jueves, 23 de agosto de 2012

dos damiselas e un misterio de un dolo amor


                Dos damiselas en un misterio de un dolo amor.



 En una simple tarde
un piano ha de sonar,
sentimiento que arde
por un añoro nada más.
 ¿Dónde ha de estar?,
¿dónde se fue el amar?,
en qué naturaleza,
hechizo se da a tocar
entre una fantasía desierta.
 Dos condesas juntas,
la voz de Mozart canta,
entre el do menor se apunta
y se afligen en su manta.
 Manta de esas notas,
manta que les abraza,
de un perfume que solloza
por su amor y esperanza.
 Locura entre el ardiente día,
más cuando hoy tocan,
sin saber si es la alegría
de lo que hoy se roza.

 Naleiri di Pancioni: Obra que nos consume,
el aliento en su acorde,
fuerte hoy en lo numen
sin alivio en el borde.
 Sino sigue en su onda sonora,
más con el impío dolor
que hoy no adora.
Giarnia Vandesuilí: ¡Oh Naleiri que hoy tocas!,
recitáis de manera dulce,
pero con sahumerio de roca
por estar tan lúgubre.
 Naleiri di Pancioni: Por tal época de no verle,
como en noches de luna,
y tan solo son fríos tañeres
los que hoy hay al leer la partitura.
 Giarnia Vandesuilí: Es duro tanto tiempo,
pero el orbe quiso que fuese así,
si tan solo viese un sortilegio
para ir solo ahí.
 Si hubiese una posibilidad,
milagro que lloviese,
Oh Cielo celestial
danos vida y no la muerte.
 Naleiri di Pancioni: Tanto rogamos,
tanto suplicamos sacro Dios,
que nos mandéis un salmo
y en él oigamos su voz.
 Giarnia Vandesuilí: Piedad ante el amor,
Apiadaos de nuestro sentimiento,
devolved al ente en pasión
y así nos regocijaremos.
 Naleiri di Pancioni: Amén Giarnia Vandesuilí,
que todo se retorne,
que tengamos un mejor vivir
entre este mismo orbe.
 Giarnia Vandesuilí: Que venga nuestro adonis,
que la gloria sea el amor,
confío en ello Naleiri Pancioni
que sentiremos en la ilusión.
 Naleiri Pancioni: Aunque hallase más canto,
así el pasto sea rojo,
rubí de mundo blanco
pero mi amor será fogoso.
 Giarnia Vandesuilí: Dantesca las víboras,
torbellino en naturaleza,
océanos con mares gritan
y mi único valor es la fuerza.
 Naleiri di Pancioni: Piano en tormento y fuego,
Cuerdas calladas y gemidas,
almas rogando al cielo
y tártaro con su misma favila.
 Giarnia Vandesuilí: Tenor sueña con cantar,
solo las voces dan su calma,
Una poción una bruja da
y mutis es su tonada.
 Todo en un instante puede cambiar,
como la enfermedad que destruye,
cuando menos espera está
y solo en eso fluye.
 Naleiri di Pancioni: Tanto es la tristeza,
Tanto una obra en menor llora,
Más cuando adoráis la belleza
En un cuento que añora.
 Giarnia Vandesuilí: Cuántos romances son infelices,
así sea bígamo el amor que sentimos,
no importa si las páginas son grises
y el corazón un abismo.
 Naleiri di Pancioni: Siempre el vestigio estará,
jamás alejado del sentimiento,
siempre en esa pasión se amará
así esté hoy lejos.
 Giarnia Vandesuilí: El amor es una fantasía,
pero delito es cuando desaparece,
la ley de Dios da eso en vida
para hoy podrirnos que ni envejece.
 Naleiri di Pancioni: Giarnia que hoy sucumbimos,
con lágrimas en las partituras,
cuando será que se alejará este frío
que hoy nos deja en penuria.
 Giarnia Vandesuili: Naleiri, le añoro tanto que me extingo,
como sus versos de amor,
siento que atacan hasta vikingos
por tanto desamor.
 Naleiri di Pancioni: La añoranza nos esclaviza,
la fe solo nos da locura,
pasión ya no es rojiza
y el amor solo quebradura.
 Giarnia Vandesuilí: Creí una vez que siempre iba ser eterno,
ahora me doy cuenta que no lo es,
solo un mundo en donde es infierno
ante una vida de puro entristecer.
 Naleiri di Pancioni: Igual confíe en ello
pero me doy cuenta que es hiel,
nada de naturaleza de aliento
que hoy haya un hermoso clavel.
 Giarnia Vandesuilí: Solo queriendo quizá verle,
quizá a sus ojos pardos,
pero está solo el fantasma que se burla
entre este día tan triste bardo.
 Naleiri di Pancioni: Hasta los pájaros son escarnios,
cantan entre esta fantasía solitaria,
pero esperamos que no haya engaño
por la misma pasión amada.
 Giarnia Vandesuilí: Será que Dios se burla igual,
será que así siempre va ser,
que esta pasión es fugaz
y que nos toca hoy fenecer.
  Naleiri di Pancioni: Hoy ya no sé,
solo ruego en alma aquel amor,
que juntas podamos querer
y volar hacia el cielo con su calor,
y jamás dejar de estar con él
por ser nuestro gran albor.
 Giarnia Vandesuilí: Que Dios nos oiga,
así no sepamos que se burla,
solo aspiramos la dilección ahora
en este valle que tortura.
 Y que no hemos dejado de repetir,
porque es muy fuerte,
nadie nos entiende en este latir
que hoy nos entristece.
 Naleiri di Pancioni: No os preocupéis aliada,
ya todo terminará,
ahí por fin diremos Réquiem
ante el perfume de la paz.
 Ojala ese día llegue y podamos sonreír más.
 Giarnia Vandesuilí: Eso espero entre lágrimas  hoy,
cayendo de mis mejillas,
por no soportar tal terror
que hoy me mella y cuchilla.
 Naleiri di Pancioni: Lluvia hoy en montaña cae,
las nubes no son manto,
tanto mar hoy invade
en este mundo de espanto.
 Giarnia Vandesuilí: Oh igual estáis llorando,
es tan penoso el dolo vivir,
que el piano no es manto
por no darnos ni el idílico existir.
 Naleiri di Pancioni: Solo hoy más estragos y ruinas,
más melodía que gimotea,
mundo de una paz de espinas
que en cada pecho hoy refleja.
 Giarnia Vandesuilí: Con violín en mano,
y acompaño ante el poético romance,
donde hoy nada es cortesano
ante la bulla de los compases.
 Naleiri di Pancioni: Solo recordamos los besos,
aquel ser índole que teníamos,
cuando nos daba en el lecho
aquel amor en que moríamos.
 Giarnia Vandesuilí: Cómo quisiera sentirlo,
decirle que me haga de su fuego,
que nos haga arder con delirio
entre su mismo heroico apego.
 Naleiri Pancioni: Tanto nos explotamos,
tanto hoy nos sentimos asoladas,
por extrañar un amor mágico
que teníamos en las alboradas.
 Giarnia Vandesuilí: Su ternura de hablar,
su pasión de hacernos suyas,
su sensibilidad de amar
entre las noches de lujuria.
 Naleiri di Pancioni: Su dócil piel y boca,
¡oh adonis de nuestra carne!,
¡hay añoro en esta misma oda
que nos hace recordarte,
ojala algún día podamos encontraros,
amaros y con pasión exultante.
 Giarnia Vandesuilí: Tan bellísimo fuera,
volver a sentiros en cuerpo,
oleros como rosa de primavera
entre el mundo que queremos.
 Naleiri di Pancioni: Universo con constelación,
tierra con su alba y anochecer,
romance con su poema de amor
y nuestra vida sin el querer.
 Giarnia Vandesuilí: Naturaleza frondosa,
Flores coloridas,
y el Piano sin alma dichosa
sufre junto a su vida.
 Naleiri di Pancioni: Mi estómago me duele,
quisiera que con su amor calme,
tanto dolor me da que crece
por no tener al romance.
 Giarnia Vandesuilí: Estamos falleciendo,
Será que así no recordaremos nada,
Porque mejor no nos lleva al cielo
Y vivimos de una ilusión olvidada.
 Naleiri di Pancioni: Mejor sería para mí,
mejor mi alma estaría contenta,
no lo creéis Giarnia Vandesuilí
y viviríamos de otra vida nueva.
 Giarnia Vandesuilí: Ruiseñores vuelan,
Golondrinas se asoman,
Es como una condena
Ver que son libres y no nosotras.708
 Naleiri di Pancioni: Libres y no la música,
como hoy que ya termina,
entre compases sin holgura
por ser como una espina.
 Por haber sentido en él,
cada tecla como dolor,
por no teneros en mi edén
en donde sufrimos con horror.
 Giarnia Vandesuilí: Ya se acaba,
ya se va el suspiro de la vida,
hoy la obra ya calla
ante el infortunio en melodía.
 Naleiri di pancioni: Donde hemos llorado,
una batalla que comenzó,
lucha por un alegre piano
que no hay en el corazón.
 Giarnia Vandesuilí: Reino diáfano,
oíd última vez el pedido,
¡Oh Reino mágico!
traed al único ser bellido.
 Naleiri di Pancioni: Ave María dulce María,
alentad  en su semblante,
que aparezca pronto en la dicha
para que vivamos apasionantes.

 Ruegos a un mundo transparente,
confían en su poder,
para que yazga en su presente
para un futuro florecer.
 Porqué habrá desaparecido,
cuál fue la causa de la vida,
o qué felón fue que hizo
para que se alejase y las deje compungidas.
 El misterio de no entender,
como la misma lengua de un piano,
más por profundo que es
su mismo aliento entonado.
 Pintura entre el óleo,
figura de muchas palabras,
siendo un mismo fóculo
en donde se centra la magia.
 Bardo dueño de su rapsoda,
de su historia que realice,
o de su misma alma en hora
cuando son sus cicatrices.
 Su único amor de amar,
no saben si han pecado,
más amando a un palpitar
juntas y sin olvidarlo.
 Empieza la intriga,
de poder ahora conseguir,
aquel momento que predestina
al amarse en un solo latir.

 Don Filiu Mortuori: Mujeres del pecado,
en penitencia vengo,
sufro por estar atado
en una historia sin verso.
 Naleiri di Pancioni: Cómo habéis venido,
ni sentimos vuestra presencia,
tan rápido en este recinto
más cuando rogamos al alteza.
 Giarnia Vandesuilí: Cuánto esperamos,
cuánto amor mío de nosotras,
si supieseis cómo quedamos
gimiendo por vos en vidorria.
 Don Filiu Mortuori: Os contaré porqué me fui,
no fue porque yo quería,
fue la preocupación de mi
de no quemarme en morriña.
 Naleiri di Pancioni: ¡Oh cuál razón pudo ser?,
queremos oíros amor,
decidnos porqué fue
¿y por qué os escapasteis del ardor?.
 Giarnia Vandesuilí: Contad lo que pasó,
trataremos de entender,
más al tener un cuito corazón
por no veros en el querer.
 Don Filiu Mortuori: Adonis me llamaban,
ahora ni me nombran así,
entiendo su tormento
de haber pasado solas sin mí.
 Una noche soñé que me quemaba,
no existía la tierra y el cielo,
un juez al dolo me mandaba
a las llamas del averno.
 Naleiri di Pancioni: Y qué sucedió,
porqué a tan lejos mundo mandó,
decidnos amor mío.
 Giarnia Vandesuilí: Porqué eso pasó,
cuál fue la causa de lo maligno.
 Queremos entender adonis de nuestro amor
en que os hizo ir del amorío.
 Don Filiu Mortuori: Juez me indicó la muerte,
no hubo esperanza en nada,
fue por haberme enredado en dos mujeres
y sin tener la mínima importancia.
 Hecho más que pecador en leyes de Dios,
por haber violado eso
en mi sueño eso me dio y al amor adiós.
 Naleiri di Pancioni: ¡Oh nosotras mi adonis!,
pero si nos amamos tanto,
porqué mi Filiu Mortuori
os hizo sufrir el peor espanto.
 Giarnia Vandesuilí: Y sin arrepentimiento,
no os dejó vivir en ningún vivir,
sino que al genocidio infierno
para no ver ya la luz del existir.
  Don Filiu Mortuori: Por tal delito sufrí,
creí que me iba pasar en la vida,
preferí huir
y no verles más ante los días.
 Fue como una señal de Dios,
pero tan injusto fue,
que esa vez estaba de postración
por no tenerles más en mi piel.
 Naleiri di Pancioni: Pero si así marchó?,
porqué volvisteis,
y si os ocurre algo ahora amor
a dónde iréis.
 Giarnia Vandesuilí: Preferiría no verte,
para que no te pase ni un mal,
por tal amor latente
prefería veros lejos ya.
 Don Filiu Mortuori: Entiendo su agonía,
pero nada dantesco pasará,
tan solo en penitencia será alegría
y aquel amor palpitará.
 Debo cantar el Stabat mater completo,
entre el lenguaje latín,
más ante orquesta latiendo
y el obsequio será sin fin.
 Naleiri di Pancioni: y de qué trata,
nos podéis explicar,
ya que nuestra alma es plata
y roca por tanto tronar.
 Giarnia Vandesuilí: Adonis amor te amamos,
no sabéis cuánto te queremos abrazar,
solo que vivir a vuestro lado
y por siempre en la eternidad.
 Don Filiu Mortuori: Mi nombre lo dice,
Hijo de la misma muerte,
Madre María me curó las cicatrices
dándome el canto imponente.
 Ella apareció en mi sueño,
cuando me alejé de vosotras,
entendí su mensaje en verso
y ahora lo cantaré en la oda.
 Que no hay pecado alguno,
más cuando amáis con la fiel pasión,
y ya no es infortunio
el fuego que era incineración.
 Naleiri di Pancioni: Podremos vivir juntos,
ya no estaremos separados,
por fin sentiré vuestro arrullo
del amor que tanto he añorado.
 Giarnia Vandesuilí: Viviremos en otro mundo,
el cual antes pasamos,
con ese amor tan profundo
que hoy será realizado.
 Don Filiu Mortuori: Violines entonan,
gran orquesta me acompaña,
entre su sonido a María lacrimosa
por la muerte de su hijo en la mañana.
 Donde yo quiero que me salve,
más ante el canto que cantaré,
que no quiero ir al infierno agonizante
tan solo que en lobreguez.
 Quiero ser todo lo que penasteis,
que mi sangre sea la tuya,
que ahí yo solo esté
entre clavos y la tortura.
 Madre María que perdona,
¡oh ave dulce de la vida!,
que no quiso que fuese a vidorria
sino que con mi alegría.
  Dios y juez que decide,
¡oh has dejado que vuele en paz!,
por fin rozaré a mis lises
que tanto amo en mi más.
 Naleiri di Pancioni: ¡Oh bardo tétrico y feliz!,
con alma de buen aroma,
hoy recitáis a él alteza sin fin
por el santísimo amor que devotas.
 Giarnia Vandesuilí: Poesía en dolorosa madre,
por ver a su hijo en la cruz,
donde gimió por lo que hizo el padre
para el perdón de su misma luz.

 Don Filiu Mortuori: Y que cruce junto al reino,
reino con mis dos arias plácidas,
e ir en mundo de lluvia en cielo
con su romance sin ser pálida.

 Tarde alentada e hipada obra,
para un velo sagrado dandi,
¡oh mojando entre la zozobra
las notas de Antonio Lucio Vivaldi!.
 Ofreceros Santísima Madre,
por cual mundo vivisteis,
consolaos de mi mismo arte
en lo que a vos ofreceré.
 Grandísima y cúspide Gloria,
haced que Deus nos entienda,
ablandaos en esta historia
que recitaré en el poema.
 Naleiri di Pancioni: Comprendednos luz del oasis,
ennobleced al céfiro amor,
Oh Deus no es un Don Giovanni
el que nos idolatra en dilección.
 Solo perfuma el cáliz
que da en su primera unión.
 No os enojéis en tan flora frágil
que nos ama con su predilección.
 Giarnia Vandesuilí: Su amor melifluo de corazón
no había existido en tal vivienda,
las palabras de su introspección
son las que llenaron de amar y terneza.
 Don Filiu Mortuori: Morid alma por Rabino,
sentid cada azote sin volátil,
más en ello sentir mi destino
y luego revivir con flores fácil.
 Nareili di Pancioni: Preferís ir a un holocausto,
os rendís al alto en amor solo,
tanto amáis a nuestro ente casto
que dais la vida por todo.
 Giarnia Vandesuilí: Deus escuchad tal plegaria,
¡oh María que gimió en dolo sufrir!,
oíd su tal fogosa aria
que en sentimiento siente latir.
 Don Filiu Mortuori: Tranquilizaos damiselas mías,
entre tanta vesania vivo,
qué importa cuánto sea desdicha
ante mi mesto ente ferido.
 El único temple que tengo,
más en latín canto haga,
no fue mendaz el sueño
y ahí la paz se desplaza.
 Nareili di Pancioni: ¿Cuándo empezará?,
más de un italiano compositor el canto,
así María os lo pidió sin fantasear
entre el salvado y dúctil manto.
 Giarnia Vandesuilí: Hoy que nos veis altísimo,
hoy que en tal amor queremos,
¡oh en tal anhelo del romanticismo!
por no querer perderlo.
 Don Filiu Mortuori: ¡Oh ya la obra solfeará!,
¡oh mi dulce voz en alto!,
¡oh en este seno despertará!
a la Virgen y al reino sacro.
 Nareili di Pancioni: Queremos escucharos,
indecible el obsequio,
 por un idioma cortesano
que ofreceréis al mismo cielo.
 Giarnia Vandesuilí: Entre violines a la Madre María,
entre esa esencia a la luz cándida,
entre violas para el permiso de la dicha
que se solfeará en su alma.

 Don Filiu Mortuori:

 Estaba la Madre dolorosa       1  Stabat mater dolorosa
junto a la Cruz, llorosa,           juxta Crucem lacrimosa, lacrimo sa
en que pendía su Hijo.           dum pendebar, dun pendebat Filius.

                                                    Stabat mater dolorosa dolorosa
                                                   juxta Crucem lacrimosa, lacrimo sa
                                                  dum pende     bar, dun pendebat Filius.

  Naleiri di Pancioni: Cualquier madre llorase,
más al ver a su hijo muriendo,
por un mismo anhelo del padre
que mandó para ese difícil deseo.
 Giarnia Vandesuilí: Canto de violines mestos,
por ver la carne en su partida,
el cordero del mismo cielo
y liberar las alma maldecidas.

2. Su alma gimiente,             2. Cuius animam gementem,
contristada y doliente            contristatam et dolentem,
atravesó la espada.                pertransivit gladius.

                                                     Cuius animam gementem,
                                                    contristatam et dolentem,
                                                       pertransivit gla         dius.
                                                          pertransivit gladius.

  Naleiri di Pancioni: Ver que era un buen hombre,
los romanos estaban arrepentidos,
por haber dado muerte  y dolores
a aquella Madre en sus gemidos.
 Giarnia Vandesuilí: Comprendieron que eran pecadores,
que ahora Dios gobernaba,
que hirieron al mesías en el orbe
más ahora temían por sus almas.

3. ¡Oh cuán triste y afligida    . O quam tristis et afflicta
estuvo aquella bendita             fuit illa benedicta
Madre del Unigénito en alma!        Mater Unigeniti.

                                                            . O quam tristis o quam et afflicta
                                                                      fuit illa benedicta
                                                                Mater Unigeniti.

 Naleiri di Pancioni: Qué voz se entona,
entre el canto tan duro de oír,
entre versos que se solloza
entre el mortuorio del latir.
 Giarnia Vandesuilí: Nuestro amado cumple,
nosotras entendemos su melancolía,
por haber estado tan lúgubre
entre su sueño de tirria.


4. Languidecía y se dolía              . Quae moerebat et dolebat,
la piadosa Madre que veía         Pia Mater cum videbat
las penas de su excelso Hijo.      Nati poenas incliti.

 Naleiri di Pancioni: Qué letra del latín,
entre sus compases del canto,
notas que son gemidos en violín
por no soportar el espanto.
 Giarnia Vandesuilí: Son como el fin
de que se haya ido el más santo,
pero que resucita en el existir
para perdonar los pecados.

5. ¿Qué hombre no lloraría      Quis est homo qui non fleret,
si a la madre de Cristo viera      Matrem Christi si videret, si vi deret
en tanto suplicio?                       in tanto supplicio? In tanto suplicio

                                                      Quis est homo qui non fleret, quino fleret
                                                  Matrem Christi si videret, si vi deret
                                                  in tanto supplicio? In tanto suplicio


6. ¿Quién no se entristecería        . Quis non posset contristari,
a la Madre contemplando en esa era         Christi Matrem contemplari
con su doliente Hijo?                              dolentem cum Filio?
                                                                        Quis non posset contristari, 
                                                            Christi Matrem contemplari
                                                                  dolentem cum Filio?

 Naleiri di pancioni: Quién permitiría eso,
ninguna madre en la vida,
que dejase a su hijo ir al ocaso e infierno
para que le quiten a su alegría.
 Giarnia Vandesuilí: Tan fuerte madre fue,
aunque en lágrimas todo superó,
el mismo Hijo le dio la fe
de que todo iba ser como lo prometió.

7. Por los pecados de su gente   Pro peccatis suae gentis
vio a Jesús en los tormentos       vidit Jesum in tormentis
y doblegado por los azotes.         et flagellis subditum.
                                                                       
                                                                              vidit Jesum in tormentis
                                                                                  Pro peccatis suae gentis
                                                                                 et flagellis subditum.

8. Vio a su dulce Hijo presente                    . Vidit suum dulcem natum
muriendo desolado sin aliento                       moriendo desolatum,
al entregar su espíritu a golpes.              dum emisit spiritum.
                                                                           moriendo desolatum,
                                                                                     dum emisit spiritum
                                                                              moriendo desolatum,
                                                                                     dum emisit spiritum.

 Naleiri di Pancioni: Pudo soportar el calvario,
¡oh madre ante el camino gris!,
donde el cielo era nublado
y en su corazón tan infeliz.
 Giarnia Vandesuilí: Una mujer le dio agua,
dijo entre lágrimas que lo quiere,
oh mi señor déjame secaros la cara
con este manto que en sangre se enrojece.

9. Ea, Madre, fuente de amor,      Eia Mater, fons amoris,
hazme sentir tu dolor,               me sentire vim doloris
contigo quiero llorar.                   fac, ut tecum lugeam.

10. Haz que mi corazón arda      Fac ut ardeat cor meum
en el amor de mi Dios                    in amando Christum Deum,
y en cumplir su voluntad.             ut sibi complaceam.

 Naleiri di Pancioni: Cuando caminaba en penuria,
Aún soldados en látigos pegaban,
Cayendo Jesús entre la tortura
De ese camino con llamas.
 Giarnia Vandesuilí: Viendo su madre a él caer,
fue corriendo al cuerpo de su hijo,
diciendo tan solo Jesús de Nazaret
estoy logrando lo predestino.

11. Santa Madre, yo te ruego            Sancta mater, istud agas,
que me traspases las llagas            crucifixi fige plagas
del Crucificado en el corazón.           cordi meo valide.

12. De vuestro Hijo malherido        Tui nati vulnerati,
que por mí tanto sufrió                     tam dignati pro me pati,
reparte conmigo las penas y el mismo dolor.     Poenas mecun divide.

 Naleiri di Pancioni: Rabino santo mesías,
¡oh señor altísimo de la gloria!,
ojala nos deis aquella dicha
de ir juntos en cielo de victoria.
 Giarnia Vandesuilí: En parábolas hablabas,
de una metáfora a la última vejez,
en eso al mundo enseñabas
para que todo sea sin lobreguez.
13. Déjame llorar contigo         Fac me tecum pie fiere,
condolerme por vuestro Hijo          crucifixo condoleré,
mientras yo esté vivo.                 Donec ego vixero.

 Naleirii di Pancioni: Llevadnos en la entrada santa,
por favor haznos sentir la manta,
y fe de este amor que palpito.
 Giarnia Vandesuilí: Que respiremos el amor,
primavera entre nuestro ardor,
y de lo que hay en este escrito.
 
14. Junto a la Cruz contigo estar      . Iuxta crucem tecum stare,
y contigo asociarme más                       et me tibi sociare
en el llanto es mi apetito.                   in planctu desidero.

 Naleiri di Pancioni: Amaros sin pecado,
teneros con amor apasionado,
y que tus palabras sean abrigo.
 Giarnia Vandesuilí: Mundo de color en felicidad,
vida entre días de melosidad,
y no el temible castigo.

15. Virgen de Vírgenes preclara            Virgo virginum praeclara,
no te amargues ya conmigo,                 mihi iam non sis amara:
déjame llorar contigo.                                 fac me tecum plangere.

 Narieli di Pancioni: Virgen de la pureza manta,
que afligisteis en el destino.
 Giarnia Vandesuilí:  No os dejéis consumir en la lacra
y notad que fue un mejor camino.

16. Has que llore la muerte de Cristo,  Fac ut portem Christi mortem,
hazme socio de su pasión,                                passionis fac consortem,
has que me quede con sus llagas y suplicios y el mismo terror.   et plagas recolere.

 Narieli di Pancioni: Estamos seguras que no hay plaga,
sino aquella fantasía que vivimos.
 Giarnia Vandesuilí: Aunque diantre haga lo que haga
no podrá entre el fuerte amor que latimos.

17. Has que me hieran sus llagas,            Fac me plagis vulnerari,
has que con la Cruz me embriague,        fac me cruce inebriari,
y con la Sangre de tu Hijo has que me salve.   et cruore Filii.

 Narieli di Pancioni: habéis dado el amor,
devolvisteis lo que añorábamos,
nos ofrecisteis aquel calor
que felicidad nos ha dado.
 Giarnia Vandesuilí: A nuestro gran bardo,
al que hoy tanto veneramos,
por su poética y gentileza dulzura
al que tanto hoy amamos.

18. Para que no me queme en las llamas,       Flammis ne urar succensus
Defiéndeme tú, Virgen santa,                          per te Virgo, sim defensus
en el día del juicio a mi alma con tu manta.          in die judicii

 Narieli di Pancioni: Contigo en toda alma,
contigo en toda beatitud,
contigo en toda pasión de calma
quiero por siempre ser vuestra luz.
 Giarnia Vandesuilí: Que este amor sea diluvio,
que sonreíamos y nos besemos,
más de esas gotas en gran efluvio
ante el sol de tanto fuego.
 Que la ley de Dios nos dé el fortunio
y con esta ventura el cielo.

19. Cuando, Cristo, haya de irme,                    Christe, cum sit hinc exire
concédeme que tu Madre me guíe                 da per matrem me venire
a la palma de la victoria.                                   ad palmam victoriae.

20. Y cuando mi cuerpo muera,                   Quando corpus morietur,
has que a mi alma se conceda                    fac ut animae donetur
del Paraíso la gloria.                                  Paradisi gloria.  Amén.

Amén.

 Narieli di Pancioni: Oh así será como decís,
entre un amor que en pecho siento,
un sentimiento que da a fluir
entre este recinto sin tormento.
 Giarnia Vandesuilí: Juntos sin morir,
por fin terminó tal canto,
entre los compases de latir
dejando un mensaje amado.
 Don Filiu Mortuori: Un canto a nuestra Madre en memoria,
por tal suplicio que en vida pasó,
ahora nos dará la gloria
por haber cantado esta ilusión.
 Vosotras estaréis conmigo,
os daré tanto amor bendito,
que de locura morirán,
por sentir mi mismo idilio
que en vuestra alma cantará.
 Narieli di Pancioni: Ahora unidos como arena y mar,
sin pecado alguno en la existencia,
solo que sintiendo lo especial
por poder sentir nuestro poema.
 Giarnia Vandesuilí: Le amamos tanto Narieli di Pancioni,
que ya ni sabemos a dónde llega,
os amo tanto mi Don Filiu Mortuori
que eres de noche mi estrella.
 Don Filiu Mortuori: Son tan románticas,
llenas del mismo sabor que su poeta,
y son tan diáfanas
como el cielo en su belleza.
 Son como las mismas dalias
en su figura de nobleza,
ya sin coexistir añoranza
sino aquel amor que les besa.
 Narieli di Pancioni: Nos inquietáis y sonrojáis,
nos dejáis como la manzana prohibida,
¿y será que hoy nos tocáis entre la piel divina?
 Giarnia Vandesuilí: Nos palpitáis y enloquecéis,
nos ponéis con ansías de besaros,
nos descontroláis y enrojecéis
el corazón para hoy consumiros y amaros.
 Don Filiu Mortuori: ¡Oh las comiese en arrumacos!,
no dejaría de comer un corpúsculo de vosotras,
serían mi mejor bocado
entre mi tarde ansiosa.
 Narieli di Pancioni: ¡Oh qué anhelo siento aquí!,
devoradnos poeta de nuestra carne,
estamos extasiadas junto a ti
por querer sentiros en loco romance.
 Giarnia Vandesuilí: Sería amor de locos,
sería amor que renace,
sería pasión de retorno
a lo que fue antes.
 Don Filiu Mortuori: Las devoro poco a poco,
os quito vuestro vestido,
les beso su cuello y seno frondoso
y muslos junto a mis labios encendidos.
 Narieli di Pancioni: Estamos desnudas,
hacednos sentir la vesania del fuego,
con vuestro latir que arrulla
entre este mismo ardiente lecho.
 Giarnia Vandesiulí: Me acariciáis toda,
me consumís tanto amor,
sois entre la lascivia pasión orgullosa
que hoy siento en mi interior,
y que siga así la era lumbrosa
que me ha llenado de ardor.
 Don Filiu Mortuori: Son mis dos ternuras,
que viajo sobre su epicúreo cuerpo,
huelo a esencia que me perfuma
y me enloquece entre el apego.
 Narieli di Pancioni: Seguid como vais,
dais en mi vulva tan dulce y pasional,
me hacéis sentir perfecta,
por fin este amor florece,
¡oh mi bardo poeta que ha venido a quererme!.
 Giarnia Vandesuilí: Húmeda mi parte interna,
donde dejo que le beséis,
donde siento una tenue y jugosa lengua
entre este mismo enriquecer.
 Don Filiu Mortuori: Las siento tan cálidas,
siento que es el amor que soñé,
más con una ayuda mágica
que en ese soñar fue.
 Fogosas y melosas son,
somos como la flor y su polen,
vivimos tan juntos de pasión
que a ningún lado iremos amores.
 Narieli di Pancioni: Viva estoy en este atardecer,
más disfrutando de tanto querer,
contigo siento mucho amor
por besarnos en este dulce placer.
 Giarnia Vandesuilí: El misterio de vuestra ida pasó,
por fin el cielo brilló, por fin ya nadie se burla
y por fin hoy el amor floreció, María nos dio la holgura
y el evanescente e inmenso amor. Ya nada malo tortura
sino que este dulce y querido ardor.
 Don Filiu Mortuori: Estar de corazón a corazón,
de ojos a ojos viéndonos,
de sentir de pecho a pecho el amor
es como vivir el cielo.
 Narieli di Pancioni: De piel a piel unidos,
de sudor a sudor, mi cabello en tu pecho caído
y gimiendo por tal ardor.
 Giarnia Vandesuilí: Donde mis senos los besáis,
donde siento la dulzura de mi día,
hoy tanto a nosotras amáis
que es un cuento que de amor grita.
 Don Filiu Mortuori: ¡Oh mi Narieli di Pancioni!,
¡oh mi Giarnia Vandesuilí!,
yo seré su único don Filiu Mortuori
que tendréis en su mismo latir.
 Que en lujuria excesiva daré,
que en esa crema de miel estaré.
que en besos férvidos consumiré
y que en tanto amor solo feliz las haré.
 Narieli di Pancioni: ¡Oh qué divino eres amor!,
me habéis hecho acabar,
más ante vuestro glande de ardor
en este lecho de tanto palpitar.
  Giarnia Vandesuilí: Ahora me devoráis mi intimidad,
le dais con pasión explosiva,
donde me hacéis gemir en felicidad
por la suave y entrega de la delicia.
 ¡Oh me habéis dado en mi punto g,
donde me hacéis tener orgasmos,
es tanto este enriquecer
que estoy que más te socavo.
 Don Filiu Mortuori: Han sido y son mi mejor regalo,
que me haya podido otorgar la Madre María,
 yo creí que esto no iba ser cohesionado
por aquel sueño que fue elegía.
 Narieli di Pancioni: Abrazadnos nuestro amor adonis,
recostaos en nuestros brazos,
dormid junto en cuerpo Don Filiu Mortuori
sin iros de nuestro lazo.
  Giarnia Vandesuilí: Alentadnos más con vuestras caricias,
acariciadnos hasta que os durmáis,
vamos a cerrar los ojos mi vida
y besadnos hasta que ya no podáis.
 Don Filiu Mortuori: Dormiré con mis sábanas,
las que me arroparan de noche,
vosotras seréis esa manta cálida
que en sus pieles serán amores.
 Narieli di Pancioni: Qué poético seguís,
jamás dejéis de serlo,
eso nos enamora de ti
en este fóculo de tanto anhelo.
 Giarnia Vandesuilí: Siempre nos enamoraréis,
siempre con vuestras manos dulces,
siempre nos encantaréis
por decirnos tantas palabras numen.
 Don Filiu Mortuori: Ave María os digo mil gracias,
me defendisteis ante el Domine,
me devolvisteis a todas mis fragancias
y a mí corazón aquel amor sensible.
 Narieli di Pancioni: Damos gracias igual,
por haber sido una condolecida Madre,
por haber dado toda aquella paz
ante este mundo que hoy arde.
 Giarnia Vandesuilí: Donde nuestro amor resucitó,
como su hijo hacia el cielo,
entre alegría en su corazón
y como aquel lóbrego sentimiento.
 Don Filiu Mortuori: Feliz me siento,
duérmanos dulces rosas,
las besaré y acariciaré su cuerpo
hasta dormirme mis diosas.
 Narieli di Pancioni: Así será amor de mi intimidad,
así será amor de mi carne sagrada,
así será hasta los siglos y más
entre esta aventura tan soñada.
 Giarnia Vandesuilí: Así será adonis de mi lujuria,
así será adonis de mi alma que te ama,
así será hasta el reino en dulzura
por la pasión de hoy tan alegrada.

 El amor pudo triunfar,
aquel hombre llegó como sombra,
explicó su penar
y entendieron su rapsoda.
 Cuando menos esperas aparece,
como efluvio de sol,
cuando hay lluvia que crece
una nueva señal da el amor.
 Don Filiu vivió enamorado,
nadie apartó a sus amores,
en su vida tuvo muchos vástagos
y nuevos sopranos y tenores.
 Las dos damiselas se volvieron pintoras,
y de lo que había cada día pintaban,
así la magia se daba en las horas
cuando en su idilio se amaban.
 Don Filiu siguió cantando,
tanto así que en el mundo le conocieron,
más conociendo a sus hijos mágicos
que eran astros en lo poético.
 Era la familia de músicos,
era la familia más apreciada,
por conocer a su gran mundo
en su historia contada.
 Escribieron muchos libros,
contaban lo que vivían,
igual que las pinturas en su destino
entre sus alegres días.
 Dejaron una gran huella,
nadie más hubo así,
solo que ellos en la tierra
amándose muy feliz, y muy feliz.
 Compusieron obras de piano,
de sinfonías y valses,
en el arte se regocijaron
amando cada día de romance.
 Se llenaban de lo cortesano
y así su pasión fue imaginable,
siempre estando en su corazón amando
lo fantasioso y lo exultante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario