miércoles, 18 de junio de 2014

Don Filiudandi

                    Don Filiudandi

           1 acto


 Escena 1

(Hombre bajo luz de rutilante luna
se pasea solitariamente. Más adelante
aparece un campesino quien lo ve y
entre manos posee un libro “Amor de lluvia”).

Muzio

 Nadie ha de conocerme quien soy,
acostumbrado a la misma vida,
¿cuán anhela mi labio árido hoy?
un suspiro, hálito que decida,
¡sí, que se fuera  ruin soledad!,
¡Oh, cuán sintiera melosidad!.

 Paisaje en noche de clara luna,
Oís mis mismos dichos clamados,
vago hoy entre verdosa laguna
nostálgico hogar a besos dados.
¿Do está nobleza?¡Oh fiel concebida!
¿Por qué belleza, si amáis, fuiste huida?

¿Quién consuela así este corazón?,
odio el día y noche despreciable,
que en cada vestigio oh postración
me es su inicua a vidorria notable.

 Campesino

 Señor, clara  noche y alma negra,
¿conocéis que un gran milagro existe?,
que de dolencias mismas alegra
por un libro que en verso persiste.
(Le muestra el libro)
Muzio
(Ferozmente reacciona)
¡Quién sois vos audaz vil campesino
y vengáis con ludibrio bellaco!,
donde decís sandeces del sino
detal lenguaje, pérfido opaco.



 Campesino

 No me ofendáis señor de rupturas,
os atesto, que estaréis mejor.
 Un libro bellísimo a  capturas
de libertades del mismo horror.

Muzio

¡Oh! venís a convencerme, habría
más que oír vuestro mágico libro.
Así una respuesta escucharía
si por fin codicio y vibro.

(Campesino convence y decide contarle unas estrofas del libro que tiene en la mano, queda totalmente decidido a cambiar su vida del mismo Señor).

 Campesino

¡Oh Señor! se llama: “Amor de lluvia”,
yasí vulnerable estrofa empieza:
“! Oh vástagos que de amordiluvia!
cual penuria añoro es la limpieza,
de un matiz tan diáfano de aurora
que de óculos son de una deidad,
conlleva el camino y os adora
sin dejar a un dandi en soledad.
 ¿Do está la solución ya preguntan?
Dios no aloja al hijo prometido,
si creen en él más se conjuntan
yen un roce será bendecido.

Muzio

 Palabras bien descriptas decís,
¿sabéis así duela esperaré!.
Sé que ahora vos diosa existís
y a mí; contigo más beberé.
 Confiero mi entera salvación
que a tales palabras hizo más él.
 Confío ante entero corazón
quecaricia tendré de esa piel.

 Campesino

 Valiente hombre os prometo, tranquilo,
las lidias en destino son fuertes,
pero vos tenéis ahora filo
para que superéis sin la muerte.
 Sintáis perfecto, en su corazón
beso en efecto, a tierna pasión.

Muzio
(levanta sus brazos)

¡Nada me detendrá ni los demonios!
 ¡Nada me apartará del matrimonio!,
boda concebiré, mi alma adquiera,
más os conoceré, ¡mi yo viviera!.
 No hay falsos pasos y ni el temor.
Soy fuerza de la naturaleza,
torrente corazón sin dolor
y suspirar pronto la belleza.

Campesino
(aplaude elogiando)

 Así ya estáis listo hacia la lucha,
vos más que visto y Dios le escucha.
Estaréis bendecido, en su vida,
por su mismo cumplido sin huida.
Caminaréis tan fino y más dandi
os apuesto, juro que os veréis
las dulces flores del jaborandi
más cuando vos una risa deis.

Muzio

 Os agradezco buen campesino
colmada vuestra alma de bondad,
pero debo irme por el camino
y a dormir… más fue un gusto en verdad.

 Campesino

 Sí, ved, recordad lo prometido,
no os olvidéis tal luchada fianza,
más en libro que fue comedido
para que entendierais:“la esperanza”.
(Se inclina  y se retira)

   Escena II

 (En la aurora, Esmeralda y la Condesa afueras de un palacete con rosas y frutas en las manos. Más adelante saldrá el dueño del palacete Don Filiudandi)

 Esmeralda

 Así como estas dalias perfuman
el mismo manantial del paisaje,
y más que en vida ellas se consuman
hasta ser áridas de su traje.

 Condesa

 Cuál del dolo más a vil se esfuman
por felón a engarnio del encaje,
cual en cada vestigio se abruman
por no olvidar beso y su masaje.

 Esmeralda

Así grácil es un corazón
vagido a un mismo ruin soñar,

 Condesa

 Y no se entiende la razón
en dejaros mustia sin amar.

 Esmeralda

  ¡Oh, así es una fuerte visión!
¿Cuándo ha de poder ellos cambiar?

 Condesa

 No saben que ha de ser más que ilusión
Lo que late a los  labios besar.

 Esmeralda  (rostro molesto)
 Acostumbrados a la obsesión
de mismos placeres a engañar.
¡Qué misterio más vosotros son
que esclavizan por enamorar!.
 Condesa

  Frases de dúctil romanticismo
y cegadas nosotras amamos,

 Esmeralda

por ver tal legítimo realismo
que con su efigie nos entregamos.

 Condesa

 Disfrutamos libido erotismo
sintiendo que hasta nos esposamos,

 Esmeralda

y lo peor que se siente un sismo
dentro de un corazón que bombeamos.

 Condesa

  Así es la debilidad primera
¡oh de tenue rosa de mujer!

 Esmeralda

 Que perfuma a su boca y cadera
y que funde su fiel florecer.

 Condesa

 Pero ahora ¡ay somos plañidera!
ni miramos a un vano querer.

 Esmeralda

 Solo la beatitud se sintiera
si os acompaña hasta amanecer.

 Condesa

 Asiduamente se comprendiera,
días a predicho envejecer.
 Y así más en seno se creyera
que existe posible dulce ser.


 (Sale del palacete don Filiudandi)

 Don Filiudandi

¡Qué bellísima mañana observo
y a tales mujeres de lindeza!
¿Si queréis vosotras té les hiervo?
y así platicamos con riqueza.

 Condesa

 ¡Oh pero que generoso señor!,
nos placería mas no podemos.

 Esmeralda

 Muy grato vuestro acote de honor
yen realidad más tarde veremos.

 Don Filiudandi

 Como vosotras digáis bellezas
pero os diré algo ¿sí?; para honrarles,

 Condesa

como guste Don de gentileza,

 Esmeralda

decid y así nosotras escucharle.

 Don Filiudandi

 La juventud generosa prenda
hoy  noche un concierto musical,
habrá banquete que se encomienda
después de ceremonia especial.
 Os invito ternuras hoy noche
su llegada resplandecerá.
Os ruego en rodilla no un derroche;
suasistencia me conmoverá.

 Condesa
(Riéndose a su elogio agradable)

 Ya que vos lo decísde tal gracia
nos place ir hoy y por la comida.

 Esmeralda

¡Sí!, aceptamos, sin que haya desgracia
estaremos y muy complacidas.

 Condesa

 (aparte)

¿Qué le sucede con tal locura
o piensa que yo me dejaré?;
a mi piel de hada y buena dulzura
que ante un bribón coqueto querré.

 Don Filiudandi

¡Gracias por su tiempo exquisitas damas
por solo haberme más que aceptado!,
os recibiré hoy entre estas ramas;
y entren, disfruten de dulce agrado.

 Condesa

 Os damos estas frutas señor
por tal gesto vuestro que nos disteis.

 Esmeralda
(Le da la cesta de frutas)

¡Sí señor! téngalas por favor,
gracias a su gracia que ofrecisteis.

Don Filiudandi

 Muy dulces vosotras bellas flores
no os olvidaré encantos hermosos,
las espero de varios colores
esta noche de bailes honrosos.

 (Se retira al palacete igual las damas
a sus hogares para la espera e esta noche)


Escena III

 (Asistirán gran cúmulo de condes, y una carta de invitación es llegada a todos los hogares para tal bienvenida de la ciudad misma, por elogio a un Rey con música dedicada, donde estará el mismo campesino y el mismo Muzio sorprendido a querer oír la música que se dictará en tal lugar y donde se verá el secreto de tal encuentro de su amigo y de gente importante, mujeres además).


Muzio

(leyendo la carta de invitación)

 Hoy noche os damos la bienvenida
que asistáis a tal celebridad,
venid bien colorido ante su ida
ya que encantos vos atinarás.

 “Me conforta tal invitación
quenos envía del palacete,
asistir a tal fascinación
así haya un amor que me compete.

 Una fiesta se va a celebrar
debo llegar,¡es interesante!,
para así poder más observar
a dicha música apasionante”.

(Campesino observa el aviso de un
célebre Rey, dedicación de música,
baile y comida).

 Campesino

 ¡Oh qué complacencia sería ir!,
¿Será que ellos me permitirán?
Ojala puedan más consentir
por mi aspecto que no es tan formal.
 Porque si pudieran concebir
al fin comiera lo especial.

 Escena IV

 (La fiesta en la noche se aproxima la condesa y Esmeralda asisten ante el
encuentro con Don Filiudandi).


 Condesa

¡Buenas noches, señor cómo está?
¡Qué agrado veros hoy nuevamente!

 Don Filiudandi

¡Ah estoy muy bien sinceramente!,
¡Oh pero su amiga do estará?

Esmeralda

(Detrás de él lo saluda al señor)

Buenas qué gustazo sorprenderos,
no iba a faltar ni menospreciar,

 Don Filiudandi

 (Sonriendo ante los ojos de ella)

 Me es un privilegio conteneros
hoy y a su amiga en este  lugar.

 Condesa

 (Aparte con risa por este señor)

¡Oh ya parece que un corazón
bombeando está de mera ternura!,
se brota en sus ojos de ilusión
a mi amiga de inmersa locura.

 (Señalando a su amiga Esmeralda)

¡Ay ya vuestra mirada rutila
más de mínima constelación!,
sentís tal alma tan intranquila
por tal título de su atención.

 Esmeralda

(con discreción para ocultarse de él)

 Solamente es una alegoría
para acotar su recibimiento,
donde así él más me conocería
que soy de tal clase y que no miento.

 Don Filiudandi

(con ánimo observa por el trato dulce)

 ¡Deíficas estrellas del cielo!,
se ven maravillosas y hermosas;
os doy estos Venus caramelos
para que os sintáis bien deliciosas.
 (Entrega los dulces con tentación con mirada pícara a las damas)

 Condesa

 (hipnotizada pero no zopenca y entra al palacio)

 Me simpatiza su ofrecimiento
y lo recibo con mucho gusto.

 Esmeralda

 (Queda sola con él sintiendo más que cariño del señor por darle él aquel caramelo en su boca)

 ¡Ay me enciende su estremecimiento!
y me mojáis los labios sin susto,
quésuavidad es su movimiento
a mi rostro y suavizas mi busto.

 Don Filiudandi

(Con un ardor por dentro hacia tal bella mujer)

 ¿No sé lo qué me está sucediendo?
pero os siento una gran atracción
y hasta su boca hoy estoy oliendo
tan cerca y late mi corazón.

 Esmeralda
 (Cae desplomada a sus brazos)

¿Cuán había esperado el amor?
y miradlo aquí dulce que siento.
Besadme a los labios mi Señor
y no os vayáis de mi sentimiento.

 Don Filiudandi

(Roza su mejilla y la besa profundamente
en sus brazos)

¡Con estos besos y este lugar
no la dejase por ser yo vuestro!
 Hoy me enamoro y puedo implorar
que sois vos la musa de mi sueño,
y hasta puede quizá el hombre hipar
cuando consigue de quien es dueño.

 Esmeralda

¡Sigue así amor mío!, ¡tuya soy!…
 Consumidme vos sin la piedad
babeadme la boca, árida estoy,
¡oh aún! y hasta mi piel besad.

 Don Filiudandi


 (Concierne las órdenes de su encanto)

 Me fascinan estas ordenanzas,
cumplocomo buen hombre mi amor,
recorro el cuello, brazo en confianza
con besos su conde embrujador.

 Esmeralda

 Me embrujáis todo mi seductor.
¡Ay cuán me excitáis mi intimidad!
¿Do estáis esas manos sin el temor
que desnude mi sensualidad?

 Don Filiudandi

(La levanta a sus brazos y no entra al palacio
la lleva cerca de un río, la acuesta en el pasto
y la desnuda completamente).

  Aquí yacemos ante la noche
y con tenues manos os desnudo,
no existe soledad o lo crudo
mi corazón no tiene un derroche.

  Feliz contigo bella mujer,
los dioses sabios tienen reproche
porque he robado su mejor broche…
Y que beso hoy con mucho querer.

 Tú aroma de flores y paisajes,
y conmovida a mi sentimiento
que vos hoy consumís a mi piel.

 Sin irme del manjar que me traje
quehoy disfruto en mi alimento
con dulzura en este edén tan fiel.

 Esmeralda

 Me incitáis tanto ¡oh mi bello amor!,
dentro de mí hay un mismo volcán,
noaguanto… y esta noche qué honor
contigo es, un hombre tan barbián.

 Don Filiudandi

¡Ay vuestros gemidos aceleran
bastante mi férvida explosión,
vuestros arrumacos aligeran
el olvido de una vil pasión.

Esmeralda

(Más que feliz mira a su amado y pide su satisfacción hasta el amanecer)

  Soy digna de vuestro corazón
apegada estaré hasta la muerte.
Concededme hoy la satisfacción
¡oh! y no dejase de comerte.
 Quiero más que vuestra polución
yo quiero, y cuán deseo una prole,
yasí exista entera bendición
que hoy nada de eso más se viole.

 Don Filiudandi

 (la observa con ternura y más ferviente devora a su amada ante su libídine ardor).

¡Oh mujer mía así debe ser!
sino la vida ya no existiera,
vos y yo daremos frutecer
en esta preciosa primavera.
(Mirándola a ella y besando)

 Esmeralda

¡Entregaos así y devoradme!
así vos que solo me encendéis,
mi cavidad íntima explotadme;
¡ay que mojada hoy vos me tenéis!
 Todas estas posiciones dulces:

 Don Filiudandi

es la relajación que me dais.

 Esmeralda

Sin sentir para nada agridulce,

 Don Filiudandi

por vuestros orgasmos que mojáis.

 Esmeralda

¿Así te gusta que a vos os moje?

 Don Filiudandi

¡Sí!, porque son baños que incitáis.

 Esmeralda

¿Esa magia será siempre antoje?

 Don Filiudandi

 Sí,porque adoro y me calentáis.

 Esmeralda

 ¡Mi bien, mi todo, mi generación!,
mi principio, mi alegría amada.

 Don filiudandi

  Mi mujer, mi cielo, hay explosión,
Habrá un vástago en vos mi adorada.
¿Descansa sí bonita criatura?
(no logra dar espasmo a su querida quien ella
no lo sabe y él rebuzna fingidamente)

 Esmeralda

 Sí mi amor… me siento muy feliz,

 Don Filiudandi

 Igualmente mi dulce ternura
contigo y se borró mi cicatriz.

 Esmeralda

 Me alegra que sea salvación
más de vuestro ser ¡oh vida mía!.
Así de dulce hoy su introspección
con amor mío que doy y habría.

 Don Filiudandi

 Me encanta oír eso de tu boca
qué dulce como nuestro interior,
la lluvia al río se desemboca
y mi alma a la tuya es un amor.

 Esmeralda

 Qué precioso y honrosa me dais
hoytan solo a vuestro pecho duermo.
Te arrumaco y mi oreja  besáis,
qué delicia ataco y me mojáis
y mi sentido no está ni enfermo
sino que ardiente aún que dejáis.

 (Se duermen en el pasto cubiertos de mantas blancas lejos del palacete).

Escena V

(Muzio iba bien vestido con trapos radiantes, lo dejan pasar al palacete, ven al campesino y no le permiten la entrada, al verMuzio gritos de afuera decide regresar y ver qué ocurre, descubre que su amigo era tratado deruin forma y decidió hablar con los  guardias para que den su paso, ya que él no llevaba
la carta de invitación, y lo dejan entrar porque él paga algo para su paso).


 Campesino

 No sabéis qué ayuda me habéis dado
gracias compañero al oponeros,
ante esos villanos desalmados
y después de tiempo puedo veros.

Muzio

 Vos me ayudasteis y no lo olvido.
¿Cómo no pagaros un favor?,
esos guardias son más un fallido
ni respetan las clases ni honor.
¡Recordad la humildad prevalece,
no la injuria del libertinaje!

 Campesino

¡Y eso a mi favor más me acontece
más por este mismo arcaico traje!

Muzio
(señala al campesino los bailes)

 Mirad la belleza en las mujeres
medomina el ballet vals amoroso,

 Campesino

 Igual mi señor ver tales seres
con su juglar encanto precioso.

Muzio

 No digáis señor decidme: Muzio,
no tengo trono ni el reino amigo,
nosoy de clase alta, ni cruel sucio
sino más que un mismo buen testigo.

 Campesino

 Me conforta cándido lenguaje.
¿Testigo sois de quien soy verdad?

Muzio

(Le entrega unos versos del libro en un papel)

 Sí, quien de mí apartó lo salvaje
con estos versos de libertad,
moldeasteis mi señero vil viaje
a conocer que existe la bondad.

 Campesino

(Mira con él a las maravillas de encantos)

 Me alegro y qué espléndido paisaje
qué flores de esta divinidad.

Muzio

 (Saca de su traje senos de Venus de chocolates)

 Con bocadillos conquistaremos,
veréis que ellas nos reamarán…

 Campesino

qué buena elección quizá tendremos,
si posemos y ¿nos besarán?

Muzio

 (con más dulzura y entrega alzando los brazos)

Nos querrán su figura desnuda
nuestros labios a su boca y seno.

 Campesino

(Viendo a una solamente)

¡Ah, así! qué delicia y sin duda
una flor hoy mi alma deja muda
no resisto a ir a su terreno.


Muzio
(Con sonrisa viéndolo y llamándola a ella
porque descubre la mujer)

 Dulce condesa de este palacio,
venidun momento si le place,
más una pieza al señor Horacio
yasí él en ese baile se complace.

 Condesa

¡Oh porqué no?, sería un honor.
 ¡Ay! alistaos y baile augusto,
tome mi mano ¡oh bello señor!
y dejaos llevar sin el susto.

Muzio

(Aparte con la cabeza hacia arriba
y mirada entristecida y voz muy baja)

¡He qué emoción ya no estará solo!
 Está más que sólo yo ha de andar,
¿Cuándo llegaréis ante mi polo
para poder sentiros y amar?

 Campesino

 Me emociona dulce ángel que existe
en este vals su vista es deífica,
de libros y efigies hoy persiste
la magia: mi fórmula científica,
que más buscaba y del corazón

 Condesa
(Le besa la boca al campesino)

Y me encontraba de plena sazón.
Que podéis besarme sin soltarme,
y sujetaos de mis caderas,
quiero en vos solo desembocarme,
prendarme como si mío fueras.

 Campesino

 Soy solo vuestro ángel adorable,
me tenéis muy enamoradizo,
me enrojecéis diosa deseable
al teneros cerca que agonizo.

 Condesa

 Qué hipérbole decís amor mío,
me hacéis reír, qué locura loco
pero me hechizáis así y confío
que sois vos lo que más dulce toco.

 Campesino

(Con mirada preocupada)

 No creí que le conquistaría.
 ¡Oh! a una mujer de su gran clase.

 Condesa

¿Por qué decís eso de empatía
con ese tono de voz en frase?

 Campesino

 Porque somos tú y yo de dos mundos
tengo un pan solo para comer,
si la dejo así no me confundo
y vos conseguís mejor querer.

 Condesa
(Le toma del brazo y le abraza y le susurra al oído)

 No penséis que soy de tal perfidia,
no acostumbro a mirar tal vileza.
Me gustáis y si os vais hay envidia
de que una pueda ser su terneza.
  Conmigo vive mi buen Horacio,
no sabéis lo que os deseo dar.
Mi corazón mi alma es vuestro espacio
y de mi carne íntima tu hogar.

 Campesino

(Le mira a los ojos con ternura y le toma la mano de ella a su corazón)

 Me palpitáis aquí en mi interior,
truenos de bombeos por vos bella.
 Me hacéis creer que honráis el amor,
así tendré ese hogar que no mella.
 Vivid conmigo mi dulce amar,
ya no hay castigo sino besar.
(lebesa a su condesa y se retiran pero Muzio lo persigue y le toma del brazo a Horacio)

Muzio

 A ¿do vais querido compañero?
y¿no os pensáis quedaros más rato?.
 ¿Porquéde prisa iros del festero?
llevémosla bien aquí de trato.

 Campesino 
(Le mira enojado y en voz baja)

 ¿Por qué Muzio? no veis a quien tengo,
mi linda dama única y postrera,
me eligió más de donde provengo,
me ha enamorado mi alma entera.

Muzio

 (Aparte)

Esperemos que no sea su ruina.

 (Con afable amistad a Horacio)

¡Oh! buen digno de ella mereceros
que complacéis vuestra vida amada.
Os deseo un orbe de luceros
para su enlace sea brillada.

 Campesino

  Agradecido mi gran amigo,
no olvidaré jamás su atención,
has sido más que un líder conmigo,
sus palabras de veneración.

 Condesa

 (aparte)

 Qué perfecto se la llevan ellos,
existe la gran fraternidad,
su lenguaje es de finos destellos
pero mi amor es divinidad.

Muzio
(Entrega algunos; Venus de chocolates)

 Iros con vuestra bella mujer
y veré si con los bocadillos
puedo conquistar un buen querer.

Campesino

 Así ha de ser pero di estribillos
seguro a una va enriquecer.

 Condesa
(Agradecida por los, Venus de chocolate)

 Buena idea de mi amor que es tan sabio
con dulce y el poema es divino,
y consiga aquel meloso labio
y pueda concernir su destino.

Muzio

 (Mirándoles con afecto)

 Me embelesan vuestras opiniones,
son inteligentes la verdad,
y consigauna de esas pasiones
para sentir tal felicidad.

 (Se retiran del palacete condesa y el campesino Horacio llevándola de la mano)

 Escena VI

 (Muzio sentado en un asiento sin ansias de bailes más tímido ante el cúmulo. Y estando solo pero una mujer se acerca; le saluda y le pregunta su nombre).

¿Cómo os llamáis usted querido hombre?
Me parecéis a alguien conocido.
Me permitís escuchar su nombre
sabré lo que sospecho querido.


Muzio

Debéis de estar más que confundida.
 Además de años soy soledad.
Y Me llamo “Muzio” hombre sin vida,
sin alivio sino tempestad.

 (La mujer sorprendida se desmaya, Muzio no sabía: porqué le pasó, y saca los bocadillos del traje y le da en su boca,la mujer se despierta).

 ¡Oh! qué dulzura de hombre sois vos…
 ¿Será que esto es un precioso sueño?
¿No sabéis quien en realidad soy?
¿Me olvidasteis; tan veloz mi dueño?

Muzio

(Con ojos asustados y  reacción molesta)

 ¡Queréis decir que sois mi pasado!
Si fuese tú dueño aún sería,
mas vos os fuisteis de mi costado
y me dejasteis en la elegía.

 (Con lágrimas en los ojos diciendo la explicación de su evasión).

En  una noche no había pluma
vos no estabais en nuestro hogar
y empecé mucho más a nausear
me fui y vi todo en bastante bruma.

 Y aquel dolor aún no se esfuma.
Veo mi hijo sin su padre estar…
No sabía cómo aquí llegar,
pregunta él: ¿si un milagro perfuma?

Muzio

¡Oh años y al saber tal noticia!,
me despedaza y me anima el alma,
quiero conocerlo y florecer

 ¿No sabéis? que os amo sin malicia
entre mi profundidad en calma
porque vos fuisteis primer querer.

 (Con ternura le abraza y él la besa a su dalia dichosa renacentista de amor).

Dalia

 Más yo os amo mi amor milagroso.
 No pensé que os iba a encontrar.

Muzio

 Mi Dalia renacéis lo  lagrimoso,
qué feliz me es ahora besar.

 Dalia

 La vida acostumbraa maltratar
pero Dios se recuerda de vos,

Muzio

 Decía un amigo sin fallar,
la esperanza hay si crees en Dios,
así llegasteis y para amar,
sin sentir que hay un pérfido adiós.

Dalia

 Así como hoy sin más sollozar
el corazón y unidos los dos.

Muzio

 (Comparte un canto de aria a su amor)

 Qué dulce eres mi Venus amor,
que de perfumes vos me enamoras,
tus caricias, labios qué sabor
es sentiros en mí que me adoras.
 El cosmos, las galaxias son nada,
la naturaleza, y la  existencia,
porque veo en sus ojos mi amada
todo ello al solo sentir su esencia.
 Canta, alma canta a la fiel pasión,
endulza, y endulza a este ser,
más con cariños qué sensación
es saber que todo es florecer.

 (Se retiran del palacete los dos agarrados de manos y alegres sonriendo al salir por revivir su unión).

 Escena VII

 (Se encuentra Condesa con su amiga Esmeralda dormida en el pasto con Don Filiudandiy Horacio en cautela se retira y Condesa se molesta y le llama, despertando a Esmeraldasolamente).


 Esmeralda

 (Con trapos se cubre su cuerpo)

 Condesa no pude resistir
este caballero enamoró,
a sus brazos mi piel se rozó
y hasta cópula me hizo sentir
sintiéndoos que mi amor detonó.

 Condesa

 No juzgo amiga vuestro vivir
más me agracia mirarla prendada,
así con el Don de tal reír
porque la noté antes en su mirada.

 Esmeralda

 Me emociona esta pasión tan viva
un bardo en su principio al tratar,
y que de mi hado solo él conviva
y en su piel delicia siempre amar.
 Don Filiudandi, mi dulce amor
mi hombre dandi, tú mi sabor.
(Señalando a Don Filiudandi).

 Condesa
(alzando los brazos con jolgorio)

 Qué viva la emoción predilecta
esto es la pasión de un corazón.
¡Oh mi vida está igual tan directa
a un renacer que hoy es salvación!
(Con sonrisa mirándola)

 Esmeralda

A ¿qué os referís mi buena amiga?
y¿quién fue el milagro de encontraros?.

 Campesino
(Aparte detrás de unos árboles escondidos)

 ¡Me da pena que aquí me consiga!
masfui yo quien pudo conquistaros.

 Condesa

(Llama a su Horacio de espaldaque estaba escondido detrás de los árboles)

 Sal de ahí Horacio mi buen amor
para que conozcáis mi Esmeralda.
 La bella mujer y que es terror
si la rebuznan ante mi espalda.

 Horacio
(aparte)

¡Huy! mejor salgo antes que algo ocurra,
sino es capaz que pierda a mi flor.

 (Sale de los árboles)

 Qué dulzura mi amor verla: y ¡hurra!,
es gritar de gozo y con sabor.

 Condesa

¡Oh qué rico me tratáis mi rey!,
me aludís con tal clase mi amor,

 Horacio

 Mi pasión: amar es a tu ley,
me inclino reina con esta flor.
(Muestra una flor que tenía en suespalda con una mano)

 Condesa
(Sonrojada a tal detalle de él)

 ¡Oh mi buen Horacio qué bellísimo!,
me endulzáis mucho con tal regalo,
y sois mi hombre maravillosísimo
quien da lo mejor y nada malo.
Solo te siento, tú así amoroso,
qué sentimiento, solo es glorioso.

 (Horacio abraza a su Condesa y Esmeralda
sorprendida a su querer que se presenta ante Horacio)

 Esmeralda

 Me alegra su chispa celestial,
rutiláis como cosmos vosotros.
Indecible su amor magistral
porque sólo escarnio son otros.
 Estoy encantada Don Horacio,
más de conocer el prometido,
¡Oh! de mi gran buena amiga ahora.

 Horacio
¡Ah! bella igualmente ante este espacio
y soy solo de ella de cumplido
y amarla ya que tanto me adora.

 Condesa

 Así es que os adoro mi travieso
y junto a mis labios y riqueza 
que son de chocolate y cereza
que disfrutáis con mis buenos besos

 Horacio

 Y que son mi alimento y exceso,
no dejo de consumir belleza
y que os beso con delicadeza
y descubro que estoy de vos preso

 Condesa
(Mirando con devoción a su amor)
 No os vayáis de este eslabón prisión
que estaréis por toda eternidad

 Esmeralda
(Alaba con aplausos)
 Así de dulce es su descripción
toda una viva preciosidad.

 Horacio
(Fijamente ve a su amor)

 Por ella me quedo eternamente
y¡sí! Esmeralda es la gran pasión
que miré y elevó dulcemente
mi alma y mi adueñado corazón.
(Da una vuelta de emoción)
 Condesa
(Le besa a sus labios y caricias da)
 Me siento tan segura a tus brazos,
a vuestro rico y divino aliento,
que tengo en mi boca de gustazo
que exalta y te ama mi sentimiento.

 (Don Filiudandi se despierta y se levanta tapándose su cuerpo desnudo)

 Don Filiudandi
(Con ánimo su voz)
 Entre sueños y amores amados,
vi las relaciones más que amándose,
y veos a vosotros prendados
como una chispa inmortal brillándose.
¡Oh como la mía que es con ella!
de mi Esmeralda preciosa y llana
que ha de ser mi única reina estrella
que alumbrará en mi fiel noche y diana.
(Da un beso en los labios de su mujer)

 Horacio y Condesa
(Aparte con gesto sorprendido)

Grandioso este bribón arrullado.
 Qué adivinador nos ha salido.
Qué frase: en brillo inmortalizado
y somos eso en lo comedido.

 Esmeralda
(Abraza a su amor)
 Despertasteis mi bello poeta
atal frases blancas a mi amor,
qué ternura en vos solo repleta
a mi rincón como un sol de ardor.



Don Filiudandi

¿Qué ha sucedido con la gran fiesta?
¡Huy ya terminó tan expedito!,
qué tal si entramos con viva gesta
por tener el amor sin lo cuito.
 Os parece señores presentes;
animaos y entremos felices…

 Horacio
(Con aplausos y voz alta)

 Volvamos al baile dulcemente.

 Condesa
(Mirándole a su amor sonriendo)

¡Sí! mi Horacio así como lo dices.

 Esmeralda

 Esta fuerza es un buen magnetismo
unido imposible de apartar.
Tanto así que es el romanticismo
entre besos, caricias y amar.
 Entremos señores a bailar
sin olvidarse que nos amamos.

 Don Filiudandi

 Así es mi Esmeralda de mi hogar
de este corazón que hoy nos besamos
(Le besa a su esmeralda con fervor y se visten para ir)

 Escena VIII

 (Aparece a la entrada del palacete Muzio y Dalia Donde se iban de la fiesta)

 Horacio
(Detiene a Muzio)

¡Oh mi buen amigo a dónde os vais?
Veo que hay un regalo exquisito,
Dios os prendó y contento ¿estáis?
al tener tal dulce favorito.

Muzio
(Solloza unas lágrimas a su amigo)

 Dios si existe y a mí me absolvió
y contemplad qué hermosa esperanza.
Es mi pasado que antes me amó
y está hoy conmigo sin matanza.
(Besa a su amor en su boca)

Horacio
¡Oh Muzio vuestro amor renació
y os acompaña con tal ternura!
Dios existe y a mí algo me dio
como lo sabes a mi dulzura.

Don Filiudandi

 Así es la lucha de un vencedor
cuando se ama en todo el interior,
no se deja de tanto querer
cuando lo imploráis más con el ser.

 Esmeralda

 Así es el milagro de un buen Dios
que revive el mal a clara paz,
que brinda su apoyo para dos
y que no sea alma pertinaz.

 Condesa

Me anima que ellos sean felices
y que cohesionen más sus pieles.
Así borréis más las cicatrices
y lo mejor que hayáis sido fieles.

Muzio

 Me simpatiza que eso digáis
la buena fortuna de sus versos.
¡Oh mi bien de amor que hoy me besáis
me abrazáis mi hermosa y mi universo!.
(Acaricia a su amor en su espalda y su mejilla)




 Dalia
(Más abraza a su Muzioy eleva con ternura su voz)      

Así es cuando en vuestro amor confiáis
quesentís que existe el amatorio,
para mí, mi Muzio que aromáis
con su labio mi carne en jolgorio.
Pero nos debemos ahora ir.
Venid ¡oh mi amor! coged mi mano,
partamos juntos mi buen vivir
y que conozcáis a lo más llano.

Muzio

 Así es, mi amor se refiere a mi hijo
lo tuve con ella en el pasado.
No supe y es un gran regocijo
y debo partir con mi hado hallado.

Todos menos Muzio y Dalia

 Que la venturanza os acompañe
¡ay os bendecimos en vuestra ida!,
que viváis de tal amor que atañe
entre cariños de buena vida.

(Se retira Muzio y Dalia,y ellos entran al palacete de Don Filiudandi)

 Escena IX

 (Esmeralda mira las danzas con Don Filiudandiy Condesa empieza a bailar con Horacio)

 Condesa

¿Qué gran noche la de hoy no os parece?
La concierna de amor más que todo.

 Horacio
(A su oído en bisbiseo)

 Así es mi vida y más se acontece
como nuestro amor de temple modo.
 (Le da un beso en su labio)

 Condesa

 Gracias ¡oh amor por dulce beso!,
me perfumáis la noche de ti,

 Horacio

por mi diera aún más que solo eso,
hoy contigo y que lo siento aquí
(Se toca en su corazón)

 Condesa
(Sonrojada)

¡Ay mi divino dueño hoy sonrojas,
mis mejillas y explota mi interior!

 Horacio
(Saca unas rosas de su traje)
 Más lo haréis al darte estas rosas rojas
 (Se las da inclinándose en el baile)
que son suaves como tú mi amor.
 Y de la piedad del bien al mal
mipersona ante ti vos tendréis.

 Condesa

 Sí os parezco en tan suave floral
cual de espinas vos no sentiréis.

 Horacio

 Me da innúmero gozo mi flor
queos halléis vostan bondadosísima.

 Condesa
(Usa una sensual voz a su amor)
 Cómo no seros mi seductor    
si hasta de tisoy cariñosísima…
  Mi bien, mi todo, ¿mi amor descansamos?,

 Horacio
(Hace un gesto sonriente)
 Sí vayamos mi alma, mi hogar, mi cielo.

 Condesa
¡Ay tanto vos y yo nos amamos
que sentimos aquí un gran anhelo!.
(Le toma de su mano y la lleva donde estaba su amiga y don Filiudandi)

 Esmeralda

 Os vi y bailaron más que rondándose
entre tales guiños hermosísimos.

 Don Filiudandi

 Os veíais sólo romanceándose
entrelos bailes tan milagrosísimos.
 Como si fueseis ángeles dignos
de tal santuario en dilecto amor.

 Horacio

 Así es la vibra cuando hay benignos
en paraíso de nuestro honor.

 Condesa

 Ya sea si hay un peor embrujo
¡Oh maligno mismo libertino!,
¡Ay quien adquiera ser de tal lujo!
y poseerjusto amor del sino.

 Esmeralda

 Lo importante que la pasión yace
que aún sigue en tal noble vigencia,
y en nuestro corazón satisface
que ello está y se reama en presencia.

 Don Filiudandi

 Así mismo mi dulce Esmeralda;
a veces que la doblez se oculta,
pero cómo hacerlo ante esa falda
que tenéis cubierta a mujer culta.
Que dan hasta ganas de ti en calda
a milbesos quiero y que hoy resulta.
 (Ella al verlo tan dulce le besuquea todo)

 Esmeralda

 Os lleno de besos mí buen bardo,
sin dejaros en paz mi bien mío,
estoy que dentro de mí ardo
decalentamiento que sonrío.
(Don Filiudandi queda lleno de los labios rojos de ella)

 Condesa

 Qué holgura tan dúctil y vibrante
se siente en este gran palacete
Entre alma vida y lo apasionante
que hasta vástago ello se complete.

 Horacio
(Implorando en plural)

 Así mismo ¡oh corazones viven!;
el humano para heredar vida
más esposado con quien convive
y dar lo mejor de sí, sin la ida.

 Esmeralda
(Casi dormida con ojos medio cerrados)

 Mi buen amor mío en mi existencia.
 ¡Oh tengo sueño debo marchar!,
me agradó esta melosa asistencia
y de vos, que hoy más he de soñar.

 Don Filiudandi
(Sujeta su mano con delicadeza)

 Mi amado y eterno buen amar,
os reservo una cómoda pieza.
 Quedaos bella mía a descansar
que os quiero para mí, mi belleza.

 Esmeralda
(Sonrojada y tímida le mira muy enamoradísima)

 ¡Ay mi consolación vos de mí alma!
¡Huy qué caballero hombre mío es!,
así tal ternura me dais calma
que hasta me tiemblan los mismos pies.

(Condesa Y Horacio les mira con alegría por tal amor que se chispean)

 Don Filiudandi

 ¿Quiere que cargada os lleve mi bien?.
Y así no os cansáis mi fresa crema,
y ojos de paisaje y bello edén
al veros y de un brillo de gema.

 Esmeralda
(Sorprendida al trato dulce)

 Vuestra fresa crema ¡ay soy también!,
me derretís en tal fiel poema,
me endulzáis en todo mismo gen
que palpita al sentiros tan cerca.

 (La sube cargada a la pieza y Horacio va a buscar unos banquetes para su amor y ella queda sentada viendo los bailes del palacete).

 Escena X

 Condesa

¡Pero qué locura tengo miedo!
ahora estoy solitaria aquí.
Solo me molesta un poco el dedo
y ni recuerdo cómo me herí.
(Al esperar a su amor se duerme.Baja Don Filiudandi y enseguida va donde Condesa)

 Don Filiudandi
(Con delicadeza le susurra al oído)

¡Oh gentil mujer do está su amor?
¿Por qué está aquí tan solitaria?
No sabías que hasta hay malhechor
rondando en busca de una bella aria.

 Condesa

¡Oh mi señor! usted qué agradable
y los rufianes no harían nada.
Mi corazón dueño es y más fiable
ni a frase bella fuese arrullada.

 Don Filiudandi
(Con mirada más dulce y no interesada)

¡Oh criatura del cielo en la ley
sólo del amor puede ser contrista!
Porque ni aquel poderoso rey
tierra prometida dio conquista.
 Fue el hundimiento, más luchador,
fueron lamentos,sin el honor.

 Condesa

¿Qué queréis decir y vuestra amada?
entonces que os hace ella sentir,
o la ilusionáis en frase dada
y lo que hacéis solo es vos ¿mentir?.

 Don Filiudandi

 No miento solo veos mujer.
 La honradez noble viene de ti
luna se pinta de vuestro ser
y mis manos sucumben aquí.
(Le toca su corazón y la mira muy dulce)
 La gente misma plebeya indigna
quede flores pierden al amar,
son de cierta alma misma maligna
y ello ¡oh a mí me hace más tronar!.
(Toma sus manos y la respira de su cabello)

 Condesa
(Con ojos abiertos y desesperada)

 ¡Qué rayos decid vuestro interior!
 ¿No veis que soy ya de otro querer?
Y porque yo y no otra hayáis amor,
porque no os pienso ni contener.

 Don Filiudandi
(Sujetando su mano y arrodillándose)

¡Oh mío bien! partamos de aquí,
y os propongo único casamiento,
y así podré amaros solo a ti
porque vos robó mi sentimiento.
 Bella condesa, tuyo es mi amor.
Tú me embelesa,¡ay bonita flor!



 Condesa
(aparte)

¡Oh dioses ayudadme con él!
Es diferente al hecho de amar,
mi vida no quiere ser infiel,
pero¡oh! este me quiere esposar.
 ¿Cómo irme de bella petición?,
me enamora toda mi conciencia,
se apodera ¡oh de mi corazón
y de mi decidida existencia!.

 Don Filiudandi

 (aparte)

¡Oh! si me acepta feliz seré,
así podré tener mi trofeo,
contigo hijos floreceré,
más así seré heroico y lo creo.

 Condesa
 (Le mira con inquietud)

¡Venid y decidlo con voz fuerte
y así me asumiréis ante vos!
Así sabré por fin conocerte
si fiel a mí seréis sin adiós.

 Don Filiudandi
(Toma su mano y la besa)

¡Oh ternura! con gusto lo haré.
Tus manos suaves como la crema,
divina, y que aquí hoy imploraré
que sois mía como este poema.

(Recita un poema para ella en público)

¡Ay! de lejanías sin amor,
contigo he de ser más que feliz.
La venturanza Dios por favor
dádmela y quitadme lo infeliz.
 Quiero ser en tu ley  más con ella,
la realidad sintiera a su encanto,
¿cómo decir no mi linda estrella?
Y casaos y no soy quebranto.

 Condesa

 Perdonadme; ¡oh buen gentil Horacio!
 ¡Pero este hombre me reconquistó!,
y acepto ser vida en su palacio,
y el todo porque a mi alma prendó.

 Horacio

(Aparte desde lejos oye y decide irse y no volver teniendo el banquete en las manos que era para ella)

 Así una cruel mujer se equivoca,
¡oh! que yo solo alma toda di
y ni recuerda el beso a su boca;
y  como roca me bota a mí.
 Que seáis feliz bella criatura 
y en la noche de hoy ¿qué hará Esmeralda?,
¿cómo lidiará por tal ruptura?;
donde duerme inocente la dama.

 Don filiudandi

 ¡Mí buen amor codiciado y digno!,
gracias por aceptar bella mía,
no os fallaré en mí ser más benigno
y que os desea y en su alegría.

(El público del palacio aplaude por tal unión que se celebra del Rey con música y emoción)

 Condesa

 Os lo merece ¡oh buen dulce amor!
ya que nadie e hizo eso por mí

 Don Filiudandi

porque ante su alma soy salvador
y llegó para quedarse en ti.
 Debo ir a buscaros la comida
para que estéis mucho mejor ¿sí?.

 Condesa

 Vaya y que dulcita bienvenida
tan atento me atendéis a mí.
(Le da besos en sus labios y abrazos
fuertes con locura)

Escena XI

 (Don filiudandi se dirige a la pieza donde duerme Esmeralda soñando y pensando en él. Pero el debe acontecer su libertinaje, y la seduce).

 Don Filiudandi

 ¡Oh mi crema de fresa en sabor!
 ¿Do estáis mi traviesa juguetona?
 Vine para comeros dulzor
en este lecho mi cachetona.

 Esmeralda
(Le llama con su mano y se quita los trapos)

 Ven mi amor y comedme completa
más estoy lista  y sólo desnuda,
y ámame mi erótico poeta
que deseo contigo y sin duda.

 Don Filiudandi
(Le abre sus piernas y la besa toda su carne)

 Me encendéis ¡oh bonita mujer!
y tan húmeda os siento mi diosa.
 Jugoso es todo tu enriquecer
de esta lujuria sensual fogosa.
 Ricos gemidos oigo latir.
 ¡Oh! qué sentidos, rico sentir.

 Esmeralda
(Abrazándole y moviéndose salvaje)

 ¡Oh no paréis y más reventadme
toda mi intimidad es de ti!,
esta noche a mi interior mojadme,
¡oh! junto a vos tan feliz aquí.

 Don filiudandi

 ¡Oh mi buen excitante instrumento
que Dios me dio para mí en verdad!
 Sois mi violín que toco y consiento
entre tu empapada intimidad.
 Me animáis y tanto me gustáis,
me hacéis ser un férreo león,
junto a ti que solo hoy exclamáis
por tanta demente excitación.

 (Don Filiudandi logra dar polución y se levanta del lecho y se retira, Esmeralda duerme. Pero antes le dio un dulce medicinal para que no despertase por 4 días).

 Escena XII

(Condesa esperaba a su amor por el banquete que le había prometido y lleva unos que estaban en la mesa de las sobras).

 Don Filiudandi

 Amor mío ten esta comida
y disculpadme por la demora,

(Saca de su traje un anillo y se arrodilla)

os pago con  este anillo en vida
y así os esposéis quien por ti llora.

 Condesa

 ¡Ay de mí a tal hombre de amor frágil!
nada mártir en ojos fastuosos.
 Os apoderáis de mí así de ágil
que os recibo con amor glorioso.
 (Deja que él prendado coloque el anillo)

 Don Filiudandi

¡Oh mi dueña qué mano tan tierna
como crema de aroma de flor!,
ya mi alma y vida no consterna
al saber que sois mía mi amor.

 Condesa
(Le acaricia su pómulo, se inclina y lo besa)

 ¡Ah! así se ha ido lo luctuoso
y abrazaos de mi entero ser,
endulzaos de beso amoroso
conmigo hasta hermoso  amanecer.

 (Aparece Horacio frente a ellos)

 Horacio

 ¡Oh villano que robasteis a ella
no sabéis; ¿cómo se siente aquello?
 ¡Ay pobre mujer! él es querella
juro que es libertino del mello.
 Más sus palabras, tú engañador
celo en mí hoy labras, por tal dolor.

 Don Filiudandi

 ¡Ay buen hombre tan desventurado!
disculpad y lo siento en el pecho,
ella se dio cuenta de su amado,
sus ojos míos y de mi lecho.
 No soy malvado, ni aquel truhán,
soy ser casado, fiel y barbián.


 Condesa
 (Con voz a Horacio)

 ¡Tranquilizaos no te merezco!,
concebíos a otro dulce apego,
no os sintáis así que yo fenezco.
 Floreced y buscad vuestro fuego.
 Y conseguiréis tú alguien mejor,
ya lo notaréis, no habrá terror.
(Le da una flor y le da la mano)

 Horacio

 ¡Oh que el mismo Dios os compadezca!
 Os bendigo ante su corazón
y que paisaje de ti florezca,
sin tirria de la tribulación.
 Me voy amiga fuiste mi amor,
fuiste la intriga de este temor.
 Dolor diluvia mi alma hoy se balda,
“Amor de lluvia” me da la espalda.

 Don Filiudandi
(Aparte con ludibrio)

¡Qué hipérbole y ansias de llorar
con tales mohines que expresa!
ya que mis confines son procrear
junto a ti mi sápida condesa.

 (Mirando a su amor)

 ¡Oh bella mía ternura en mí!
 ¡Ay no sabéis cuán os agradezco?,
más que me hayáis elegido aquí
porque únicamente en ti acaezco.

 Condesa
(Acercándose donde su amor con movimientos de ternura)

 ¡Gracias mi apacible buen amor
por tal caricia que me tratáis!
 Igual sois mío mi trovador
porque siempre meloso me amáis.

 (A Horacio con todo agradecimiento)

 Que os vaya excelente caballero
y gracias con toda gratitud,
por ser un humilde  buen sonero
que al besarme fue mi magnitud.
 Sentí un lenguaje, dulce de amor
que habrá en viaje, de un buen sabor.
(Señalándole de la ventana el cielo)

 Horacio

 Comprendo vuestra buena atención
e Intención apacible en grandeza.
 Así no perderé la ilusión
prometida en la naturaleza.

 (Se inclina y se retira del palacete)

 Escena XIII

 (Don filiudandi lleva a condesa a una pieza para que ella duerma con él).

 Don Filiudandi

¡Oh amor mío dulce acostaos!,
ahí está vuestro lecho  querida,

 Condesa

mas venid conmigo y acercaos
para dormir hoy juntos mi vida.

 Don Filiudandi
(Se acuesta a lado de ella)

 Con gusto pero vos abrazaos
ante mi carne en ti seducida.

 Condesa
 Me excitáis y ahora vos mojaos
de mi dulce boca enriquecida. 

 Don Filiudandi
(Se pone encima sobre ella)
 Me explotáis y ahora copulaos
de mi ansiosa intimidad urgida.

 Condesa

 ¡Os siento y ahora aceleraos!
y has tuya mi pubis, encendida.

 Don Filiudandi

 ¡Oh qué honorable es a vos sentiros
entre vuestra cavidad sensual!,

 Condesa

 Igual me es un cielo aquí gemiros
y explotar tal gusto pasional.

 Don Filiudandi

 Así os sentís qué gracia mi amor,
es copular sintiendo la paz.

 Condesa

 De sudada piel mi excitador
que me da en  mi noche tan audaz.

 Don Filiudandi
(Le llena su piel de aceites aromáticos)
 Y os lleno de aceites con caricias
toda vuestra carne y os doy fresas,

 Condesa
(Recibe las fresas en su boca)

qué rico es sentiros de avaricias
a noche mágica que embelesas.

 Don Filiudandi

 Me encantáis mujer de maravillas
que dentro de mí hacéis encender.

 Condesa

  Reina la vida y no pesadillas
que a vos os tengo de tal querer.

 Don Filiudandi
(Le besa su boca luego el cuello y le susurra
al oído dando unas fresas más a su boca)

 ¡Oh amor mío, alma mía, te amo!,
lo siento y late como un volcán,

 Condesa
(Disfruta la fresa y sucumbe a su mirada)

 ¡igual lo siento pero os reamo
más que en el corazón mi galán!

 Don Filiudandi
(Besa su pecho y le mira)

 Así grandioso que copulamos
ante la noche tan magistral.

 Condesa
(Le da una caricia en su pecho)
 Que hace arder porque nos reamamos
y que es de esta unión tan especial.

 Don Filiudandi
(Consigue su triunfo y logra dar espasmo a la condesa)

 ¡Oh mi bella de las más fortuitas!,
no os iréis vos jamás de mi aroma,
por ser vos más que las afroditas
que existan tan bella entre mi idioma.

 Condesa
(Siente calentura e implora a su amor)

 ¡Más bello que adonis mi poético!,
que de ternura me contenéis.  
 Te amo vida sin amor hermético
sino que existe y que me queréis.

 Don Filiudandi

  Así la unión es tan favorable
ante esta noche de bella luna.
 Así como vos tan memorable
que en el fondo hijo de ti se acuna.
(Mira a su amor “feliz”)

 Condesa
 Siento con espera al frutecer
y vos el  buen padre de mis hijos.
 Te acaricio mi feligrés ser

 Don Filiudandi
y que Dios a los dos nos bendijo.

 Condesa

 Qué emoción se siente al más querer
ante este lecho de buen amor.

 Don Filiudandi

 Y es porque vos sois mi amanecer
y días para dar mi sabor.
(Se duermen hasta amanecer)

Escena IVX

 (Esmeralda seguía dormida. Condesa se preguntaba al despertar en la mañana ¿cómo estará su amiga?, y lo peor ¿cómo le contará que se enamoró de su prometido? Esperaba ella que Don Filiudandi ayudara para la lidia de aquella locura, pero no sabía que ella estaba dormida por 4 días por el mismo Libertino truhán).

 Condesa
(Preocupada le habla a su amor)

 ¡Oh mi amor mi amiga dónde está?,
ya ha amanecido quiero verla.
 Y ahora ¿cómo se va a contar?,
por tal acto ella sin conocerla.

 Don Filiudandi

  Mi bien mío vos no os preocupéis
tengo solucionado a tal caso,
así que vos aquí no os angustiéis
porque lo nuestro no será  ocaso.

 Condesa
(Con sonrisa confiando)

 ¡Oh si así decís calmada estoy!,
no sabéis sosiega me ponéis.
 Os amo a vos inmensamente hoy
que enamoradiza me tenéis.

 Don Filiudandi
(Le lleva afuera de la pieza)

  Amor mío ven para comer,
os llevaré a la sala dulzura.
 Os daré pollo de enriquecer
y postre en besos de mí locura.
(Dando un caricia a ella en su mejilla)

 Condesa
(Le pide que la levante cargada)

 ¡Oh qué férreo sois mi león!...
aguantáis tanto mi cuerpo entero

 Don Filiudandi

 Si es posible un siglo de pasión
por olerte, amarte tan sincero.
(Al ser cargada ella le besa a su boca y bajan a la sala y la sienta ante la mesa).

 Condesa

¡Oh do está el pollo tengo mucha hambre?

 Don Filiudandi

 Ya lo traerá el criado del palacio,
así comeréis de tal enjambre
como de mí y os doy este topacio.
(Se lo da a sus manos aquel collar)

 Condesa
(Pasmada por tal regalo inesperado)

 ¡Oh qué grandioso es vuestro regalo!
que me lo dais y me arrulláis más.
 Sois tan digno; de mí sin lo malo
por ser tú quien a mi más querrás.
 Además os siento mío de halo
que a mí siempre resplandecerás.

 Don Filiudandi

 Y que os acompañará y tan franco
junto a vuestra ternura que das,
 Entre campos verdes y no os manco
si no os amo hacia donde vos vas.

 Condesa
(Apoya sus brazos en sus hombros sin quitar su mirada hechizada a sus palabras)

 ¡Mi alma y amor paralizador!
 ¡Mi inmortal honorable de amar,
que de mi desprende tal dulzor,
mis caricias y mi idolatrar.

 Don Filiudandi

 Que nace en un grande corazón
que satisface al sentir demás,
y que da neta misma explosión
por saber que de mi no te vas.
(Condesa sonríe y le besuquea todo)

(El criado trae el pollo)


 Criado

  ¡Mi buen señor como se acostumbra!
traje el pollo que para comáis.

 Don Filiudandi

 ¡Oh qué buen sabor más se columbra!

Condesa
(Alegre y lista para comer)
¡Sí! en todo esto que solo a mi dais.

Criado

 ¿Algo más Señor vais a pedir?

 Don Filiudandi
(Enfurecido)
 ¡Ya pensáis iros así tan rápido!
y ahora un vino vais a servir,
y más postres, para mi amor sápido
que vos inútil debéis consentir.

 Condesa
(Riéndose a la reacción de su amor)

 ¡Pero qué simpático mi amor!
 ¡Ay me consentís en todo a mí,

 Don Filiudandi

es más vais a traer una flor
que sea dalia para ella aquí.
 Os lo merece mi rico olor
por solo sentir esto por ti.
(se da golpes a su corazón)

 Condesa
(Se sonroja y sus ojos aguados)

 ¡Ay amor tan divino saliste!
hermoso que a mí me enloquecéis,
menos mal que vos me conociste
y que hoy muy loca me enrojecéis.

(El criado se retira y busca su orden de lo que había pedido él)

 Don Filiudandi

 ¿Te encanta la comida mi amor?,
¿creéis sea lo mejor de ti?.

 Condesa

  Me fascina con tal buen sabor;
¿mejor?... no por ser vos para mí.
(Le sonríe con picardía)


 Don Filiudandi

 Tan preciosa mi buena mujer,
eso más de vos me magnetiza.
 Sois mi única de unido querer

(Ella al oírle le besa deprisa)

que hoy ante besos me paralizas.

 Criado

 Con permiso señores presentes
os traigo lo que habíais pedido,
sirvo vino en vasos simplemente
y esta dalia de buen colorido.
(Entrega la flor a Don Filiudandi y lo demás)

 Don Filiudandi

 Me gusta la rapidez inútil
y por ello os daré tres doblones,
así veréis que no soy tan Fútil
y así os retiréis y algo corones.

 Condesa
(Aparte riéndose)

 Pobre el criado al trato del amo
pero igual es gentil y amoroso,
hasta lo es más cuando nos besamos
y desprende un olor asombroso.



 Don Filiudandi

 ¡Qué sucede con aquella risa!.
 Os burláis de este ex pobre amigo.
 Mejor debéis reíros en misa
ya que él la da y me río contigo.

 Condesa
(Sorprendida)
 ¡Oh!, él da la palabra de Dios,
no lo sabía mas, qué espantoso
de vuestra parte decir los dos
a un acto tan bendito y piadoso.
 Os obligo que ahora os disculpéis,
más de él sino yo me voy de aquí,

 Don Filiudandi

mi cariño vos me conocéis…
Perdonad amigo si os herí.

 Criado

 Entiendo que fue en nociva broma
pero Dios ve a vos del cielo mismo.
 Recordad que cada huella desploma
al alma en ojos de un cruel abismo.
 Y comportaos en ese idioma
y así su amor será su futurismo.
 Así no habrá dolo en tal paloma
de ella de tu sentimentalismo

 Don Filiudandi

 Os ruego disculpas buen amigo,
no debí tratarte así en verdad,
pero en adelante sin castigo
y seréis mejor de amenidad.
 Obtenga esta bolsa de monedas
ahí para que vos disfrutéis,
con su dama vayáis a veredas
y sonría y así más gocéis.

 Condesa
(Lo mira con muchísimo amor y le abraza fuertemente y le caricia)


 ¡Oh mi buen querido tan meloso!,
así agrada que seáis mi amor.
 Os veis tan generoso y hermoso,
que dulcita en ti soy mi dulzor

 Criado

 Muy bueno vuestro trato mi don,
sois un buen hombre ante tal mujer.
 Y que seáis de casta efusión
ya que pocas como ella hay en ser.

 (Se retira el criado con la bolsa de monedas inclinándose en gran referencia ante ellos de buen respeto)

  Escena XV

 (La Condesa decide subir donde Esmeralda
Para verla así tenga que decirle mil cosas a la ocasión de su engaño)

 Condesa
(Abre la puerta de la pieza)

 ¡Buenas Esmeralda estáis despierta?
 Soy vuestra amiga quiero charlar,
hay un miedo que a mí ahora acierta,
temo a como vayas a quedar.

 (Esmeralda no responde más que dormida
Condesa se acerca porque no dijo nada).

 ¡Oh pero qué tenéis vos ahora!
no os movéis si quiera al yo tocaros,
 Y qué sucede ¡oh a esta misma hora!,
qué rara os noto al solo hoy miraros.

(Se golpea con la mano su cabeza, muy angustiada y llama a Don Filiudandi ya que él fue el último quien la subió a ella)

 Condesa

 ¡Mi amor, querido, subid, ven rápido!



 Don Filiudandi

 ¿Qué sucede mi princesa bella?
 ¿Por qué esos griteríos tan fuertes?

 Condesa

 ¡Oh mirad a Esmeralda si quiera
como si anduviera en misma muerte!.

 Don Filiudandi

 No exageréis porque ella está enferma
ella me contó  y debe dormir,
pero déjala que ahora duerma
a cuatro días va a sonreír.
 Me dio una medicina especial
y así ella pueda tener descanso,
no os inquietéis bella angelical
que soy tuyo en todo lo más manso.

 Condesa

 Está bien mi amor fenomenal
que contengo y amo en mi ser llano,
que no  olvida y os quiere inmortal
porque contigo siempre yo gano.

 Don Filiudandi

 Así mismo mi preciosa dama
que me perfumáis con vuestros besos.
 Y os amaré siempre en mi  dulce alma
y mismo corazón en exceso.

 (Se retiran de la habitación donde el mismo libertino juega de tal lujo y linaje vivo)

 Escena XVI

(Anochece. Pero Condesa había escrito una carta a un médico que viniese para el palacete de urgencia para que ayude a su amiga cuando despierte. Estaba intrigada. A los cuatro días llega el médico Don Horacio como el mismo Campesino. El único de la ciudad que había donde él jamás reveló su identidad. Venía con un antifaz en su rostro, sabía bien de donde provenía la carta)

El médico
(Toca la puerta del palacete y se consigue con Condesa)

 Buena señorita ¿dónde está ella?.

 Condesa

 Venid, solo está arriba durmiendo.

 El médico

 Gracias esperadme aquí Condesa,
debo estar solo en la habitación,
así sabré que tiene solo ella
y ayudarle en toda mi atención.

(El médico sube a la pieza y mide su pulso,
Toma muestra de sangre, mide su temperamento, se dio cuenta que fue agredida con algo vil y que está embarazada a los resultados, llama a la Condesa y le hace preguntas).

 El médico

 ¡Oh! decidme algo quién fue el penúltimo
más que aquí entró ante la misma pieza?
 ¿Recuerda  qué individuo fue el último?

 Condesa
(Asustada)
 Sí mi esposo entró antes de simpleza
cuando la subió para dormir,
después fui última y la vi funesta
y siento que puede hasta morir.

 El médico

 Y ¿Do está su esposo señorita?
 ¿Él no contó nada cuando entró antes?

 Condesa

 ¡Sí! que dio a ella una medicina
que ella misma le dio de su parte.

 El médico
(Aparte)

 Ya entiendo fue adormecida ella
mas para creer que era la muerte,
y donde consigo alma plebeya
que dio dulces malos al tenerle.
 Además está en estado o cinta,
el malvado vicioso truhán,
hizo de las suyas de conquista,
jamás fue aquel mismo y que galán.

 (A condesa)

Debo contar que ella va ser madre
es claro y reciente el embarazo.
 ¿Do estará el responsable padre?
y le inyecté algo a ella en su brazo.
 Se despertará muy pronto para saber tal noticia.


 Condesa
(Espantada y enojada grita)

 ¡Oh pero de quién más no va ser!,
es posible que él se haya burlado.
 ¡Oh creo que voy a fenecer!
 ¡Ay pobre mi corazón llorado!.

 El médico
(Aparte)

  ¿Cómo me lastima verte así?
 Una mujer hermosa sufriendo
y ni guardo mal más que ante ti ;
sino para ayudar bello cielo.

 (La condesa llorando y él la sujeta en sus brazos)

 No os desmayéis ¡oh bella criatura!
que estoy aquí para consolaros.
 No lloréis a una inicua locura
que estoy aquí yo para cuidaros.


 Condesa
(Sospechando su trato tan meloso)

 Os parecéis a un buen hombre vos
más que antes conocí y quise tanto,
mas dije un dolido fuerte adiós
y lo perdí  más su dulce encanto.

 El médico
(Con disimulo cuidadoso)

 Quizá el milagro exista en tu puerta
que está en un corazón más llamándote,
y así aquel dolor más se desierta
y eres vos más que feliz amándote.

 Condesa

 Sois tan único mi servidor
más de la vida misma que ayudas.
 ¿Así sois real; en el interior?
que toda tristeza vos lo curas?.

 El médico
(Un poco interesado su mirada)

 ¡Oh! soy solo un pan del mismo Dios
que fui enviado para el mal curar,
y así como hoy como estáis vos
vine como ángel para animar.

 Condesa
(Emocionada por él)

 ¡Oh qué agraciado sois vos señor!
me gusta como a mí me tratáis,
dais una caricia con dulzor
entre sus frases que me hechizáis.
(Le da un beso en su mejilla al médico)

 El médico

 ¡Gracias mujer maravillosísima!
vos besáis como una diosa cálida.
 Además eres muy hermosísima
donde ni noto su cara pálida.


 Condesa

 Vos hicisteis la magia bombón
a tan dulce encanto que vos dais,
y no os aleje de esta ilusión
ya que a mi corazón palpitáis.

El médico
(No aguanta su sentimiento y se quita su máscara)

 ¡Oh no puedo ya esto ni aguantar!
vos me gusta mucho mi condesa.
 ¿Cómo poder yo más soportar
si os siento aún cariño mi fresa?.

 Condesa
(Sorprendida sin importar le besa pasionalmente)

 ¡Oh amor mío venid y amadme!.
 ¡Os extrañé en realidad mi bien!,
y ven a mi carne y abrazadme
y no os apartéis de vuestro edén.

 Horacio
 (Emocionado la abraza felizmente y luego se pone serio a lo que dirá)

 Os debo decir algo mi amor,
el pérfido ahora va a pagar,
él dio dulces de lo más peor
donde a un año ella va agonizar.
 Pero con la inyección que le di
ya eso no va a poder suceder,
si no irá ante la ley preso sí
porque violó la vida de un ser.

 Condesa

 Qué terror tan granuja salió
y aún así estando embarazada,
donde él mismo ante ella se acostó
y zanjó que sea envenenada.




 Horacio

 Ahora hay que esperar que él más venga
y Llamaré a los guardias yo mismo,
e infame delito  se contenga
con mi prueba para un cruel abismo.

Escena XVII

(Horacio escribe una carta para el guardia
de la ciudad, mandando las evidencias del ultraje con la dirección y todo para su llegada en la tarde. En la pieza Esmeralda grita con dolor sintiendo. Y se dirige a la pieza Condesa y Horacio, donde él le echa unos aceites curativos para su salud delicada que aún está).

 Condesa

 Debo charlar contigo Esmeralda,
espero que podáis entender.
 Vuestro amado sedujo a mis faldas
y simplemente me hice querer.

(Esmeralda atónita y enojada)

 Mi conciencia no descansa en paz,
perdóname pero él es un vil;
hizo a vos un hecho pertinaz
para que os muriese tan servil,
y me fue más que un mísero audaz
que copuló y me siento febril.

 Esmeralda

 ¡Oh solo siento máxima rabia!
me traicionasteis maligno amor.
 Tu sedujo de vuestra alma sabia
supo hacer de la tuya en honor.

 Horacio

 Como veis soy un vetusto amigo
un médico que jamás contó,
y que observé lo que hizo conmigo
donde a mí ella igual me la quitó.
(Esmeralda le mira con lágrimas)
 Debéis ser fuerte y más perdonar
más a condesa llena de engaño,
pero no es una santa al traicionar
y así quitaros ese  cruel daño.

 Condesa
(Se da cuenta de Horacio que le ama)

 Mi buen Horacio me sorprendió,
jamás supe que era él en verdad.
 Tuvo un antifaz mas lo apartó
y fue amoroso y es mi lealtad.

 Esmeralda

 Os perdono Condesa a tal hecho
al que sí no doy absolución,
a Don Filiudandi sin derecho
e induzco que muera en maldición,
por haberos seducido en lecho
y revuelto para tentación.
(Abraza a Condesa)

 Horacio

 Hay algo que yo debo contaros,
vos vais a ser madre en esta vida,
y debe ser de él por copularos,
único que no tiene salida,
irá a celda por casi mataros
y pagará en vida maldecida.
 (Esmeralda se desmaya a la noticia)

 Condesa
(Le echa los aceites a su cabeza que le indica Horacio y expresa un soneto)

 ¡Olvidaos de la misma pena
y conjeturar la salvación!
 ¡Oh de aquella truhana ilusión 
y quitaos esa cruel cadena!.

 ¡Vivid como preciosa sirena!
en los mares de viva canción
y sentid que sois fuerte pasión
que en dulce canto apartáis condena.


 Mi buena aliada que tanto quiero,
levantaos de la cama amiga
lo importante que ya nada encierra.

 Más felicidad es lo primero
porque seréis madre que ni hostiga
sino anima en tu planeta tierra.

 Esmeralda
(Le da un apretón de mano a su amiga)

Tan bondadosa y gentil amiga,
me consoláis con tal poema.
 ¡Ay! me hacéis ver que no se prodiga
la lucha por la vida del lema.

 Horacio
(Saca de su traje unas flores y las lanza con alegría por la dicha que están sintiendo)

 Así mismo es como se contiene,
más la honra de tu misma figura,
donde nada se pierde si tiene
mejor que afecto de hijo que cura.

  Condesa y Esmeralda
 (Ennoblecidas a tal acto de Horacio)

 Entre chispa divina es amor,
donde se iluminan nuestros ojos,
donde se brindan más que color
hacia universo sin los enojos.
 Os damos gracias por bellas flores.

Condesa
(Con una voz suave a su amor)

 Tan apuesto y dulce mi buen dueño,

 Esmeralda

 son dulces y de varios colores

Condesa
y siento al recibir de buen sueño.

Horacio
(Con ternura)
 Cual soy yo, más de la realidad,
de carne y hueso quien os adora,
 Que os ama más que la inmensidad
y que os besa en este lecho ahora.
(Acariciándola con una flor en su mejilla al besarla)

 Condesa

  Nuestro amor es la inmortalidad
que hoy se consiente hasta con rosas,
me caricias con tal suavidad

Horacio

Y que me encanta bonita diosa…
 Seros así a tal divinidad
ya que vos soy mía cariñosa,
y dueña de mi felicidad
y que hoy me hocicáistan venturosa.
(Le besa ansiosamente a Horacio)

 Esmeralda

 Recordad, hoy vendrá el libertino
y él no sospecha nada seguro.
 ¿Y os colocaréis  vuestro antifaz?

 Horacio
(Mueve la cabeza para arriba y abajo)
 ¡Sí!, falta poco para su sino
y donde estará recluso oscuro
ante salva guardias sin su paz.

 Condesa
(Aparte)
 ¡Oh pobre de él me da cosa en sí!,
pero no hay perdón a tal bribón,
no merece piedad ni si quiera
e hiciste tal daño y postración,
y que el salvador te absuelva a ti
y así podáis ir en paz a tu era.

 Esmeralda
(Aparte)

 Las locuras que con él pasé
que me hizo concebir tan bonita,
y que a sus labios tanto besé
ya hoy no existe en este corazón,
se irá lejos a tierra maldita
donde será su condenación.

 Horacio
(Aparte)

 ¡Oh! sabía que eras un torbellino
donde no era inocente al amar,
así desgarraste su camino,
hiriendo como un peor demonio,
que solo te burlaste al besar
ante un apócrifo matrimonio.

 Escena XVIII

 (Don Filiudandi llega al palacete y en voz fuerte llama a su amor en la puerta)

 Don Filiudandi

 ¡Amor mío! ¿Do estáis? ya llegué.
 Salid para que veáis vos algo
(Saca  de una cajita un collar de perlas con rubíes)

 Condesa
(Con disimulo baja donde su amor)
 ¡Oh no sabéis cuán os extrañé!
 ¡Oh qué obsequio se ve que yo valgo!

 Don Filiudandi

 Claro que vos valéis mi fiel vida
más que el reinado de Dios mismo,
ya que vos sois mi diosa bellida
que hace decir tal romanticismo.

 Condesa
(Aparte)

 ¡Oh aún sigue tan memorable
 su galanura pronto se irá!,
de un corazón  que no es razonable
sino en gorigori yacerá 

 (A Don Filiudandi)
 Tan apuesto y hermoso mi amor,
debo deciros algo mi rey,
Esmeralda está con un doctor,
se pudo despertar ya mi bello.
 Estoy muy feliz ante la ley
que es del vivir sin aquel mello.

 Don Filiudandi

¿Le contasteis lo nuestro mi cielo?

 Condesa

 Sí, lo recibió triste y feliz.
 Prefiere vernos de caramelos
Juntos sin sentir  la cicatriz.

 Don Filiudandi

 Me alegra mucho eso sin problemas
que haya entendido nuestro sentir,
porque vida que se ama es suprema
y es tan fuerte que no se debe ir.
(Condesa mirándolo con sonrisa Hipócrita)

Condesa
(Aparte)

 ¡Oh así desalmado granuja
aún así pensáis de mi aliada!,
mi corazón está que más cruja
por reventarte con mil pisadas.

 (a Don Filiudandi)

 ¡Oh mi buen señor tan amoroso!
marchamos a subir, ¿os parece?

 Don Filiudandi

 ¡Ay sí mi amor tan maravilloso!
subamos y a ver si algo florece.

 Condesa

 Os recibirá bien no temáis,
confiad en mí, mi dulce amor.

 Don Filiudandi

 Está bien como vos lo digáis
Subamos mi cremoso candor.

(Entran a la pieza)

 Esmeralda

 Oh Don Filiudandi buenas tardes,
Ya estoy vivaracha y lo sé todo,
vivid con la condesa que os arde
y anhelo feliz amor sin lodo.

 Don Filiudandi

Qué  raro es me vi casi por muerto.
 Gracias por tal bondad que vos dais,

 Esmeralda

 Fuera mejor si os da un beso ¿cierto?,
para que así, vos bien la sintáis.

  Horacio
(Aparte)

 ¡Qué hace Esmeralda me matará!
 ¡Huy hasta de mil perversos celos!,
pero debo disimular mejor será
si no estará peor este duelo.

 Condesa

 ¡Ay amor besadme mi mejilla
necesito tal cariño en mí!,

 Don Filiudandi
 Sí mi bella mujer maravilla
os lo merecéis y ahora aquí.
(Le besa su corazón)

 Horacio

 ¡Oh superior dueño de este hogar!
os digo que se ven muy grandiosos,
la pasión fluye de tal amar
mas de ella en sus ojos más brillosos.

 Don Filiudandi

sí Doctor somos mejor unión
que nos dimos amor vehemente,
que hasta el sol hoy da iluminación
a los dos por ser brillantemente.

Todos aplauden menos Don Filiudandi

 Agradecidos por ese gesto.
 Os quiero dar un buen servir
comida para un vivo vivir
en la sala sino me molesto

  Esmeralda

  Así qué bien y sin lo funesto,
podré ya levantarme y reír
para comer tan bien y sentir
por ser tan magnífico todo esto.

 Condesa

 Vayamos almorzar de holgorio
nos espera  aquel buen plato sápido,
sabiendo que va ser muy feliz

 Horacio
(en voz baja a condesa y esmeralda)
 Así es señoritas tan, notorio
que va ser comida en gusto rápido
de hora cuando se dé lo infeliz.




 Escena IXX

(Bajan todos a comer servido por el  criado tremendo banquete para ellos. A más tardar golpean la puerta fuerte, Llamando a Don Filiudandi y sale)

 Guardia

 Señor usted es Don Filiudandi?

 Don Filiudandi

¡Sí, señor yo mismo soy por qué?

 Guardia

 ¡Os digo que a su atuendo tan dandi
hizo un crimen de tal fechoría!,
(Don Filiudandi se inquieta)

Don filiudandi
Yo a nadie ni si quiera maté
solamente soy más que alegría.

 Guardia

 Os muestro la prueba  ¿vil señor?,
aquí tengo sus huellas malditas,
y con su nombre fui buscador,
y encontré en un dulce aquel enigma.
 Quiso a una dama envenenar
pero gracias al doctor fue honor,
fue él que la pudo solo salvar
y debéis saber que eres terror.

(Sale Horacio y se quita el antifaz)

 Horacio

 Así mismo es gran paupérrimo hombre.

(Queda boquiabierta Don filiudandi al verlo)

 Vos debéis ir a la cruel mazmorra.
 Vos despreciable de horrible nombre,
soporté simular en la alcoba.

 (Don Filiudandi siendo esposado ante el guardia)

(Condesa y Esmeralda salen)

 Condesa y Esmeralda

 Nosotras también ahí fingimos
¿creéis que nos gustó lo que hiciste?.
 Solo odio, rabia, y el mal sentimos
para que os vaya de aquí muy triste.

(Don filiudandi pega un grito: ¡¡¡¡Oh no!!!!!)

 Esmeralda

 Además seré madre patán,
no merecéis ni vuestro hijo ruin.
 Fuiste más que asqueroso galán
que solo nos diste el peor fin.

 Condesa

 Tus collares son polvo infeliz,
mejor el corazón de mi Horacio,
a quien amo y me hace tan feliz
y que es sólo mío ante mi espacio.

 Don Filiudandi
(Con burla)
 Estoy tan perdido amores míos,
¿no quieren volver amarme bellas?.
 Os juro daros más que amoríos
entre sus túnicas mis estrellas.

 Condesa y esmeralda se ríen

 Guardia

 Ya está bueno de las tonterías,
debéis vos pagar condena eterna.
 Nada de perdón a poesías
porque viviréis preso en la celda.

(Aparece el criado de Don Filiudandi)

(Criado estaba en la ventana del palacio oyendo y le anuncia a su “Amo”)

 Jamás pensé que eras asesino,
tantos consejos que os ofrecí,
Dios que os absuelva en vuestro destino
y te bendigo el bien para ti.
 Ya que soy vuestro mismo padre hijo;
me duele en todo este corazón,
(Con lágrimas en los ojos)
nunca os lo dije mas os predijo
que si crees en Dios hay perdón.

 Don Filiudandi

¡Oh no lo sabía!, ¡os quiero padre!,
por eso tú me tratabas bien.
 Ya hace mucho que murió mi madre
do dijo que os moriste también.

(El Padre baja de unas ramas de la ventana)

 Padre

 ¡Oh falsas mentiras!… y ama a Dios.
 No olvidéis da perdón a las damas.
 Jugasteis muy sucio ante las dos
y que compasión sea en ti dada.

(Don Filiudandi cadenado da un beso a su padre y bota unas lágrimas. Y se arrodilla ante ellas)

 Don Filiudandi

 De daño libertino perdón
quiero irme en toda serenidad.
  Yacer en cárcel sin postración
a su amnistía de humanidad.

 Esmeralda

 Sé que te dije cosas muy rudas,
pero al verlo tan arrepentido,
más del reino os merecéis mi ayuda
y os absuelvo del mal ocurrido.

 Condesa

 Fuiste un gran noble conquistador
pero no quiero mal mi conciencia.
 Así que os perdono buen señor
y así descanse sin mala esencia.

 Horacio

 ¡Ay no os condenaré al ver tal acto!
 La nobleza es dulce para Dios.
 Seguro estoy que tenéis contacto
ante él y absolución de mí a vos.

(Don filiudandi agradecido baja la cabeza)

 Guardia

 Bonita ceremonia de vida,
pero como Dios es más glorioso,
debo darle más la bienvenida
que a Don Filiudandi lo libero,
para que viva ante lo asombroso
que es su gran padre e hijo primero.

 Don Filiudandi

¡Oh cielos!, guardia vos tan bendito,
no olvidaré nada en lo absoluto,
más lo juro y podré ser bienquisto
y tener mis brazos ese fruto.

(Se inclina y se retira el guardia)

 Esmeralda
(Sorprendida y con una lágrima)

 ¡Oh el altruismo con el hombre!
¡Oh! podréis ser quien vos decís que eres,

Don Filiudandi

 ¡Si Esmeralda! por tu tierno nombre,
por tu amor de mil amaneceres.
(Esmeralda le da un beso a su amor y le abraza tiernamente)

 Condesa

 Cuán dichosa mera libertad, 
¡oh para mi amiga de vivir!,
qué gracia de la felicidad
y así el vivo amor va consentir.

Padre

 No sé cómo expresar lo que siento,
solo sé que os amo ¡oh hijo mío!,
invade mi alma gran sentimiento
y así estaremos con albedrío.


 Don Filiudandi

  Igualmente os amo padre amado,
disímil vida toca vivir.
 Por fin en gracia de lo buscado,
juntos en este mismo existir.
(Le abraza fuertemente a su hijo)

 Horacio

 Vibra, regocijo, unión y paz,
amores, triunfos, y más querer,

 Esmeralda

 romance, salvación sin mendaz,
matiz, emoción de atardecer.

 Don Filiudandi

 Sonrío, vibro con fiel amar
y que conmigo más la querré.

 Esmeralda

 Y que te voy siempre a perfumar
con mis besos y mi misma piel,
por ser vos mi único idolatrar
que endulzo en mi boca dúctil miel.
(Besa a su amor dulcemente)

 Padre

 ¡Oh! qué bien es ver a mi hijo amar
a esta preciosa mujer tan fiel.
(Aplaude con ánimo).

 Horacio

 La pasión nos centra de tal vida
de nuestros elogiados fóculos,
sintiendo aquella paz recibida
al amar a esos cometas óculos
(Observa a su Condesa)

 Condesa
(A Horacio)
 ¡Mi buen amor de alma preferida!
consumo sin dejaros de amar,
en mi boca, carne das besar
y mi intimidad está querida.
(Horacio le toma de su mano y la besa dulcemente en su boca)

 Esmeralda
(A Don filiudandi)

 ¡Ay consumíos siempre en mi  vida!,
no os alejéis de mí palpitar.
 Ya que vos sois todo mi cantar
y mi alma ya no está sucumbida.

(Don Filiudandi le coloca una flor en su cabello que arranca del jardín y ella le besa)

Don filiudandi

 Gracias por la piadosa bondad
más del guardia que me procuró
y que aquí sólo estoy tan feliz;

 Horacio

 Y florecidos de castidad
porque vuestro padre se animó
y desvaneció la cicatriz.

 Padre

 Así mismo es con tal atención
que vos con ánimo  lo decís,
y donde yo exploto de emoción
al ver a mi hijo sin ser más gris.

Todos

 Entre los oscuros fríos dolores
Dios asoma espíritu celestial,
cual del felón ruin ruega sus olores
y magia roza y de su angelical.


 (Tan jolgorios que entran al palacete para una buena comida para ser servida… donde la amabilidad de la piedad existe más si se consuela el arrepentimiento primero).

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