sábado, 23 de julio de 2011

Ludwig van Beethoven



Andante maestoso de la euforia en su oda alemana.

Movimiento número cuatro de andante maestoso,
y si escucháis en las letras sonaréis de lo milagroso,
algo que ahora observaréis y sentiréis de tonos,
solo que en beldades de letras estará de lo piadoso,
de la búsqueda en la vida para esa gloria de lo glorioso,
se saborea con serenidad y de lo célebre de Beethoven
como en su reino de la sinfonía nueve despertando su alma joven.

Andante maestoso

¡Allén que en abrazos; se sumen,
de los millones; hermanos de paz se crucen!,
de ese beso envuelva al orbe, de muchos soles,
sobre ese fóculo en aromas de Ben,
con sus flores blancas de chipén,
y así su paz hermanos esté sobre esas voces
donde habita un Dios que les adora de lo bren,
porque es de bondad como en su desdén,
y es el que dará a sus almas allá pasiones,
¿Desmayáis, millones de criaturas como vaivén?,
no deslumbréis a vuestro creador del edén.
¡Buscadlo a través de la bóveda celeste de ilusiones!,
que veréis en maravilla lo solén,
y que no es mendaz ante las sacras palabras de lo hebén,
¡y que su vivienda debe de estar allá de brillazones!,
¡vividlo ahora vosotros allá de lo bren!,
a lo que espero yo llegar ante esta oda con flores de erguén,
por lo menos para sentirle que estoy de esos olores,
y para que así sea amén,
y así bailar de regodeo en ese hermoso edén,
y no sollozar en lo que no anhelo de resquemores,
sino la paz y con mis cantigas de versos de lo bren,
a lo que amo y quiero mucho como al reino de Dios amén,
porque es y será hasta que mis favilas duerman en alma allá de iluminaciones;
que en voz de soprano cantaré al señor despertando en armonía su bosque,
y porque todo esto ha sido solo que lo numen,
que de mi alma he explayado en luces,
como al Señor y a la sinfonía del andante maestoso,
y porque al oíros es tan sagrado de esos tonos y voces de lo hermoso,
que solo en esta noche entona a mi alma de esas voces y tonos,
tenores y sopranos cantando en victoria y gloria,
sabiendo vosotros que es la armonía de cada compás de lo glorioso,
y que lo estará en la recordada memoria,
como de nuestro gran Beethoven de lo que venció en su semblante postro,
de lo que llevaba él en el sendero de vidorria en su historia,
hasta conseguir lo que esperaba él en su rostro,
solo que lo bren en su espíritu ante las estrellas de Dios en euforia
y la cual no resultó ser una faloria,
sino una verdad en su orbe y desdén que ahora ama y vive de victoria,
como la que vivo yo oyendo y sintiendo su sinfonía nueve de fortunio y gloria.

Así vivo y así vivéis en el allén,
lugar sacro en armonías del edén,
y yo hablando con alma en letras entonces
solo que a vuestra sinfonía en poesía argén,
blanca ella y pura de lo solén,
y la cual me exhorta de pasiones
porque duerme en mi alma y en mi gen,
hasta caer una cascada sacra a esto en el badén,
como de toda esta naturaleza de flores,
la cual es agua de mi vida a quien tomo como lo bren,
de lo que es en mi tierra y desdén,
y que estaré lleno asiduamente de ilusiones,
y jamás en la ida de mi virtud de lo estro en desolaciones,
y olvidaros jamás universo de mis voces,
a los cuales han dado vosotros roces,
en mi labor de crear historias,
y en rezos a un Dios de jaculatorias,
por la vida y mi sueño,
y el cual vivo siempre de tonos y anhelos,
nada más que solo eso,
no hay otra aria quien conduzca mi sentimiento,
no existe, solo que uno quien duerme en mis ensueños,
y en mi vivir que es solo que esto, esto solo a quien beso,
como si fuera algo pulcro y sacro de este reino,
no sé porque soy así pero es lo que siento
en mi forma de vivir a todo más allá de lo eterno,
y porque no es un languidezco sino un sagrado cielo,
es como oír las voces de Dios y de ángeles y afroditas en tu alma,
son tan sonoras y tan divinas que son hasta diáfanas,
y gloriosas quienes acarician de amor a mi pasión que me ama,
no puedo apartaras así predilección de tonos que me acorralan,
solo son que mi absoluta y eterna y dulce magia
como en el vivir de mi vida y de mis arias,
es así y será hasta que ya el mundo sepa de mi presagia,
y por fin pueda decir ante Dios era diferente en mis tonadas,
el que se llenó de amor a lo que en su morada siempre recitaba,
solo que a su poesía deífica de las albas,
y que ha amado tanto que hoy es compositor y vate,
y solo que eso que hasta en su alma en cuerdas de amor arde,
poesía y tonadas como un paradisíaco baile,
un baile entre odas de pasión que da romance,
y que solo abrazo con mi aroma de vate,
y qué divino es bailar en esos valses,
hasta mostrar que todo puede ser etéreo de ballet,
y porque siempre esto será de lo bren
así como en un teatro de este baile de mi ser.

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