sábado, 12 de enero de 2013

la idolopeya de Beethoven.


La idolopeya de Beethoven.

  Un mozo que vivía en una morada en Bonn, vinculado de un padre tenor y de una madre a quien llamaba, "mi mejor amiga". El pequeño Beethoven era tratado de mal genio de Johan van Beethoven, su padre, le enseñaba música cada día y noche, sin dejarlo descansar, quería volver de su hijo un músico. No anduvo elogio, o felicitaciones gratas de como tocaba, jamás pudo hacerle sentir que era un hijo amado en cuerpo y aliento. Solo era alabado, y clamado hacia el cúmulo, "¡oh mi Ludwig, mi Beethoven, bravo, oh hijo mío!", cambiaba fuera del fóculo; para el joven era un desastre, se sentía para otros triunfante cuando en su propio ser sabía que su vida era señoreo de Johan van Beethoven... y el único vicio de su padre era ser amonado cuando llegaba a casa, su madre al ver tal locura siempre callaba a las vesanias que ocurrían, Johan van Beethoven llegó con un amigo e hizo tocar a Ludwig, sin importar que durmiese,  lo levantó y tocó el clavecín, al ver la magia del chico notó que era talentoso, lo cual su padre aplaudía a su hijo, lo cual jamás hacía... Ludwig aprendió tanto de la música que de ella concebía un hálito; las lecciones fueron cada vez más exigentes  para Ludwig al darse cuenta del todo pudo aprender increíble las lecciones de Bach, Mozart y Haydn... un día salía a caminar a explorar la ciudad, se encontraba con chicos refinados, quienes les decían "qué ropa tan sórdida tenéis, no os dais cuenta, si así de mácula sois, vuestra familia igual debe ser"... al oír las palabras ofensivas el chico se retiró, su aspecto mostraba la decepción que vivía en su hogar. Al tiempo aprende a componer a sus 12 años sonata en mi bemol mayor, " la poesía me susurraba, pensé, ¿cómo puedo ser compositor a mis 12 años?, las armonías me cantaban,  tan poca experiencia en el arte para expresar, era muy tímido, pero me tomé la libertad para componer, como Dios a las leyes de la vida", la herencia que dejó su abuelo se terminaba, solo la renta que se ganaba en la magia del chico al mundo era lo que mantenía vivo a su familia,  él se dio cuenta que su padre al estado que poseía era pérfido cuidar de él y de su hermano, su padre fue encerrado en mazmorra a vivir desolado por su causa.

 Beethoven encontró refugio en la casa de la familia de Eleonora, su madre Helena cuidó de él y que a su hija misma enseñaba a tocar el piano. La ciudad hablaba del genio que había nacido. ¿Un compositor será en su moza vida?, ¿o quién será en las inmortales obras de sus antepasados?.
 La luz sonreía para el chico desde su morada, tomando obras de las que le susurraban del corazón, tan fácil y divertido, como si tapase con su dedo el sol, ¡ah como si Dios hablase con él de su nueva ideología lírica!. La música la sentía como la musa cual en regodeo no hubiese final.

 Su madre al tiempo fenece con tisis, terrible enfermedad para ese tiempo, y su padre amonado a la bebida, Beethoven se da cuenta por la responsabilidad del hogar, a sus 19 años de tal penuria que atraviesa, le pide al patrón de su padre que la mitad de su salario se la dé a él, y se sale con la suya. Y ahora reclamará a los gobernantes de Bonn para componer una obra para José 2, cantata por la muerte de José,  y quería ver su primer progreso, en una actuación de la cantata, los músicos no lo habían tocado como él lo compuso, y a su exigencia mandó a que se repitiera desde el principio, una obra que muy poco se interpretó, y aquí parece decir Beethoven adiós a su pasado. Sabía él que en Bonn no tendría futuro, y debía irse, sí, no iba a confiar en nadie, lo aprendió en su infancia. Decide irse y se despide con gratitud con la gentil dama Helena quien lo acogió, y cuando se va antes le dice, "despídase de Eleonora no se vaya a ir así, por favor", Beethoven respondió: "no tengo tiempo, debo salir, ya es tarde, disculpadme"... no pudo corresponder a su amor, y para sí jamás olvidaría de niña la gracia que él a veces dio, de ese niño frágil llamado Beethoven que ahora era diferente. Se molestó con ella por haberse fijado en él, seguro no entendía sus razones que la música le hacía ver otro paisaje. Eleonora pudo comunicarse con él ante cartas, y fue su amiga solamente. Quiso dejar en adiós la presión que no quiso ya recordar, Viena era su nueva capital en  1792, a sus 22 años. Y va donde el gran Maestro Joseph Haydn, para que le enseñase,  y donde dice Haydn, "su patrón Waldtein me dijo que con trabajo duro usted recibiría el espíritu de Wolfgan Amadeus Mozart en las manos de Haynd, un hombre que hará hablar al mundo". "Para mi será un venero aprender de vos, pero sabréis que cada músico tiene una misma senda como artista", pensaba de no ser como otros, sino buscar lo que en el fondo quería hacer. Se entera desde Viena por una carta que escribe su hermano Karl, "Nuestro padre ha muerto, podréis imaginaros cómo pasó su última vida que él mismo buscó, sabemos hermano la vida que nosotros mismos tuvimos ante perfidias pasar, no sé porque no fui contigo, la vida ahora es vuestra cual quisisteis elegir, no digno de oponer a lo que anheláis, la partida de Johan no sé cómo la recibáis, espero que vengáis, aún lejos, Dios sabrá qué hacer de vos, un abrazo, lo extraño". En el funeral no asistió Beethoven, un padre tan injusto y más por querer hacer de él al mundo una ganancia, dolor a su pasada infancia, ya a esa edad prefirió olvidarse de Bonn en donde nació, quiso dejar en adiós la desilusión, no quiso ya recordar, Viena era su nueva capital, y estancia de ver nuevos logros, pero por la música; habían horizontes rutilantes, de construir lo que ahora a su alma le perseguía.

 Una obra compuso y la estaban interpretando músicos, y con él estaba Haydn, era un trío para piano no 3 en do menor, cuarto movimiento. Preguntó. "¿Qué le parece?", "Innovadora, ingeniosa, pero para ellos la encuentro muy complicado, yo en su lugar no publicaría esto aún, precisa trabajarse más", pensativo al gran compositor de Haydn pregunta,"¿Qué está mal?","No, no hay nada mal. Solo es un tema complicado, además tiene alma, vendría bien esperar un par de años. El público aún no está preparado para esto". Beethoven se retira del salón enojado, sintiendo que ante él había fracasado, y al ver tal opinión era seguro que no quisiera nada de él. Haydn pidió poner algo de él en su obra y en instante se negó.
 Beethoven tocaba su fa menor para sonata allegro. Para Beethoven como una vez dijo, tenía que buscar su mismo trabajo espiritual de conectarse con el mundo que él necesitaba acariciar con su música, ser él, distinto de los músicos. En su sonata expresa lo máximo de su ritmo, de fuerte a suave, una modalidad provocativa... Los sentimientos para Haydn de él fueron malentendidos, lo cual le parecía un testarudo, terco, y solo al oír su obra quedaba asombrado, lo cual sentía envidia, sus primeras obras fueron las sonatas, con ellas se oía su voz interior, de su juventud.

 A los pocos años de su llegada ya conocido era, y como mejor improvisador, y donde sus contrincantes tenían que improvisar sobre melodías populares, y para sostener su imagen debía mostrar fineza en la competición. Se enfrentó con Monsieur Daniel Steibelt, el audaz, e impotente, se decía, muchas condesas alrededor habían, tocaba de manera cortada, no tenía esa fuerza la obra, y Beethoven un hombre diferente opinó sin importar el respeto hacia él, "cuándo va empezar?, no tenemos todo el día", y la mayoría al oír se reía por su ludibrio. Sus reacciones lo decían todo de Beethoven, termina de tocar, y aplauden. Ahora el símbolo de Viena, pero será mejor que él?, empezó cortado como él, luego a segundos cambió la forma de tocar, con más sentido, donde convirtió la obra de más velocidad y audacia donde las condesas aplaudían ante las obras, y sonreían por su magia, y aliento que desprendía, de pianista, miraba a una mujer, y fue quien le conoció.

 Le escribía a Eleonora desde Viena de lo que le estaba sucediendo, y que si se encontraban sería diferente. Donde una vida más feliz consiguió suprimir las penurias de infancia tormentosa. Era idolatrado por la aristocracia y por los ricos, e incluso a los amigos del marido de Eleonora escribió, ya era casada, diciendo que el amor flotaba en el aire. "A pesar de lo que se dice, no soy misántropo, vos lo sabéis. Este cambio fue causado por una dúctil dama que me ama, esta es la primera vez que siento que el matrimonio tal vez me dé felicidad". Al amigo que escribió se llama Franz Wegeler amigo de la infancia, donde al recibir dice, "es claro que estaba exagerando  él siempre tuvo ciertas dificultades con las mujeres  siempre se enamoraba, pero nunca salía bien".  La dama con otra amiga dice, "él es talentoso, brillante. Toca como de ensueño y es feo, no exactamente feo , pero no se cuida. Verás siempre con aquellos abrigos sucios. Creo que nunca ha vestido su talla. ¡Ah pero tiene un cierto encanto...es magnetismo. Está escribiendo una sonata para mí". Fue dedicada para la dama que le sonrió en el salón de recitación, siendo su alumna, en 1801 a la condesa Giulietta Guicciardi, él la llamó sonata quasi una fantasía, y en esta fantasía... que ni la misma mujer entendía su lenguaje, una dedicación tan sombría, y no dulce de sentido más habitual para ella, sólo él sabía el porqué. "Supongo que usted irá a la casa del Príncipe Nicolau este viernes". "No, no iré con aquel cúmulo". "Yo debo estar allí Beethoven?". "Bien, me parece excelente".no fue sólo el miedo a la intimidad lo que le impedía acercarse. Había algo más.

 No acepto ya negocios con gente, digo el precio y ellos pagan...¿Cómo un hombe que hereda la gracia de componer podéis darle temor?, ¡oh naturaleza! has escuchar el susurro de mis notas a él, mi preocupación es tanta, la desesperación me consume, aquí en tinta postrado, querer escribir lo que siempre de mí he querido, no sabe nadie el peligro que teme mi yo, si de Bonn fue olvido, porqué traer a mi humanidad la furia, de mi música vándola que en ello haré de dar, antes que sea tarde, o no sé. Quiero tanto a mi música, que he estado componiendo mi segunda sinfonía de re mayor, y hasta dos más a la misma vez, porque es el alma fiel, que me oye, y del corazón. Si hay alguien que a siglos entienda o no, podrás entender, aún vivo, no sé que futuro exista, solo la criatura que mis ojos ven de tantas es quedar sin suspiros, que enamorado o por perfume de mujer necesitáis, anheláis alabar con flores, o con música, acariciar como yo al piano, no sé, o no sabe el todo poderoso, sabrá en qué vesania mi corazón dicta, o sentimiento que al miedo y romance hay, o injusticia contigo mismo, por si me hacéis perder, pero no por mi espíritu, porque él vencerá así destruya a mis espaldas a otros, o me aleje, mi comedia vive y estará hasta que yo decida.

 Un escrito en tardes de lluvias que decidió escribir, clandestino, recóndito a lúgubre alma, quién cómo él hasta ese momento, que de su mayor honor a su imagen.

 La condesa Guicciardi decide no casarse con este hombre, sintiendo que su cabeza ha de estar afectada por la música de él, "no tiene una vida estable, y menos para mi, cómo me viese con él en vida, mas hay algo más... a finales de la primavera me dijo que estaba perdiendo su audición  ¡Un músico sordo!, ¿Cómo puedo imaginar eso?".

 Tocaba Beethoven a su lado la obra de Quasi una fantasia, el tercer movimiento, solo al ver ella a él tocando se admiraba, sorprendida de cómo tocaba, pero su reflejo de ella era tan ida, y difícil de decirle algo a él de lo que estaba sintiendo.

 "Mi audición no ha mejorado, además está empeorando, a la chica que le dije no es de mi clase si quiera. Por tanto lo de la boda es eliminado, de todas manera estoy consumido por mi música".

 Ella miraba como tocaba, termina y dice " Bien. Bravo". Lo cual esa relación no funcionó y de ella se apartó, y no supo más de ella.

 Tenía temor que al salir la gente le hablase y se diesen cuenta de su secreto que lo destruiría. Evitó salir a la ciudad de Viena, la gente decía que tenía un comportamiento muy hostil, por su tirria que lo estaba pudriendo. Evito salir, se aisló, y los zumbidos en sus oídos eran cada vez más fuertes, insorpotables. Se aisló por tres meses de Viena. Se hospedó en la pequeña aldea de Heiligenstadt, en las afueras de Viena. Un paso que cambiaría todo, pero no de la manera que podía imaginar.  Había una poca esperanza, lo visitó un médico, y lo revisó, donde el mismo dijo: "Seguro en certeza que ni con baños, probó, los derrames, nada funcionó. Y ahora me dice tal vez, ¡no hay cura!".

  "Muchedumbre que no entendéis el estado de mi forma de trataros, que pensáis que soy un ser misántropo o agresivo con vosotros, no lograréis saber la forma de vivir que es para un músico así?, que en mal idioma os dirigís a un humano, hijo de su música, que en su valor despedazado está, ¡qué equivocados estáis con sus paupérrimas palabras que sabéis decir a mí persona!, si el alto castigase vieran el ludibrio que hacen a mí. No os dais cuenta el motivo de mi secreto que me ha hecho parecer vándolo ante mi indomable ente. Hubiera fenecido en mi existencia si tuviese tal enfermedad que apresa mi sentido. Sólo el amatorio arte predilecto me sostuvo  Me sería inútil dejar aquel orbe sin haber expresado lo indecible que estaba llamado a componer. Cualquier esperanza de ser curado se ha desvanecido, así como las últimas hojas se caen, también se van mis esperanzas. Así como Jesús dio la vida por nosotros, cuántos no manchan su sangre de lodo. Que mi vida a un arte di, y enfermedad recibo del todo. ¡Oh Dios!, permitid al único hijo que abandonado en vida un último día de alegría. Ha pasado tantos años que sentí la alegría en mi corazón".

 El extenso escrito de Beethoven en Heiligenstadt a sus hermanos de su flirteo con suicidio, nunca fue enviado, solo él sabe lo que en ello su alma había clamado o que concediese lo que él quería, más y más que solo, solemnidad  Que en su carta expresa una metáfora de su propio heroísmo, muerte y renacimiento. Da vuelta a Viena, con un alma por querer ver qué destino le esperaba, y compuso su obra más sobresaliente, que sería dedicada a Napoleón,  cuando se declara Emperador de Francia, tacha en su partitura su nombre de él violentamente, y transforma la sinfonía en lo que parece ser una historia de sí mismo, una batalla heroica. "Me vi obligado a ser malentendido, y tuve que estar aislado como alguien que hubiera sido proscrito, porque todo eso ya está superado".su sinfonía llamándose Heroica, ésta fue su respuesta apasionada y desafiante a la crisis que pasó...expresando en su obra una forma de comunicar su estado mental, el poder del compositor, pero para él su fuerza que hay aún un hombre, así muestre su brusco carácter de ser.

 Escribe para Eleonora, "que cada día que pasaba estaba más cerca de su objetivo. Objetivo que no podía describir, pero que sentía. lo vas a ver dijo, te dije tan feliz como este mundo me permita ser". Resignado con su destino, escribió:"Que mi sordera no sea nunca más un secreto, incluso en el arte. Porque muestro mi verdadera efigie ante mi libertad de componer". Al perder en su crisis la audicción, para sí encontró algo más que un músico, la religión de la fe, que alcanzó su auge como compositor, que una vez se preguntó, podré ser compositor a esta edad?, no, como ahora se sentía en aquel ruiseñor del forraje, quien oía, nadie podrá imaginar, pero el secreto lo dice en su música. Hay que oírla y leer sus labios, él os habla, somos ciegos y hasta sordos, y si él era sordo porqué no oír la historia o milagro que había en sus obras. A pesar de la forma en que era, tenía un corazón como todo humano, el que había en su introspección recital, solo sabía vivir de su música... hasta mañana amigo Beethoven, pronto daré a descubierto la memez que cometí ante el amor que ahora conozco recién de vos, mal idolopeya que escribí hace meses, o recóndito estas palabras, o para mí que nadie leyese, o como andar este pequeño texto a pluma en mis recuerdos, tan joven humano que mi vida es quizá sabia a un arte, pero tristeza porque a este vivir no es la mejor vida. Si tan solo conociera a un maestro como vos, de seguro viviría, no a un mundo que en solo escritos me mantengo con vida, o como vos cuando en ese vorágine escribíais, oh mi mismo yo, que ni conocido soy, a quién importar las palabras, mis papeles, mi esencia, mi amanecida que hay aquí, 3 de la mañana, pensando en esta vida que me duele decir por ser rechazado en valor memorable de querencia a la importancia de un soñador, muere en un océano, y nadie lo ve. Así se van estos papeles, perdidos, por si serán leídos, o revividos, pero será con empatía por si no llega mi gloria en aquella luz. ¡Oh Dios!, ¿habéis visto por años qué de querer mi yo?, a veces seguro andáis y no os veo, ¿de poca fe seré?, o no concedéis lo que más inmortal es para mi alma, tener un trabajo para poder ganar, mas fuera feliz si ganase con lo que vos sabéis que amo. ¡Oh dame la altísima gracia que merece un compositor, para ser de este siglo el que hable con su propia lengua, y termine por lo que aún le falta por hacer, pasan años y las respuestas no veo, si tanto pedir no oís, ¿en dónde estáis?, ¡apiadaos de la biografía que vos mismo conocéis de este hombre perdido!; por ir a la morada celeste. Solo mi refugio son estas letras, contar de mí aquello que está guardado, que quisiera hacer llover, rocíos de notas en el viento de Caracas, de un nuevo ser, así este corazón no verá la soledad, que aislado anda, que ni amigo verdadero tiene, pero no uno que vea otras cosas, sino a la misma altitud que soy, si me concedéis aquello... no estoy en la iglesia, jamás he ido a visitaros, si no estoy para vos, ¿porqué estar vos conmigo?, perdona si hay sentimientos que contradicen, pero no abandonéis a mí, es como si estas palabras fueran hacia ti, veis que siempre una nueva historia parte de mi persona, cómo reflejar a uno que no sea yo, no tuviera sentido escribir, así soy, así vivo, así camino escuchando esos sonidos en mi mente, esas armonías por querer componer, pero, sino me dais aquel ensueño que anhelo, o estar en un hogar que hablen de la música que imploro para qué ir, si son diferentes, me siento débil a veces a no poder sonreír por lo que busco, no soy feliz realmente, a pesar de que escribo cada vez más, solo fuera bienquisto si consigo lo que merezco. Solo buscan cuando son aquellos, pero no aquel que en verdad siente y sabe lo que es esta vida, en letras y pasión melódica. El amor, estaba antes, lo soñaba, flores olía, y era ella en una, eran tiempos para un poeta la sensibilidad más dulce de una poesía escribir, imaginar su piel sensual ante los besos de su amado, consumida por el pudor del amor, abrazado que a ello si supiera música hubiera compuesto, pero al leer ya mis labios y corazón, las notas serían distintas ya hoy, primer movimiento en mi bemol mayor, con acordes vivos y cálidos por sus besos, la intimidad explotaría en aquella obra, con agitación en los compases por tales caricias férvidas de quererla, y cadencia larga, mas por una noche al ver estado con ella, mirando las estrellas, brillando la obra, como sus ojos, sus bellos ojos, "la pasión" se llamaría, segundo movimiento, en do menor adagio mi sonata, que en locura de la enfermedad que hay para una felicidad concebida se zahiere, consigue notas de un sombrío espectral, al miedo, al perder en esos tempos oscuros de su amor extinto, de no querer. Siendo apuñalado, ¡oh por el dolor!, y dejando sangrar al corazón, y mi obra sin marcha, y un violín ante la obra con un consuelo hacia ella, y ni se acerca, y más llora el violín, sin más suavidad que termina sin tiempo. Cuando calla, la mujer para sí muere, y olvida todo, y decide volver, ¡oh a su patria!, lejos de ella, así las lágrimas doliesen, regreso. "La tragedia" se llamaría. Tercera Obra sonata en re menor con movimiento presto con furia. Acelerado el piano al andar solo y equivocado al creer en ella, donde las notas rompen todo entramado y se vuelve una obra maravillosa por el querer seguir sin su imagen, y renace ante sonidos de estruendos que dan terror, apasionado, vesánico, y esperanza se viviera por querer solo ahora mismo poder hacerlas y ser compositor y nombrarlo como el sueño como tercera obra. Así compusiera con el alma de una vida que redacta cada nota en su acorde, de su poder inmortal del compositor. Así sería, contaría mi secreto que solo conozco, cantaría y a pesar de que el sentimiento exista ahí, ya la última sería una obra no entendida para nadie, solo mi yo sabría y feliz, nadie supiera porque el sueño. A veces somos dueños de elegir, pero sino se logra la ayuda o virtud de Dios para mi mustio he de ser, que ni suerte ha tenido. recordaos que aquí vivid un alma que no hay en esta tierra otro como yo, pronto mis palabras en las obras hablarán, sino hubiese conocido esta pasión, de verdad la vida para mi no tuviera valor, por esto que sigo vivo, y viviendo, no por otra rama, segundo sabe que la muerte de un marchito amor cuando se va, anhela un vivir mejor no que peor y de misma pasión que canta mi alma para ella en aria amada, mi esperanza de mis esperanzas inmortales.
 
 A sus 35 años Ludwig van Beethoven se arrepintió de la idea del suicidio, su averno...reconociendo públicamente que se estaba quedando sordo. De este drama emergió su característica rebeldía. Y era uno de los más feligreses compositores de Europa. Y ahora iba a entrar en una etapa más de composición prodigiosa. Creo que la originalidad y diversidad de la música que estaba creando era una consecuencia de batalla contra su adversidad física. Como si no tuviera todo el tiempo cúspide de todo lo que el sabía que debía escribir de su alma. El mayor y urgente desafío que enfrentaba era la composición de una ópera, el indecible deseo para cualquier músico de esta era.

 Vienna 1805, la Vienna de los primeros años 1800 era un desastre, las fuerzas de Napoleón marchaban por el continente, y recientemente habían ocupado en la ciudad donde vivía Beethoven.  A pesar de estos actos de agresión, los ideales revolucionarios, de libertad, verdad e igualdad tocaron la fibra sensible de Beethoven. En ellos encontró inspiración para su ópera Leonora. Puso el nombre de una añorada amiga quien fue de su moza existencia, era de cierto ser que en ella había algo, por su carisma y dulce compañía de no ser así hasta ese entonces. Mas es una obra que fue ante Baron Peter von Braun, director teatral rechazada porque no se llenaba el teatro, necesitaba algo más, se contaba que en sus dos primeros actos eran muy extensa y aburrida por su mecenas amigo  Lichnowsky, lleno de rabia y enojo."No pueden ser más cortos, no y no, me niego absolutamente". Quería todo como él lo hacía, porque era él. Una joven amiga le dijo, "hazlo porque no quisiese que retirasen una obra tan hermosa como esta de gran valor, hazlo por nuestra amistad Beethoven", al oír tales palabras por ella, dijo "Empezar del principio, es difícil retroceder y borrar los compases que elaboré, cada línea y honra a la mujer  y al amor está por mi, la historia no son narraciones que llegan igual al cambiar, son perturbación al alma quien lo crea, es imposible decir que Dios es Diantre, que Dios es Dios. No logran comprender pero lo haré por vos, pondré a lo que vea yo". Logra terminar su obra, y cuando publica resulta que para el pago de esta obra de Fidelio ante el director teatral le da una poca cantidad y generosa, lo cual se molesta Ludwig van Beethoven por el precio y el descaro a su obra como peor insulto que recibe; "El problema no es la música que tenéis de nivel, sino la drama, y la casa no se llena, no fue como la flauta mágica de Herr Mozart que llegó a magnitudes", "Yo no trabajo para tal cúmulo, sino por un propósito de ver lo que nadie ve", "Si hubieras sido como Mozart habría de ser un hombre rico", "si ya tanto decís o aludís a él, porque no lo renacéis y traéis aquí y le decís vuestras intenciones, ya que sois así no publicaréis nada de Leonora". La ofensa para él fue un dolor y más al ver cambiado las partes, le dolió tanto que esa obra la guardó pero no la olvidó, y era una obra de Leonora que buscó las cualidades femeninas, de ese pudor lenguaje romántico y que en la vida real buscó. Se enamoraba cuando veía un rostro de monada de una condesa, campesina, no importaba la clase sino la belleza para lo que era para sí, su sino en esa era empezó a conectarse más por la pasión de mujeres, en una carta escribe para una condesa josephine deym viuda y con cuatro hijos. "Mi Josephine Deym ya no puedo más con este silencio que mi sentimiento se apodera de mí, hoy tengo la fuerza para escribiros y contaros de mi, ya no quiero seguir
escondiéndome con temor hacia vos, quería pediros si quisieseis veniros conmigo, comenzar algo más que la intimidad que tenemos para que seáis por siempre mi condesa. Sois aquella luz y energía entera que me mantiene vivo. Cuando estáis cerca del piano contigo, hoy recuerdo por cuando os susurro palabras, cuando os respiro cerca, vuestra fragancia del cabello, aún la suspiro hoy, me llena de ese amor, la dulzura que sois, oh pan sagrado, intocable a los demás, solo por mis manos, y que por siempre anhelan ser, para tocaros como piano, bella, oh bella, podéis comprender si hay una respuesta negada no encontrase a dónde ir, qué sería de un fracaso hipérbole de la locura, o qué definición hiciese para no ir a un ocaso sentimental, que inventaría. Escríbeme a esta inquietud del amor Josephine Deym". Lucha por un sentimiento. Responde, "¡Oh mi Ludwig, o no sé si ya seáis, tan hermosas vuestras frases, con el detalle sumiso que me describís, alma celestial que brilla, nadie ni mi propio marido fue así, pero al amor que vos sentís tanto en este corazón no ha podido ser, siento la respuesta tan pronta, no os quiero ver en temas o actos que os perturben, tengo mi posición, mis hijos, y vos no tenéis el dinero que darme para ellos y más con un hombre sordo, no puedo. Vuestra música es anormal para un humano, llena de ese secreto que vos sabéis, tanta admiración, y belleza que me gusta y sobre todo mi venero hacia vos. Pero no puedo irme con alguien que no ame así hayamos hecho la libidinosidad. Lo siento mi gran amigo Beethoven". La carta la recibe Beethoven, y se pregunta. "¿A dónde tengo que llegar para poder encontrar la femenina dama y poder ser así sea átomo de una célula de su amor?. Que se fijan en todos los medios para ser feliz, porqué el más desgraciado y feliz humano poco he de ser, la santidad quiero tener, y cuando alas tengo, la quiero alcanzar y sino las alas se van".

 Su hermano Gaspar Karl van Beethoven le escribe, "Tengo dicha predilecta que contaros, he conocido a una hermosa dama, me he enamorado y ella de mí, qué feliz soy. Necesito que la conozcáis y quería que vos esté presente para vernos. Os aseguro que os agradará, y me orgullese deciros más que todo a vos hermano. Abrazo hermano Ludwig". Su encuentro fue en Viena casa de Beethoven. "Ludwig, hermano!, mirad ella es mi amada Johanna os la presento". "¡Oh ahora es que vais a ser feliz?, a ella la conozco perfectamente  y toda Vienna", "Oh el gran todopoderoso Beethoven, lo que dice él es, que tú no eres nada y menos ella". "Largaos vosotros de aquí, no os permito venir, y sobre todo vos furcia". La joven no era una dama refinada, pero a su ofensa hirió pero los dos jamás entendieron el porqué. A esta crisis emocional y trágica fue que Beethoven no soportaba ver alguien feliz sino era él, ver la felicidad en rostros, más al vivir un desafío con el mundo, fue cuando más apareció una sonata misteriosa por nombre apasionatta, de acorde grave, ta, ta, ta ta...como la sinfonía 5 empieza, un enfoco de enojo por su misma vida. Pero aquí de la férrea pasión que se experimentaba en las mujeres. La música levantaba tal pasión que podía ser peligrosa, desconcertaba que hasta si la oíais bien podíais llorar, gritar, y quedar vesánico. Por los compases que significan, los amores, las desilusiones  y rencores por la ruin vida, alegrías cuando solo fuesen al alivio que buscase posible en alma. Compuso las sonatas, llenas de esa magnitud de la romanza, odio y amor inmenso. Lo dicen todo las notas al oír en el piano simplemente ahí está la magia.

 Un día por la noche invitan a Beethoven a un encuentro con príncipes franceses, en casa de su mecenas Lichnowsky, invitan y su amigo ante todos dice. "Beethoven con vuestra presencia honra con una pieza al piano por favor. Alégranos amigo". "No quiero tocar, estoy cansado", "Vamos toca, ante todos aquí reunidos no los hagáis quedar mal". " Mañana debo hacer muchas cosas, no tengo tiempo". Uno que estaba sentado de los Príncipes se levantó y le dice: "¡que toque!", la mayoría empezó a molestar de igual manera con lo mismo que tocase a gritos, "¡Toque!, ¡toque!,¡toque!, ¡toque!". "¡Basta, yo no soy músico de posada!". "¿Si os aludís gran Ludwig van Beethoven?, y tan solo os vestís como un sórdido zopenco, puerco en lo que pertenecéis en vuestra vida, ¡asqueroso!. Es más deberíamos arrestarlo oficiales"."Vosotros que sabéis de música, o de lo que está hecho cada entramado. Solo porque sois un Príncipe podéis humillar a otros pero menos en mí música que no es digna para ningún, ¡¡¡y que no tocaré a nadie!!! Y menos a su Emperador Napoleón". "Su invitado no tiene sentido del humor". Lichnowsky sale a buscar a Ludwig. "¿A dónde va a estas horas y más con lluvia amigo?". "Siempre habrán vastos Príncipes, ¡pero solo habrá un Beethoven!". "Termine su trabajo, el hombre abusó realmente". Una invitación que al solo ver a reyes de gran clase a él mismo espantaba, de súbito al verlos quiso irse. Pero el amigo lo detuvo, y fue para ser ofendido, un hombre que en la vida de tiempos difíciles más a su efigie le ocurría tal ludibrio mezquino. Cuando sale del  Palacio, va con sus partituras de la apasionatta, de miseria, alejada Nereida, como si llevase vándalo en los papeles por aún terminar, lo consumía, y en los papiros de su alma, aún la legendaria partitura, están los rocíos de las nubes de aquella noche solitaria.

 Una carta recibe de su hermano Karl."Mi apreciado Ludwig, la última vez que nos vimos no fue grata. Mas Hoy os quiero decir una noticia que me conmueve. Tengo un hijo llamado Karl, con Johhana. Tengo ansias que vengáis a conocerlo hermano". A solas pronuncia en su alcoba. Con ojos brillantes, un ánimo tenía por ese chico. "Ahora un niño, un nuevo Beethoven, de gran virtuosismo que solo debe nutrirse, fantástico". Aún Beethoven no visita a su sobrino, y espera 8 años. Una vez su alto patrón moral, irrealista e inalcanzable. De repente cercó sus sentimientos naturales, para él Johana no era una buena madre para la familia Beethoven.

 Y al tiempo consigue un sustituto emocional en la relación, con el joven archiduque Rudolph. Un músico a su vez talentoso, que se convertiría en su nuevo patrón. Estaba en su alcoba practicando el piano y Beethoven estaba sentado viendo sus manuscritos, y le pregunta a él."Si me disculpáis con la pregunta que os quisiéredes hacer, ¿cómo conseguís componer, sino oís en el todo sentido bien?, a tal grandiosa obra que hacéis siempre amigo". "¿Os gustaría saber, por lo que en vos noto, o mejor dicho al cúmulo de personas en sus intrigas cómo sucede?. Todos los tañeres puedo oírlos, he buscado el silencio, mas en mi alma, ahí los oigo, son invisibles al oído sano, puedo oír un cuarteto, si es sinfonía, o trío. La magia está, si de verdad amáis a la música profundamente. Ahí es cuando cantará en vuestra alma. Y aprenderéis a sentir que ser sordo es nada. Hasta vos mismo podéis hacer, pero si conocéis de la dimensión en que os hablo, como padre a mí música". "Si de esa manera e inmersa os expresáis, vos experimentáis, sentís, oís, es esencia de un ángel a la santidad de la música. Vuestras obras tienen tanto, que os quisiese hoy decir de lo que siento, pero os juro que si os digo pasasen días y noches por lo extensa que es y arduo del sentido inmortal para un humano". "Así es y será por siempre".
 Beethoven conversó con su archiduque realmente de un lenguaje que aún no era el todo, porque su música llevaba más de lo que para él era y que no confesaba sus secretos más puros y tenues que tenía para sí o para componer de lo que era en realidad. En esa época estaba componiendo su sinfonía 6, "La Pastoral". Llena de los sonidos de la naturaleza, el lenguaje que en ella oía con Dios y refugio. Mostró esa obra al mundo de gran liturgia a su fe por ver que su sordera no era el final de un caos que aún vivía, y resistía a la fuerza de su marcha... y una obra súper difícil para una sinfonía. Fue interpretada en los músicos y realmente en el ensayo pararon la obra y extensivamente al viento gritó fuerte Beethoven. "¿Qué está mal, porqué han parado, porqué no siguen tocando?. ¡Respondan!. ¡Ah!". Se alejó la bestia, y empezó nuevamente la orquesta, comenzaba fantástica el primer fragmento dulce de la obra lírica y enriquecida del alma. Y al ser tan fugaz en los compases seguía pero al ver que dificultó en varios violines. "Así no se puede seguir dejemos de tocar". Va donde el director teatral Peter von Braun. "Herr directore, no podemos seguir con la orquesta, es muy complicada". Le dice a Beethoven que estaba molesto a un rincón y que se dio cuenta de los errores que cometió la orquesta."Sabéis que solo se permite un ensayo, no más. La orquesta es humana". "No hay razón ninguna, necesito que se toque como la compuse". Era para Beethoven esta sinfonía un nuevo paso a su figura, y si salía victorioso podría ganar algo en su vida financiera. Era la oportunidad de mostrar que aún estaba Beethoven. En 1808 fue su estreno en el teatro de (Theater an der Wiem), de su sinfonía Pastoral. Y en concierto se oía en los músicos el ensayo corto de los compases al público ante de comenzar. Beethoven sorprende y estrena su sinfonía 5, la que había hecho, y muestra un sonido agresivo y grave. Lleno de un espíritu mustio que hay sombras al mundo. Dirigiendo de un vigor cúspide y que los músicos pudieron tocar, y gente silenciosa y admiraba por la nueva imagen de este genio a su alrededor que latía en sus instrumentos. Muestra Beethoven en sus primeros movimientos la lobreguez espectral de su entonación, y en su cuarto movimiento de menor a mayor cambia y resplandece la luz de su corazón, amanecer, de sus estrofas que él mismo hizo. Como si hablase una historia, y en su terror y final, la caricia de una nueva fortuna se concede. Y cuando acaba entona la sexta sinfonía, sorprendente de tono dócil, muy similar a las frases de su quinta, pero más tranquila y llena de un herbaje al cual Beethoven se posaba en un encuentro con Dios; donde oía los sonidos de su serena naturaleza, su fóculo que de ella era la fuerza, y que consiguió elaborar tales obras indecibles de teúrgia. La multitud estupefacta por tal índole en el teatro, alma de hombre con odalisca rendida al viento, bendecidas, por hálito de su compositor. Termina su sexta sinfonía, y expresa en el piano su concierto para piano 4, el primer movimiento allegro con moderato, suena tan parecido a su quinta de gran clandestino toque, de volumen alegre de su estado mental, y la tensión aumenta en su segundo movimiento, que hace silencio el piano y la orquesta de su andante con moto suena, y luego calla y suspira el piano de una modulación tan menor que su ambiente oscurece a su figura y a los ojos de los que ahí le ven, entrega la música y aquel sombrío idioma, errado y ambiguo por querer saber tantos misterios de sus ecos. Beethoven en el piano expresa su reacción con su rostro mismo al cúmulo, que un obra se hace latir cuánto sea su secreto que anduvo ese día o días en su real ente. Tocaba con ojos cerrados, y susurrando suavemente en sus labios, recitando palabras a su gran concierto, y al público su forma de humano manifestando. Poderoso, vivo y valiente.
 "qué humano más débil puede haber 9
 que soporte la tirria que vivo,
oh para ofrecer y componer
mi concierto que en amor revivo.
 Miraos instrumentos de mi8
que han  venido para hoy cantar,
lo que he relatado aquí
para solo al mundo implorar,
que todo no es infeliz7
y que se puede llegar,
así os cure cicatriz
que está por hoy eclipsar".
 Estas palabras se encontraron en un diario de Ludwig, y que de misterio se dio en ese amatorio concierto, "no hay peor humano que decida vivir por si hay una pasión más que inmortal, si la hay, ¿porqué no seguir con indudable arma que solo os protegerá al sentido sentimental y eterna de la vida". Comienza de su segundo movimiento el tercero, Rondo vivace. Y tanto cambia el rey poderoso en su concierto, que implora aquella luz de salvación a los violines de viento aura, el derrumbe olvidaba por su estancia, las luces de los astros daban bienvenida en aquella noche, su introspección latía, todo había cambiado. Y cuando termina su obra. El concierto memorable lo alude, y aplaude. Contento, por la potencia que en su música provocaba, "Así hayan retornos, herbajes de más gama, sin importar, poco o tarde si desvanecéis, muchos cambian y os miran de lo peor. Así sienta satisfacción no será por ellos, es por mi mismo, y de lo que he creado, mi creación, de lo que más anhelo por ser mi espíritu que en los acordes hace vibrar y pintar en secreto de lo que soy, sí, solo yo, así es, solamente la gracia y vida, postración, alma sabe qué es".

 Pudieron pagarle dinero ante este concierto siendo uno de los mejores de su vida, y de dinero financiero no del todo que merecía. Se le dio una carta que fue concedida, "podréis componer fuera de Viena si queréis o iros a donde quisiéredes a propia misma voluntad, mas no quisiéramos que os fuera para siempre, vuestra esfigie ha demostrado tan índole magia que nos ha motivado. Reconocemos la fortuna que cembrasteis, tan nutrida y de vida...Os vamos a pagar anual un salario vitalicio si trabajáis afuera". Beeethoven solo quería hacer conciertos benéficos, y componer. La oferta a Beethoven le había parecido fenomenal, más ante sus mecenas amigos que le acompañaban, como Rudolph. Le encantó y aceptó.

 Una carta que escribió para una joven dama, a quien le llamó "mi amada inmortal". Una carta colmada de roces románticos, a la entrega plena de su amor que en su vida había conocido, la única a quien le había escrito tanto, de 5 páginas por delante y atrás, llenas de la tinta de su corazón, expresando la fiel confección, indudable, Beethoven de la manera que componía de igual clase escribía, esa magia, pudor, y sensibilidad se encontraba en sus rincones más nobles de un humano. La música y la literatura, que era su poesía. A esta mujer a quien escribió, su orbe o mundo se había pintado de un sentimiento que en sus días no había cultivado, era para él el momento difícil de su vida, de no saber qué hacer con ella, tenía una pareja ya, era muy amigo de Ludwig van Beethoven, a él le dolía seguir traicionando. La mujer desconcertada por él, por su música renacentista, enamorada de su pasión, ella hubiese dado cualquier cosa o ánima para no dejarlo a él. Porque habían cruzado al más allá de lo pasional, el amor, sentimiento arduo, y que sentían en gimiente corazón, por no saber qué hacer...Beethoven escribe esta carta que fue para su amada inmortal. Y que fue Antonie Brentano.

6 de Julio

 "Mi ángel, mi todo, mi otro yo. – solo unas pocas palabras hoy, y en efecto con lápiz (con el tuyo) recién mañana se va a decidir definitivamente sobre mis alojamientos qué inútil perdida De tiempo - porqué este profundo dolor, cuando habla la necesidad - puede nuestro amor existir, sino a través del sacrificio - de no pedir todo del otro puedes cambiar el hecho, de que tu no seas completamente mía, yo no completamente tuyo – Oh Dios -

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Mira la hermosa naturaleza y consuela tu alma acerca de lo que debe ser – el amor lo pide todo y completamente y con razón. Así es para mi contigo, para ti conmigo – solo que olvidas tan fácilmente, que yo debo vivir para mi y para ti, si estuviéramos completamente unidos, tu sentirías este dolor tan poco como yo - mi viaje fue aterrador. Llegué aquí recién a las 4  de ayer a la mañana. como faltaban caballos, el cochero eligió otra  ruta pero que

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horrible camino, en la penúltima  posta me advirtieron acerca de viajar de noche, tratando de asustarme de un bosque,  pero esto solo me pareció un desafío – y yo estuve equivocado, el carruaje tenia que romperse en tal terrible ruta, una ruta de lodo sin fondo (tachado: y el) sin 2 postil- lones como tenía, hubiera quedado atascado en el camino  Esterhazy en la otra  ruta de costumbre tuvo la misma suerte con 8 caballos, que yo con
cuatro – de todos modos tuve  alguna satisfacción,

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como siempre, cuando tengo la fortuna de superar con éxito algo – ahora rápidamente al interior desde el exterior. nosotros probablemente nos veremos pronto. hoy todavía no puedo transmitirte los pensamientos que tuve durante estos pocos días acerca de mi vida – si estuvieran nuestros corazones siempre juntos y unidos, yo por supuesto, no tendría nada que decir mi corazón esta lleno de tanto para decirte – Oh - hay todavía momentos cuando encuentro que la palabra no es nada en absoluto - alégrate - permanece mi fiel y único tesoro, mi todo, como yo para ti
el resto los dioses deben comunicarnos lo que deba ser para nosotros – tu fiel ludwig -

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Lunes a la tarde, el 6 de Julio - Estás sufriendo, mi queridísima  criatura – recién ahora me doy cuenta que las cartas deben ser despachadas muy temprana en la mañana.
 Lunes – Jueves –
los únicos días en los cuales el correo va de aquí hasta allá– estas sufriendo – Oh donde sea que estoy, tu estas conmigo. Me digo a mi y a ti, arregla para que pueda vivir contigo. Qué vida!!!! Como es ahora!!!! Sin ti – Perseguido por La amabilidad de la gente aquí y allí, que ni quiero merecer ni merezco – la humildad del hombre hacia el hombre – me lastima -y cuando me veo a mi mismo

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en el marco del universo qué soy yo y que es El – a Quien uno  llama el Mas Grande –y aun así – aquí está otra vez la chispa divina en el hombre -yo lloro cuando pienso que probablemente no recibas las primeras noticias de mi hasta el sábado – por mucho que tu me ames – yo te amo  hasta mas profundamente pero –nunca te escondas de

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mi – buenas noches - como estoy tomando los baños debo irme a dormir, ir a tan cerca! tan lejos! no es nuestro amor un verdadero  edificio celestial – pero también firme, como el firmamento –

Buenos días el 7 de Julio -  mientras estoy aun en la cama mis pensamientos se lanzan a si mismos hacia ti mi eternamente amada de a ratos alegres y  entonces otra vez tristes. esperando al destino.  si este nos otorgará una resolución favorable -  yo puedo solo vivir ya sea totalmente contigo o no viviré

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Si he resuelto  vagar si rumbo en la distancia, hasta que Pueda volar a tus brazos y pueda considerarme enteramente en casa contigo y pueda enviar mi alma abrazada por ti al reino del espíritu si, infortunadamente así debe ser – tu debes dominarte mas al conocer mi fidelidad a ti, nunca puede otra poseer mi corazón, nunca, nunca – Oh, Dios porqué tener que separarse uno mismo , de lo que uno ama tanto, y así mi vida en (Viena) como es ahora es una vida miserable - Tu amor me hace el hombre mas feliz y el mas infeliz al mismo tiempo – a mi edad debería tener cierta estable regularidad en mi vida - puede

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eso existir en nuestra relación? -- Ángel, ahora mismo escucho que el correo va todos los días y por lo tanto debo terminar, de modo que tu recibirás la (carta) inmediatamente – permanece calma, solo a través de la tranquila contemplación de nuestra existencia podremos alcanzar nuestro objetivo de vivir juntos -  sé paciente – ámame -  hoy – ayer -  Que doloroso anhelo de ti de ti – de ti - tu – tu mi

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amor – mi
todo – adiós –
oh, continua
amándome – nunca
juzgues mal el mas fiel
corazón de tu
amado

Ludwig

siempre tuyo
siempre mía
siempre nuestro.

 Cuánto amor a una condesa, amante de los amantes enamorado, miedo, y terror porque debía partir. A la final de la perturbación decide alejarse de ella. Pero antes visita por última vez a su morada, y se encuentra con su amigo, pareja de Antonie Brentano. "Hola, mi apreciado Ludwig". "Vine para visitar a la condesa Antonie Brentano. Quería tocarle el piano, podré?". "Claro, por mi podéis hacerlo, salgo apurado. Nos veos mi gran amigo". (Se dan un abrazo). "Hola, mi bellísima criatura que dormida andáis en vuestro lecho, he venido. Os tocaré una obra que compuse, y es para vos. Tan tierna dulzura, tan hermosa Nereida.E l temor es tan grande que ya os diré algo que debéis saber". "¡Oh, mi Ludwig que en eslabón os sentís a no dar un paso de esta hipérbole felicidad". Toca una sonata no 26 que se llama les Adieux. Ella entendiendo su despedida para los ojos de ella, en cada nota leyó su lenguaje y por honra a él se dejó socavar por ela enteramente... La última tocada que le dio, y la última caricia que hizo a su cuerpo, como si le hiciese el amor profundamente con notas. Lágrimas al piano cayeron, fuerte era dejarle, en realidad se habían enamorado. Ella de su lecho sollozaba por dentro, las notas cantaban de lamento sonoro. Era como violín de un querubín cantase a la gloria por un humano al perdón. Así como él cantó en perdón al amor que había hecho de su ser. La verdad es que la carta fue tan poderosa, que a las manos de ella no llegó a tiempo. Las letras inmortales viven, las obras igual, no se dejan de oír y ni de leer. Siempre dan la imagen de aquel bardo clásico eviterno, que vive y que vivirá. "Mi vida siempre al amor, Dios no me hizo llegar a la altura que mi yo quería volar. Siempre juicio ante eso he vivido, y aún con mi forma y don que puedo tener, solo soy bueno para una felicidad, y que amante y amada es: la Música, que ante los inmortales siempre primero estará. Nadie podrá reemplazar en mi que no sea una obra más que anhele ser". Beethoven estaba decidido a una visión y futuro que ya entendía la vida que tenía; y que de ahí solo conviviría hasta que su mismo ser diga es momento de partir. Sí, así debe ser, no hay otra razón para vivir...Soñar con aquello...gritar cuando sea y vivir así sea con cúspide sacrificio para pintar la efigie en el cielo celestial, y al mundo sin sucumbir, más un soñador, e ideal renacentista joven del siglo que vive, y está con idolopeya vesánica y que ha conocido como es.

 De la terrible causa hacia la familia normal, su audición aún más empezaría a ponerse mal. Sus mecenas del pago anual no pudieron dar más, un efecto de inflación bajo el gobierno de Francia que evitó...Fue a su morada un mecenas, y vio la tempestad que estaba pasando, su hogar sin limpieza, con muchos manuscritos en el suelo, había comida en las mesas, cubiertos tirados. Era un desastre, estaba viviendo muy mal. Es como si un diantre se hubiese apoderado de él, y todo lo devorase. Su amigo, Lichnowsky de la última discusión que tuvieron le había mandado Beethoven una carta. "No me he sentido el más feliz que imaginé quizá en la partida ser. Una serie de desafortunados incidentes que aparecieron sucesivamente, me llevó a un estado de confusión mental, de lacerado corazón". Empezó a descuidar su persona hasta quedar inmundo. Y a tiempos ve a su hermano Karl, se encuentra con él, y con él estaba su hijo Karl. Lo encuentra enfermo, tenía tuberculosis. Entran a su vivienda, y Ludwig se presenta ante el niño como su tío. La desesperación por la tutela del niño al ver a su hermano enfermo, quería cuidar de él, una pequeña alegría quería para su misma vida que contenía, hizo firmar a su hermano una carta que tenía y que otorgaba el poder. De su madre o quería por ser una mujer de no cuidado que él no quería...A través de la caída de las fuerzas de Napoleón de Francia en todo territorio, pudo Beetoven con gran chispa publicar su Leonora que comparte un Aria con Florestan tan inhumano a la voz del tenor, de un modo dramaturgo en la obra, y que a la libertad de esta misma patria fue donde exaltó esta música. Y lo esperaban varios en un salón, y dio un concierto de cámaras. Al presentarse, estaba su mecenas Rudolph, empezó a tocar el piano y habían pasajes que tocaba suave, en otros brutalmente, no oía perfectamente, había cambiado en él algo ya. Su sordera era de límite ya. Desvergonzado ante las personas, se dio cuenta que no tocaba como era, era mejor que no hubiese dado el recital, y así la agonía de un corazón empezó a derrumbar y a no ser presentado más. "Qué a un orgullo me hacéis florecer, y sin razón ninguna me dais a ello perder. Me mostráis victorioso, y ahora a los presentes en escarnio. Para qué vivo, para seguir en un orbe que yo mismo decida qué hacer, o ser olvidado de mi misma alma?. Puede así la semilla o flor vivir sin que le deis agua, o la tierra que se nutre de minerales, preferís dejarle sin retoño, ¡oh, qué crimen he cometido para ser más humillado?". La madre de Karl hace firma de igual manera a su esposo Gaspar Karl van Beethoven, diciendo que para mi hermano y mi esposa deben de cuidar de igual manera al niño, el 14 de Noviembre de 1815. Fenece su hermano de Ludwig. Ahora se verá entre ellos dos, la lucha en un juicio para la tutela del niño. ¿Quién ganará, o en verdad que futuro tendrá el niño?, ¿será lo que antes soñó Beethoven o no?.
 La tortura de Ludwig que vivía ahora le haría componer algo que para su oído sería indescriptible y eternal de algo jamás compuesto.

 Logra tener la tutela del niño Karl Beethoven, y Johhana pierde la custodia en 1816 a los 9 años del niño. Decide Beethoven cuidarlo con toda virtud, y sobre todo exigencia para convertirlo en lo que él quería. "Cuando estáis en clase debéis de oír y prestar atención a lo que se os explica!, negligente a las lecciones de piano. ¿Qué esperáis conseguir a tales actitudes?, ¿eh?"."Nada tío", "nada". Estaban comiendo con su tío, y la mesera viene a traer bebida. "Señor aquí está". "Paupérrima mujer, ¡ahora no, largo!"."Karl, porqué estás triste?"."Yo le avergüenzo y me avergüenzo a mí mismo"."Ven, yo voy a protegeros del veneno de vuestra madre". "Café ya?"."Pérfida mesera, ahora no!". Se ríe Beethoven diciéndole, "¡Oh mi niño querido!, mi tesoro escondido". (le da una caricia y un abrazo). El niño había faltado a la escuela todo por ver a su madre Johhana, Beethoven al darse cuenta tomó un celo inmerso y agresivo contra el indefenso chico."Yo fui a la escuela, acabo de venir"."No mintáis, ¡Me estáis engañando, no mientas, no mientas!...¡Yo soy tu padre, vuestro padre, vuestro padre, vos sois mi hijo, mi hijo!, ¡¡¡mío!!!.". La desesperación por no querer que se viese con su madre, lo llevó a tratar mal a Karl, y a esta terrible locura, interpretaba el piano de una manera más explosiva y fugaz de magia. Mientras practicaba Karl, con cautela sale y corre donde su madre. Y Beethoven a través de la música se da cuenta que él salió, abrió la ventana y gritó con furia, "¡Karl, Karl, Karl!". Van al tribunal nuevamente, y le pregunta el juez al niño, "¿por qué huyó de la casa de su tío, o a caso lo maltrata?". "Si, habitualmente tenía que castigarme, me lo merecía". Beethoven opina "Cuando me enteré que ella había adoptado un amante secreto, y cuando se exhibían por las calles de Viena, mi única preocupación era el alma del muchacho". "Fui alertada de que Beethoven estaba descuidando la educación física y moral de mi hijo. No es ningún secreto que mi cuñado está sordo. Mi hijo ni puede dialogar con él"."Suelo preguntarle bromeando sobre este tema con su madre, y su respuesta es siempre la negativa. No tengo nada que ganar, excepto el reconocimiento de mi mismo. El hombre que transmitió  a su hijo una naturaleza humana mejor. No que mancha sin el amor que una madre he de dar. Si me equivoco a los gritos, o sin querer lo lastimo, es por no verle en mal camino y decepción". Se decide en el tribunal que el mayor tutor del niño sea Ludwig van Beethoven, y su madre con la completa exclusión de su hijo. Así tomó al niño Ludwig, y su madre tuvo una hijo, llamada Ludovica. Y ludwig consideraba su caso contra ella de una vez por todas. Karl no sentía ya la falta de su madre, más al saber del nacimiento del bebé, la olvidó. Y luego sería enviado a un internado.

 Ludwig van Beethoven decide en su espíritu humano componer una misa Solemnis, y va donde su mecenas Rudolph, quien en su biblioteca se iba a encargar de componer día y noche, se había apoderado de él un sentimiento hacia lo más espiritual de su alma misma, e iba a componer y que dedicaría a su amigo. Y a la humanidad de su misma índole figura. Comenzó con su Kyrie, gloria, credo, santus y agnus dei de vio a sus 48 años de vida (1818) empezó a componer gran obra, una sinfonía se le había mandado a pedir, a componer, y Beethoven ya tenía una inmortal, después de la séptima y octava que hizo. Había mandado del primer movimiento a escribir como lo había hecho y al ver que era tan diferente como querían, la habían cambiado. Al recibir las obras vio tanta diferencia que se molestó. Y volvió a mandar sus partituras, un hijo de Dios hoy aquí, quien de gran alma empezó a construir un lenguaje predilecto, sacro en las voces que eran nuevas en una sinfonía, de su oda a la alegría. Ya antes conoció a un amigo llamado Schindler, quien era su secretario que lo ayudaba en su morada, era quien se encargaba de llevar sus partituras,  y de todo lo que elaboraba.

 Beethoven logra terminar de componer y estrena en Viena estas dos grandes obras, su misa solemnis y su novena sinfonía a sus 54 años de edad de 1824. Aparece la imagen de este hombre y en su misa solemnis sonando, siendo dirigida por un director, no podía ya oír. Mientras la llama de su Kyrie explota del re mayor en las voces, su hálito calmado a una gran obra que fue criticada, y que pudo a una misa sensibilizar de manera más tenue y que era inhumana al a voz del humano, quería el mismo Beethoven. "Misa solemnis que de alturas del paraíso hago sonar, a un lenguaje de la sagrada escritura eclesiástica, sin libertinaje humano a la vida, viéndome hoy aquí, sin poder oír, sino que en un corazón lleno de su agua espiritual... He dado lo que en vida quise realizar, la metáfora pronto ha de venir, cuando rogué a vos mismo siendo aislado del mundo. Que en letras aún deben permanecer. Una chispa que no se apaga en el firmamento. Oh poderosa mi alma, y vejez de la vida que concluye a mi obra. Tantas palabras puedo decir en mi mente, que hoy al ver tanto cúmulo deben de ver quién soy, ya termina mi grandísima Misa, mi ánima que duerme en los compases, que se eleva el espíritu, donde encuentra armonía, y junto a Dios. Que oye al alma humana perdida de tiempos difíciles  que he de cantar a los santos, a la gloria de un misántropo para otros, sino filántropo para su misma esencia musical. Algunos salen en un sino sin metamorfosis de la vida, sino las que eligen, otros sin cambios hacia una aria, que a la que vive en vos latiendo, y que veo hoy". Inmensas vesanias despiertan al mismo Ludwig al ver su misa, y que de misterio entonan su sinfonía nueve, el mundo de personas buenas y malas. Quien el mismo se consideraba mala, por ser como era, pero quien le conoce lo vería por la oda a la alegría. "Mi música hoy se entona a mis silencios, puedo reposar oyéndola dentro de mi paisaje. Cerrados mis ojos y viendo astros que me rutilan. Siento que somos amigos todos, y debemos ser unidos sin más armas que dan elegías, sino la misma libertad y alegría. Mis acentos cantan a la luz de aquella morada creciente que vive lejos y que los que llegan han de vivir la vasta eternidad, mas seré yo?... Qué noche la mía que en este concierto pueda sentir los minutos de mis tonos como los más elevados a la gloria de la estrofa que mi alma necesitaba suspirar e implorar. Ver flores de esta primavera dúctil, serenas, coloridas, Beethoven, ahí estoy. Vivo, estoy si al que entienda lo que soy y que seré. De mis actitudes y vesanias, amor y confusión es lo que es de las obras que di. Y de la reencarnación a mi yo de vivir plenamente en bondad de mi rincón más espiritual, la música". Un sentimiento que a su ser contiene. Despertó al mundo, la ópera, un momento que persistirá eternamente por Beeethoven, no ha muerto, aún vive en su reflejo de las notas de esta eterna vida. Fue aplaudido y reconocido como el mejor de los compositores del siglo, y que había superado el romanticismo, clasicismo, solo un modelo nuevo había poseído de ser él, no igual que otros, y lo buscó, la música que suene que sea de él, fácil será de reconocer, por su imagen. "Hazme un día feliz en alegría". Fue predicho, no fue abandonado y fue así. Siendo su postrera aparición pública en Viena, y manifestación pública como compositor.

 "Amigo Beethoven mira lo que ha dicho de vos. Que sois el genio incansable, nos mostró un nuevo mundo, revelando secretos mágicos del sagrado arte, que jamás habíamos oído antes, ni tan si quiera imaginado". "No me has traído dinero, ¿verdad?, Schindler vuestra presencia me irrita. No quiero que te sientes en mi mesa. ¡Marchaos!" Schindler no dio le dio nada de lo que él esperaba aún, Schindler dejó de trabajar para él y lo dejó. Donde Karl iba a estar en su puesto de él. "Necesito que tengáis un bloc de notas, para que sigáis estudiando". "Tengo que estudiar". "Qué has conseguido con eso?. "Nada". "Nada, solo sois un chico que se pasa en billar, y con las mismas meretrices os revolcáis, así queréis vuestra vida, ¡ah, dime!". "No". "Sígueme"...Beethoven compuso su cuarteto en si bemol mayor en la secuencia de 6 movimientos, diferente, clásico a su misma rama, después de él sería el averno, no habría otro que compusiera, así de su misma entonación. Y los sonidos extremos eran exactamente lo que caracterizaba con su relación a Karl. Que eran las peleas por no entenderlo a su tío. Karl charlaba con un amigo. "No sabéis como es conmigo, con sus exigencias  y jamás soy bueno para él, me humilla. Y yo tengo mi madre, y ella es mi madre".
 Beethoven ve a Karl y le habla fuerte estando en cama. "Tú padre soy yo, y sabéis muy bien que tu madre es veneno para ti, no es de ti, entiéndelo. Y ahora fuera de aquí!". Karl se retira, y él le llama con voz de afecto. "Karl, mi Karl, vuelve, ¿Karl?, no hagas esto a tu padre, tu padre que te quiere". Beethoven estaba compuso la Grosse fuge es un ataque brutal, feo, un lenguaje que él inventó, más a la etapa que estaba viviendo última de su vida y con Karl. Donde suena devastadora, en gritos fornidos, de férreo poder, y luego debilidad hacia él. Todo en un caos de conflictos. "Es ese monstruo tentándote no Karl". Lo empuja "Basta ya". La furia y todo en su obra es reflejada, tanta tensión existía en él. Que en sí, era lo que estaba viviendo... Beethoven se enteró que Karl se pegó un tiro. "Karl no era diestro con las armas, y la bala no llegó a penetrar su cabeza, solo le rozó, una noticia indescriptible en dolor, oh mi Niño Karl". Beethoven al enterarse salió en busca de Karl. Había un padre con él. "Qué motivo fue el que le hizo hacer esto?". "Lo hice a ciegas". "¿Estás cansado de la vida?". "Mi, tío intentó hacer de mi un hombre. Trató de hacerme una persona mejor. Sólo me hizo peor. Dígale a mi tío que no quiero oírle menospreciar más a mi madre". Y Beethoven fue ahí y vio lo que él dijo. Y a su salud hizo lo posible, y la respuesta de él fue un buen e inusual gesto. Lo llevó al campo a recuperarse, y por primera vez dejó que decidiese su propio futuro, una carrera en el ejército. Fue en esta estancia cuando Beethoven escribió su última pieza musical, y el último movimiento de su cuarteto si bemol, para reemplazar la grosse fuge que no gustaba a la multitud de como era, pero que nadie entendió el porqué y motivo de su creación, siendo intocable para los músicos profesionales de esa época, gran inhumana la obra de este genio que en sufrimiento era lo que experimentó de poco hálito sino tirria vándola en sus notas de estruendos. Y esta postrera obra fue al reencuentro con Karl y fraternidad con él, de su equilibrio personal, y poca alegría que con él ahora andaba. Beethoven va a Viena, y los años pasaron, donde se encuentra enfermo, ya mal de salud, y que postrado en una cama sin salir de ella.  Y Karl fue a visitarlo y le lleva un anillo rubí. Ningún adorno le hará mas grande, feliz de lo que ya es sin él.
 Después de la partida de Karl vino una cosa tras otra, hubo una cirugía tratando, de liberar gran líquido que había en su abdomen. El proceso solo drenó el líquido. No impidió que continuara el flujo, la herida debía quedar abierta, pero se infectó. Sufría miserablemente, no tenía fuerzas para otra operación. Y unas palabras en lecho dijo. "Plauditi, amici,  comedia finita est". "Aplaudan amigos míos, la comedia ha terminado". El sábado 24 de Marzo de 1827 con una enfermedad ya mustia, e insuficiencia renal llevó a Beethoven al coma, y dos días después en plena tempestad de lluvia y tormenta, feneció. El 27 de marzo después de la defunción en su lecho tomaron la forma de su rostro en un papel. En su funeral asistieron más de veinte mil personas. El mayor número jamás visto en Viena. Karl alojado en Moravia, no regresó para la ceremonia.

 Beethoven vivió como uno de los que en su música se hizo llamar de clandestinidad profunda. "Mi vida complicada al amor y razonamiento, por no fenecer a lo que deseo lograr. ¡Oh vida!, duerme calmada, pronto la eterna juventud de mi vendrá en alas hacia el lugar santo. Arrepentido por no haber compuesto lo que quería antes más dar, los años pasan, veía la vejez más cerca, y en amanecidas tenía que andar, componiendo a plena luz de la luna, contemplando en mi interior la naturaleza, y oyendo ahí los sonidos que me hablaban, me susurraban en estrofas, versos sensibles a su mayor ruiseñor... Cuidarse a las leyes de Domine gloria, siempre mi esencia sabía sus pasos, a pesar de ser indomable, no hay mejor espíritu que busca su voluntad profunda por el arte que anhela en el sentido de que tiene la vida, si no es así, preferible morir. Así como Rabino expresó a tiempos de la libertad humana, que se encontró a métodos difíciles de soportar su disturbio, pudo dar el mensaje sagrado, cómo no seguir así haya rabia suprema con la vida, si él mismo fue símbolo y epopeya sacra a nuestra salvación del reino. Vos mi amigo que oís las súplicas, he de ser a vuestros ojos conocido, no os vayáis a olvidar aquel dí en que termine mi comedia, que ni mano podré mover, solo que en mi corazón sonando todas mis obras en gloria, a la paz y bienaventuranza, que he de querer hoy en lágrimas a mi testamento puro, de la tinta que es de mi corazón, de mi sentimiento que teme a ese sentido, y por la que me disteis a vivir, pero con el don poderoso de la vida, de mí música, sirviendo para cantaros y contar las sendas que he tenido, de un mundo que ni imaginaba vivir y crear ya siendo vinculado de un padre tan malhechor. Ya a esta edad, no he podido conciliar con el amor, no nací para amar, nací para ser lo que soy, y como primera identidad de amar como al amor. Solo dame las fuerzas que siempre he tenido, para llegar a donde quiero ir, y debo ir, gloria al alma y a los que una vez ofendí y a todos en plenitud y de su entera beatitud". Beethoven escribe como una despedida al mundo, donde él mismo describe todo lo de él, en tan resumido texto a lo que ha sido su vida, un hombre lleno del ímpetu de un mar, hoy; ayer, siempre podía verse en sus ojos, rostro, y música de como era siempre. Poderosa, con luchar a grandes heroísmos  y de esa gloria que tanto al final de su alma agonizante consiguió, venerado, conocido, por como era, como fue, como vivió, amó; así no haya sido como quería amar, luchó en los caos más en la busca de no ver la luz, hizo lo que un mortal a una liturgia haría?, hay quien a su idolopeya confía y vive, quien vivirá hasta la entera vetustez, que anhela retornar diferente, que con tres pasiones, sueño único que implora e implora en su corazón de joven soñador. Hasta que le puedan permitir o que le veis a sus escrituras que de esa fe expresa para un aliento de lo que busca y ama a la inmortalidad de su mismo espíritu longevo de la vida hasta su música hablar y su musa que ha pintado de años de su siglo sin abandonar; por ser más de él, el hogar y refugio que le acompaña, de historias cuales son de un mismo ser, de creación, predilección para sí, y de sempiterno soñar que ha existido en su poesía sagrada.

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