pueden seguir escribiendo, hasta un nuevo comienzo y sin final, espero, que así se cumpla, oh quien me pueda alguna vez leer, oh en sus ojos pulcros y sentir  lo que es amar, más cuando cometéis pecados que hacen sufrir, pero peor que no sé quien tiene poder de castigar y miedo a ese horror de mi alma que está en un hilo y que puede  caer al abismo sin más camino, oh ayuda".
  Desde las locuras que a un ángel divino manda el peor ruin a tierra santa de un hombre encantador, todo se transporta a la peor pena... Hay lacrimosa en los corazones, hay arrepentimientos, merecen la gloria, juventud hacia un comienzo, sin sentir que son un diluvio eterno sin ver esplendor del sol, decide Domine limpiar las montañas áridas y dar de aquel hogar un nuevo vivir de color, vigor, y de miradas encontradas en lo más feliz de sus mismas sensaciones y de mejor jocunda entrega lasciva de su tierno amor. Al verse sonríen que el mismo Domine les dice, "viviréis de vuestros cálidos roces, y obrar su intimidad de abundante gracia, sin ludibrio mezquino, un fóculo de las mismas flores que he entregado, y que se baile y den cantos sin olvidos de su misma beatitud conseguida por entender que vale más el perdón al prójimo para vivir eternamente en lo más puro de la predilección al amar".
 Solamente oyeron sus voces de él, se apartó, se fueron esas voces, ellos sintieron que habían vuelto al nido que jamás pensaron que iban a sentir en su piel, una vida de sueños sin final, una maravilla al entender que primero lo imposible es taumaturgia si confíais profundamente a un ente que amáis y que extrañáis y que daríais lo que sea por llegar a volver a respirar y oler sus labios y carne profunda hasta amanecer por siempre en la vida.
 Condesa: "Teneros es como sentir la fuerza de un mismo Dios nuevamente, que os juro desde el mismo firmamento que no os seré tal pérfida que fui. Siempre os amaré, para siempre".
 Conde: "las palabras terminan, un alma es de sentimiento vivo, hasta los colores de este paisaje solfean voces, nos cantan, y vos hacia la mía de caricias al expresar vuestra enorme felicidad, comprendiendo que los violines ahora podrán cantar en lo que somos por fin, un astro de luces sin apagarse en su firmamento, sino rutilar hasta la eternidad por la bella alegría que despertó al sentir cada quien el amor que se había perdido; vivo es por vos y así hacia que las palabras hoy por fin os digan que hasta la eternidad en mí corazón os amaré, oh mi tierna condesa este amor más que´pintado de esa chispa de la historia que no fenecerá jamás, y hecho con miel de la santidad sacra por querernos vos y yo para siempre, sin más sollozar en un rincón abandonado mi dulce condesa mía, así terminan estas frases hacia vos, hoy juntos, desnudos bajo el firmamento, de sentirnos tan amados":
 Condesa: "Siempre sentí que algún día todo iba a terminar, y es lo que en una pasión debe haber, y sentir esa nota de perdón y de amor inmenso, ligero, dulce que hoy es más al sentiros en mí carne íntima que devoráis a una copulación magnífica placentera y feliz hasta el amanecer y así hasta que queramos vos y yo mi dulce conde futuro de esta perpetua vida que ganamos al final, en sonrisas y más enseñanza de lo que es un verdadero amor".
  Aprendió que la tentación siempre va condenar a los más felices e inocentes que son puros al amor, que puede ser ciclón hacia el corazón ese asteroide, del felón ruin, ayuda a volver a los encantos que una relación a la final quiso presentir para danzar entre lujuria y besos sin más angustia, y del mejor momento de su mejor hecho de vivir por cual existen y poder tener vástagos en sus ramas divinas de la vida que son un firmamento de sus mil estrellas vivas y que seguirán para la nueva vida de su hogar bendito.  

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