Dos damiselas en un misterio de un dolo amor.
En una simple
tarde
un piano ha de sonar,
sentimiento que arde
por un añoro nada más.
¿Dónde ha de
estar?,
¿dónde se fue el amar?,
en qué naturaleza,
hechizo se da a tocar
entre una fantasía desierta.
Dos condesas
juntas,
la voz de Mozart canta,
entre el do menor se apunta
y se afligen en su manta.
Manta de esas
notas,
manta que les abraza,
de un perfume que solloza
por su amor y esperanza.
Locura entre el
ardiente día,
más cuando hoy tocan,
sin saber si es la alegría
de lo que hoy se roza.
Naleiri di
Pancioni: Obra que nos consume,
el aliento en su acorde,
fuerte hoy en lo numen
sin alivio en el borde.
Sino sigue en su
onda sonora,
más con el impío dolor
que hoy no adora.
Giarnia Vandesuilí: ¡Oh Naleiri que hoy tocas!,
recitáis de manera dulce,
pero con sahumerio de roca
por estar tan lúgubre.
Naleiri di
Pancioni: Por tal época de no verle,
como en noches de luna,
y tan solo son fríos tañeres
los que hoy hay al leer la partitura.
Giarnia
Vandesuilí: Es duro tanto tiempo,
pero el orbe quiso que fuese así,
si tan solo viese un sortilegio
para ir solo ahí.
Si hubiese una
posibilidad,
milagro que lloviese,
Oh Cielo celestial
danos vida y no la muerte.
Naleiri di
Pancioni: Tanto rogamos,
tanto suplicamos sacro Dios,
que nos mandéis un salmo
y en él oigamos su voz.
Giarnia
Vandesuilí: Piedad ante el amor,
Apiadaos de nuestro sentimiento,
devolved al ente en pasión
y así nos regocijaremos.
Naleiri di
Pancioni: Amén Giarnia Vandesuilí,
que todo se retorne,
que tengamos un mejor vivir
entre este mismo orbe.
Giarnia
Vandesuilí: Que venga nuestro adonis,
que la gloria sea el amor,
confío en ello Naleiri Pancioni
que sentiremos en la ilusión.
Naleiri Pancioni:
Aunque hallase más canto,
así el pasto sea rojo,
rubí de mundo blanco
pero mi amor será fogoso.
Giarnia
Vandesuilí: Dantesca las víboras,
torbellino en naturaleza,
océanos con mares gritan
y mi único valor es la fuerza.
Naleiri di
Pancioni: Piano en tormento y fuego,
Cuerdas calladas y gemidas,
almas rogando al cielo
y tártaro con su misma favila.
Giarnia
Vandesuilí: Tenor sueña con cantar,
solo las voces dan su calma,
Una poción una bruja da
y mutis es su tonada.
Todo en un
instante puede cambiar,
como la enfermedad que destruye,
cuando menos espera está
y solo en eso fluye.
Naleiri di Pancioni:
Tanto es la tristeza,
Tanto una obra en menor llora,
Más cuando adoráis la belleza
En un cuento que añora.
Giarnia
Vandesuilí: Cuántos romances son infelices,
así sea bígamo el amor que sentimos,
no importa si las páginas son grises
y el corazón un abismo.
Naleiri di Pancioni:
Siempre el vestigio estará,
jamás alejado del sentimiento,
siempre en esa pasión se amará
así esté hoy lejos.
Giarnia
Vandesuilí: El amor es una fantasía,
pero delito es cuando desaparece,
la ley de Dios da eso en vida
para hoy podrirnos que ni envejece.
Naleiri di Pancioni:
Giarnia que hoy sucumbimos,
con lágrimas en las partituras,
cuando será que se alejará este frío
que hoy nos deja en penuria.
Giarnia
Vandesuili: Naleiri, le añoro tanto que me extingo,
como sus versos de amor,
siento que atacan hasta vikingos
por tanto desamor.
Naleiri di
Pancioni: La añoranza nos esclaviza,
la fe solo nos da locura,
pasión ya no es rojiza
y el amor solo quebradura.
Giarnia
Vandesuilí: Creí una vez que siempre iba ser eterno,
ahora me doy cuenta que no lo es,
solo un mundo en donde es infierno
ante una vida de puro entristecer.
Naleiri di Pancioni:
Igual confíe en ello
pero me doy cuenta que es hiel,
nada de naturaleza de aliento
que hoy haya un hermoso clavel.
Giarnia
Vandesuilí: Solo queriendo quizá verle,
quizá a sus ojos pardos,
pero está solo el fantasma que se burla
entre este día tan triste bardo.
Naleiri di Pancioni:
Hasta los pájaros son escarnios,
cantan entre esta fantasía solitaria,
pero esperamos que no haya engaño
por la misma pasión amada.
Giarnia
Vandesuilí: Será que Dios se burla igual,
será que así siempre va ser,
que esta pasión es fugaz
y que nos toca hoy fenecer.
Naleiri di Pancioni:
Hoy ya no sé,
solo ruego en alma aquel amor,
que juntas podamos querer
y volar hacia el cielo con su calor,
y jamás dejar de estar con él
por ser nuestro gran albor.
Giarnia
Vandesuilí: Que Dios nos oiga,
así no sepamos que se burla,
solo aspiramos la dilección ahora
en este valle que tortura.
Y que no hemos
dejado de repetir,
porque es muy fuerte,
nadie nos entiende en este latir
que hoy nos entristece.
Naleiri di Pancioni:
No os preocupéis aliada,
ya todo terminará,
ahí por fin diremos Réquiem
ante el perfume de la paz.
Ojala ese día
llegue y podamos sonreír más.
Giarnia Vandesuilí:
Eso espero entre lágrimas hoy,
cayendo de mis mejillas,
por no soportar tal terror
que hoy me mella y cuchilla.
Naleiri di Pancioni:
Lluvia hoy en montaña cae,
las nubes no son manto,
tanto mar hoy invade
en este mundo de espanto.
Giarnia Vandesuilí:
Oh igual estáis llorando,
es tan penoso el dolo vivir,
que el piano no es manto
por no darnos ni el idílico existir.
Naleiri di Pancioni:
Solo hoy más estragos y ruinas,
más melodía que gimotea,
mundo de una paz de espinas
que en cada pecho hoy refleja.
Giarnia Vandesuilí:
Con violín en mano,
y acompaño ante el poético romance,
donde hoy nada es cortesano
ante la bulla de los compases.
Naleiri di Pancioni:
Solo recordamos los besos,
aquel ser índole que teníamos,
cuando nos daba en el lecho
aquel amor en que moríamos.
Giarnia Vandesuilí:
Cómo quisiera sentirlo,
decirle que me haga de su fuego,
que nos haga arder con delirio
entre su mismo heroico apego.
Naleiri Pancioni:
Tanto nos explotamos,
tanto hoy nos sentimos asoladas,
por extrañar un amor mágico
que teníamos en las alboradas.
Giarnia
Vandesuilí: Su ternura de hablar,
su pasión de hacernos suyas,
su sensibilidad de amar
entre las noches de lujuria.
Naleiri di Pancioni:
Su dócil piel y boca,
¡oh adonis de nuestra carne!,
¡hay añoro en esta misma oda
que nos hace recordarte,
ojala algún día podamos encontraros,
amaros y con pasión exultante.
Giarnia
Vandesuilí: Tan bellísimo fuera,
volver a sentiros en cuerpo,
oleros como rosa de primavera
entre el mundo que queremos.
Naleiri di
Pancioni: Universo con constelación,
tierra con su alba y anochecer,
romance con su poema de amor
y nuestra vida sin el querer.
Giarnia
Vandesuilí: Naturaleza frondosa,
Flores coloridas,
y el Piano sin alma dichosa
sufre junto a su vida.
Naleiri di
Pancioni: Mi estómago me duele,
quisiera que con su amor calme,
tanto dolor me da que crece
por no tener al romance.
Giarnia
Vandesuilí: Estamos falleciendo,
Será que así no recordaremos nada,
Porque mejor no nos lleva al cielo
Y vivimos de una ilusión olvidada.
Naleiri di
Pancioni: Mejor sería para mí,
mejor mi alma estaría contenta,
no lo creéis Giarnia Vandesuilí
y viviríamos de otra vida nueva.
Giarnia
Vandesuilí: Ruiseñores vuelan,
Golondrinas se asoman,
Es como una condena
Ver que son libres y no nosotras.708
Naleiri di
Pancioni: Libres y no la música,
como hoy que ya termina,
entre compases sin holgura
por ser como una espina.
Por haber sentido
en él,
cada tecla como dolor,
por no teneros en mi edén
en donde sufrimos con horror.
Giarnia
Vandesuilí: Ya se acaba,
ya se va el suspiro de la vida,
hoy la obra ya calla
ante el infortunio en melodía.
Naleiri di
pancioni: Donde hemos llorado,
una batalla que comenzó,
lucha por un alegre piano
que no hay en el corazón.
Giarnia
Vandesuilí: Reino diáfano,
oíd última vez el pedido,
¡Oh Reino mágico!
traed al único ser bellido.
Naleiri di
Pancioni: Ave María dulce María,
alentad en su
semblante,
que aparezca pronto en la dicha
para que vivamos apasionantes.
Ruegos a un mundo
transparente,
confían en su poder,
para que yazga en su presente
para un futuro florecer.
Porqué habrá
desaparecido,
cuál fue la causa de la vida,
o qué felón fue que hizo
para que se alejase y las deje compungidas.
El misterio de no
entender,
como la misma lengua de un piano,
más por profundo que es
su mismo aliento entonado.
Pintura entre el
óleo,
figura de muchas palabras,
siendo un mismo fóculo
en donde se centra la magia.
Bardo dueño de su
rapsoda,
de su historia que realice,
o de su misma alma en hora
cuando son sus cicatrices.
Su único amor de
amar,
no saben si han pecado,
más amando a un palpitar
juntas y sin olvidarlo.
Empieza la
intriga,
de poder ahora conseguir,
aquel momento que predestina
al amarse en un solo latir.
Don Filiu
Mortuori: Mujeres del pecado,
en penitencia vengo,
sufro por estar atado
en una historia sin verso.
Naleiri di
Pancioni: Cómo habéis venido,
ni sentimos vuestra presencia,
tan rápido en este recinto
más cuando rogamos al alteza.
Giarnia
Vandesuilí: Cuánto esperamos,
cuánto amor mío de nosotras,
si supieseis cómo quedamos
gimiendo por vos en vidorria.
Don Filiu Mortuori: Os contaré porqué me fui,
no fue porque yo quería,
fue la preocupación de mi
de no quemarme en morriña.
Naleiri di Pancioni: ¡Oh cuál razón pudo ser?,
queremos oíros amor,
decidnos porqué fue
¿y por qué os escapasteis
del ardor?.
Giarnia Vandesuilí: Contad lo que pasó,
trataremos de entender,
más al tener un cuito
corazón
por no veros en el querer.
Don Filiu Mortuori: Adonis me llamaban,
ahora ni me nombran así,
entiendo su tormento
de haber pasado solas sin
mí.
Una noche soñé que me quemaba,
no existía la tierra y el
cielo,
un juez al dolo me mandaba
a las llamas del averno.
Naleiri di Pancioni: Y qué sucedió,
porqué a tan lejos mundo
mandó,
decidnos amor mío.
Giarnia Vandesuilí: Porqué eso pasó,
cuál fue la causa de lo
maligno.
Queremos entender adonis de nuestro amor
en que os hizo ir del
amorío.
Don Filiu Mortuori: Juez me indicó la muerte,
no hubo esperanza en nada,
fue por haberme enredado
en dos mujeres
y sin tener la mínima
importancia.
Hecho más que pecador en leyes de Dios,
por haber violado eso
en mi sueño eso me dio y al
amor adiós.
Naleiri di Pancioni: ¡Oh nosotras mi adonis!,
pero si nos amamos tanto,
porqué mi Filiu Mortuori
os hizo sufrir el peor
espanto.
Giarnia Vandesuilí: Y sin arrepentimiento,
no os dejó vivir en ningún
vivir,
sino que al genocidio
infierno
para no ver ya la luz del
existir.
Don Filiu Mortuori: Por tal delito sufrí,
creí que me iba pasar en
la vida,
preferí huir
y no verles más ante los
días.
Fue como una señal de Dios,
pero tan injusto fue,
que esa vez estaba de
postración
por no tenerles más en mi
piel.
Naleiri di Pancioni: Pero si así marchó?,
porqué volvisteis,
y si os ocurre algo ahora
amor
a dónde iréis.
Giarnia Vandesuilí: Preferiría no verte,
para que no te pase ni un
mal,
por tal amor latente
prefería veros lejos ya.
Don Filiu Mortuori: Entiendo su agonía,
pero nada dantesco pasará,
tan solo en penitencia
será alegría
y aquel amor palpitará.
Debo cantar el Stabat mater completo,
entre el lenguaje latín,
más ante orquesta latiendo
y el obsequio será sin
fin.
Naleiri di Pancioni: y de qué trata,
nos podéis explicar,
ya que nuestra alma es
plata
y roca por tanto tronar.
Giarnia Vandesuilí: Adonis amor te amamos,
no sabéis cuánto te
queremos abrazar,
solo que vivir a vuestro
lado
y por siempre en la
eternidad.
Don Filiu Mortuori: Mi nombre lo dice,
Hijo de la misma muerte,
Madre María me curó las
cicatrices
dándome el canto
imponente.
Ella apareció en mi sueño,
cuando me alejé de
vosotras,
entendí su mensaje en
verso
y ahora lo cantaré en la
oda.
Que no hay pecado alguno,
más cuando amáis con la
fiel pasión,
y ya no es infortunio
el fuego que era
incineración.
Naleiri di Pancioni: Podremos vivir juntos,
ya no estaremos separados,
por fin sentiré vuestro
arrullo
del amor que tanto he
añorado.
Giarnia Vandesuilí: Viviremos en otro mundo,
el cual antes pasamos,
con ese amor tan profundo
que hoy será realizado.
Don Filiu Mortuori: Violines entonan,
gran orquesta me acompaña,
entre su sonido a María
lacrimosa
por la muerte de su hijo en
la mañana.
Donde yo quiero que me salve,
más ante el canto que
cantaré,
que no quiero ir al
infierno agonizante
tan solo que en lobreguez.
Quiero ser todo lo que penasteis,
que mi sangre sea la tuya,
que ahí yo solo esté
entre clavos y la tortura.
Madre María que perdona,
¡oh ave dulce de la vida!,
que no quiso que fuese a
vidorria
sino que con mi alegría.
Dios y juez que decide,
¡oh has dejado que vuele
en paz!,
por fin rozaré a mis lises
que tanto amo en mi más.
Naleiri di Pancioni: ¡Oh bardo tétrico y
feliz!,
con alma de buen aroma,
hoy recitáis a él alteza
sin fin
por el santísimo amor que
devotas.
Giarnia Vandesuilí: Poesía en dolorosa madre,
por ver a su hijo en la
cruz,
donde gimió por lo que
hizo el padre
para el perdón de su misma
luz.
Don Filiu Mortuori: Y que cruce junto al
reino,
reino con mis dos arias
plácidas,
e ir en mundo de lluvia en
cielo
con su romance sin ser
pálida.
Tarde alentada e hipada obra,
para un velo sagrado
dandi,
¡oh mojando entre la
zozobra
las notas de Antonio Lucio
Vivaldi!.
Ofreceros Santísima Madre,
por cual mundo vivisteis,
consolaos de mi mismo arte
en lo que a vos ofreceré.
Grandísima y cúspide Gloria,
haced que Deus nos
entienda,
ablandaos en esta historia
que recitaré en el poema.
Naleiri di Pancioni: Comprendednos luz del
oasis,
ennobleced al céfiro amor,
Oh Deus no es un Don
Giovanni
el que nos idolatra en
dilección.
Solo perfuma el cáliz
que da en su primera
unión.
No os enojéis en tan flora frágil
que nos ama con su
predilección.
Giarnia Vandesuilí: Su amor melifluo de
corazón
no había existido en tal
vivienda,
las palabras de su
introspección
son las que llenaron de
amar y terneza.
Don Filiu Mortuori: Morid alma por Rabino,
sentid cada azote sin
volátil,
más en ello sentir mi
destino
y luego revivir con flores
fácil.
Nareili di Pancioni: Preferís ir a un
holocausto,
os rendís al alto en amor
solo,
tanto amáis a nuestro ente
casto
que dais la vida por todo.
Giarnia Vandesuilí: Deus escuchad tal
plegaria,
¡oh María que gimió en
dolo sufrir!,
oíd su tal fogosa aria
que en sentimiento siente
latir.
Don Filiu Mortuori: Tranquilizaos damiselas
mías,
entre tanta vesania vivo,
qué importa cuánto sea
desdicha
ante mi mesto ente ferido.
El único temple que tengo,
más en latín canto haga,
no fue mendaz el sueño
y ahí la paz se desplaza.
Nareili di Pancioni: ¿Cuándo empezará?,
más de un italiano
compositor el canto,
así María os lo pidió sin
fantasear
entre el salvado y dúctil
manto.
Giarnia Vandesuilí: Hoy que nos veis altísimo,
hoy que en tal amor
queremos,
¡oh en tal anhelo del
romanticismo!
por no querer perderlo.
Don Filiu Mortuori: ¡Oh ya la obra solfeará!,
¡oh mi dulce voz en alto!,
¡oh en este seno
despertará!
a la Virgen y al reino
sacro.
Nareili di Pancioni: Queremos escucharos,
indecible el obsequio,
por un idioma cortesano
que ofreceréis al mismo
cielo.
Giarnia Vandesuilí: Entre violines a la Madre
María,
entre esa esencia a la luz
cándida,
entre violas para el
permiso de la dicha
que se solfeará en su alma.
Don Filiu Mortuori:
1 Estaba la Madre dolorosa 1 Stabat mater dolorosa
junto a la Cruz,
llorosa, juxta Crucem
lacrimosa, lacrimo sa
en que pendía su
Hijo. dum pendebar, dun pendebat
Filius.
Stabat mater dolorosa dolorosa
juxta Crucem lacrimosa, lacrimo sa
dum pende bar, dun pendebat Filius.
Naleiri di Pancioni: Cualquier madre llorase,
más al ver a su
hijo muriendo,
por un mismo
anhelo del padre
que mandó para
ese difícil deseo.
Giarnia Vandesuilí: Canto de violines mestos,
por ver la carne
en su partida,
el cordero del
mismo cielo
y liberar las
alma maldecidas.
2. Su alma
gimiente, 2. Cuius animam
gementem,
contristada y
doliente contristatam et
dolentem,
atravesó la
espada. pertransivit
gladius.
Cuius animam gementem,
contristatam et dolentem,
pertransivit gla dius.
pertransivit
gladius.
los romanos
estaban arrepentidos,
por haber dado
muerte y dolores
a aquella Madre
en sus gemidos.
Giarnia Vandesuilí: Comprendieron que eran
pecadores,
que ahora Dios
gobernaba,
que hirieron al
mesías en el orbe
más ahora temían
por sus almas.
3. ¡Oh cuán
triste y afligida . O quam tristis et
afflicta
estuvo aquella
bendita fuit illa benedicta
Madre del
Unigénito en alma! Mater
Unigeniti.
. O quam tristis o quam et afflicta
fuit
illa benedicta
Mater Unigeniti.
Naleiri di Pancioni: Qué voz se entona,
entre el canto
tan duro de oír,
entre versos que
se solloza
entre el
mortuorio del latir.
Giarnia Vandesuilí: Nuestro amado cumple,
nosotras
entendemos su melancolía,
por haber estado
tan lúgubre
entre su sueño
de tirria.
4. Languidecía y
se dolía . Quae moerebat et
dolebat,
la piadosa Madre
que veía Pia Mater cum videbat
las penas de su
excelso Hijo. Nati poenas incliti.
Naleiri di Pancioni: Qué letra del latín,
entre sus
compases del canto,
notas que son
gemidos en violín
por no soportar
el espanto.
Giarnia Vandesuilí: Son como el fin
de que se haya
ido el más santo,
pero que
resucita en el existir
para perdonar
los pecados.
5. ¿Qué hombre
no lloraría Quis est homo qui non
fleret,
si a la madre de
Cristo viera Matrem Christi si
videret, si vi deret
en tanto
suplicio? in tanto
supplicio? In tanto suplicio
Quis est homo qui non fleret, quino fleret
Matrem Christi si videret, si vi deret
in tanto supplicio? In tanto suplicio
6. ¿Quién no se
entristecería . Quis non posset
contristari,
a la Madre
contemplando en esa era Christi
Matrem contemplari
con su doliente
Hijo? dolentem
cum Filio?
Quis non posset contristari,
Christi Matrem contemplari
dolentem cum Filio?
Naleiri di pancioni: Quién permitiría eso,
ninguna madre en
la vida,
que dejase a su
hijo ir al ocaso e infierno
para que le
quiten a su alegría.
Giarnia Vandesuilí: Tan fuerte madre fue,
aunque en
lágrimas todo superó,
el mismo Hijo le
dio la fe
de que todo iba
ser como lo prometió.
7. Por los
pecados de su gente Pro peccatis suae
gentis
vio a Jesús en
los tormentos vidit Jesum in
tormentis
y doblegado por
los azotes. et flagellis
subditum.
vidit Jesum in tormentis
Pro
peccatis suae gentis
et
flagellis subditum.
8. Vio a su
dulce Hijo presente .
Vidit suum dulcem natum
muriendo
desolado sin aliento
moriendo desolatum,
al entregar su
espíritu a golpes. dum emisit spiritum.
moriendo desolatum,
dum
emisit spiritum
moriendo desolatum,
dum
emisit spiritum.
Naleiri di Pancioni: Pudo
soportar el calvario,
¡oh madre ante
el camino gris!,
donde el cielo
era nublado
y en su corazón
tan infeliz.
Giarnia Vandesuilí: Una mujer le dio agua,
dijo entre
lágrimas que lo quiere,
oh mi señor
déjame secaros la cara
con este manto
que en sangre se enrojece.
9. Ea, Madre,
fuente de amor, Eia Mater, fons
amoris,
hazme sentir tu
dolor, me sentire vim
doloris
contigo quiero
llorar. fac, ut tecum
lugeam.
10. Haz que mi
corazón arda Fac ut ardeat cor meum
en el amor de mi
Dios in amando
Christum Deum,
y en cumplir su
voluntad. ut sibi complaceam.
Naleiri di Pancioni: Cuando caminaba en
penuria,
Aún soldados en
látigos pegaban,
Cayendo Jesús
entre la tortura
De ese camino
con llamas.
Giarnia Vandesuilí: Viendo su madre a él caer,
fue corriendo al
cuerpo de su hijo,
diciendo tan
solo Jesús de Nazaret
estoy logrando
lo predestino.
11. Santa Madre,
yo te ruego Sancta mater,
istud agas,
que me traspases
las llagas crucifixi fige
plagas
del Crucificado
en el corazón. cordi meo
valide.
12. De vuestro
Hijo malherido Tui nati vulnerati,
que por mí tanto
sufrió tam dignati pro me pati,
reparte conmigo
las penas y el mismo dolor. Poenas
mecun divide.
Naleiri di Pancioni: Rabino santo mesías,
¡oh señor
altísimo de la gloria!,
ojala nos deis
aquella dicha
de ir juntos en
cielo de victoria.
Giarnia Vandesuilí: En parábolas hablabas,
de una metáfora
a la última vejez,
en eso al mundo
enseñabas
para que todo
sea sin lobreguez.
13. Déjame
llorar contigo Fac me tecum pie
fiere,
condolerme por
vuestro Hijo crucifixo
condoleré,
mientras yo esté
vivo. Donec ego vixero.
Naleirii di Pancioni: Llevadnos en la entrada
santa,
por favor haznos
sentir la manta,
y fe de este
amor que palpito.
Giarnia Vandesuilí: Que respiremos el amor,
primavera entre
nuestro ardor,
y de lo que hay
en este escrito.
14. Junto a la
Cruz contigo estar . Iuxta crucem
tecum stare,
y contigo
asociarme más et me tibi sociare
en el llanto es
mi apetito. in planctu
desidero.
Naleiri di Pancioni: Amaros sin pecado,
teneros con amor
apasionado,
y que tus
palabras sean abrigo.
Giarnia Vandesuilí: Mundo de color en
felicidad,
vida entre días
de melosidad,
y no el temible
castigo.
15. Virgen de
Vírgenes preclara Virgo
virginum praeclara,
no te amargues
ya conmigo, mihi iam non sis amara:
déjame llorar
contigo. fac
me tecum plangere.
Narieli di Pancioni: Virgen de la pureza
manta,
que afligisteis
en el destino.
Giarnia Vandesuilí: No os dejéis consumir en la lacra
y notad que fue un
mejor camino.
16. Has que
llore la muerte de Cristo, Fac ut portem
Christi mortem,
hazme socio de
su pasión,
passionis fac consortem,
has que me quede
con sus llagas y suplicios y el mismo terror.
et plagas recolere.
Narieli di Pancioni: Estamos seguras que no
hay plaga,
sino aquella
fantasía que vivimos.
Giarnia Vandesuilí: Aunque diantre haga lo que
haga
no podrá entre
el fuerte amor que latimos.
17. Has que me
hieran sus llagas, Fac me
plagis vulnerari,
has que con la
Cruz me embriague, fac me cruce
inebriari,
y con la Sangre
de tu Hijo has que me salve. et cruore
Filii.
Narieli di Pancioni: habéis dado el amor,
devolvisteis lo
que añorábamos,
nos ofrecisteis
aquel calor
que felicidad
nos ha dado.
Giarnia Vandesuilí: A nuestro gran bardo,
al que hoy tanto
veneramos,
por su poética y
gentileza dulzura
al que tanto hoy
amamos.
18. Para que no
me queme en las llamas, Flammis ne
urar succensus
Defiéndeme tú,
Virgen santa, per te Virgo, sim defensus
en el día del
juicio a mi alma con tu manta. in
die judicii
Narieli di Pancioni: Contigo en toda alma,
contigo en toda
beatitud,
contigo en toda
pasión de calma
quiero por
siempre ser vuestra luz.
Giarnia Vandesuilí: Que este amor sea diluvio,
que sonreíamos y
nos besemos,
más de esas
gotas en gran efluvio
ante el sol de
tanto fuego.
Que la ley de Dios nos dé el fortunio
y con esta
ventura el cielo.
19. Cuando,
Cristo, haya de irme, Christe, cum sit hinc exire
concédeme que tu
Madre me guíe da per
matrem me venire
a la palma de la
victoria.
ad palmam victoriae.
20. Y cuando mi
cuerpo muera, Quando
corpus morietur,
has que a mi
alma se conceda fac ut
animae donetur
del Paraíso la
gloria. Paradisi
gloria. Amén.
Amén.
Narieli di Pancioni: Oh así será como decís,
entre un amor que en pecho siento,
un sentimiento que da a fluir
entre este recinto sin tormento.
Giarnia Vandesuilí: Juntos sin morir,
por fin terminó tal canto,
entre los compases de latir
dejando un mensaje amado.
Don Filiu Mortuori: Un canto a nuestra Madre
en memoria,
por tal suplicio que en vida pasó,
ahora nos dará la gloria
por haber cantado esta ilusión.
Vosotras
estaréis conmigo,
os daré tanto amor bendito,
que de locura morirán,
por sentir mi mismo idilio
que en vuestra alma cantará.
Narieli di Pancioni: Ahora unidos como arena y
mar,
sin pecado alguno en la existencia,
solo que sintiendo lo especial
por poder sentir nuestro poema.
Giarnia Vandesuilí: Le amamos tanto Narieli di
Pancioni,
que ya ni sabemos a dónde llega,
os amo tanto mi Don Filiu Mortuori
que eres de noche mi estrella.
Don Filiu Mortuori: Son tan románticas,
llenas del mismo sabor que su poeta,
y son tan diáfanas
como el cielo en su belleza.
Son como las mismas dalias
en su figura de nobleza,
ya sin coexistir añoranza
sino aquel amor que les besa.
Narieli di Pancioni: Nos inquietáis y sonrojáis,
nos dejáis como la manzana prohibida,
¿y será que hoy nos tocáis entre la
piel divina?
Giarnia Vandesuilí: Nos palpitáis y
enloquecéis,
nos ponéis con ansías de besaros,
nos descontroláis y enrojecéis
el corazón para hoy consumiros y
amaros.
Don Filiu Mortuori: ¡Oh las comiese en
arrumacos!,
no dejaría de comer un corpúsculo de
vosotras,
serían mi mejor bocado
entre mi tarde ansiosa.
Narieli di
Pancioni: ¡Oh qué anhelo siento aquí!,
devoradnos poeta de nuestra carne,
estamos extasiadas junto a ti
por querer sentiros en loco romance.
Giarnia
Vandesuilí: Sería amor de locos,
sería amor que renace,
sería pasión de retorno
a lo que fue antes.
Don Filiu
Mortuori: Las devoro poco a poco,
os quito vuestro vestido,
les beso su cuello y seno frondoso
y muslos junto a mis labios encendidos.
Narieli di
Pancioni: Estamos desnudas,
hacednos sentir la vesania del fuego,
con vuestro latir que arrulla
entre este mismo ardiente lecho.
Giarnia
Vandesiulí: Me acariciáis toda,
me consumís tanto amor,
sois entre la lascivia pasión orgullosa
que hoy siento en mi interior,
y que siga así la era lumbrosa
que me ha llenado de ardor.
Don Filiu Mortuori:
Son mis dos ternuras,
que viajo sobre su epicúreo cuerpo,
huelo a esencia que me perfuma
y me enloquece entre el apego.
Narieli di
Pancioni: Seguid como vais,
dais en mi vulva tan dulce y pasional,
me hacéis sentir perfecta,
por fin este amor florece,
¡oh mi bardo poeta que ha venido a quererme!.
Giarnia
Vandesuilí: Húmeda mi parte interna,
donde dejo que le beséis,
donde siento una tenue y jugosa lengua
entre este mismo enriquecer.
Don Filiu
Mortuori: Las siento tan cálidas,
siento que es el amor que soñé,
más con una ayuda mágica
que en ese soñar fue.
Fogosas y melosas
son,
somos como la flor y su polen,
vivimos tan juntos de pasión
que a ningún lado iremos amores.
Narieli di
Pancioni: Viva estoy en este atardecer,
más disfrutando de tanto querer,
contigo siento mucho amor
por besarnos en este dulce placer.
Giarnia
Vandesuilí: El misterio de vuestra ida pasó,
por fin el cielo brilló, por fin ya nadie se burla
y por fin hoy el amor floreció, María nos dio la holgura
y el evanescente e inmenso amor. Ya nada malo tortura
sino que este dulce y querido ardor.
Don Filiu
Mortuori: Estar de corazón a corazón,
de ojos a ojos viéndonos,
de sentir de pecho a pecho el amor
es como vivir el cielo.
Narieli di
Pancioni: De piel a piel unidos,
de sudor a sudor, mi cabello en tu pecho caído
y gimiendo por tal ardor.
Giarnia
Vandesuilí: Donde mis senos los besáis,
donde siento la dulzura de mi día,
hoy tanto a nosotras amáis
que es un cuento que de amor grita.
Don Filiu
Mortuori: ¡Oh mi Narieli di Pancioni!,
¡oh mi Giarnia Vandesuilí!,
yo seré su único don Filiu Mortuori
que tendréis en su mismo latir.
Que en lujuria
excesiva daré,
que en esa crema de miel estaré.
que en besos férvidos consumiré
y que en tanto amor solo feliz las haré.
Narieli di
Pancioni: ¡Oh qué divino eres amor!,
me habéis hecho acabar,
más ante vuestro glande de ardor
en este lecho de tanto palpitar.
Giarnia Vandesuilí: Ahora me devoráis mi
intimidad,
le dais con pasión explosiva,
donde me hacéis gemir en felicidad
por la suave y entrega de la delicia.
¡Oh me habéis dado
en mi punto g,
donde me hacéis tener orgasmos,
es tanto este enriquecer
que estoy que más te socavo.
Don Filiu
Mortuori: Han sido y son mi mejor regalo,
que me haya podido otorgar la Madre María,
yo creí que esto
no iba ser cohesionado
por aquel sueño que fue elegía.
Narieli di
Pancioni: Abrazadnos nuestro amor adonis,
recostaos en nuestros brazos,
dormid junto en cuerpo Don Filiu Mortuori
sin iros de nuestro lazo.
Giarnia Vandesuilí: Alentadnos más con
vuestras caricias,
acariciadnos hasta que os durmáis,
vamos a cerrar los ojos mi vida
y besadnos hasta que ya no podáis.
Don Filiu
Mortuori: Dormiré con mis sábanas,
las que me arroparan de noche,
vosotras seréis esa manta cálida
que en sus pieles serán amores.
Narieli di
Pancioni: Qué poético seguís,
jamás dejéis de serlo,
eso nos enamora de ti
en este fóculo de tanto anhelo.
Giarnia
Vandesuilí: Siempre nos enamoraréis,
siempre con vuestras manos dulces,
siempre nos encantaréis
por decirnos tantas palabras numen.
Don Filiu
Mortuori: Ave María os digo mil gracias,
me defendisteis ante el Domine,
me devolvisteis a todas mis fragancias
y a mí corazón aquel amor sensible.
Narieli di
Pancioni: Damos gracias igual,
por haber sido una condolecida Madre,
por haber dado toda aquella paz
ante este mundo que hoy arde.
Giarnia
Vandesuilí: Donde nuestro amor resucitó,
como su hijo hacia el cielo,
entre alegría en su corazón
y como aquel lóbrego sentimiento.
Don Filiu
Mortuori: Feliz me siento,
duérmanos dulces rosas,
las besaré y acariciaré su cuerpo
hasta dormirme mis diosas.
Narieli di
Pancioni: Así será amor de mi intimidad,
así será amor de mi carne sagrada,
así será hasta los siglos y más
entre esta aventura tan soñada.
Giarnia
Vandesuilí: Así será adonis de mi lujuria,
así será adonis de mi alma que te ama,
así será hasta el reino en dulzura
por la pasión de hoy tan alegrada.
El amor pudo
triunfar,
aquel hombre llegó como sombra,
explicó su penar
y entendieron su rapsoda.
Cuando menos
esperas aparece,
como efluvio de sol,
cuando hay lluvia que crece
una nueva señal da el amor.
Don Filiu vivió
enamorado,
nadie apartó a sus amores,
en su vida tuvo muchos vástagos
y nuevos sopranos y tenores.
Las dos damiselas
se volvieron pintoras,
y de lo que había cada día pintaban,
así la magia se daba en las horas
cuando en su idilio se amaban.
Don Filiu siguió
cantando,
tanto así que en el mundo le conocieron,
más conociendo a sus hijos mágicos
que eran astros en lo poético.
Era la familia de
músicos,
era la familia más apreciada,
por conocer a su gran mundo
en su historia contada.
Escribieron muchos
libros,
contaban lo que vivían,
igual que las pinturas en su destino
entre sus alegres días.
Dejaron una gran
huella,
nadie más hubo así,
solo que ellos en la tierra
amándose muy feliz, y muy feliz.
Compusieron obras
de piano,
de sinfonías y valses,
en el arte se regocijaron
amando cada día de romance.
Se llenaban de lo
cortesano
y así su pasión fue imaginable,
siempre estando en su corazón amando
lo fantasioso y lo exultante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario